Mi vecino Edgar
Hola buenas espero les guste esta experiencia que tuve cuando tenía diez años con uno de mis vecinos.
Bueno. Ésto me pasó a los diez años. Eran los ochenta’s. Tenía un vecino llamado Edgar. Agradable y platicador. Yo a veces hacia mandados para ganarme unos pesos y guardar para jugar a las makinitas luego. Así. Una mañana. Mis padres habían salido a un mandado y no vendrían hasta la tarde. Entonces decidí hacer unos mandados a mis vecinos. Ya cuando Hiba a casa mi vecino Edgar me llama y me pide que le traiga tortillas. Yo accedí y me fui a las tortillas. Ya de regreso le entregué las tortillas y me dijo que pasará a la sala. Sentado en el sillón mirando TV. Mi vecino apareció solo con un schort sin playera. Se sentó a mi lado y comenzó a platicar conmigo. De cosas de la escuela. Entonces el me dijo si no me enojaba si le preguntará algo. Yo le dije que no había problema. Me dijo si podía tocar mis piernas. Yo me quedé callado. Entonces el. Puso su mano en mi rodilla y comenzó a subir por mi pierna hasta mi entrepierna. Con la otra acariciaba mi espalda. Yo estaba exitado. Mi vecino se levantó del sillón y cerró la puerta. Se paró enfrente de mi y se quitó su schort. Una verga larga y gruesa se acercó a mi boca. Mi vecino me pide que se la chupe lo cual obedezco. La agarro con mis manos y la empiezo a chupar. Las manos de mi vecino acarician mi pelo mientras sigo chupando ese caramelo de carne hasta que. Mi boca se llena de esa miel blanca y salada. Luego. Me quita mi playera y schort. Me abraza y sus manos se agarran de mi culo mientras me besa. Nuestras lenguas se frotan y mis manos agarran la verga de mi vecino. Me acuesta en la alfombra y se acomoda para entrar en mi. Entre saliva y precum. Lubrica la entrada de mi cuevita. Levanto mis caderas para recibir su hombría. Me agarra de mis hombros y comienza a entrar en mi. Embestida tras embestida su verga se abre paso dentro de mi culo. Me decia al oído que yo siempre lo excitaba mucho. Le gustaba mi culote y mis piernotas. Sospecha que me gustaba la verga. Talvez por mi carácter amanerado que tenia. Sus manos se aferraban a mis pechos y sus embestidas eran más fuertes. Yo solo me dejaba llevar. Desde que tenía nueve años me estuvo deseando. Tenía mucho que desahogar. La TV tenía el volumen alto. Así. No escucharían mis gemidos y los resoplidos de mi vecino. Varias veces se vacío dentro de mi. Me hizo que le limpiará su verga así que. Se la chupe mientras el Metía sus dedos dentro de mi culo. Otra vez me acomoda de lado en la alfombra y levantando una de mis piernas me la vuelve a meter. El chupa mis pechos y continúo recibiendo su leche. No paraba de cogerme. Me levantaba y me ponía en el sillón y seguía embistiéndome eran pocas las veces que Me cojieron de esa manera. Literalmente termine bañado en semen. Mi pelo, mi cara, mis pechos cuando terminamos ya era tarde. Yo estaba cansado solo me vestí y me fui a casa. Que estaba a lado. El se quedó dormido en la alfombra. Solo cerré la puerta y me fui. Al día siguiente. Pase por su casa y el me hablo. Me preguntó si estaba enojado yo le dije que no. Luego me dijo si me había gustado yo le respondí que si. Lo disfruté mucho. Me dijo que me quería volver a coger le dije que si. El fin de semana mis padres volverían a salir todo el día. Hasta entonces. Y así paso. Llegó el fin de semana. Y tempranito. Ya mi vecino me estaba esperando. Apenas mis papás se fueron. Me Cruce la cerca que separaba nuestras casas. El me recibió con un abrazo y desnudo. Cerró la puerta trasera y me llevo a su cama. Me quito la ropa y me besó. Me dijo que lo volvía loco. Me puso de perrito y me lengüeteo mi culo. Si caliente saliva lubricaba mi cuevita. Yo abrazaba la almohada mientras su verga entraba en mi. Hacia calor. Podía sentir el sudor respaldando por mi espalda. Sus embestidas eran frenéticas. Su voz entrecortada y jadeando me decía. Haa chiquita que culito tan grande y apretado tienes. Siempre me gustó escuchar esas palabras. Me excitaba mucho. Una vez más. Mi interior se empezaba a llenar de su leche. Sus resoplidos, mis gemidos, el rechinido de la cama y los clap clap de mi culo pegando su entrepierna. Se escuchaba por toda la casa. Volví a terminar bañado en leche. Todos los sábados me montaba. Hasta que un día salimos de vacaciones y al regresar. El ya no estaba. Se había mudado. Eso me puso triste. No entendía porque se marchó. Y bueno. Esa relación duro tres hermosos meses. Espero les haya gustado. Y disculpas por el relato anterior. Por alguna razón se bugueo. Pero lo volveré a escribir está fue una de otras relaciones que tuve en mi niñez. Lo disfruté mucho. Ya les contaré otras más abrazos y besos 😘
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