Mi vida (3)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi mamá y mi nana Berta viajaron a la capital a realizar diligencias y dejó al cuidado de mi papá a sus hijos Jaime y Alexander también a su sobrino de crianza Wilson, el esposo de mi nana estaba separado de ella, era comerciante de verduras en la capital de la provincia, a muchos kilómetros de distancia de mi ciudad.
Me encontraba jugando a los autitos en mi rincón de juegos de mí cuarto con Jaime, el hijo mayor de mi nana Berta, se acerca mi papá y le dice a Jaime que vaya al centro a hacer un mandado, noté que no le gustó la idea, se resignó y se fue, lo acompañé a la salida en el jardín pero desde la planta alta donde quedaba su estudio mi papá me dijo que me quedara, recuerdo que di un patazo a las plantas y corrí al garaje a buscar mi avioncito que lo había dejado hace mucho tiempo en el auto de mi papá.
Entonces escuché ruidos y que alguien adentro decía “cállate” pensaba que era a mi regañándome, así que no abrí la puerta sino que asustado me dirigí por detrás, hacia la pared del garaje que hacía hueco con la columna, vi a Alexander boca abajo con los brazos tendidos y encima de él a Wilson que movía su pene y su culo para arriba y para abajo, ambos estaban debajo del camión de mi tío que también lo guardaba, allí tenían sus shores hasta los tobillos y habían puesto una lona como cama debajo del camión, cuando mi papá volvió a llamar a Wilson desde la planta alta de mi casa, Wilson con su mano le tapaba la boca a Alexander y le decía “cállate” “espera un ratito más” “deja que llame” “no nos está viendo”.
Pasó un ratito y vi el pene grandote de Wilson que estaba bien parado, lo alzaba y lo frotaba en el culo de Alexander, la cabeza de su pene estaba roja de tanto frote hasta que Wilson lo volteó boca arriba, sus caras se unian así como sus labios para besarse. Alexander puso sus piernitas rodeando en forma de arco la cadera de Wilson, éste le introdujo la cabeza de su pene y Alexander gimió, Wilson la sacó rápido un poco asustado, dijo “lo tienes muy cerradito” “otra vez verás que rico” “salgamos” observé que se vestían y salí corriendo a la casa sin parar hasta llegar a mi cuarto, Jaime todavía no llegaba con el mandado y por la ventana veía salir a Wilson y Alexander limpiándose las rodillas y espaldas.
Mi papá le llamó la atención en la sala a Wilson porque no contestaba su llamado, éste le dijo que había salido al parque con Alexander, en eso llega Jaime y le dice que es mentira porque no lo vio allí, mi papá lo regañó con más fuerza a Wilson y le ordenó que limpiara el jardín con Alexander y Jaime. Al descuido Wilson le dio un golpe en la cabeza a Jaime y ambos se fueron de golpes, claro está, Wilson llevó ventaja porque le dio dos patadas y lo hizo llorar, en eso sale mi papá los separa y Jaime vino a seguir jugando conmigo.
Durante la cena mi papá decidió que los chicos durmieran en casa, Wilson dormiría con Jaime en la cama litera del cuarto de huéspedes, Alexander y yo los más pequeños, dormiríamos en mi cama que es grande, Wilson y Jaime se miraron como que no les gustó la idea pero se resignaron, papá les advirtió que no peleen, Wilson dormirá en la cama de alto y Jaime en la cama de debajo de la litera.
Nos fuimos a dormir, en mi cuarto a través de la ventana se veía el claro de luna y la luz de la calle que todavía no se apagaba creo que pasó un buen momento hasta que noté que la puerta se abría y se cerraba pensé que era mi papá para ver cómo estábamos pero era Wilson, entreabrí mis ojos, lo movió a Alexander por sus hombros, se despertó y lo bajó al suelo acostándolo y dándose besos, pude escuchar que le decía: “tranquilo, shhh” “no hagas ruido” “Eduardo esta dormido” “No te preocupes no se va despertar si tu no haces ruido” “Ya vi que su papá está dormido” “vamos a culiar Alexito” “nadie nos molesta” Alexander le preguntó por su hermano y le dijo que “Está dormido, tiene un sueño pesado, tu lo sabes”.
No dijeron más palabras y se quitaron la ropa hasta quedar completamente desnudos, observaba todo desde mi cama. Wilson le besaba el penecito y chupaba el culito de Alexander, con su lengua le rozaba la rajita de su culito y Alexander gemía de placer, Wilson se sentó desnudo en una silla, puso en sus piernas al desnudo Alexander, el pene de Wilson buscaba la rajita del culo de Alexander, Wilson le chupaba y le besaba la espalda, Alexander hacía su cuerpo adelante sintiendo cosquillas, le gustaba, jugueteaban cabalgando, el penecito de Alexander se movía, cambiaron, Alexander puso su pecho sobre la silla, arrodillado, dejando parado su culo blancote al descubierto, los bellos del pene de Wilson parado frotaban el culo de Alexander que se dejaba hacer todo, Wilson escupió el culito, pasó la lengua en la rajita del culito de Alexander que veía cómo le hacía a la baba, Wilson empezó a introducirla poco a poco mientras Alexito gemía, se podía ver sus piernas un tanto abiertas, Wilson con las manos abría más los cachetes del culo de Alexander hasta que vi cómo su pene se movía un tanto rápido, la silla se corría pero no hacían caso, la cara de Alexander era como si tuviera estreñimiento, la cabecita del pene de Wilson sobó repetidamente por debajo del culo llegando a las pelotitas de Alexander puso su verga sobre la rajita del culo hasta que vi la leche que salía del pene de Wilson alojándose en la espalda de Alexander, pasaron unos segundos, no se movían, hasta que Wilson parado con sus manos cogía su pene bien erecto y daba golpecitos en el culito y espaldita de Alexander, se notaba cómo la leche sonaba al golpeteo, Wilson se reía bajito, Alexander se volteó sentándose en la silla abriéndose de piernas y mostrando su parado penecito, Wilson empezó a mamárselo, confieso que al ver eso mi penecito se me paró y supe ahora quien le había enseñado todo eso a Alexander.
Se limpiaron la leche con sus calzoncillos, Wilson agitando su verga con sus manos metidas en el pijama decía: “me lo voy comiendo de poquito en poquito” no entendí lo que decía, Wilson se lo llevó a su cadera y parado vestido lo culiaba por atrás y le besaba su cuello y nuca, le decía "por eso me gusta culiarte Alexito, eres arrecho y te gusta" "pronto serás todo mío" "voy a premiarte si te sigues dejándo", lo acostó en el suelo boca arriba y volvieron a culiar vestidos, pese a ello sus las telas finas de sus pijamas mostraban los penes parados, Wilson se levantó, cogió con sus manos por dentro del pijama el penecito de Alexander, le hizo paja, se llevó sus manos a la nariz, lo mismo hizo en la nariz de Alexander y se fue cerrando la puerta. Alexito volvió a mi cama, olí rara su espalda, sus manitos sobaban su culito y suspiraba, escuchaba su pechito en su acelerada respiración, creí que iba a llorar pero no fue así porque cuando su cara quedó junto a la mía sintiendo su aliento vi satisfacción en su rostro.
Me volteé de espaldas a él y al rato sentí mi pantaloncito ligero de pijama que se deslizaba por mis piernas hasta quedar en mis tobillos luego mi calzoncillo finito, eran las manitos de Alexander que actuaban, me sobó mi verguita, mirándomela con su carita que estaba sobre mis hombros, agitaba mis pelotitas con sus deditos mas grandes, creo que lo hizo para despertarme, quería culiarme lo entendí así porque mi penecito se paró, me di la vuelta, nuestros penecitos se encontraron con nuestros cuerpitos de perfil, Alexander me puso su piernita sobre las mías, se me acercó y agitamos nuestros penes al contacto, con su dedito gordo del pie buscaba la raja de mi culo, me voltee, sentí su calorcito de su pechito en mi espaldita a más de su penecito que rozaba mi culito, se montó sobre mi casi igual como cuando lo vi en el garaje, la cama se movía haciendo ruido, me bajó al suelo, me puso boca abajo, yo me dejaba, quería sentir lo que él sentía, quería conocer lo que había visto momentos atrás, me rozó con su penecito repetidas veces mi culito, me llevó a la silla, me besaba, ahora un poco mejor porque sentía rico cómo chupaba mis labios inferiores, abrí mis piernitas, Alexander me chupaba mi penecito tanto que sentí un gustito de orinar, como siempre, orinamos por la ventana, nos acostamos quedándonos abrazados.
Al despertarnos no dijimos nada, nuestro día iba ser como cualquier otro, luego del desayuno salí al patio, observé a Wilson lavar sus calzoncillos y los de Alexander, Jaime jugaba con su hermano y me sumé al juego de muñequitos y autitos, estuvimos así hasta que con alegría en la tarde vimos a nuestras madres llegar con regalitos.
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