Mis experiencias de infancia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Primero empezaré con describirme, a los 6 años tuve mi primer encuentro gay con un amigo del parque de mi edad, yo era un chico de tez blanca, ojos grandes y cafés, facciones lindas sin ser finito de cara, labios gruesos, de complexión siempre fui ancho, no gordo, digamos con músculo, sobre todo de la cintura para abajo, mis piernas, pantorrillas y muslos siempre estuvieron bien formados, y terminaba con unas nalgas firmes grandes y redondas que hacían que toda mi familia las tocara de vez en vez haciendo comentarios, "que culo que tiene ese chaval", "muchas chicas ya quisieran tu culo", no hacía mucho caso pero me encantaba que me lo dijeran, me hacía sentir bien.
Mi amigo Francesc, tenía la piel clara igual que yo, ahora que lo analizo nos parecíamos de cierto modo, nada más que él era de cabello un tanto rizado, éramos un par de chicos lindos, solo que él no tenía las nalgas tan bien hechas como yo, el tenía un culito paradito y rendito, pero nada fuera de lo común, un culito de niño bien hecho pero normal.
Una de las tantas veces que estuve en su casa, mientras jugábamos a mil y un cosas, se me ocurrió que deberíamos jugar algo más divertido, el tenía una caja de médico de juguete, la tomé y le dije, yo soy el doctor y tú el paciente, pareció motivarle mucho la idea, él asintió y me dijo, pero quiero que me inyectes y me pongas supositorios, yo le dije que estaba bien pero que no sabia como hacerlo, sacó de la caja una jeringa de plástico sin aguja y un bote pequeño de crema nívea, y me dijo, cuando pase yo al consultorio me dices que me tienes que curar y me pones la inyección y el supositorio ahora te digo cómo, yo me quedé pensativo pero seguí con el juego:
Fran: doctor me siento mal,
Yo: que le duele señor?
Fran: mucho que me duele la panza, ¿me puede dar una medicina?
Yo: creo que lo tendré que inyectar y ponerle un supositorio.
Fran: Vale doctor, ahora me acuesto para que me inyecte.
Acto seguido yo hacía como que preparaba la inyección y él se levantó del piso donde jugábamos y fue directo a su cama, antes de acostarse se quitó el pantalón que tenía puesto y se bajó los calzoncillos hasta los tobillos, se tumbó boca abajo y me dijo.- estoy listo doctor.
Yo no sabía realmente cómo reaccionar, nunca había visto Fran asi, me parecía un espectáculo hermoso, aquel chiquillo tenía un culo bien formadito que sin pensarlo al tenerlos así empecé a masajear, le dije, por qué tienes estas líneas rozadas?
Eran unas líneas tenues pero se veían si se le miraba de cerca.
Fran: mi madre me ha dado una paliza la semana pasada con el cuero y me ha dejado un poco rojo el culete.
Debo confesar que sentí pena y solidaridad con mi hermano del alma Fran, ya que yo también sabía lo que dolía una paliza con el cinto.
Yo: te ha dado con ropa?
Fran: me ha pillado en calzoncillos y me ha dado 5 azotes, pero anda sigue con el juego del doctor.
Retomé mi papel de médico y le dije.
Yo: ahora lo voy a pinchar señor, no se mueva, tome la jeringa sin aguja y antes de hacer la mímica de inyectarlo le di un par de besitos en cada una de sus nalgas, fue algo instintivo, aún recuerdo la sensación de su piel tersa y suave, a esa edad ya se imaginaran lo suavecita y diáfana que es la piel de un crío como Fran, puse la jeringa en su nalga y presioné, después le dije, y ahora como te pongo él supo?
Sin voltear a verme me dijo, unta tu dedo de crema y mételo por mi culo, yo me sentí un tanto abochornado y le dije que me daba vergüenza.
Fran: quieres que te ponga yo uno a ti primero?
Esa propuesta me sacudió, no sabía si yo quería exponerme ante Fran así, le dije que me daba vergüenza que me viera, lo cual era mentira, yo sabía que era lindo y en mi casa en frente de todos me gustaba que me vieran en cueros y se rieran dando palmeadas en mi culo, primas,primos, tías, tíos, a todos les parecía tierno y lindo ya que era el menor de todos.
Fran: pero tú ya me viste a mí el culo, hasta me has besado, es justo que yo te vea a ti.
Mi pollita estaba dura, nunca me había excitado de esa manera, le dije vale pues, enséñame cómo.
Me quedé parado viendo hacia la puerta, tenía miedo que alguien nos descubriera, Fran se bajó de cama y se sentó en el piso y su cara quedaba justo a la altura de mi culo, sin pensarlo dos veces tomó el resorte de mi pantaloneta corta y mis calzoncillos y de un tirón dejó al descubierto mi redondo y bien parado trasero.
Fran: madre mia, tú si que tienes un culo grande, jajaja.
Yo: oye, no te burles.
Fran: no quillo, es que me ha parecido junto al mío que tus nalgas son muy lindas y grandes.
Me quedé sin respuesta a eso.
Fran: puedo besarlas también?
Yo: vale.
Sentía sus labios dando pequeños besitos y en una de tantas siento como me pasa la lengua entre la raja,
Me hizo temblar de lo rico que se sentía, no dije nada y lo deje continuar, sentí que pasaba su dedo con crema por mi culito y me dijo ahí va, solo sentí como deslizaba uno de sus pequeños dedos en mi interior y lo dejaba ahí, el placer hizo que me tocara mi pollita con los ojos cerrados y un extraño escalofrío me recorrió justo cuando el sacaba el dedo, ahora sé que fue mi primer orgasmo.
Cuando estábamos por cambiar de posición escuchamos que alguien venía yo ya tenía mis pantalones arriba y el no alcanzó a subirlos.
Era su padre que cuando ha entrado al cuarto y al verme a mi vestido y haciendo como que jugaba a otra cosa se ha puesto rojo de coraje.
Papa: que haces en cueros tu?
Fran: iba a cambiarme de ropa papi.
Papa: no estarás otra vez con tus mariconadas y ahora también quieres meter en líos al pobre de Afons.
Ahí me di cuenta que Fran no había jugado solo conmigo y que por eso sabía cómo jugar a los supositorios.
Fran: no papi, te prometo que me estaba cambiando. Su cara era de terror y no sabía mentir nada bien.
Papa: a ver las manos y enséñame ese bote de crema, para que lo quieres? Crees que soy estupido? Pero de esta no te salvas Francesc, su papá se tomó de la cintura y de una sola se sacó un cinturón grueso que traía, yo no atinaba a decir palabra y quise salir de ese cuarto, Fran lloraba y pedía que le creyera su papá, cuando quise salir por la puerta el señor me detuvo y me dijo, tú no te mueves esto es para que veas lo que les pasa a los maricones, yo quería llorar de miedo también y solo pude decir,.- pero si Fran solo se estaba cambiando, la crema la he usado yo para mi codo que lo tenía muy seco, (había usado la crema que no había puesto en el culo de Fran en mi codo pues no encontraba donde botarla).
El señor me vio a los ojos llorosos y me dijo. Estás seguro?
Yo: sí señor, se lo prometo.
Papa: está bien Afons, te creo, discúlpame Fran.
Salió avergonzado sin ver a su hijo a los ojos.
Fui hacia Fran que ya solo tenía su calzón puesto, y le di un abrazo, creo que siempre fui un chico muy empático.
Él me devolvió el abrazo un tanto torpe, se notaba que no era común recibir afecto para él y menos de otro chico pero se fue acostumbrando y en un momento ya tenía la cabeza en mi hombro y sólo me decía gracias.
Yo lo alzé y lo vi a los ojos, me veía con mucha vergüenza y gratitud, solo atine a darle un beso en la mejilla y le dije, anda vamos a jugar fútbol.
Esta fue mi primer experiencia sexual.
Seguiré contando si me dan sus comentarios
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