Mi Vida de Gay
Buenas y largas las tengan, mi Nombre es Khristian con K y les presento mi Historia, Mi vida como hombre Gay.
Ser gay, se nace o se crea con el pasar del tiempo? Yo creo que se nace pero con todo lo que la sociedad te va diciendo desde el momento en que vas saliendo de la Vagina de tu mami, te hace cambiar tus gustos o simplemente los reprimes hasta el punto que lo olvidas y empiezas a vivir, a crecer siendo 100% hombre.
Bueno, este no es mi caso.
Si, desde chico fui (como lo podría decir) cola? maricón? bueno para el p…? Sí, sí, sí, soy todo eso y mucho más. No se lo crean, soy solo un humano de sexo masculino que le gustan los hombres fuertes, de pelo en pecho y de pene enorme, noooooooooo, me da igual el tamaño; si no lo saben usar ¿, no sirve de nada si lo tienen grande.
A los 5 años, cuando ingrese a kínder o jardín infantil o de infantes, o de cabros chicos gritones, encontré a mi primer amor. El estaba en otra sala, en otro clase, era compañero de mi primo y no mio; tristeza? si, me dio penita pero bueno, lo podía admirar y deleitarme con su carita de niño sexy.
A la entrada edad de años, mi segundo flechazo, mi primo, mi rico, papacito, exquisito primo Tomás (de la misma edad que yo, solo es mayor por dos días).
Una noche, que salimos a andar en bicicleta, el rico Tomás, de la nada, me grita (sip, me grito): Oye, tú te masturbas?. Yo, más que asombrado, con la boca abierta, le respondo que si (no grité, casi fue un susurro pero me escucho) y me dice: yo también, con una sonrisa que casi me da un infarto de lo lindo que se vio.
Seguimos en las bicis hasta llegar a unas rocas que quedan de camino a mi casa y nos sentamos en ellas. Me tiro en la piedra (yo no me siento delicadamente en ningún lugar, no me importa quien este sentado, siempre lo hago) y el Tomás se sienta a mi lado, hombro con hombro, ropa con ropa y siento un beso cerca de mis labios secos por falta de agua; quedo como espantado, sin saber que hacer o decir, da vuelta mi cara con sus suaves manos de macho, me mira, sonríe, sonrió, me besa, lo beso.
Después de casi 10 minutos besándonos y corriendo mano por donde ambos queríamos, nos separamos, me abraza y me dice: me gustas pero tengo miedo, vergüenza y no quiero ser gay. Le respondo: yo tampoco (mentira quería ser su hembro – sí, hembro porque no soy femenino) pero me gusto el beso, sus labios y obvio me gustas tú.
Le iba a decir unas palabras más pero, no me dejo. Se fue sin decir nada, dejándome con el corazón partido en tres – a otros se los partirán en dos, yo soy distinto -; lo vi alejarse, sin decir nada ni una palabra, nada, absolutamente nada, dejándome con solo el recuerdo de sus labios en los míos, con sus manos en mi potito virgen y con ganas.
MENTIRA!! me recostó en la roca, con el arriba mío, comiéndome la boca, tocándome, besando, mordiendo y succionando me cuello (vampiro estúpido, mi cuello), y yo tocando su penecito erecto, que cosa más rica es tocar y sentir ese pene que siempre me imagine. Se despegó de mi, me mira y dice: Sigamos en tu casa?
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