Mi vecino y yo
Una historia acerca de como descubrí el sexo con mi vecino .
Mi historia comienza conmigo, en ese entonces yo tenía como 16 años, siempre he sido de piel clara, delgado y muy femenino, ya tenía claro que a mí me atraían los hombres y estaba en la edad de la calentura dónde buscaba cualquier pretexto para ver a otros hombre desnudo.
Mi vecino al que llamaremos Pablo, tenía en ese entonces unos 38 años, sin embargo se ve muy joven para su edad, el es moreno y con un cuerpo ni tan delgado pero tampoco tan gordo, toda la vida hemos convivido pues vivimos cerca desde que yo era muy pequeño y el es un amigo de mi familia, el vive en la casa del frente, trabaja como guardia en unas oficinas así que casi nunca está en casa y cuando viene solo está unas cuantas horas y regresa a su trabajo.
Pablo ya se había casado como 3 veces y tiene varios hijos como de mi edad en ese entonces, se sabía que era un ojo alegre y se metía con cualquier mujer que se le pusiera enfrente, siempre creí que era uno de esos heteros a muerte hasta que pasó lo que les contaré.
Una noche mi madre tuvo que salir de imprevisto a un compromiso y mi padre estaba trabajando, pues el trabaja día y noche con algunos días de descanso, pero en ese entonces no estaba en descanso, por lo que me quedaría solo en casa.
A mí madre nunca le ha gustado dejarme solo en casa a tales horas, ni siquiera porque en ese entonces ya tenía edad suficiente para poder quedarme solo una noche, afortunadamente para ella Pablo estaba en casa, pues había salido de su trabajo.
Mi madre le dijo a Pablo que si podía hacerle el favor de echarme un ojo si no era molestia y el con gusto aceptó, pues ya me conocía bien (o eso creía), Pablo le dijo a mi madre que si quería me fuera a su casa para que no estuviera solo en la mía, así que así fué, mi madre su fué y yo me fui a casa de Pablo.
A mí Pablo me había comenzado a llamar la atención desde hacía un tiempo, fantaseaba con poder ser cogido por el y sentir lo que todas las mujeres a las que se cogía sentían, por eso ví mi oportunidad esa noche.
Pablo me recibió en su casa y me dijo que me sintiera como en casa, le preguntó si quería ver televisión y le dije que si solo para matar el tiempo, el aún tenía su uniforme de guardia puesto, pues no tenía mucho tiempo que había llegado a casa, el intentó sacarme plática unas cuantas veces pero nunca fueron lo suficientemente largas.
Yo seguía viendo la televisión en uno de los sillones de la sala mientras el estaba sentado en el sillón que quedaba junto, pasaron unos minutos y empecé a escuchar unos ronquidos muy leves, Pablo se había quedado dormido por el cansancio del trabajo, creo yo.
Intenté calmar mis ganas pero no sirvió, me comían las ansias por hacer algo con el ahí mismo.
Pasados unos minutos me hice el que necesitaba algo y aproveché para hablarle y verificar si estaba muy dormido, cosa que resultó cierta, me di cuenta que tenía el sueño muy pesado, entonces una erección empezó a hacerse en el short que yo llevaba de solo pensar en lo que podría hacer con Pablo dormido.
Lentamente me fuí poniendo de rodillas frente a su entrepierna mientras el seguía durmiendo sentado en el sillón, acerqué mi cara, siempre me había excitado imaginar el aroma de su entrepierna después de un día de trabajo con ese uniforme que lucía tan caluroso.
Sin pensarlo toqué con mi cara su entrepierna aún sobre su pantalón y suavemente aspiré, el olor era delicioso, no podía esperar a ver esa verga que tanto había deseado, ya no pensaba con claridad y mi erección cada vez era más grande.
Toqué con mi mano derecha su verga por sobre el pantalón y podía sentirla flácida, por lo que poco a poco la masajeaba y llegó un momento en el que ya estaba dura, se sentía tan bien que ya quería verla en su esplendor.
Con mucho cuidado desabroché el botón del pantalón y bajé su cierre para ver ese boxer que tenía gotas de lo que parecía ser orina seca o quizás sudor, mientras su verga se veía más marcada ahora.
Sin pensarlo pasé mi lengua sobre la marca de su verga y saboreé todo lo que había en ese boxer, mientras el aún seguía dormido, estuve así un corto rato hasta que por fin saqué su verga de ese boxer.
Era justo como la imaginaba, morena, tenía un tamaño promedio pero era gruesa, sin circunsicion y estaba acompañada de unos huevos que se veían grandes y pesaban un poco, el tronco estaba caliente, y todo estaba adornado por vello púbico notablemente recortado, consumido por la lujuria comencé a masturbarlo lentamente, para esto Pablo ya empezaba a suspirar entre sueños, supongo que estaba disfrutandolo, Seguí masturbando durante un rato más hasta que finalmente lo metí en mi boca y comencé a chuparlo, el sabor era una mezcla de sudor y orina seca en la cabeza, sin embargo eso no me importó, estaba cumpliendo mi sueño.
Pasaba mi lengua al rededor de su cabeza, bajaba a chupar sus huevos y recorría todo el tronco con la lengua, estaba en el cielo, saqué mi propia erección de mi shorts y también comencé a masturbarme lentamente.
Me sentía soñado, estaba chupando es acerca que tanto había deseado, estuve así un buen rato, probando hasta el último rincón de esa verga, hasta que sentí una mano en mi cabeza…
Continuará.
como continua