Mi vida como un joven adicto a los Hombres Parte 2
E aquí les traigo la segunda parte de mi iniciación a la vida sexual .
Para entender todo esto es preferible que hayas leído la primera parte de estos relatos
Yo nunca me sentí diferente a las personas que me rodeaban, sin embargo, ellos si notaban diferencias en mi por lo que no se me hizo fácil adaptarme al cambio, y claro al ser el típico gordito nerd de la clase no me ayudaba para nada, siempre recibí mucho bullyng pero en realidad eso me traía sin cuidado, lo que si es que yo fui reviviendo aquellos momentos en que me estaba interesando por los hombres y mis compañeros destacaban de mí, ¨mis actitudes afeminadas¨.
En ese entonces pues yo me interese mucho en saber mi identidad sexual y empecé un día a masturbarme viendo un video porno aprovechando que todos estaban ocupados esperando a que mi tío trajera del Hospital a mi abuelo y que puedo decirles, esa fue una de las mejores experiencias de mi vida pero de la nada al tener mi primer orgasmo sin eyacular ya que era muy peque y pues mi sistema no se había desarrollado aún, así que no tenía nada de semen, la sangre me calentó como nunca y caí de espalda sobre el sillón y rápidamente sentía la necesidad de hacerlo de nuevo pero me invadía la duda de que se sentiría que me hagan un oral así como había visto en aquel primer video pornográfico que mis ojos vieron y resonó en la sala el sonido de una pequeña boca succionando, me asome a la esquina donde recordé se encontraba nuestra perra Luna dando de mamar a los 9 perritos que había tenido hace como hace 2 semanas y de repente se me ocurrió; probar que se sentía que aquella boca de un perrito hiciera algo con mi pequeño pene.
Aprovechando que la perra dejaba alejarle sus perritos, subí al sillón al primero que mi mano alcanzo en aquel momento y sin pensarlo dos veces saque de uno de los lados de la pierna de mi calzoneta mi pequeño miembro, moreno con el tamaño perfecto para que cupiera en aquel pequeño asico el cual buscaba algo para succionar y sin perder tiempo se metió la mitad de mi pene de un solo, en ese momento pude experimentar que se sentía tener mi pene en un lugar calentito y húmedo que succionaba con la fuerza suficiente para que no me doliera, fue tan indescriptible la cantidad de placer que sentía que no tarde más de 5 minutos en tener mi segundo orgasmo, y al acabar el perro se había aferrado a mi pene y sin poder tomar aliento para apartarlo sentí una sensación incomoda pero tan placentera que me retorcía de placer ya que aquel perrito me succionaba el alma.
Todo lo bueno acaba muy rápido y mi acción fue interrumpida por la bocina de un carro que anunciaba la llegada de mi abuelo del hospital y sin fuerzas aparté al perro de mi pene y lo deposité junto a su madre y corrí hacia la entrada fingiendo que no había pasado esa aberrante situación en la sala de la casa.
Luego de aquella vez tan arriesgada no lo volví hacer ya que no tenía la oportunidad de estar a solas en casa, sin embargo, me encerraba en el baño a masturbarme cuando quería, tardaba poco pues aquello para mí era lo más grandioso que podría experimentar.
A los meses murió mi abuelo y yo me sentía tan mal que a corta edad mi consuelo eran los perritos que por su edad ya no mamaban sino que empezaban a morder con sus pequeños dientes, así di paso a dejar aquella etapa, pero descubrí que ahora lo que les gustaba era lamer, con curiosidad de lo que ahora esa nueva etapa me traería a mi experiencia (gracias al porno pues yo ya sabía que existían los besos negros así que a falta de un macho que lo practicara en mi ) deje que el perrito con el cual nos quedamos a mi petición y ya saben porque, me lamiera el ano, eso mes calentó en sobre manera, a mis pocos años yo ya había experimentado dos de los más grandes placeres de ser pasivo.
A los tres meses que mi abuelo muriera, de forma horrible lo hizo mi abuela la que a pesar de estar separada a mi abuelo, comenzó a tener depresión la cual la llevo a punto de esquizofrenia, y al tiempo a suicidarse, mi madre estaba destrozada, para ese entonces se estaba construyendo otra casa para ir a vivir ya que en la que estábamos era alquilada, mi madre se encargó de todo los protocolos funerarios mientras mi padre se encargó de la mudanza ya que mi madre no quería volver aquella casa por lo sucedido.
Al volver del entierro del lugar de origen de mi abuela ya estaban todas nuestras cosas en la nueva casa, que, aunque no estaba terminada ya tenía todo lo necesario para vivir, aquí fue donde todo comenzó ya que aquí yo tenía mi propio cuarto (como les comentaba a estas alturas yo tenía ya 12 años y estaba cursando el séptimo grado de secundaria).
A pesar de las pérdidas de aquellos seres queridos llegaría alguien que pondría mi mundo de cabeza, resulta que en esos días mi hermano vuelve para apoyar a mi madre con el arreglo de la casa y con él se viene mi cuñada y mi sobrina, mi cuñada tiene un hermano menor con el que tenemos 11 meses de diferencia, yo ya lo había conocido y ya había compartido buenos momentos y alguna que otra travesura jugando con condones jaja, no solo con él, antes de todo esto tenía un primo el cual se quedaba en casa por semanas, con quien jugábamos pervertida mente a rosarnos o tocarnos cuando estábamos en la ducha bañándonos juntos.
Este sería el primer acercamiento intimo con alguien con quien no tenía casi que nada de parentesco familiar, en ese momento yo ya volvía a retomar todas aquellas preguntas sobre mi sexualidad, y él se volvía cada vez más cercano a mí, en esos días que estuvo con nosotros dormía con migo y pues ver ese cuerpo delgado a mi par me prendía, yo al verlo así un día en que me levante temprano ya que iba a la iglesia pues tome la decisión que marcaría mi vida, y a espaldas de mis padres ( ya que la habitación de ellos no estaba lista pues dormían en mi cuarto ) sin pensarlo tanto empecé acariciar aquel bulto matutino que se le veía, vamos, que eso me causo emociones que al día de hoy no sé cómo describirlas y ni hablar cuando pude bajarle la calzoneta que andaba y quedo aquel bulto cubierto solo con la tela del bóxer que se le pegaba al cuerpo como guante, me anime a levantar el bóxer y verle aquella verga por primera vez me dejo con unas ansias horribles, me Moria por probarla con mi boca en ese mismo instante, sin embargo tenía mucho miedo de que se despertara y racionara de mala manera a aquella acción.
Lo deje pasar aquella mañana, pero yo estaba con aquella espinita en mi cabeza, al regresar de la iglesia, yo me mostré más cercano a él, estaba decidido que aquel día probaría ese miembro tan espectacular, llego otra familia de visita y pues por no estar con los adultos nos fuimos a mi cuarto, ya era noche y aprovechando que mis padres no subirían en al menos un buen rato yo empecé calentando las cosas haciéndole preguntas intimas como como se masturbaba, y cosas así, pues teníamos confianza, llegando un momento en que ya no me aguantaba y que las palabras no me salían, tome mi celular… escribí una nota con estas palabras: Hablando de eso, tengo la curiosidad de cómo es tu pene, me gustaría verlo, a lo que él me contesto que sí, levantándose de la cama y dirigiéndose a la puerta para ver que nadie estuviera cerca, mi cuarto era el último del pasillo, pues al cerciorarse de que estábamos solo, se desabrocho el pantalón y bajándolo junto al bóxer salió rebotando aquel pene erecto completamente, blanco, con venas marcadas, gruesa en una forma de lápiz con una curva hacia arriba, nunca podré olvidar esos primeros minutos apreciando aquella obra de arte.
Yo ya no aguantaba más así que le dije igual por texto que quería tocarla, él me dijo al oído que esperara a que todos estuvieran dormidos, yo tenía unas ansias de que aquel momento llegara que no me pude esperar y aprovechando que mi padre miraba televisión y estábamos arropados por el frio que hacía aquella noche baje mi mano por todo su cuerpo hasta llegar a su hermoso pene, el que para mi sorpresa ya estaba erecto y grande para la edad de mi ¨amigo con derecho¨ de ahora en adelante, en un dado momento mi padre cayo dormido y era mi momento para comenzar esta historia que hasta el día de hoy no supero, aun con cuidado ya que a menos de dos metros se encontraba mi padre dormido y mi madre se encontraba arreglando una ropa al otro lado de la pared en el pasillo, baje hasta posarme enfrente de su verga la cual no miraba pero podía sentir y oler cosa que me embriago bajo la oscuridad del edredón que nos cubría y casi que con la necesidad como agua en el desierto me metí a la boca aquel trozo de carne, saboreando por primera vez un pene, el éxtasis de la situación me tenía en las nubes tal que me olvide de la existencia de mis padres a mi alrededor, dado un instante mi amigo al que llamaremos Jafeth me levanto y me pidió que lo dejara penetrarme, yo sin dudarlo me di la vuelta hasta darle la espalda y pegando mi trasero a él, sentía como me punteaba aquel semejante bate, y sin dejarme procesarlo sentí un ardor como nunca y era que Jafet me había penetrado sin piedad, como si de meter un clavo en la pared se tratase, son la misma fuerza di un salto de la cama dirigiéndome al baño, no lo podía creer, había pasado… era mi primera vez teniendo sexo de verdad y a pesar del gran ardor que estaba experimentando yo quería tener a Jafet dentro de mí y sentir como me llenaba de su semen sin parar.
Yo por el miedo y la pena que pensara que era mi primera vez, le había mentido diciéndole que ya había estado con hombres y ya me habían penetrado así que no lo culpaba de pensar que ya podía hacer conmigo como quisiera, para mí era muy extraño que eso haya pasado así de bien y que Jafet me haya pedido aquello, o que me haya masturbado con su mano antes de penetrarme, para mí que no era la primera experiencia de él que a pesar que tenía solo un año más de edad, pues él se crio en un barrio en la calle y yo era el típico niño de casa con padres sobre protectores, eso nunca lo sabre supongo, ya me había dispuesto a que esa noche pasaría de todo, me limpie por si acaso y volví, Jafet me miraba sin entender lo que había sucedido, le propuse que durmiéramos en un colchón en el cuarto que sería de mis padres, y con la excusa de que queríamos dormir más cómodos ya que mi cama era unipersonal y el colchón era matrimonial mi madre accedió y vaya que esa noche paso de todo.
Gracias a los que me están apoyando leyendo mis relatos, les mando besos y no olviden dejar sus comentarios y siempre está mi correo personal [email protected] listo para seguirlos conociendo y compartiendo vivencias del día a día, háganme saber cuándo quieren la siguiente entrega de mis vivencias, besos.
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