Mis Actividades Incestuosas P10. [Final] Sexo con mi hermano menor, 10 años después.
Las cosas cambiaron drásticamente a nivel familiar, afortunadamente y luego de varios intentos de provocación sexual, mi hermano y yo revivimos los momentos sexuales que compartíamos cuando éramos niños..
Como les contaba en mi relato anterior, mi papá dejó de vivir con nosotros; por lo tanto, el sexo entre mi hermano, mi papá y yo dejó de existir. Para completar la decaída sexual, mi hermano y yo empezamos a vivir en habitaciones separadas y perdimos el interés sexual el uno por el otro. Al menos aparentemente él hacia mi, pues yo siempre quise seguir teniendo sexo con él.
Las cosas en casa cambiaron mucho debido a la salida de papá del núcleo familiar. Pasaron los años, la vida continuó, mi hermano menor se fue de la casa con su novia, y volvió a casa al pasar de casi tres años. Luego de otros dos años, yo terminaba mi universidad y decidí irme del país a continuar mi carrera. Durante mis años de vivir fuera del país, regresaba periódicamente. Lo malo del regreso era la nueva locación donde vivía mi hermano y mi mamá. Pues ahí ya habían desaparecido mi habitación, mi espacio, mis cosas. Ya no pertenecía a ese hogar aunque fuera mi familia. Debía dormir en el sillón, o compartir la cama con mi hermano, o con mi mamá.
Me encantaba dormir con mi hermano, desde el primer día de regreso, me desnudé completamente para dormir con él; sin embargo, él decidió dormir con pijama. Yo me sentí un poco incómodo, así que dormía con shorts. Pasaron los días que dormía con él, y luego tenía que irme de nuevo del pais. Al siguiente año al regreso sucedía lo mismo, intentaba dormir desnudo, pero él decidía usar pijama. Luego del tercer año, yo ya tenía 30 años y el 27 o 28, ya dormíamos solamente con short, y abrazados. Por el cambio de horario los primeros días me costaba dormir, así que me quedaba despierto hasta tarde, con los ojos cerrados, disfrutando del calor de mi hermano hasta que me quedaba dormido. Una noche, en mi tercer año de regreso, él decide acomodarse sobre mi pecho y poner la mano sobre mi pelvis. Yo estaba despierto, por supuesto sentir su mano sobre mi pelvis me excitó de manera inmediata y mi verga empezó a crecer, pasaron muchos minutos (o quizás fue mi ansiedad) de repente retira la mano de mi paquete, me levanta el short y mete la mano por debajo para tener contacto directo con mi verga, la rodea con su mano, la aprieta, me da dos movimientos de sube y baja y se queda quieto. Me quedé dormido esperando a que mi hermano empezara a hacerme una paja que nunca me hizo.
Pasaron dos o tres noches hasta que volví a dormir con él, esa noche decidí a pesar de todo dormir completamente desnudo. Me fui a cama más temprano, a hacerme el dormido. Al ingresar mi hermano a la habitación lo hace con extremo cuidado, levanta las cobijas y obviamente me ve desnudo, siento que pasan los segundos, el frío empieza a invadirme así que decido arroparme (haciéndome el dormido). Mi hermano se acuesta, me da la espalda, pasan los minutos y yo sigo esperando. Repentinamente se da la vuelta pone su torso desnudo junto al mio, me abraza por encima del abdomen, mientras que su pierna abraza mis piernas al punto de rozar su muslo con mi verga. Claramente empecé a excitarme, se notaba que mi hermano estaba indeciso, y con el límite frente a él; hasta que finalmente decide de nuevo agarrarme la vega y empezar a correrme una paja, muy lento. Yo estaba como loco, extasiado, “dormido” y botando líquido preseminal. Siento a mi hermano recoger el líquido con sus dedos, llevarlos a la boca, y el sonido inconfundible de chuparse los dedos. Se da la vuelta y se propone a dormir. Yo me “despierto” muy caliente, y empiezo a correrme una paja, lento, con su clásico sonido de humedad, el movimiento constante de la cama, tenía a mi hermano a centímetros. Duré 10 minutos masturbándome, pero mi hermano no se inmutó. Decidí ir al baño a terminar de masturbarme e irme a dormir. Ya sabía que a pesar de los años, mi hermano aún tenía ganas de sexo conmigo.
Desafortunadamente tuve que irme de nuevo del país, pero volviendo al siguiente año. Este 4to año yo ya venía con el objetivo de volver a tener sexo con mi hermano. Todo seguía aparentemente igual desde que me fuí, debía compartir habitación con mi hermano. La primera noche, sin lugar a duda, me fui a a costar después que mi hermano, me desnudé completamente frente a él, y le dije
Yo: ¿A cuál lado de la cama me acuesto esta noche?
él: Dónde quiera, a mi me da igual
Yo: -acercándome desnudo a su lado, con mi verga a la altura de su hombro le digo- córrete para allá, quiero dormir a este lado.
Él: bueno, -se levanta frente a mi, y se dirige al otro lado de la habitación, cuando claramente pudo correrse sobre la cama- yo me voy al otro lado entonces, -se gira y “accidentalmente” me roza la verga con el dorso de su mano, y mientras se dirige al otro lado dice –eso te pasa por no usar pijama.
Ignoré su comentario y me acosté en la cama, empezamos a hablar sobre nuestras vidas y como siempre, sobre el viaje. Le dije que estaba super cansado y que quería solamente dormir, que me dolía la espalda por el viaje tan largo. A lo que se ofrece a darme un masaje. Me acuesto boca abajo, toma su crema, me la esparce por toda la espalda y empezó a masajear llegando a la base de la espalda y tocando tímidamente el inicio de mis nalgas.
Él: ¿Quieres que también te de un masaje en las piernas?
Yo: ya que estás ofreciendo, acepto.
Me abro de piernas, empieza su masaje normal, mientras extendía tímidamente su movimiento pierna a arriba acercándose mucho a mis huevos y eventualmente rozando parte de ellos.
Él: Terminé, date vuelta y te hago el masaje del otro lado de las piernas.
Yo: -con una enorme erección me doy la vuelta- ok, pero necesito más crema
Mi hermano no comentó nada sobre mi erección, me masajeó las piernas completamente mientras que rozaba ya no tan tímidamente mi verga con su antebrazo mientras subía y bajaba en el masaje.
Él: Listo, terminé
Yo: -extremadamente caliente-. ¿Tan rápido? ¿no quieres continuar?
él: no, creo que ya es suficiente, vamos a dormir.
Esa noche me fui a dormir muy caliente, claramente estaba cansado y también relajado por el masaje, así que no me costó nada quedarme dormido.
La siguiente noche, me fui a la cama antes que él, estaba desnudo y me puse a ver pornografía, esperando a que mi hermano llegara. Era pornografía bisexual, quería que mi hermano mostrara algo de interés por los videos, pues el es hétero. Fue un intento infructuoso, ya que al llegar mi hermano, se acuesta a mi lado, pregunta sobre lo que hago, duré 30 minutos mostrándole los videos, pero no mostró excitación alguna. Por otro lado yo si estaba muy excitado. Quería correrme una paja, por lo que le pregunté si podía hacerlo ahí. Accedió dandome la espalda mientras yo me masturbaba, terminé sobre mi pecho y fui al baño a limpiarme.
No entendía que estaba sucediendo, sentía la tensión sexual, me había tocado mientras dormida, mientras me hacía masaje, aceptaba que me masturbara a su lado y me «¿ignoraba?» ¿Qué más podía intentar yo?
La siguiente noche no dormí con él, pero si la subsiguiente dormimos otra vez juntos, esta vez sin ninguna clara intención de interacción sexual, yo dormía completamente desnudo y mi hermano con pijama. Se durmió sobre mi pecho, con su brazo redondeando el torso y la pierna sobre mi paquete. Yo estaba excitado y decepcionado por no poder tener sexo con mi hermano, quité su pierna de mi paquete y tomé su mano y la puse sobre mi verga, no hubo interacción alguna, después de un tiempo mi hermano se acomoda bocarriba y se queda así.
Yo tenía la sangre en la verga y no estaba pensando, lo abracé y empecé a bajar mi mano desde su torso a su verga, para mi sorpresa estaba dura. Le sobé la verga mucho tiempo durante la noche hasta que me quedé dormido. Ya era claro que nos estábamos calentando el uno al otro.
Pasaron tres noches sin compartir habitación, mi hermano llegó a la habitación un poco más desinhibido. Se acostó directamente a abrazarme, como de costumbre puso su pierna sobre mi paquete y se quedó callado. Se sentía un ambiente tenso, mi verga también empezó a ponerse tensa y seguramente la de mi hermano también. Yo estaba completamente desnudo, mi hermano con una pijama que era más piel que ropa. Decidí hablar:
Yo: Bro, ¿estar así no te hace acordar cuando éramos pequeños y compartimos cama?
él: No me acuerdo mucho
Yo: ¿cómo no? ¿si no te acuerdas que mi papá se enojó y no nos dejaba dormir juntos?
Él: si, empiezo a recordar. Que yo dormía en la cama de arriba y tu la de abajo. Y luego yo me escapaba a dormir contigo.
Yo: -recordando nuestros primeros encuentros sexuales, estiré mi mano y tomé la de él- Si, era muy rico compartir la cama contigo, -llevé su mano a mi verga- no solo compartíamos cama, también la revista de papá. -Empecé a masturbarme con su mano- y después empezamos a compartir más cosas. ¿Te acuerdas? -retirando mi mano, mientras que la mano de él seguía masturbándome.
Él: Si, me acuerdo, ha pasado mucho tiempo, -yo le empecé a acariciar la cabeza, jugaba con su cabello- hicimos muchas cosas, ¿Crees que podamos repetirlo?
Yo: Eso depende de ti, qué tanto quieras revivir. -empujé lentamente su cabeza, invitándolo a chuparme la verga-
Mi hermano se acomodó y empezó a chuparme la verga. Mi verga no había cambiado considerablemente de tamaño, sólo había crecido medio cm, pero evidentemente más gruesa, eran 17.5 cm. Estuvo un rato chupándome la verga, no era el mejor chupador, se nota que no practicaba mucho.
Yo: Acomódate, que ahora yo te la voy a chupar
Le dije susurrando, pues mamá estaba en la habitación de al lado, evidentemente dormida, pero con miedo a despertarla. Acomodé a mi hermano boca arriba, mientras el se quitaba la camiseta, yo empecé a sobarle la verga por encima del short, unos segundos después, tomé el short y sus bóxer y se los bajé lentamente, exponiendo una verga que había crecido un poco más que la de papá, pero era muy idéntica a la de él. Tomé los huevos suavemente con la mano, los levanté y los llevé a mi lengua, mi hermano vibró levemente mientras le chupaba los huevos, agarré su verga de la base, la apunté hacia el techo y me la metí lentamente hasta la base, la punta de su verga me abría la garganta. Mi hermano emitió un suspiro de placer. Di todo lo que sabía, hice mi mejor esfuerzo en mamarle la verga, habían pasado muchos años que no tenía a mi hermano en mi cama, y quería demostrarle todo lo que lo había extrañado, todo lo que lo deseaba y todo lo que me excitaba volverlo a tener en la cama conmigo.
No se cuanto tiempo le chupé la verga, empecé a subir por su cuerpo tallado a mano (siempre ha sido deportista, mientras que yo soy más promedio de cuerpo), disfruté cada centímetro de su abdomen y pecho, subí por su cuello imberbe hasta que llegué a su boca. Wow, si que sabía besar, a diferencia de mamar verga, fue un placer indescriptible su beso, mientras nuestros cuerpos se movían al unísono y nuestras vergas se frotaban una a la otra.
Empezó él a pasar por mi cuello, me dio la vuelta y empezó a frotarme la espalda con su verga mientras me besaba la nuca. Continuó hacia abajo por la espalda pasándome la lengua mientras su verga viajaba por mis nalgas. Yo solamente me retorcía, claramente el sexo era más conciente y divertido ahora de adultos en comparación de cuando éramos niños. Bajó hasta mi culo, me abrió las nalgas y me empezó a chupar el culo, eso claramente era algo que también sabía hacer, tenía dones con su lengua aunque no con su garganta. No tomó mucho tiempo cuando yo ya estaba en cuatro esperando a que me metiera la verga. Se estirá a su mesa de noche, y en uno de sus cajones toma un frasco de lubricante, se lubrica su verga y también mi culo, empieza a empujar la punta mientras se abre camino a todo su tronco. No costó nada, aunque soy activo, mi hermano tuvo el poder de abrirme el culo de un solo movimiento, me la metió entera hasta que sentí su cuerpo chocar contra el mío, me dio su verga lentamente, un mete-saca donde sentía cada milímetro de su verga, y a veces sentía un instante donde la engrosaba y se abría mi culo unos milímetros más, jugó un rato hasta que decidió salirse.
Él: Acuéstate boca arriba
Yo: -acostándome- ufff, que rico bro, como extrañaba sentir tu cuerpo, tu verga, todo. Ahora déjame sentirte por dentro, siéntate en mi verga.
Él: Me gustaría hacerlo, pero no estoy preparado hoy. Mañana si quieres, además el único que me ha metido la verga eres tú hermanito y de eso han pasado muchos años.
Yo: No te preocupes, soy experto en eso, mañana te enseño – mientras yo levantaba mis piernas y le indicaba que tenía que volverme a llenar de su carne-
Me mete la verga, y verlo en esa posición se le marcaban todos sus músculos en el cuerpo, le sudaba la cara, y tenía mirada de extasiado y muy caliente. Estuvimos unos minutos más así.
Yo: Bro, ya casi voy a acabar, quiero que me acabes en la cara.
El: Ok, también estoy cerca de acabar, pero quiero llenarte el culo de leche, déjame llenarte el culo de leche.
Empezó a moverse muy lento y muy fuerte, sus manos estaban sobre mi pecho, y sentía la presión de ellas y de todo su cuerpo, mientras su verga estaba alcanzando puntos en mi interior que no había alcanzado, sentía que estaba creciendo, hasta que con una última embestida la metió hasta donde el largo y la fuerza lo permitió, y con toda la verga dentro de mi la sentía palpitar, se movía ya no hacia dentro-fuera sino arriba-abajo, entre el palpitar y el movimiento también solté algunos chorros de leche muy cargados que me llenaron el ombligo, el pecho y uno de ellos salpicó hasta mi mejilla, cerca a la boca. Todo sucedía mientras se escuchaba el bufar y resoplar de mi hermano mientras me llenaba de leche.
Una vez terminado, nos recostamos y dormimos desnudos de nuevo. Aunque no hablamos de las últimas noches de como nos provocámos el uno al otro hasta que por fin cedimos a los placeres del incesto. Hablamos recordando parte de nuestra historia cuando éramos niños, de nuestra primera masturbación juntos, de como nos espíabamos mientras nos masturbamos, las primeras chupadas de verga que nos dimos, cuando papá nos pilló masturbándonos, de como empezó el sexo con papá y eventualmente dejó de suceder. Hay cosas que jamás le conté a mi hermano y que seguramente mi hermano jamás me contó a mi. Empezamos a compartir nuestras historias sexuales antes o después del sexo, no solo de cuando éramos niños, sino de cosas que habíamos experimentado y nos había gustado, también de cosas que nos gustaría experimentar. Aprovechamos todo lo que pudimos esos días que nos quedaban viviendo juntos antes de mi nueva partida a fuera del país.
Actualmente estoy esperando mi próximo viaje a mi país de origen, donde sé que mi hermano, ahora de adulto, solo disfrutará del sexo con otro hombre solamente si es conmigo, con su hermano. Ya que de adultos volvimos al incesto, tenemos claro que seguiremos teniendo sexo entre nosotros y a disfrutarnos para no volver a perder años de compartirnos, con 33 y 30 años disfrutaremos mucho de nuestra relación incestuosa cada vez que nos veamos, eso es seguro.
Agradezco a todos los lectores que han evaluado este conjunto de relatos y han comentado. Traté de ser lo más fiel a mi historia, pero claramente tuve que incorporar o modificar detalles de la historia para poder contarla, la memoria traiciona cuando eres niño y cuando pasa el tiempo.
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