Mi vecino me escupe de su semen en la boca (Pt1)
Escupió una cantidad hermosa de saliva combinada con semen en mi boca la cual yo disfrute como si fuera el ultimo vaso de agua del desierto. Obviamente trague todo lo que él puso en mi boca, ya sea su saliva o su semen, si venia de él, lo necesitaba todo dentro..
SEDUCIENDO A RAPHAEL (PARTE 1)
Me describo rápidamente, soy alto con pelo negro, me gusta usarlo un poco largo, tengo lentes, era gordito cuando era niño, pero en la adolescencia me estire mucho y me veo mucho más delgado. Tengo un pene de 17 cm y un culo algo grande y voluminoso, lo que nunca adelgace, fueron mis piernas.
Cuando tenía 16, vivía con mi padre y mis tíos en una pequeña casa con tres cuartos, llevábamos viviendo ahí 4 años cuando mi vecino nos pidió un lugar donde dormir, pues por culpa de las lluvias, su casa quedo inhabitable.
Mi vecino, Raphael, era un hombre de unos 41 años, pero que no aparentaba su edad, tenía una barba cerrada y era delgado con músculos, a mi parecer, el hombre más hermoso del mundo.
Cuando él estuvo en mi casa, intentaba coquetearle de cualquier forma que tuviera, miradas, roces pequeños, tocarme el bulto, y amaba saber que estaba funcionando.
A los 5 días ahí, uno de mis tíos se fue de viaje a otra ciudad por lo que dejo un cuarto libre para Raphael, amaba la idea pues me encantaría visitarlo ahí cuando estuviéramos solos.
Por la noche, fui a su cuarto a espiarlo, ya estaba dormido, pero estaba desnudo. Podía ver su hermoso cuerpo marcado, su abdomen, su pecho hinchado, y, sobre todo, su pene flácido descansando sobre su muslo izquierdo. Estaba tan sumido por la excitación que traje una silla con cuidado de no hacer ruido y me hice una paja ahí mismo, viéndolo.
Luego de una semana ahí, por la noche, en mi rutina ya hecha para ir a pajearme viéndolo dormir, escuche un ruido antes de entrar a su cuarto, se escuchaba como un video porno, gemidos, el sonido de una pelvis chocando contra unas nalgas, y, sobre todo, una voz masculina que decía “Oh yes daddy, fuck just like that”. Me emocioné tanto por descubrir que estaba viendo porno gay que me fui al baño y me hice la paja en segundos.
Paso otra semana cuando mi papa y mi otro tío me dijo que se iban a ir de viaje a donde estaba mi otro tío, me preguntaron si quería ir. Amaba la idea de quedarme solo con Raphael y me negué diciendo que tenía que hacer unas cosas de la escuela (Aun tenia clases en línea en ese entonces).
La noche anterior a que mi papa y mi tío se fueran, mi padre se acercó a mí y me dijo
-Ten mucho cuidado con él, es bien mañoso con los hombres, su hermana me dijo que le encanta cogerse a los vatos, no vayas a dejar que te haga nada, si puedes, enciérrate en el cuarto cuando el vuelva de trabajar y le dices que estás haciendo tarea-
Mi padre aun no sabía que yo era el hombre más gay que había pisado el planeta tierra, así que solo le dije que sí, pero me prepare para el siguiente día, porque estaba decidido a que Raphael me entregara su verga.
Mi padre y mi tío salieron de la casa a las 4 am, porque el vuelo era muy temprano, cuando se fueron, me asomé al cuarto de Raphael y lo descubrí desnudo y con la verga en la mano viendo a dos hombres cogiendo en su celular, simplemente le sonreí y cerré la puerta, pues aún tenía algo que hacer
Tenía que verme deseable para él, así que me fui a lavar los dientes, a rasurar cualquier vello indeseable de mi cuerpo, arreglar mis vellos genitales y lavar mi culo. Lo hice lo más rápido que pude para poder ir con él, finalmente me puse el más diminuto de los boxers que pude encontrar y fui a su cuarto otra vez
En cuanto abrí la puerta lo vi en su cama, tapado hasta el cuello con su cobija, sus pies mirando hacia la puerta, parecía que se había quedado dormido. Me moví en silencio y me subí a la cama a lado de él, era un colchón Queen así que teníamos bastante espacio
Comencé a sobar su verga por encima de la cobija, estaba flácida y débil, por la prisa de cerrar la puerta hace rato, no pude ver el tamaño de su verga, pero estando flácida media unos 7 u 8 cm así que debía de ser bastante grande. Le quité la cobija y vi su cuerpo, su cuello marcado seguido de sus clavículas sobresalientes, esa piel morena me excitaba demasiado, tenía un pecho lampiño y con musculo con unos pezones firmes y ligeramente oscuros. Podía ver sus costillas a los costados como agallas de un tiburón. Y su abdomen, tenía 4 cuadros delgados y con mucha piel, muy juntitos y debajo de su ombligo pude ver venas palpitando junto los huesos en v de su cadera que marcaban un camino que llegaba a su pene aun cubierto por la cobija, al que era mi propósito llegar.
Finalmente abrió los ojos, y me vio, se sobresaltó un poco
-No te molestes, estamos solos, no hay nadie que te pueda ver-
Después de unos segundos de lanzarle la mirada más picara que pude, el sonrió y se levantó dejando de lado su cobija. Tenía puesto un pants gris para hacer ejercicio, caminaba sin preocupación y descalzo, balanceaba sus hombros y su abdomen se contraía al respirar, marcando aún más los cuadros.
Me extrañé un poco, pero él se solo se metió al baño. Después de que cerró la puerta escuche el disparo de su orina contra el agua de la taza y mi erección se hizo aún más grande. Paro, y me dispuse a mirar la puerta para verlo salir, tenía las manos mojadas por habérselas lavado y se estaba secando con la piel de sus costados, podía ver sus costillas húmedas y brillantes, goteando agua que parecía sudor y me imaginé lamiéndolas. Raphael se dio cuenta que lo miraba con ojos de deseo, y se volvió a sentar en el borde de la cama, note que estaba mirando mi cadera, todo iba a la perfección.
– ¿Cómo dormiste? – Pregunte sin saber cómo seguir esto
-Me duele la espalda-
-Ay pobre, tienes que dormir cómodo para que tengas las energías suficientes durante el día, y puedas hacer ciertas cosas que la necesitan…- Me acerque poco a poco hacia el- Te mereces un masaje-
Puse mis piernas una a cada lado de sus costados y me senté en su regazo acomodando mi cuerpo en la pose más sexual que pude, restregué mi culo en sus piernas y arquee mi espalda para estar más cerca de su cuerpo, me estire hacia arriba y su cabeza llegaba a mi pecho, y con mis manos empecé a masajear sus hombros, su piel estaba tibia y sus músculos duros, con mi pulgar estimulaba sus clavículas y con los demás dedos su espalda, abarcando sus hombros con toda mi mano. Notaba su respiración muy cerca de mí.
-Relájate- Le susurraba
Noto que sus manos empiezan a moverse a nuestros costados, pronto las siento en mis pantorrillas, y poco a poco van subiendo, a mis rodillas, a mis muslos, a mis caderas y de repente siento un escalofrió que el aprovecha y aplasta mis nalgas con sus manos. Deja escapar un suspiro de satisfacción mientras el empieza a masajearme a mí, acercando sus dedos poco a poco hacia mi agujerito. Su cabeza se acerca más a mi pecho al punto de estar respirando sobre mí, me restriego un poco por la excitación y mi pene roza el suyo, procuro seguirme moviendo. Este es el momento más erótico de mi vida.
Entonces, siento que su mano derecha abandona mi culo volteo y veo su brazo estirándose y como buscando algo a ciegas. Toma una pluma que había sobre una mochila y de repente la lanza a mis espaldas. Se separa ligeramente de mí y nos miramos a los ojos
– ¿Podrías recoger mi pluma?
Me levanto de sus piernas y le doy la espalda, la pluma debió caer debajo del mueble, me pongo de rodillas y me agacho para buscarla, levantando otra vez mi culito y arqueando la espalda, estoy por tomar la pluma cuando escucho que se levanta de la cama y siento que me baja el bóxer, no doy molestias para que me lo quite por completo y dice
-Eres la puta más ofrecida que he visto-
Estaba a punto de decir algo, pero siento su cara entre mis nalgas, se sentía como una explosión, miles y miles de sensaciones. Sentía los pelos de su barba picando el interior de la línea de mi culo, su lengua intentando entrar en mi agujero, sus manos haciendo lo posible por separar y exponer mis nalgas, era un placer indescriptible, empecé a gemir como la puta que soy
-Ah, ah, sí, sigue, ohh, Raphael, ahhh, si si si, sigue, mas, ay papi, ah, ah sii- gire mi cabeza y con mis manos empuje su cráneo mientras acariciaba su cabello y gemía más fuerte.
Intenté relajar mi culo y así su lengua iba a entrar más fácil, y cuando lo hizo, la sentí dentro de mi muy profundo acariciando mis paredes interiores, probablemente era solo ilusión, una lengua no podía ser tan larga, pero yo la sentía en todas mis entrañas, Raphael sabia como comerse un culo. Al mismo tiempo que su lengua trabajaba, sus labios iban besando mi línea rítmicamente, sentía el pequeño rozón de sus dientes y sus respiraciones inhalaban mis gemidos.
Poco a poco su lengua fue penetrando más profundo en mi ano, el mismo se posiciono acostado en el piso y yo sentado en su cara, momento en que aproveche para sacar su pene del pants y comenzar a hacer un delicioso 69, al agacharme más para hacerlo, mi ano quedo más expuesto y abierto, por lo que Raphael podía meter su lengua aún más. Su pene olía a sudor y a limpio, estaba completamente duro en mi boca y se sentía delicioso, ambos soltábamos pequeños gemidos por el placer de estar recibiendo sexo oral.
Era capaz de meter los 20 cm de Raphael a mi boca, sentía su cabeza haciéndole cosquillas al fondo de mi garganta, pero yo era insaciable, quería aún más. Le pasaba la lengua por todo el tronco, y jugaba con su punta con mis labios, intentando hacer que disfrutara lo más que pudiera. Le hacía garganta profunda hasta por 20 segundos, mismos en las que el solo levantaba sus caderas para que entrara más profundo.
Mientras tanto, tenía las nalgas rojas e hinchadas, Raphael, al mismo tiempo que me daba el mejor beso negro de mi vida, me aruñaba y palmeaba los cachetes, a mí me encantaba, sentía la necesidad de que me usara como a cualquier puta barata sin derecho a reclamar, quería que me golpeara, me escupiera, me aruñara, me marcara.
Pero también quería que me besara, que me acariciara, que me cogiera tan duro que no pueda caminar en tres semanas.
Me estaba perdiendo en mi excitación cuando Raphael me dijo
-Más rápido, me voy a venir-
-Aún no quiero que termines- dije sacándome su pene de la boca
-El que me venga no significa que ya vaya a terminar- dijo con una sonrisa
Ese hombre me volvía loco
Le pedí que se levantara y se sentara en la cama, yo me arrodillé y seguí haciendo mi trabajo, para este punto, ambos estábamos completamente desnudos.
En mi posición podía ver todo su estructurado cuerpo, no era el hombre más musculoso o de piel más bonita del mundo, pero a mí me encantaba esa delgadez marcada y ese toque moreno bronceado que tenía, hacía que mi pene estuviera tan duro como el de él.
Me tomo por la cabeza para guiar las mamadas, yo lo veía a los ojos intentando hacer un vacío en mi boca para que disfrutara más, poco a poco empezó a jalarme del pelo y yo me excite aún más.
Pronto me saco el pene de la boca y empezó a masturbarse y yo hundí mi cara en sus huevos, los lamia, los chupaba, los jalaba con la boca. Empecé a besar todo su pubis, la base de su pene, sus muslos.
Cuando acelero sus movimientos y se veía más excitado que nunca, abrí mi boca y con mis ojos le rogué por su leche de hombre, la quería, la necesitaba.
Empezó a retorcerse, cerró los ojos, se acostó en la cama y comenzó a gemir, luego sentí como su pene se contraía y soltaba ese semen que tanto anhelaba, metí toda su cabeza a mi boca y sentí como me llenaba con sus mecos calientitos, sabían a hombre, a Raphael.
Él estaba perdido en el placer, sus gemidos eran música para mis oídos, estaba disfrutando tanto como el, amaba el sabor de su cum en mi boca, y como empujaba toda mi cabeza en su pene para que entrara por completo, decidí no tragar nada de su semen por si me servía pronto…
Su leche paro de salir, pero su pene no salió de mi boca, lo cual hizo que él se retorciera aún más en el placer de que mi lengua estuviera jugando con su cabeza, después, se incorporó, me tomo con las manos y levanto mi cabeza, puso su boca sobre la mía y compartimos el semen entre ambos. ´
Me besaba tan apasionadamente que me hacía temblar, su lengua jugaba en mi boca y a veces yo tomaba el control y metía la mía a su boca, nos separábamos ligeramente y había un hilo de esperma que nos conectaba, poco a poco nos lo fuimos tragando, aun así, quedaba bastante en las paredes de nuestras bocas, así que el empezó a lamer cualquier lugar ahí dentro donde hubiera semen, me di cuenta de que yo estaba acostado en la cama y el arriba de mí, separo su cara y abrí la boca, pronto escupió una cantidad hermosa de saliva combinada con semen en mi boca la cual yo disfrute como si fuera el ultimo vaso de agua del desierto.
Obviamente trague todo lo que él puso en mi boca, ya sea su saliva o su semen, si venia de él, lo necesitaba todo dentro.
(Esperen parte 2)
como sigue
Uffff que rico!