Mis actividades incestuosas P2. Papá me enseña a masturbarme
Luego de que tocara a mi papá mientras dormía, el descubre que me robo sus revistas pornográficas para verlas. Entre cosas, enseña a masturbarme.
CONTEXTO: inicialmente descubrí una revista pornográfica de mi padre, y empiezo a masturbarme mientras la miro, al mismo tiempo que empiezo a tener fantasías sobre tocar a otros hombres. Aprovecho la oportunidad para tocar a mi papá mientras duerme borracho (Relato 1). Tiempo después le enseño la revista a mi hermano y le enseña a masturbarse (relato 2). Ahora contaré como mi papá me enseña a masturbarme.
Habían ya pasado varios días desde que le enseñé la revista a mi hermano. Seguía teniendo fantasías mientras me masturbaba, además de la revista que me encantaba verla, tenía los recuerdos recientes de haber tocado a mi padre mientras dormía, y haber sentido su gruesa verga botando líquido preseminal. Alternaba esos recuerdos con los de mi hermano y como empecé a tocarle su verga y huevos mientras le enseñaba a masturbarse. Siempre que tenía oportunidad iba al cuarto de mi padre y le sacaba la revista, la llevaba a mi habitación y empezaba mi ritual de masturbación. Aquél día, tenía mucha urgencia en ver la revista y empezar a masturbarme. Yo siempre llegaba al medio día del colegio, mi hermano cerca de las 4 de la tarde y mi padre cerca de las 6 junto con mi madre. Recuerdo haber entrado a la habitación de mi padre, buscar debajo de la cama aquella revista que tanto me gustaba, pero para mi sorpresa ¡NO ESTABA!, me puse muy triste, sin embargo empecé a revisar todos los rincones bajo la cama, y en una esquina cerca a los pies, estaba aquella revista, pero esta vez no estaba sola. Esta era una segunda revista, con contenido pornográfico, historias y otros textos que jamás leí. Muy emocionado empecé a revisarla, a ver cada hombre musculoso que aparecía allí cogiéndose a aquellas mujeres de cuerpo perfecto. Cerca del final de la revista aparecía una secuencia fotográfica de un Bukake. Aquella mujer parecía disfrutar de toda la leche que le iban tirando encima aquellos hombres, eran 4, lo recuerdo muy bien. Esa imagen me puso a mil, y me iba a empezar a masturbar cuando entra mi padre a la habitación.
P. ¡Hijo! ¿Qué estas haciendo ahí? ¿Por qué estás revisando mis cosas? ¿Esas son cosas de adultos? Dame eso inmediatamente, no quiero que toques mis cosas.
Yo. Papá es que…
P. ¡Nada!, no hay excusas. Ya te dije que me dieras eso.
Le entregué la revista, y me preguntó:
P. ¿Qué haces con esta revista?
Yo. Nada, solo la miraba, empecé a ver gente «empelota» (desnuda) y me dio curiosidad. Por qué son tan diferentes todos.
P. ¿Cómo diferentes?
Yo. Pues sí, mira (apuntando a la revista). La de él es más gruesa que ésta. Pero no más larga. A éste otro se le notan las venas. ¡Yo pensaba que todas eran iguales! (por supuesto estaba mintiendo, ya había visto la otra revista muchas veces, y había comprobado que la verga de papá era diferente, y que la de mi hermano y la mía también eran diferentes)
P. Bueno hijo, todos somos diferentes. Tenemos diferentes colores de piel, tamaños, y formas de cuerpo, también pasa con todas las partes de nuestro cuerpo.
Y. Ahhhh, ya. ¿Y por qué escondes estas cosas?
P. Mira, hijo. Ya estás en edad de explicarte. Cuando uno empieza a crecer, empieza a tener diferentes necesidades, entre ellas el sexo. A veces no puedes tener sexo con una mujer, entonces empiezas a masturbarte para satisfacer esas necesidad.
Y. A masturbarse? como así?
P. Mira, (mostrándome la revista), cuando ellos se toman la verga así, es porque se están masturbando.
Y. O sea que solo se cogen la verga y ya? (a mi papá ya se le empezaba a notar el bulto bajo el pantalón)
P. Te voy a enseñar, pero prométeme que no le contarás a nadie, y si no le cuentas a nadie, te dejo ver mis revistas. ¿Vale? Tampoco le puedes contar a tu mamá, ¿ok?
Yo. Bueno.
Se empieza a quitar el cinturón y a desabrochar el pantalón, yo estaba muy entusiasmado, porque esta vez iba a ver completamente la verga de papá, y lo mejor de todo, es que iba a poder verla botando leche. Era algo con lo que había estado pensando hace semanas atrás. Una vez desabrochado el pantalón, empieza a bajarse el calzoncillo, y me dice:
P. Mira, yo ahora estoy un poco excitado de ver la revista. Pero norlmanente es un poco más pequeña. Y a medida que empiezas a ver la revista, te empieza a crecer la verga, como a los otros hombres de la revista.
Y. Siiiii, sentí cosquillas en mi verga mientras veía las imágenes.
P. A ver, muéstrame como está tu verga ahora.
Y. Bajándome los pantalones, mira, ya se me está poniendo dura.
P. Ohhh, ya no eres un niño, te empezó a crecer la verga, ya pronto serás adolescente. Me dijo eso mientras se tocaba la verga. Bien hijo, entonces, cuando se te pone dura, tienes que empezar a mover la mano de arriba a abajo (mostrándome), eso se llama masturbación.
Y. Eso no más? ¿y qué es eso que tienes ahí?. Estiré un dedo, le toqué la punta de la verga y recogí un poco de líquido preseminal.
P. Oye, hijo, por qué me tocas.
Y. Perdón
P. No pasa nada, eso se llama líquido preseminal, y sirve para lubricar la verga, y que sea más fácil masturbarse. Se siente diferente si usas la saliva u otra cosa.
Y. Empecé a masturbarme y le pregunté. ¿Entonces puedo usar saliva?, una vez me dijo que si, escupí en mi verga y continué masturbándome.
P. Hijo, lo tienes que hacer bien, tienes que correr todo el cuero de la verga hacia atrás y con la saliva pasas tus dedos. Mira (escupió su mano y ejecutó la maniobra).
Y. Así? verdad?
P. Mientras se masturbaba rápidamente, me decía. Si, así, pero ven te ayudo. Estiró la mano y me agarró la verga y me dijo, mira, si lo hace otra persona se siente mejor, porque no sabes qué tan fuerte va a apretar o como va a mover la mano. Ayudame y verás que mi verga se siente diferente que la tuya.
Y. Estiré mi mano y agarré su verga, la estiré completamente hacia atrás, se veía brillante de lo lubricada que estaba. Pregunté: ¿así papá? ¿Así está bien?
P. Si, hijito, que rico se siente, así. Si quieres puedes hacerlo con las dos manos, para que lo agarres bien.
Y. Bueno papá. Volví a estirar todo el cuero para atrás y con la otra mano agarré la cabeza, al primer movimiento mi papá empezó a lanzar la leche por todos lados. Lanzó como 4 chorros, enormes y blancos, mucho más leche que las que veía en la revista, al caer al piso sonaron. Yo me asusté y me retiré. No pensaba que saliera tanto.
P. Ohhh, hijito lindo, que rico como lo hiciste. Ufffff, pensé que iba a demorarme más, pero que rico fue. Eso que solté es la leche, A los hombres también nos sale leche, déjame sacarte la leche también, ya verás que se siente rico. Siguió masturbandome unos instantes más y cuando eyaculé mi papa se tomó la leche y dijo. Mmm hijito, que rica leche tienes, la leche no puede desperdiciarse, la próxima vez te la tienes que tomar. Yo te enseñaré como se hace. Por ahora tenemos que organizar estas revistas, las dejaré en este cajón de la pieza. Puedes usarlas cuando quieras, pero si quieres también podríamos jugar juntos y te voy enseñando cosas.
Así que si cumples la promesa de no decirle a nadie, yo cumplo la mia. Así que acá quedarán, y si alguien se entera, te quito las revistas y no te muestro otras que tengo por ahí.
Por supuesto que acepté, algunos días después cuando tuviera la oportunidad le mostraría a mi hermano la nueva revista que tenía papá y le contaría algunas nuevas cosas que había aprendido con él.
Como sigue?
Me encanta el relato, ansió de leer la próxima parte.
Esta historia promete, como sigue?
¿Qué pasó después?
Que pena desperdiciar la leche! mejor se la daba al hijo.
Wow q grandes apoyo ehjhh