Miguel, mi dura primera vez
Primer parte de mi primer encuentro sexual .
Esto sucedió hace años, tenía 18 años, esos días estaba solo y accedí a entrar a grupos de Facebook para ligar. Mido 1.75, de tez canela, delgado, pero hacía un poco de ejercicio, y virgen porque nunca había contactado con otro chico gay. Contacté a alguien. Su Nombre era Miguel Ángel, 26, alto, un obrero de una fábrica de autos, de 1.85, fornido, moreno con barba, pero se veía muy bien, por lo menos en las fotos que veía de él. Me gustaba demasiado el cómo hablábamos, y para un encuentro me pidió verme a las 2 de la mañana en mí casa, cuando saliera de su turno.
Accedí, me daba miedo, pero a la vez morbo tener sexo por primera vez. Por cualquier cosa puse un tubo para defenderme en caso que fuera un loco.
Llegó, hacía mucho frío, asi que pasó rápido hasta mi cuarto, decidí olvidarme del tubo porque le notaba una erección muy marcada, sabía que quería coger. Comenzamos a fajar para entrar en calor. Él tenía muchas ganas y decidió desnudarme, pero el error fue cuando le dije que tranquilo, que aún necesitaba ir despacio, en eso él decidió tomar otro camino. Se quitó el cinturón y me aventó hacia la cama, no me di cuenta cuando me arranco la playera y me amarró con el cinturón.
-Estoy caliente perra, no vine por algo tranquilo, ahora vas a sentir lo que es bueno- Me tomó del cabello para acercarme a su pene- Abre bien putita- Dijo, mientras metía su verga en mi boca, era grande, me provocaba arcadas y no me dejaba respirar. De pronto sentí liquido dentro muy salado, quise moverme, pero el me detuvo- No putita, vas a tragártelo todo- me separó y tapó mi boca con su mano
Tragué y pedí que al menos me desatara, pero no, dijo que tenía otros planes en mente. Tenía preparados condones y lubricante, no quería que doliera, pero el dijo- Mi fantasía es romper un culito virgen a pelo, esto no nos hará falta- mencionaba mientras los tiraba al piso
Me levantó y me aventó hacia la cama, me quitó el pantalón y la trusa la jaló hacia mi cabeza, para ver mis nalgas. Comenzó a golpearlas muy duro- Para por favor, para, arde- Le decía.
-Si esto te duele, no imaginas lo que sentirás después- sentenció antes de romper la trusa
Abrió mis nalgas y empezó a frotar su verga, sentía su cabeza rozar mi entrada, para callarme, metió un trozo de mi trusa en mi boca y sentí su estocada, era doloroso, me desgarraba, quería moverme, pero no me dejaba, sentí otras 3 movidas y un liquido brotó ahí, pero no entendía que era, cuando sentí sus dedos tomándolo y me lo embarró en mi cara, ERA SANGRE!
-Valla, asi que no mentiste zorrita, eras virgen, siendo que eres tan linda te voy a dar una culeada que jamás vas a olvidar- Sentí un ardor y un dolor que no puedo describir, pero se detuvo un momento a respirar. En ese momento al fin pude adaptarme a su verga, ya no dolía, sentía placer, y comenzaba a gemir, sentía mover su verga y con cada metida sentía un placer increíble, ya salivaba del placer
Entraba y salía mientras ya comenzaba a pedir más, escupí el trozo de trusa y grité- Ah ah ah, si papi- Me salió sin pensar.
-Ah te gusta putita, muy bien – sus estocadas se volvieron más rápidas, entraba y salía por completo, me preocupaba que mi culo no aguantara tanto, pero el placer nadie me lo quitaba, de repente paró y me hizo levantarme- Llevame a la sala, quiero seguirte dando ahí- Sin cuestionar seguí, solo quería seguir sintiendo placer, y tambaleándome logré llegar.
Cuando logramos llegar, nunca ví que traía su celular y lo puso opuesto al sillón, se sentó y mirándome me dijo –Ahora quiero que tú te claves solo-me asombraba como se imponía pero aun amarrado me costaba hacerlo- No puedo- espeté.
-Tranquilo, te ayudo- Dijo mientras me sostenía para poder estar arriba, ya preparado, me daba mucho miedo, no sabía cómo hacerlo, el solo me jalo hacia abajo, y su verga entró de nuevo, muy violento para mí y comencé a gritar de nuevo.
Me dio una bofetada, -Calla puta, ahora sube y baja con la cadera-. A como pude lo hice, sentía dolor y placer al mismo tiempo, mientras lo hacía comenzó a morder mis pezones, me dolía mucho, pero al parecer a él lo excitaba, cuando se cansó comenzó a hacerme chupetones, – Eres mi puta y esta es la marca- Me susurraba al oído.
Seguimos así un rato, y cuando comenzaba a sentir más placer, me detuvo, -Párate, te quiero de perrita ahora- Me levanté nuevamente, pero con mucho esfuerzo y su ayuda, quería seguir, pero mi cuerpo se sentía cansado y el cinturón amarrado ya cortaba mi circulación, no sabía si decirle, de verdad estaba muy excitado, y me daba miedo que me hiciera algo. Mientras me acomodaba en el sillón tomó de nuevo su celular, respondió un mensaje y decidió ponerlo a grabar de nuevo.
Decidió soltarme, me sentía gradecido- Gracias, ya me dolían los brazos- le agradecí esperando un poco más de dulzura de su parte- Te va a doler más el culo perra, – Metió nuevamente su verga , y nuevamente dolía, pero al menos el sillón se sentía la gloria en las rodillas.
Su verga entraba y salía, el placer se sentía más con cada estocada, mientras empezaba a oir sus gritos, -Ah, me vengo putita, prepara el culo- sus penetraciones se aceleraron y el placer también. Sentí todo su semen dentro de mí, me llenaba todo el culo, sentía la gloria.
Salió bruscamente, y me giró para verme la cara, tomo mi verga y comenzó a masturbarme, no tardé mucho, estaba demasiado excitado, mi semen cayó en mi torso, él lo juntó con sus manos y se acercó a mi mano-Abre putita, ya lo hiciste una vez, si puedes- Abrí y traté de tragar, aun no supero el sabor, pero hice el esfuerzo.
Nos acomodamos en el sillón, y comencé a sentir mi culo un dolor muy fuerte, casi me desmayaba, mientras Miguel mandaba mensajes, me daba curiosidad que era tan importante. Pero me di cuenta de una manera muy grave. Sonrió cuando tocaron el timbre mientras yo me preocupe porque no era hora que alguien tocara. Nadie iba a llegar, y si era alguien de mi familia no podía verme así. Me tomó del cabello y me hizo ir a la puerta, me dolía mucho para caminar-Espera nos pueden ver- le dije- De eso se trata- me respondió.
Abrió la puerta, pero no era nadie que yo conociera, eran otros 2 hombres con apariencia de obreros, fornidos y con una erección prominente ambos, y se veían de buen tamaño- Así que esta es la putita- Preguntaba uno de ellos
-Te dije que te dolería más el culo- Sentenció Miguel [Continuará]
excelente¡¡¡ espero su continuación