Mis actividades incestuosas P6. Vuelvo a disfrutar del sexo con mi hermano menor
Al parecer mis padres se cansaron de compartir cama con nosotros, todo vuelve a ser como antes, yo comparto de nuevo la habitación con mi hermano, pero esta vez con más cuidado decidimos continuar nuestras actividades sexuales..
Pues no se que ha sucedido, luego de un tiempo prudente, mis padres deciden que mi hermano y yo podemos volver a dormir juntos. Ha pasado casi un año desde que nos separaron tras ser atrapados en el incesto. Aunque mi mamá nunca se enteró, mi hermano y yo mantuvimos relaciones sexuales, motivo por el cuál mi padre decidió separarnos. Durante ese año separados, mi hermano dormía con mis padres la mayoría de las noches; sin embargo, eventualmente mi padre me invitaba a dormir a su cama. Para mi sorpresa, durante sus rutinas nocturnas de masturbación, se acercaba a mi mientras yo me hacía el dormido y se disponía a masturbarse.
Cuando volví oficialmente a compartir la habitación con mi hermano, ya habíamos crecido un poco y madurado también. Yo ya estaba cerca de los 13 años y mi hermano de los 11. El miedo nos invadía a volver a explorar la sexualidad juntos, duramos varias semanas, quizás un par de meses, sin hablar del tema sexual. Volvimos a la rutina anterior, nos provocábamos el uno al otro. Las primeras noches yo organizaba la habitación de tal manera que la luz de las farolas callejeras iluminaban tenuemente la habitación y por extensión mi cama. A la hora de dormir empezaba a masturbarme, quizás y un poco de manera descarada, haciendo que la saliva que usaba generara el típico ruido de masturbación, y lentamente iba subiendo el ritmo, para poner en evidencia, a través del movimiento de la litera, que yo me estaba masturbando. A veces lograba mi objetivo, hacer que mi hermano mirara desde arriba como me masturbaba. En otras ocasiones era él quien empezaba con anterioridad; por el contrario a él, yo no podía verlo, solo me quedaba imaginar como se masturbaba y acababa. Pasamos muchas noches de esa manera, provocándonos, yo lo escuchaba y él me veía. Durante esas noches jamás vimos a papá aparecer en la habitación, por lo que empezamos a intentar vernos más libremente. Uno de los dos se hacía tras la puerta (por si se abría quedaba uno ahí atrapado detrás de ella, con la excusa que iba a salir), mientras que el otro se quedaba en la litera inferior, completamente desnudo y masturbándose tumbado en la cama. Nos veíamos masturbar, pero teníamos miedo de ser atrapados nuevamente.
Durante las tardes, yo trataba de acercarme a mi papá, de volver a tocarlo disimuladamente, rogando en silencio que me levantara el castigo y compartiera sexualmente de nuevo conmigo. Finalmente un día decidí tomar el riesgo, sabiendo que me había quitado las revistas, a mi hermano sexual, no tenía mucho que perder. Me acerqué y le dije:
Yo: Pá, quiero pedirle algo, pero no se vaya a enojar
Él: Plata no tengo,
Yo: no, no es plata, pero prométame que no se va a enojar.
Él: Si no es plata, entonces qué puede ser?
Yo: Pues, quería saber si… es posible que… una de esas revistas que ya sabes, las que me prestaste una vez y escondiste.
Él: No, no le prestaré nada, usted se puso a compartirlas con su hermano y a corromperlo estando el chiquito.
Yo: Perdón, no lo vuelvo hacer, solo quería mostrarle
Él: Y mira en lo que terminó todo, no te prestaré nada, no voy alcahuetear cochinadas en mi casa
Yo: Las usaré mientras estas en casa, así no habrá problema
Él: Te las prestaré 10 minutos nada más, vas al baño, haces lo que tengas que hacer y me la trae de regreso.
Yo: ¡Gracias!
No dudé en tomar la revista e irme al baño. Estaba muy feliz en el baño viendo la revista, cuando toca la puerta mi papá y me dice:
Él: mijo, te daré una sola oportunidad, una sola, ven a la habitación, y lo haces cómodo en la cama
Yo: -mirándolo extrañado- ok, -me fuí a la habitación.
Para mi sorpresa entra un par de minutos después, detrás de mi y me dice, interrumpiendo mi masturbación,
Él: ya cerré la puerta, no quiero que la leche se desperdicie.
Eso me excitó mucho, recordé la primera vez que me masturbé con mi papá, me había dicho lo mismo, empecé a masturbarme de manera frenética.
Él: Oye, más despacio que debo de alcanzarte
se baja los pantalones y empieza a masturbarse frente a mi, para mi sorpresa un par de segundos después se acerca, toma mi mano, se la pone en su verga y me dice
Él: como cuando te quedabas a dormir en mi cama, pero ahora despierto, mastúrbame, y recuerda que la leche no se puede desperdiciar.
Yo quería chuparle la verga y que acabara en mi cara, empecé a recordar las veces que nos mamábamos la verga con mi hermano hasta eyacular. Me estaba invadiendo la excitación, quería chupársela pero me daba miedo ser rechazado. Así que dejé que se masturbara con mi mano. Él estira la de él, y empieza a masturbarme, estuvimos unos minutos así
Él; La leche no se puede desperdiciar, avísame cuando vayas a acabar.
Yo: -no sé como supo que ya casi iba a acabar- ya casi, me falta poco
Se agacha y me la chupa, acabo en su boca y él inmediatamente me dice, toma mi leche, te va a gustar, se posiciona para dármela en la boca
Él: Tomala, te va a gustar, ¡salte de acá!
Se mueve y me llena la cara de leche, mientras va diciendo, vete, salte, te dije que más tarde! deja un par de chorros de leche en mi brazo y la cama, mientras se acerca a la puerta y la cierra.
Yo no entendía que estaba pasando, me limpié y mi papá me sacó de la pieza y me dijo, cuando veas a tu hermano dile que venga.
Salí de la habitación y me fui a la mía, mi hermano estaba llorando y me dijo
Hermano: Pensé que papá solo jugaba conmigo, y que tú también jugabas solo conmigo.
Seguía llorando desconsoladamente, cuando mi papá entra a la pieza, lo toma del brazo y se lo lleva diciendo:
Él: te-dije-que-vinieras-más-tarde! es-que-no-te-puedes-es pe rar! o qué?
Yo solo escuchaba a mi hermano llorar, no sabía que estaba pasando. Al llegar a la noche, llega a nuestra habitación y me dice:
Mi papá dijo que podíamos dormir juntos las veces que quisiéramos.
Mientras estábamos en cama, mi hermano me contó que desde que nos pilló, mi papá le prestaba las revistas de vez en cuando, y le había enseñado a masturbarse de diferentes formas, me excité escuchando las historias de mi hermano masturbándose con mi papá, así que esa noche nos masturbamos juntos, en la misma cama, a mano cambiada hasta eyacular y dormir abrazados y desnudos.
Empezamos a hablar más seguido de nuevo sobre el sexo, y como mi papá le gustaba masturbarse con él y después conmigo. A veces era cada día uno, y a veces éramos durante la tarde primero él y luego yo. Después de varias semanas me enteré por qué papá prefería primero a mi hermano antes que a mi, eso lo contaré en el siguiente relato.
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