MIS EXPERIENCIAS ERÓTICAS |INFANCIA| INICIÓ A LOS 6 AÑOS
Hola, estimados lectores, de antemano, agradezco que se tomen el tiempo de leer estas vivencias que marcaron mi vida, quizás algunas anécdotas no sean tan sexuales, pero espero que les guste y quizá alguno se sienta identificado. .
Empezaré presentándome, mi nombre es Mauricio actualmente tengo 25 años, soy de México, soy de complexión delgada y tez clara, pelo lacio, soy gay pasivo, aunque no siempre tuve esté rol; Me gusta mucho leer este tipo de experiencias de personas que pasaron por lo mismo que yo y siendo franco, no había publicado nada por falta de tiempo, o a veces solo me dedico a leer y disfrutar de sus relatos, pero esta vez, tengo un par de días libres, así que tome la iniciativa de escribir.
Esta primera anécdota comienza cuando tenía alrededor de 6 años, vivía en una colonia típica de clase media baja, en dónde los niños acostumbraban a salir a jugar por las tardes en la calle, mientras nuestras mamás, sacaban algunas sillas y se sentaban en la banqueta a platicar y a la vez cuidarnos; Me parece que la mayoría de esta comunidad vivió algo así en su niñez.
En nuestra calle éramos siete niños los que salíamos a jugar, rondábamos edades de entre los 6 años hasta los 12, pero no había una malicia como tal, Así que disfrutamos de juegos como escondidas, encantados, policías y ladrones, quemados y la típica cascarita con las porterías de piedra, fue una buena infancia.
Como todo grupo, siempre hay unos niños que se llevan mejor que otros, en mi caso, tenía un mejor amigo, el cual vivía enfrente de mi casa, él se llama Antonio, en ese entonces él tenía 8 años, es morenito, de estatura era la de un niño promedio de su edad, muy travieso y nada penoso, tenía bonitas nalguitas eso sí, ya lo conocía de cuerpo completo, ya que cuando eran épocas de calor siempre se bañaba en el corredor de su casa y ya cuando estaba apuntó de meterse a poner ropa, se quitaba la trusa y se enjuagaba su pajarito y su colita, a veces me daba cuenta y lo veía, claro sin morbo, solo me llamaba la atención y le decía a mi mamá que también me quería bañar afuera.
Un domingo en la tarde noche, del mes de noviembre, jugábamos como todos los días en la calle, ya estábamos a punto de meternos a casa, ya que nuestras mamás ya nos lo habían comentado, así que después de una cascarita, decidimos descansar y sentarnos en la banqueta, estábamos muy sudados, así que Antonio me invito a su casa a tomar un vaso de coca, así que fuimos y estábamos solos ya que su mamá y la mía estaban en la calle platicando, Antonio estaba acostumbrado a hacer pipí en su patio, de esto me daba cuenta por las veces que estaba en su casa jugando, así que mi amigo me dijo que si tenía ganas que hiciéramos juntos, lo cual no tuve ni un problema así que fuimos al patio que estaba al respaldo de su casa, su casa era de un piso, pero con techo de lámina, en el patio de enfrente había plantas y un árbol, bajo ese árbol estaba el bote de agua donde él se bañaba y su casa comenzaba con la cocina y el comedor, pasa después pasar a la sala, toda su casa era rústica, después seguía su cuarto y junto al de sus papás, y junto a la sala estaba la salida al patio trasero, donde su mamá lavaba ropa, el tendedero era de tierra y el baño estaba afuera, todo esto se los describo, ya que las próximas anécdotas pasaron dentro de su casa; Siguiendo con la anécdota, comenzamos hacerlo, aún recuerdo esa escena, ya que él traía un short negro y una playera blanca que más bien era café por lo sucio que estábamos, por mi parte, traía un short verde y una camiseta interior de color blanco, recuerdo cuando se sacó su pilín, el cual le medían escasos 5 cm, era entre clarita y oscura, sus testículos colgaban un poco, así que me saque la mía y empezamos a jugar a ver quién llegaba más lejos, de momento él se me quedó viendo y me dijo que tenía el pilín bien chiquito, le dije que era porque tenían 6 años, me pregunto si también me hacía para atrás el pellejito, le dije que si y lo hice, le dije que también me mostrara, había quedado impresionado, porque no era lo mismo ver a lo lejos que estando ahí a pocos centímetros, su glande era un poco más grande y tenía forma como de bala, toda esa escena le generó a Antonio una erección, que ambos lo tomamos a risa, yo le preguntaba si le dolía o que sentía, porque su erección era tan intensa que se le veían sus venitas y es que me sorprendí porque nunca se la había visto así, a lo que Antonio respondió y me dijo que si quería sentirla, al principio no entendí así que le dije que a mí no se paraba el pajarito, pero él me dijo que le tocará su pilín para que vea como se sentía, esa propuesta iba a en contra de todo lo que me habían enseñado, acerca de los tocamientos y de que no se podían hacer, pero a la vez era más mi curiosidad y que se trataba de alguien conocido y muy querido para mí, mi mejor amigo; Así que lo hice y algo cambio dentro de mí, se sentía algo durito y calientito, tenía muchas emociones, sentía nervios, miedo por sí alguien nos veía, pero todo eso se esfumó cuando Antonio me dijo y cito textualmente, «No manches Mauri, esto se siente chidisimo» De alguna manera me sentí tranquilo, pero quizá por lo que había hecho, mi pajarito reacciono y sé erecto, en otras ocasiones no le tomaba importancia, pero esta vez, sí, Antonio lo noto rápidamente y dijo que también a mí se me había parado, así que él también me la tocó para que sintiera lo mismo, cuando tenía su mano en mi pajarito, sentí muchas cosquillas y una sensación nueva, me había gustado ese inocente juego nuevo, de momento escuchamos que la mamá de Toño entraba a la casa, regresamos al comedor y su mamá me dijo que ya me hablaban para que me fuera a bañar, me despedí de mi amigo y fui a casa.
Sin duda, esta primera experiencia me marcó mucho, ya que sería un parte aguas para lo que se venía después con Antonio y mis pasadas experiencias a lo largo que crecía
Nuevamente, les agradezco por haberse tomado el tiempo de leer esta anécdota, me falta mucho por escribir, pero como ya lo mencionaba, me podría dar mi tiempo para relatarles con lujo de detalle cada experiencia vivida.
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