Mi vecino el mecánico me robó la inocencia.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi relato comienza una tarde de verano cuando tenía siete años, yo vivo en Argentina, recuerdo que hacia mucho calor ese día y en la vereda no habia ningún niño para jugar.
Como a media cuadra de mi casa hay un taller en el que siempre hay hombres trabajando, el dueño se llamaba Felipe y siempre trabajabá con su hijo menor Gustavo, quien debia tener unos 19 años, pero por una enfermedad que sufrio de pequeño aparentaba tener 12 o 13 años.
Nunca nadie en el barrio se acercaba a jugar con el porque le tenian miedo, pero sin mas remedio al no haber nadie en la calle me propuse hacerme un nuevo amiguito, sin pensar lo que me iba a encontrar…
Me acerqué a el y le pregunte por su nombre, me dijo Gustavo con cierta timidez. Pronto empezamos a jugar en la vereda del taller, ese lugar era un sueño para mi, lleno de cosas para divertirse, y estaba mi nuevo amigo Gustavo. Así pasaron dos semanas, yo iba todas las tardes a jugar con el y me divertia mucho.
El primer acercamiento que tuvimos fue una tarde en la que el tiró una moneda al piso y me pidio que la recogiera, cuando me agache apretó mis nalgas muy fuerte y me puso su dedo en mi agujerito por encima de el short que llevabá puesto , me levante rapidamente cuando lo observe se reía y me di cuenta que había algo entre sus piernas que se notabá por debajo de sus sucios pantalones de mecánico. Yo, aun inocente le pregunte que estaba guardando ahi, me dijo que no me lo podía mostrar en ese momento pero que mas tarde iba a averiguar que era.
Muerto de ansiedad quería saber que guardaba Gustavo entre sus piernas, pero con el correr de los dias me saque esa idea de la cabeza.
Una tarde estabamos jugando en la vereda cuando me invita a pasar a su casa, yo nunca habia entrado antes ya que mi mamá me lo tenía prohibido, pasé igual.
Me mostró el baño, las habitacione, todo parecia ir bien. Cuando llegamos al patio había una calesita oxidada, vieja que ya no daba vueltas. Nos sentamos y el me miraba fijamnte, de golpe pone su mano en mi pene, por encima de mi bermuda y me dice que ibamos a jugar con mis huevitos, yo hago lo mismo que el y le agarró el paquete y le dijé que ibamos a jugar con sus huevitos, sosteniendolo, en ese momento pensaba que erá un juego, así seguimos por un rato hasta que me propuso algo.
G- Si me muestras tu pija yo te muestro la mia.
Y- Esta ien, pero vos primero.
Cuando se desabrocho el panalón pude ver una pija increible grande, cabezona, llena de venas, peluda, nunca habia visto algo asi en mi vida. En ese momento me dice bueno ahora te toca a vos, yo saque mi pene pequeño de niño, el se sonrio y me invitó a su habitación para que sigamos jugando.
Una vez en su habitacion me dijo que yo ganaba, que ibamos a jugar con los huevitos de el.
me hizo ponerme de rodillas enfrente de su cama, bajó sus pantalones y ahi estaba, otra vez esa pija, ahora en mi cara, no sabia que hacer, de pronto se paró, se sacó toda la ropa y me dijo que yo hiciera lo mismo, se acostó en la cama y me hizo subir encima de el, to sentado sobre sus piernas, tomó mi mano y la puso en su verga, comenzó a hacer movimientos de masturbación, en ese momento no entndía nada pero lo estabá disfrutando, era parte del juego.
Me bajó al suelo y el sentado en la cama hizó que me ponga de rodilla, me dijó que abrá la boca lo mas que pueda y me agarró de la nuca, llevo mi cabeza a su pene y me dijo que lo chupe como si fuera una paleta, de arriba a abajo.
Estué un rato largo así, mi mandibula se cansaba, era muy grande su verga para mi pequeña boca de siete años.
De la nada me apartó y sentí como sus chorros de leche caian desde mi frente hasta mi pera, me dijó que lo llevará todo a mi boca, y asi lo hice, con el dedo empujé todo el semen, disperso por toda mi cara hacia mi boca y me trage toda su leche.
Me miró y me dijo, muy bien putita ahora vas a ser mi trola de verdad, veo que te gusta tomar la leche, espero que te guste lo que te voy a hacer porque lo vas a hacer todos los dias.
Me subio a la cama y me puso boca para abajo, mi culito quedo parado no veía que estaba haciendo el, de pronto siento que me pone una especie de aceite que utilizaba en el taller de su papá.
me levantó el culito un poco mas y sin piedad introdujo toda esa verga gigante cabezona y venosa en mi estrecho culito virgen, sentí como sus bolas, que eran gigantes y peludas golpeaban el limite de mi cola, comenzó a hacer sus movimientos muy fuertes, yo gritabá y le pedía que paré pero nadi nos oía solo se escuchaba el ruido del cortafierro y la música fuerte que ponían los muchachos del taller para trabajar.
Gustavo me tomaba fuertemente con sus manos negras de grasa por la cintura y metía y sacaba casi por completo esa increible pija, de la nada se detine y sacó por completo su verga, cuando la miro estaballena de semen y de grasa negra que habia usado para lubricar, yo lloraba del dolor que sentía en la cola y me agarró de los pelos y me dijó a ver si con esto te callas, me metio la poronga hasta la garganta, asi toda sucia como estaba, la saco, limpia y tomó un trapito que habia en el suelo, me limpio la cola y me dijó que mas vale volviera todos los días o le iba a contar a los chicos del barrio que yo era su putita.
Del miedo que sentí a que mis amigos se enteren al otro dia fui pero Gustavo no estaba solo… Continuará
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