Mi Vecino Basquetbolista
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Rodri2016.
Me llamo Rodrigo, tengo 29 años, soy de complexión pequeña, mido 1.60 y peso 58 kilos.
Desde hace tiempo vivo solo, pero me mudé hace 1 año a donde vivo ahora.
A las dos semanas de estar viviendo aquí, descubrí que mi vecino era hermoso.
Vivo en una especie de complejo donde todas las casas son iguales y están en bloques de dos divididas por un parquecito.
Mi vecino mide 2.05 mts, es moreno, corpulento, de pelo negro un poco largo y ojos café, tiene ligera barba negra y unos dientes súper blancos.
Un día me lo crucé en la entrada y nos pusimos a hablar un poco y fue ahí que supe que jugaba al basquetbol, vivía solo y se llama Germán, 24 años.
Jugaba en un cuadro inferior, pero vivía de ello.
Yo estaba todo el día pensando en él, a veces trataba de espiarlo desde mi patio trasero, que estaba junto al de él.
Casi todos los fines de semana escuchaba a alguna chica gemir muy fuerte, ese hombre tenía sexo muy seguido y con distintas chicas siempre, yo, moría de la envidia, soñando ser yo en ese lugar algún día.
Varias veces me acerqué al patio, a ver si lo veía en acción, pero nunca tuve la suerte.
Un par de meses después, un sábado, volvía del supermercado de hacer las compras de la semana y al bajar las bolsas del auto, muy cargado, él me vio y me ayudó.
Me acompañó hasta casa cargando varias bolsas y luego de dejarlas en la mesada de la cocina, le ofrecí una cerveza fría.
Mientras bebíamos, me dijo que saldría de la ciudad 4 días con su equipo de básquet, porque debían jugar la final del campeonato y me pidió si podía hacerme cargo de alimentar a su perro Chess.
Le dije que si, que no sería problema ninguno.
Me dijo que se iba el viernes siguiente y me dejaría las llaves de su casa antes de irse.
Terminó la cerveza y se fue.
Esa semana pasó y llegó el viernes.
Tocaron el timbre y supuse que era él, al abrir la puerta, lo vi agitado, con el pelo mojado y apurado:
Yo: hey, estas bien?
G: Si, se me hizo muy tarde y no llego a tomar el bus, apenas si pude bañarme.
Yo: quieres que te lleve?.
G: No se, ya te he pedido un gran favor cuidando de Chess, algo más sería un abuso.
Yo: No es problema.
G: Gracias, me salvas el culo, si llego tarde, el entrenador va a matarme.
Tome las llaves del coche y de mi casa del llavero y colgué las de él y partimos.
Logramos llegar a tiempo, me agradeció de nuevo, subió al bus y en unos minutos se fueron.
Al regresar a casa, tome sus llaves y fui a su apartamento, entre y cerré la puerta, el lugar era un caos.
Tenía ropa por todos lados, restos de pizza en la cocina, botellas vacías, etc.
Recorrí su casa un poco y en el baño estaba su ropa en el piso, la que se sacó antes de irse.
Tome su remera y la olí, tenía olor a hombre mezclado con un mínimo de transpiración, luego tome el short e hice lo mismo, también tenía olor a él y su bóxer gris olía delicioso, a pene sudado y huevos.
Tome sus medias que estaban arriba de sus zapatillas de básquet y también las olí.
Estas olían mucho, German tenía los pies apestosos por el deporte y eso me excito aún mas, me desnude y me puse su short, tome su enorme y apestosa zapatilla y puse mi cara adentro.
Realmente era grande, del talle 46 y mientras olía esa pestilencia me masturbaba por encima de su short negro.
No me llevó mucho tiempo acabar, ensuciando todo su short con mi semen.
Esa noche decidí quedarme a dormir en su casa, me acosté en su cama, sintiendo su olor en la almohada y oliendo su zapatilla que seguía apestando y me masturbé otra vez.
Al día siguiente, ya sábado, decidí limpiarle el apartamento, lo que me llevo todo el día, pero quedó impecable y toda su ropa lavada y doblada, para que no supiera que había eyaculado en varias sus prendas.
Los días pasaron y el volvió.
Le di sus llaves y se fue.
Estaba triste porque habían perdido el campeonato, quedando en segundo lugar.
Pasaron 10 minutos y volvió a mi casa y me dijo:
G: Oye, dejaste mi apartamento impecable, no tenías que hacerlo.
Yo: No fue nada, estaba aburrido y no tenía nada que hacer.
G: Muchas gracias, te pasaste.
– me abrazo – bueno, me iré a dormir que vengo agotado.
Yo: Que descanses.
Un tiempo después, era fin de semana y yo estaba llegando a mi casa, y él también, acompañado de una chica muy linda y bastante ebrio, nos saludamos y cada uno entró a su casa.
Presté atención para tratar de escuchar algo pero no se oía nada, solo un poco de música de fondo.
Pasado un rato, empezaron unos gritos a lo que me acerque a la puerta y me quedé viendo por la mirilla, la chica pasó gritando y abrochando su jean y él atrás, se detuvo y le dijo que se fuera a la mierda.
Volvió a su casa y cerró la puerta de un golpe.
Volví a mi sillón, tome mi copa de vino blanco y seguí bebiendo.
De repente golpean a mi puerta, unos golpes duros y secos.
Me acerque, mire y era él.
Le abro y le digo:
Yo: Germán, todo bien?
G: Si, quería pedirte perdón por los gritos a estas horas.
Yo: No pasa nada, estas bien?
G: Si, esta mina que está loca, me dejó muy enojado
Yo: Quieres pasar y tomar un poco de vino?.
G: Si, me vendría muy bien.
Pasó, le serví una copa y se sentó en el sillón.
A medida que tomaba me contaba lo que pasó con la chica:
G: Hace tiempo se me viene insinuando y hoy la invité porque tenía muchas ganas de descargar, además venía jugando conmigo por whatsapp con fotos muy calientes.
Y cuando estábamos en la cama, no quería chupármela ni entregarme su culo.
Eso me puso de mal humor, discutimos y se fue enojada.
Yo: Que mal, las minas son así, histéricas.
G: Si, lo sé, no puedo tener sexo sin que me la chupen y luego ponerla en una linda cola.
Yo: – Bajo los efectos del vino – Cuando alguna mina te deje con las ganas de una mamada o un culo, golpea mi puerta y yo lo haré.
Me miró con los ojos muy abiertos y se puso pálido.
G: Ya debo irme, mañana saldré a correr temprano.
Se paró y se fue inmediatamente.
No podía creer que le había dicho eso.
Me fui a la cama avergonzado y casi sin poder dormir.
A la mañana siguiente me levante y me duché y cuando me dirigía a preparar el desayuno, golpean a la puerta, al abrir, veo que era Germán, muy transpirado en su ropa de básquet:
G: Lo que dijiste anoche iba de verdad?
Yo: Si, por supuesto.
G: Estoy muy excitado en este momento, me la mamarías y me darías tu culo?
Yo: Con mucho gusto
G: Pero queda entre nosotros, verdad? Nunca me cogí a un putito.
Yo: Solo lo sabremos tu y yo
G: Ne voy a bañar y vengo.
Yo: No! Ven así
Lo agarre de la mano y lo entre a mi casa, se sentó en el sillón y me acercó a él, subiéndome a sus piernas, nos empezamos a besar, sentía como emanaba su olor a transpiración por el deporte y eso me excitaba muchísimo.
Le saqué su musculosa y comencé a besar y lamer su pecho, su piel era suave, su sabor salado y muy caliente.
Comencé a lamer su axila derecha que estaba empapada de sudor y tragándome ese jugo delicioso.
Seguí bajando hasta llegar al short, olí un poco por arriba y seguí hasta sus enormes pies, le quité la zapatilla y su hedor me invadió en seguida provocándome respirar hondo para no perder ni un poco de ese olor de macho.
Le quite las medias cortas blancas y chupe sus pies con ganas.
El gemía un poco, lo disfrutaba.
Luego de un rato, volví a su bulto que se estaba levantando y baje su short, descubriendo que tenía un pene grande, lo olí profundamente por encima del bóxer y lo quite.
Quedé atónito al ver ese monstruo de carne negra y muy peluda.
Su pene era enorme, de unos 23 cms y muy grueso, con una cabeza gorda y muy peludo en la base.
Me acerqué y lo olí, olía delicioso, así que de una me lo metí en la boca, que la lleno por completo pero no había entrado ni la mitad.
Lo mame lo mejor que pude, haciendo garganta profunda mientras pensaba en que luego eso iba a mi culo.
El gemía bastante diciendo: “Que rico lo mamas putito”, “Sigue así, ninguna nena me lo ha mamado tan rico”, al escuchar eso, mas me entusiasmaba y trataba de que me entrara mas en la boca, hasta ahogarme y quedar muy rojo, pero valía la pena al escuchar los gemidos de placer de mi macho.
La verdad sabía delicioso ese pene.
Me pidió que me ponga en 4 en el sillón y él desde el suelo comenzó a escupir y lamer mi culo, lo hacia con violencia, como si nunca hubiera cogido, y yo gemía como puta, se me aflojaron las piernas del placer.
Luego de unos minutos mamándome el culo y escupiéndome, me paró y me puso contra la pared y me dijo, aquí voy, y le dije que se pusiera un condón y me dijo que no, que me quería coger sin, porque lo había excitado como nadie.
Accedí a eso porque yo quería sentir su carne en mi cola y comenzó a meterme en mi ano muy dilatado, cuando entró la cabeza me dolió mucho y grite, y me dijo que aguante, y empezó a meter mas y mas, cuando iba por la mitad sentía que me partía en 2 y no podía dejar de gritar del dolor y gemir del placer.
Él me decía: “Shh aguanta bebe, ya casi entra toda, queda poco”.
Siguió metiendo y yo estaba casi llorando ya y me dijo, listo, entró toda, la dejó un poco adentro quieta, hasta que se me acostumbró el ano, y ahí, comenzó a bombearme con ganas, yo estaba en la gloria, tenia al hombre mas sexy del mundo metiéndome su monstruo de carne en el culo, todo sudado oliendo a macho.
Me estuvo cogiendo por una hora, en todas posiciones, en el sillón me hizo cabalgarlo de frente y de espalda en la mesa de café boca arriba con mis piernas en sus hombros, en la alfombra boca abajo luego me puso contra una columna de mi casa de espaldas a él y me agarro las manos y las subió lo mas que puedo y me bombeo con fuerza y sin poder usar mis manos, me acabé en el orgasmo mas intenso de mi vida, gimiendo alto, que eso lo excitó mucho a German y mientras me bombeaba, decía que iba a acabar, agarrándose de la columna, usó todas sus fuerza penetrándome por completo y entre mi grito y sus gemidos desaforados, me llenó de su leche muy caliente el ano.
Luego de acabar me saco su verga, sentía mi culo abierto como nunca, su leche empezó a salir de mi ano, era muchísima cantidad, el se agachó y lamió mi ano, tomando un poco de su leche en la boca, se levantó, me besó y me pidió que tragué su leche, estaba deliciosa.
Nos tumbamos en la alfombra, desnudos, y me dijo que nunca le habían aguantado tanto la pija como yo, que cada tanto iba a cogerme salvajemente.
Ha pasado tiempo y me coge al menos una vez por semana, dice que no puede aburrirse de cogerme y que le encanta que lo obedezca en todo.
Es todo un macho.
Espero les haya gustado, comenten.
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