Mi vida sexual (real) parte 1
Siempre fui un niño muy despierto a mi temprana edad y estuve rodeado de personas que me invitaron en esto del sexo siempre .
Hola mi nombre es Jesús y está es mi historia de como un niño empezó si vida sexual desde muy temprano.
Nosotros vivíamos en unos departamento en Monterrey, nuevo león, México hace mucho tiempo ya, tengo recuerdos desde los 6 o 7 años.
Recuerdo que la primera vez que tuve algo sexual o erotico fue con unas vecinitas que vivían enfrente de mi casa en los departamentos, sus nombres eran Nereida y Valeria, Nereida sobre todo ella me ganaba por mucho años yo tenía 7 y ella tenía alrededor de 12 o 13, siempre que estábamos solos pasaban cosas.
Nereida: Chuy vamos a besarnos
Yo asentía y ella se me acercaba y me besaba muy apasionadamente, me empezaba a tocar mi pene y yo le manoseaba las nalgas, metía si mano en mi shorts y comenzaba a acariciarme mis huevos y todo, nos besamos los cuellos y algunas veces nos quitamos la ropa para acariciarnos más, me ponía su culo enfrente y le restregaba mi pene en sus nalgas.
Era muy rico la verdad me encantaba y a ella también, por otro lado si hermanita Valeria también era bien puta, nos besamos muchas veces también, le acariciaba el culito y todo su cuerpo, ella tenía mi edad, desconozco porque eran tan abiertas a tan temprana edad, tal vez si papá les había algo o no se, la verdad nunca entre en detalles con ellas.
Un día nuestros papás estaban ocupados y los tres estábamos solos en cuarto de mi casa, las comenzé a manosear y nos despedimos rápido y ya tenía a las dos besándome mi cuerpo y besándonos, se pone dura la verga solo de acordarme de sus cuerpecitos tan perfecto y pequeños, ya entrados en el acto ambas comenzaron a chuparme la verga, me sentía en el cielo, tener dos lenguas al mismo tiempo lamiendo uuufff dios mío.
Ahí entrego mi mamá y se armó una bronca, no podía con la vergüenza ni ellas, nos metieron una regañada y no las volví a ver porque nos cambiamos de casa a los meses.
Había perdido a mis putitas, pero, aún me quedaba una, algo que no les dije y que de aquí en delante esto se vuelve un amor en familia es que tenía una hermanita, Carolina se llama y ella siempre nos veía a nosotros hacer todo lo que les conté pero nunca participo.
Hasta cuándo nos cambiamos de casa la comencé a instruir en todo esto, pero eso ya será otro relato, para otra ocasión.
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