Mi vecino drogadicto que me cogia
Siempre andaba sucio y desalineado y yo lo veía con algo de asco.
A los 15 años vivía con mis abuelos. Teníamos un vecino que ya estaba grande algunos treinta y tantos y era drogadicto. La verdad nunca le puse atención, lo veía desalineado, incluso podríamos decir que hasta sucio por lo que yo siempre le daba la vuelta. Esa vez mi abuelo lo contrató para que le hicieron un trabajo en el patio pero como les digo, yo entraba y salía de la casa y lo ignoraba pues el tipo no me causaba absolutamente nada más que indiferencia. Eran vacaciones así que yo me levantaba hasta tarde. Un día tocaron a mi puerta para darme el teléfono de la casa pues me estaban marcando de la escuela para darme una información. Como duermo desnudo pues así me levanté corriendo y solo saqué la mano por la puerta para tomar el teléfono. Atendí la llamada caminando por todo el cuarto completamente desnudo cuando de repente vi en el reflejo de mi espejo a este tipo completamente paralizado frente a mi ventana observándome. Sentí escalofríos y un poco de vergüenza; por un instante pensé en taparme pero luego me excité. Terminé la llamada y me seguí viendo en el espejo y veía como el tipo seguía observándome; no se movía, estaba perplejo. La verdad estoy delgado pero bien piernón y bien nalgon por el futbol así que me exitaba verlo como disfrutaba de ver mi culito suavecito desnudo. Los siguientes días lo empecé a observar más. Estaba súper flaco me imagino que por las drogas aunque se le marcaban los bracillos con poco músculo y un día que se alzó la playera le vi cuadritos en la panza. Estaba güerito pero tenía la cara bien maltratada llena de arruguitas y unas sicatrices y siempre traía su barba fodonga y su bigote desaliñado. Cuando estábamos entre la gente me hacia que lo ignoraba que no le prestaba atención pero todas las mañanas en mi cuarto deambulaba desnudo con la ventana completamente abierta para dejarlo que me viera. Me acostaba en la cama boca abajo para que me viera el culo bien abierto y en ocasiones me masturbaba con una baqueta que pasaba entre mis nalgas. Me venía chorros viendo por el espejo como él se quedaba viendo todo. Una mañana mis abuelos se fueron desde temprano al hospital y solo escuché como mi abuelo le daba instrucciones a este tipo de lo que debía hacer y se marcharon. Me excitó tanto saber que estaba completamente solo en la casa con este tipo aunque realmente él no me gustaba. Él no me excitaba para nada, incluso podría decir que se me hacía feo pero me excitaba el ser deseado por él. Cuando lo escuché trabajando en el patio salí de mi cuarto desnudo y me fui a bañar. Me bañé con la puerta abierta esperando a que el entrara y me viera pero no pasó. Me salí de bañar y me sequé pero me quedé desnudo y así me anduve por la casa. Fui a la cocina por un vaso de agua y mientras olvidaba la situación de repente escuché un «disculpe». Me asusté mucho y me puse súper nervioso; hasta la erección que traía se me bajó por completo. Me pregunto que si le daba chance de subir al patio de la planta alta para bajar una herramienta de mi abuelo. Hablaba mirándome de pies a cabeza de modo que me volvió a excitar ver cómo clavaba su mirada en mis nalgas. Le dije que sí, que no había ningún problema y me dijo que si yo lo podía llevar. Le dije que sí que me siguiera entonces empecé a subir las escaleras y me puse súper caliente saber que yo iba caminando y que él iba detrás de mí viendo el esplendor de mi culazo que quedaba justo frente a su cara. Mis piernas gordas se iban frotando por debajo de mis huevos con cada paso que daba y me excitaba aun más. A media escalera con mi mano derecha me rasqué la nalga Pero más bien lo que hice fue abrirme un poquito el culito para que viera un poco más de mi ano. Volteé y vi su cara a unos cuántos centímetros cerca de mis nalgas y se miraba completamente hipnotizado por mi culo. El pene me empezó a babear de lo excitadísimo que ya estaba. Cuando llegamos arriba me paré justo en la puerta de mi cuarto me recargué y me empiné un poquito para sacar bien mis nalgas. Él estaba completamente cerquitas de mí sin tocarme y me di cuenta que él no se atrevería a hacer absolutamente nada así que decidí decirle que si no tenía ganas de hacer otra cosa. Solo se rió nervioso y me dijo que no sabía, entonces le pregunté que si yo le gustaba y me dijo que tenía un culo hermoso como el de una nena de 13. Le dije que si quería lo podía tocar. Pensé que me sobraría la pompi como lo habían hecho otros weyes a los que se los había ofrecido antes, luego les platicare. Pero cuando menos acordé ya tenía su manota bien metidas entre mis nalgas y su dedo indice sobando suavemente mi ano de arriba hacia abajo. La tenía bien rasposa y hasta sucia de tierra. Era la mano grandota y tosca de un hombre varonil y trabajador. Sentí muchos escalofríos y un cosquilleo que recorrió toda mi espalda. La piel se me erizó y sentía el placer más delicioso en mi ano y escroto mientras el masajeaba con su dedo rasposo mi culito suavecito y cerradito. Eche un gemido de placer y empecé a mover mis caderas hacia delante y hacia atrás pues era demasiado delicioso lo que estaba sintiendo. Sentía muchas cosquillitas entre las piernas y el deseo de ser penetrado. Con mi mano agarre su manota y la puse abierta entre mis nalgas y empuje su dedo medio entre mis nalgas para que siguiera masajeando. Sujete su mano y empecé a mover mi culito hacia arriba y hacia abajo, hacia enfrente y hacia atrás para sentir como la llema de su dedo frotaba mi ano desde donde terminan mis huevos hasta arriba de mi agujero. Mientras hacía eso le pedí que besara mi espalda lo que hizo rápidamente dándome besitos chiquitos y lamiendo mis hombros y mi cuello. Fue cuestión de unos minutos en lo que me masturbe sintiendo todo ese placer que me volvía loco de modo que termine echando chorros de leche que cayeron en el piso. Al terminar lo mire y la verdad me sentí tan avergonzado que solo me metí a mi cuarto y cerré con seguro y no lo volví a ver en todo el día. Los siguientes días que mis abuelos salían temprano de casa yo me andaba desnudo por donde el estaba. Le decía «mirame» y me masturbaba delante de él, terminaba y me encerraba en mi cuarto. Otras veces lo interrumpía y tomaba su mano, la ponía en mi culo y me masturbaba hasta venirme y me iba. Una vez le dije que me tomara fotos solo como pretexto para abrir mis piernas y mi culo para ver sus ojos fijos en mi agujero, en cada foto le decía que se acercara más y luego que pusiera su mano en mi pierna y así hasta volver a hacerlo que masturbe mi ano en lo que yo me masturbaba para sentir ese orgasmo tan exuberante que me dejaba loco por unos segundos. El no me decía nada, solo se dejaba que yo hiciera con él lo que quisiera; solo se reía. Un día salí de bañarme y lo vi sentado en una silla en el patio de arriba tomandose una coca. Estaba el solaso y como ya había trabajado estaba todo sucio y sudado. Me salí desnudo con mi piel fresca y mis poros abiertos por la ducha y ya estaba super mega caliente. Me pare frente a él tapandome la verga con las 2 manos lo miré a la cara y se me quedó viendo a los ojos. Mientras nos mirábamos empezó a acariciar mis muslos por detrás desde la parte trasera de la rodilla hasta donde empieza la nalga de abajo pero me dijo «nomas no te quites las manos de ahí porque la verga por nada del mundo te la voy a tocar». Me reí. Me agaché y acerque mi cara hasta la suya y lle di un besito de piquito en su boca. El no se movió, parecía estatua, no se quito ni nada, solo paro las trompitas para aceptar el beso. Entonces me pare de nuevo, me di la media vuelta, sujete su cabeza y lo empuje hacia mis nalgas. Él rápido puso sus manos sobre mis nalgas y sin pensarlo las abrió para poner su boca en mi mero culito suavecito y húmedo con sabor a jabón, empezó a lamerlo como loco, como un perro sediento, me agarraba las caderas y me jalaba como si quisiera meterse x completo en mi cola. Yo me volvía loco. Solo lo despeinaba con una mano mientras lo empujaba más a mi culo y con la otra me apretaba mi pezoncito pues era extremo el placer que estaba sintiendo. » ohh, siii, que rico, aahhh, mmmmmm, me encanta tu lengua en el culo, lamelo, comeme por favor, comeme» sentia como restregaba su cara entre mis nalgas, sus bigotes y su barba me picaba la piel de mis nalgas lampiñas tan rico que me volvía loco, hasta me daban ansias, como desesperación, pero no quería dejar de sentirlo. Me mamo el culo por unos minutos y luego me sente en sus piernas frente a él y lo empecé a besar frenéticamente. Metí mi lengua hasta su garganta y el me apretaba las nalgas con tanta fuerza de las ganas que tenía por cogerme. Olía terrible a sudor y tierra pero creo que eso me éxito aún más. Le dije que nos metieramos a mi cuarto, ahí nos seguimos besando y fue cuando decidí desvestirlo. Le quite la playera y bese su pecho y su panza tan duros como piedra. Sabía bien salado pero eso me éxito aún más. Le bajé los pantalones y la verdad estaba terriblemente flaco, sus piernitas juntas eran una de mis piernas gordas. Pero su pene estaba hermoso. Quien diría que ese casi vagabundo, sucio y desalineado viejo cargará entre sus piernas un pene hermoso y suave, tan rico, largo y carnoso. Lo tenía blanco casi rojo y no tenia pellejito, su glande estaba todo pelón, rosita y para mi sorpresa no sabía feo, sabia rico, a piel fresca y su bello púbico era muy poquito, como un bigotito exquisito, y el resto del cuerpo lo tenía lampiño. Quise acariciar sus nalgas pero no tenía nada jajajaja. Me imagino que joven estuvo muy guapo y tenía músculos pero el crack y todas las drogas que se metía lo jodieron. Le mame la verga con tanta hambre y sed. Me la metía hasta la garganta, se la lami de arriba hacia abajo, la succionaba como queriendole sacar la leche, con la verga adentro le lamia la cabeza y el solo me jalaba el cabello y gema y me decía que sentía riquísimo. Mientras le mamaba la verga le acariciaba los huevos suavemente con mi mano, pues pienso que mientras se mama la verga se tiene que sobar los huevos o acariciar las nalgas para que disfrute más el bato. Acaricie sus ingles, sus piernitas flacas, su escroto casi llegando a su ano, y el solo gema y me jalaba el cabello. Cuando empecé a sentir el sabor salado de su semen me tire en la cama y me empine bien abiertote para que disfrutara de mi agujero. Le pedí que siguiera matando y rápido enterró su csrs entre mis nalgas. Me temblaban las piernas del placer que estaba sintiendo. Sentía un escalofrío en toda la columna que me hacía doblarme más y empinarme más con la cara totalmente en la cama y el culo bien parado. Me metió la verga y la verdad ni me dolió. Se me fue como agua y solo sentí el placer más rico de la vida. Me azotó varias veces, amo sentir mis nalgas embarradas en sus caderas de hombre, estampandose en su vientre. Luego me acosté de lado y el seguía parado, me abrí las nalgas para que viera mi agujero y yo disfrutaba ver sus ojos viendome el ano rojo con hambre y deseo y lo dejé meterme la verga bien duro. Me dijo que se canso entonces me acosté bocabajo y se echo encima mio. yo estaba con las piernas cerradas y nomas me abrió las nalgas y me metió la vergota mientras sentia su respiración en mi nuca, me lamio la oreja, el cuelo y yo me volvía loco; no estaba soportando tanto placer. Casi sentí que me venia en ese instante. Me dijo que ya iba a terminar pero que quería verme de frente. Me acosté y alce las piernas para recargar las en sus hombros y me dio otra buena ensartada. Senti muchas cosquillas en mis piernas frotando la piel de su pecho y panza mientras el se movía para meter y sacar su verga de mi culo como encajando una pala en la grava. Ahí fue cuando yo me vine. «Ni pares, no pares, metemela hasta dentrote» le decía mientras mi leche saltaba como balas de saliendo de una pistola. Eche chorros que cayeron hasta mi cuello, mi pecho y panza. El aún no terminaba. Le dije que se acostará y entonces me monte sobre el. Después del orgasmo seguí sintiendo delicioso el cosquilleo de su verga adentro de mi culo casi topando en mi panza x dentro como si quisiera volver a venirme. Le di varios sentones por unos minutos hasta que gimió bien fuerte » aaaah no mameees» y sentí sus chorros entrando en mi culo. Hizo caras, apretó los ojos, me encajo las uñas en mis piernas mientras yo seguia dándome sentones en su verga deliciosa. «Yaa, ya, ya no aguanto» me dijo pero yo seguía disfrutando su verga dentro de mi, quería que nunca me la sacara, quería sentirla por todo el día, hasta que me agarro fuerte y me tumbo a la cama y al fin saco su verga. Ambos nos reímos y me empezó a besar. Estaba acostado encima mío, lo abrace pero estaba tan flaco que parecía que tenía a un nene entre mis brazos. Me le quedé viendo y la verdad se me hacía tan feo y viejo, demacrado, casi vagabundo, pero pensaba que a lo mejor de joven estaba bien guapo. Me dijo «creo que estoy enamorado de ti» me reí y lo moví de lado, me levanté de la cama y le dije que si ya termino de trabajar que se fuera porque en cualquier momento llegarian mis abuelos. Luego me metí a bañar. Cuando termino el trabajo de vez en cuando yo le hablaba para que fuera a cogerme. A veces metía viejas a su casa pero nunca tuvo una esposa formal. Luego con el tiempo yo me involucre con otros tipos y me olvidé de él. Como vivía de renta un día dejo la casa y ya jamás lo volví a ver.
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