Mi vecinito
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Pasó cuando tenía 16 años y mi vecino Esteban tenia 9 años de edad, mi nombre es Carlos, actualmente tengo 33 años, Esteban tenia como particularidad ser muy inquieto y juguetón, conmigo tuvo una especial amistad reforzada con lo que a continuación voy a contarles de lo que realmente sucedió esa calurosa mañana tropical que cambió nuestras vidas.
Conduciamos nuestras bicicleta con la intención de recolectar ciruelas silvestres para que nuestras madres nos hagan dulces, llegamos al sitio apartado, escondimos las bicicletas con ramas y hojas secas y nos adentramos en el sendero algo distante de las bicicletas, Esteban fue el primero en subirse a un árbol y yo al segundo de una serie de árboles que habían, ya recolectando un poco me bajé y me senté sobre otro árbol.
Esteban se subió al árbol donde yo estaba sentado clasificando las ciruelas, alcé mi mirada y desde abajo pude ver a Esteban parado recolectando note que no tenia interior y dentro de su pantaloneta por debajo veia su pene blanco con sus testiculos moviendose mientras movia sus piernas, me quede fascinado de ese pene asi como de su culo al que nateriormente tenia ganas de tocarlo pero por recelo a que Esteban me rechazara no lo hacía.
Me subi donde él estaba, pasé por la rama muy juntito a Esteban, sobando deliberadamente mi pene al suyo, me quedé por unos segundos asi moviendo despacito mi cadera, luego Esteban me dio la espalda y aproveche en ponerle mi verga por su espalda pues yo tenia más estatura, doblé un poquito las rodillas y froté mi pene en su culo, al pegarme senti su piel tibia suave y jugosa de sudor, acerque mis labios a su cuello lanzandole un ligero aliento de respiración, no aguanté más mi exitación y se me salió decirle que culiemos, me regresó a ver volteandose y sonriendose, no me dijo nada y subió a otras ramas.
Volvi a estar junto a él, esta vez fui mas atrevido, suavemente le bajé la pantaloneta haciendo lo mismo con la mia y al ver dejar medio descubierto su culo le froté mi pene por su raja, se dejó hacerlo segundos que fueron suficientes para enamorame de su tibio y jugoso culito, Esteban se subió su pantaloneta diciéndome que lo dejara.
Nos bajamos y nos sentamos junto al tronco del arbol, estiré mis piernas y graciosamente me puse dos ciruelas dentro de mi pantaloneta queria llamarle la atención a Esteban, queria que viera el bulto de mi pene, me bajé la pantaloneta y le mostré mis testiculos y pene, con las manos me lo sobaba y le decia mira Esteban, esto sirve para culiar, se puso erecta mi cabecita, estaba bien roja deseosa de culiarlo, le dije que se acercara a tocarmela con recelo lo hizo, me levanté alce mis piernas dejando a un lado con el pie mi short o pantaloneta me acerqué lo levanté le puse mi pene en su pecho y lo abracé, senti su pene parado que me lo sobaba en mi muslo deseoso de culiar le pedi que se bajara el short lo cual hizo rapidamente, nos sacamos las camisetas quedándonos desnudos, lo arrimé de espaldas al árbol incliné mi cadera culiando nuestros penes uniendo y sobando nuestros testiculos para arriba y para abajo, su pelo se movia en la corteza del arbol abria su boca exalando aire de placer igual que yo, sus labios finos me eexitaban asi que no dude enbn darle un beso, Esteban me correspondió y le mande mi lengua mordiendo suabemente sus labios, su piel estaba sudorosa pero bien suavecita.
Lo acosté en el suelo y unimos nuestros penes a seguir culiando abrimos nuestras piernas pegadas en un movimiento de caderas que pasamos por mucho tiempo asi. Lo senté sobre un tronco saliente del arbol y le mame su pene, no queria que se lo sacase de mi boca, ya sentia en su pene las gotitas de orina o babita que queria botar y me aparté.
Me dijo que queria culiarme el pene pero que me pusiera debajo d eél, acepté y mientras me culiaba usaba los dedos de mis manos para introducirselos en su culo, su movimiento de cadera era rapido y aproveche ese momento que me culiaba para besarlo alzando mi cara a la suya, se detuvo, se levantó a orinar y mientras lo hacia veia sentado el culo de Esteban moviéndose con placer mientras movia sus caderas, me estiré mi pene, me levante y con mi pene parado sobe la raja de su culito, se volteo abrazandome buscándome mi verga para seguir culiando, nos abrazamos cayendo suavemente al suelo, revolcándonos y en cada parada culiabamos nuestros penes moviendo nuestras caderas para arriba y para abajo hasta que lo puse boca abajo y mi recto pene pasaba por la raja de su culo y mi cabecita penetraba un poquito su huequito.
En mi mente tenia la idea de que su culo seria mioo en ese instante, lo hice doblar sus rodillas, estiró sus brazos, sus manos apoyadas en el suelo mostrándome su culo blanco y suave sobaba y sobaba mi verga en su culo hasta sentir que mi leche caia en su espalda, le dije que no se moviera que no habia terminado, cogi un poco d esemen y lo unté en su culito y comencé a penetrar su culo con mi pene, Esteban se quejaba de dolor, no soportó más y se acostó completamente en el suelo, puse una mano en su espalda y con la otra cogia mi pene para penetrarlo, se lo meti y se lo saqué varias veces pese a la protesta que lo dejara rapidito se la meti toda escuche un grito desgarrador de Esteban y me aparté.
Esteban se encontraba desnudo sentado sobre la tierra unidas sus piernas, por encima de sus rodillas estaban sus brazos doblados y sobre ellos estaba su cabeza de ojos llorosos con una cara que expresaba malestar de dolor, sabía que se ma había pasado la mano y me acerqué a consolarlo, al principio no queria que me acerque pero con bromas y risas poco a poco logré su confianza.
Minutos despues lo levanté y con papel higienico que portaba le limpie su culo notando sangre que salia de su culo, se lo limpié rápido, él se dio cuenta y se asustó, yo le dije que no pasaba nada que a todos los que culean por primera vez eso nos pasa pero nunca más nos sale sangre, aceptó mi comentario.
Nos vestimos, subimos a nuestras bicicletas cuando llegamos al rio en una orilla apartada lo lleve a limpiarle bien el culo, le hice ver que ya no le salia nada de sangre pero que el dolor quedaria todavia un rato mas, al asearlo sobaba mi mano en su pene, vi que se puso erecto lo senté sobre una piedra y empecé a mamarselo y achuparselo, Esteban sentía placer, me baje el calzoncillo y puse mi pene en sus labios abrio su boca y me la mamó poquito, al sacarla se la pase por sus labios como si fuera lapiz labial de carne.
En el camino le insinuaba que deberiamos seguir culiando Esteban aceptó y ese fue el comienzo de seguidas culiadas en el monte o en el rio.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!