Mi vecino erótico
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola, soy Antonio, tuve relaciones sexuales especiales con mi vecinito Martin hace aproximadamente 15 años atrás cuando yo tenia 14 años y él estaba casi a un mes de cumplir los 8 años.
Soy el mayor de mis 3 hermanos, desde los 7 años hacía de padre y madre cuidando en casa a mis hermanitos, porque mis padres vivien del comercio y pasan recorriendo mercaderia en las calles, me ganaba unos cuantos pesos haciendo mandados, vendiendo pan, helados y lustraba botas en las calles y parques.
A mis 9 añitos unos amiguitos lustrabotas y panaderos mayores que yo, con pretexto de jugar a las luchas y a las escondidas me hacian montadas y culiadas las primeras veces vestido, muchas veces después, me lo hacían desnudo con suave roce de sus penes en mi culo o poca penetración de la cabeza de sus penes rechazandolos cuando ya sentía mucho dolor, me lo hacian a escondidas, encerrados, ya sea en los baños publicos, casas solitarias, solares abandonados o en el cuarto de mi humilde casa de una agua de zinc, de una planta, de construcción mixta de ladrillo sin enlucir y caña guadúa. Culiaba en ausencia de mis padres y cuando a mis hermanitos los mandaba a jugar al patio del edificio de departamentos de arriendo cercano a mi casa.
Estas culiadas despertaron mi inquietud sexual de masturbarme y culiar, tanto asi que a los 12 años tuve mi primera relación sexual con prostitutas, me desforraron la cabecita de mi pene. Cuando no tenia dinero para usar a las prostitutas (que era lo común) me ponia muy caliente y exitado asi que invitaba algunos amiguitos a culiar en mi cuarto, entre ellos, Leonardo, de 10 años, con él desfogaba mi calentura. Lo haciamos en cuestión de brevisimos minutos muy rápido por temor a que mis hermanitos nos vieran, o cuando, por sobar muy rapido mi pene, en el pene y culo de Leonardo, sentia que me salia la leche de mi pene. A los 14 años, ya estaba en toda la efervescencia sexual de mi edad.
Una tarde la mamá de Martin me llamó para que acompañe a su unico hijo a comprar unos viveres, que le ayude con el bulto de las compras y con el vuelto, Martin y yo nos reimos en el camino ya teniamos una buena amistad que se consolidó invitándome luego a jugar con su pelota en el traspatio del edificio con el permiso de su mamá.
Estábamos unicamente los dos jugando penales y luego a las luchas, Martín tenia puesta una camiseta y shortcito ajustado a su culito, llevaba una licra de interior, cuando lo vencia se quedaba quieto boca abajo o boca arriba, asi aprovechaba para sobarle mis caderas endureciendose mi pene, Martin sentía mi pene en su estomago, en su pene y en su culito, fue tanta mi excitación que le dije ¡Culea! ¡Culea! Martin me abrazaba mis caderas, movia sus caderitas, no me soltaba, queria que lo siga culiando, le sobaba mi pene en su culito tan voluminoso y rico, de pronto senti el gustito de botar leche pero me contuve porque sabía que iba a mojar nuestros shores, hice a un lado el cuerpito de Martin, nos levantarnos, mientras nos limpiabamos nuestras ropas del césped Martin me preguntó ¿Ya culiamos? Le dije que si, pero que hay otras formas más ricas de culiar, me preguntó: ¿Me las enseñas?
Aquí no, le respondí, le dije que vayamos a un lugar solitario donde nadie nos moleste ni nos descubran, Martin me indicó un cuarto lejano al garage del edificio, me di cuenta que Martin estaba muy arrecho con deseos locos de coger mi pene.
El primero en entrar fue Martin, con su pelota, al ratito entré viendo a los costados, le dije que se dejara hacer todo para que sintiera lo rico de culiar, que nada de lo que pasaba aquí tenia que contar, Martin tenia sus manos dentro del short estirándose su pene aceptó, le quité su camiseta, lo sentía nervioso e impaciente, su piel estaba caliente del deseo, su olor a perfume lo recorria con mi nariz y lengua lamiéndole su espaldita, Martin estaba parado, cerraba sus ojos, su piel estaba de gallina, mi piel estaba ardiente. Con la seguridad de que nadie nos molestara y con todo el tiempo disponible para culiarnos, le baje lentamente su shortcito y pude ver el bulto de su penecito de punta queriendo salir por su interior de licra, era delicioso bajarle suavemente su interior hasta sus tobillos, dejándole al descubierto su blanco pene algo rosado por sus estiradas y apretada de pene que lo hacia con sus deditos.
Me arrodillé, abri mi boca saqué mi lengua y lamia la punta de su pene pasando por su tronco hasta llegar a sus bolitas, Martin abrio los ojos sorprendido, sus manos agarraban fuertemente mi pelo cuando su pene penetró totalmente mi boca mamándoselo repetidamente.
Le dije que alzara sus pies para quitarse la ropa, le hice voltear parado ahora su culio estaba frente a mi boca, besé sus nalgas y con la nariz olia su culo con rezago de algo de mierda, eso no fue impedimento para pasarle mi lengua por su culo, ya lo habia hecho con otros amiguitos, pero este amiguito era especial, Martin era delicadito, sus uñas bien cortaditas, sus pies bien formaditos y limpios, su piel blanca tan suave y sanita, su pelo perfumado de aceite para niños, queria probar poco a poco todo su rico cuerpito, la soledad del lugar me seguia dando confianza y seguridad.
Le hice acostar boca arriba note su expresión erotica de deseo por culiar, me quité rapidamente mi camiseta y me bajé suavemente mi short y mi pequeño boxer quedando mi pene a la vista de Martin que se sorprendió al ver mi tamaño y llena de pelos, me agitaba el pene moviendolo por todos lados, le dije ¿Te gusta? Martin solo se limitó a bajar su mirada y a sonreirse, uni mi pecho al suyo buscando sus labios para besarlo, al principio movia su cara a los lados pero ante mi insistencia se dejó abriendo sus labios aprovechando para meterle mi lengua y besarlo, nuestras pieles se unian sintiendo la tibieza y la respiración que salian de nuestros pechos, apoyé mis manos al piso alzando mis caderas hasta llevar mi pene a sobarlo junto al suyo, le dije que abriera sus piernas le pregunté ¿Se siente rico? Martin me dijo un si con sus ojos cerrados le dije ¡Mira como culiamos! Abrio sus ojos y miró nuestros penes unidos, mi pene sobaba por en medio de sus bolitas saliendo por el tronco de su pene, con mi mano cogi mi pene y se lo sobé por la raja de su culito, deje sobar su pene en mi pene al instante en que arqueado mi cuerpo chupaba con mis labios su cuello, tetillas, barbilla y lo besaba, apreté mi boca a la suya cuando sentí leche que salia de mi pene producto de sobar aceleradamente mi pene, la leche nos mojó nuestras pancitas, me quede un ratito apoyado de lado sobre el cuerpito de Martin que veia mi pene mojado junto al suyo, nuestras bocas muy cercanas botaban alientos de excitación, el sudor de nuestros cuerpos se mezclaban con el semen cayendo a los cartones que nos servian de cama, seguiamos con nuestros cuerpos de perfil frente a frente, Martin alzó su piernita poniendola sobre mis muslos, me los sobaba con sus piecitos, me acercó más su pene pegándose al mio, Martin movia sus caderitas culiando mi pene, me sonreí, sabía que queria más sexo, aunque yo ya había terminado, lo que me hacía hizo que se me ponga erecto mi pene.
Pasaron unos segundos y le dije que se ponga boca abajo le besé las nalgas y le sobe la cabeza de mi pene en la raya de su culo, se la meti despacito, creo que sintió molestia por lo que le estaba haciendo y me preguntó: ¿Qué me estas haciendo? Le respondi que lo estaba culiando también por el culo se culea rico.
Para que Martin me tenga confianza por lo que le hacia, me puse boca abajo acostándome sobre el cartón le dije que sobara su pene sobre mi culo, al rato sentí su pecho en mi espalda sintiendo mi culo las caderas y pene de Martin que las movia aceleradamente, al ratito lo vi levantarse dirijiendose a orinar a la pared, desde mi postura vi a Martin rascarse de placer sus nalgas, meterse suavemente sus dedos al culo con una mano y con la otra tenia sujetado su pene, eso me excitó y cuando terminó de orinar se acercó a mi, me le arrodillé y le mamé su pene con residuos de orina, le dije ¿Ves que se siente rico? Me dijo si, y le dije: ¡Culiemos!
Lo acosté boca abajo y sin pensarlo mucho le metí mi pene por su culito despacito tramo por tramo de mi pene mojado de semen iba metiéndoselo sintiendo la tibieza de las paredes interiores de su culito, a cada gemido que Martín hacía, le sacaba mi pene, el sudor corria por mi pecho, segui metiéndoselo cada vez más suavemente por su culo, cada vez que entraba mas profundo podía sentir como su cuerpo se estremecía, Martin gemia fuerte, tenia intenciones de gritar, me decia ¡Deja! ¡Ya! ¡Deja! yo le decia ¡espera! ¡Ya casi! ¡Ya casi! Hasta que le metí todito mi pene y lo tuve dentro de su culito, le saqué mi pene sobándole por la raja de su culito que le salia un poco de sangre.
Martin se sentó sobre el cartón, tenía una expresión de muecas de dolor tocándose con sus dedos su culito y viendo su sangre salir, rompi un poco de papel y cartón limpiándole su culo que lo puse en cuatro.
Seguimos sentados un buen rato, Martín no decía nada, estaba con su mirada cabizbajo, le recordé que no debia decir nada que solamente correspondí a enseñarle lo que él queria y que ese dolor pasaría si va a su casa se bañara bien con jabón y se pone crema, Martín se levantó caminanado con dificultad, aceptó mis palabras y salimos del lugar, jugamos apostando a contar adivinanzas pero el ánimo de Martin era otro, estaba pensativo, le hice unas bromas conté chistes con mimo, hasta que medio se sonrió llamándolo su madre despidiéndose de mi con una leve sonrisa llevándose su pelota.
No me dejaba ver de Martin por temor a alguna represalia, o comentario, hasta que pasó casi un mes, estaba jugando con mis hermanitos, Martin se me acercó sonriente, nos sentamos a conversar me invitó a su cumpleaños. Al disimulo pasó sus manos por los muslos de mis piernas, respondiéndole con mis manos el roce disimulado de mis dedos por su pene, era señal que le había gustado que lo culiara qu recordaba lo que mi pene le habia hecho en su culito y fue la gustosa señal de futuras culiadas que le hice por tres años en aquel delicioso e inolvidable lugar del garage.
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