Mikel
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hace algunos años (en el 2002 aproximadamente) nos encontrábamos haciendo estudios de licenciatura, yo; un chico Moreno, delgado, lacio, siempre con el cabello revuelto y dispuesto a descubrir nuevas formas de sexo; viviendo en una ciudad sólo, donde podía darle rienda suelta a la imaginación; desde muy chico supe que me gustaban los varones y cuando llegué a esta ciudad mi vida no se iba a desperdiciar sin probar lo que por tanto tiempo desee.
Estudiando educación conocí a varios, mi grupo era muy pequeño y casi no me fijaba en los chicos que llegaban a mi clase, pero desde el primer día puse atención especial en uno de ellos, Mikel, un chico blanquito, cabello un tanto rizado de mi estatura o quizás más, simpático pero a la vez muy tímido, siempre con su prima y otros amigos que venían en lismo lugar que el, en ese momento empecé a intentar ser su amigo, pero nunca lo conseguí; el y yo siempre tuvimos cierta competencia que nunca entendí y aún hoy sigo sin entender.
Un día teníamos que hacer un trabajo para prácticas laborales y como siempre, me perdí de la clase donde explicaron cómo hacerlo, sin embargo, tenía la idea del procedimiento; una noche casi terminado mi trabajo le envié un texto al chico de mis sueños y calenturas, efectivamente a Mikel, le pregunté si había terminado y me dijo que si, entonces le pedí ayuda, le dije que necesitaba que alguien revisara mi trabajo y me dijo que si, que venía para mi casa.
A pesar de ser más de media noche llegó y platicamos, al rato le dije que tenía sueño, lo único que quería era estar con el (eso no se lo dije) y le pedí que se quedara a dormir (el aceptó) y como mi cama era individual tendríamos que dormir juntos, no supe en qué momento se durmió, solo después cuando desperté y aún no amanecía me acerqué a el, lo abracé, el no dijo ni hizo movimiento alguno, luego de ello estuve acariciando su cuerpo levemente tratando de no despertarlo.
Acariciaba su rostro, su abdomen, sus piernas, su pecho y en un momento acaricie su bulto, se sentía enorme, a nuestros 17 años el tenía cierta cualidad, una verga no muy grande, pero su muy gruesa y esos huevos pesados y llenos de leche que me excite en ese momento deseando poseer su cuerpo.
Noté que se movió y volteó hacia mi, me hice el dormido y al ver que seguia respirando muy tranquilo noté que seguía dormido y entonces me acerco y besé sus labios suavemente, acaricie aún más su rostro y me abrace a él, pude tocar sus nalgas tan duras y tan lindo se sentía todo que no note cuando despertó.
Seguí tocando su cuerpo y me acerque a besar nuevamente sus labios y sentí en ese momento que me correspondía el besos, era el beso más rico que hasta ese momento había sentido y entonces sus manos empezaron a recorrer mi cuerpo y sus besos no pararon, lentos pausados , pero muy fuertes y muy lindos.
En un momento empezamos a desnudarnos y pude descubrir ese pene tan delicioso, el cual me recree lamiendo y chupando, era blanco, muy grueso y me encantó, lo engullía con ansiedad y el mientras gemia por lo bajo, lo recorría ese pene, lamia, chupaba, mamaba y me volvía loco saber que el chico que me gustaba estaba conmigo en esa situación.
Pronto estuvimos besándonos de nuevo y sus manos acariciando mis nalgas de pronto el sobre mí y levantó mis piernas a sus hombros, yo sabía lo que venía y también lo estaba deseando, puso saliva en su gran verga y de pronto intento meterlo en mi ano, le costó un poco de trabajo, sin embargo entró.
Estaba completamente dentro de mi y yo gemia muy despacio me quejaba del dolor pero al poco rato con sus besos y viendo su rostro se convirtió en placer, estuvo entrando y saliendo lentamente, algo pausado y después fue acelerando, en cada movimiento mi culo deseaba más a Mikel y se que el también quería más en ese mento, me sentía lleno, de repente se salió de mi y se acostó boca arriba y me subí lentamente.
Coloque su verga en la entrada de mi culito y lentamente fue resbalando hacia adentro sde mi, arrancando gemidos y suspiros de ambos, hasta que la tuve toda adentro y el me agarró por las nalgas y empecé a subir y bajar lento y después cacada vez más rápido.
De pronto estábamos besándonos de nuevo y el acariciando mis nalgas mientras me la metía muy fuerte, hasta que un leve gemido escapó de su garganta, se estaba viniendo dentro de mi.
Nos quedamos quietos en esa posición, y empezamos nuevamente a besarnos hasta que su pene salió de mi totalmente flácido, me acosté a su lado y nos basamos otro rato hasta quedar dormidos y abrazados.
Estoy seguro que él aun recuerda esa noche en que me hizo suyo por una tarea que me iba a revisar.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!