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Gays, Masturbacion Masculina

MIS EXPERIENCIAS ERÓTICAS |INFANCIA| JESÚS DE 8 Y YO DE 11, MI DESPERTAR SEXUAL..

Hola, estimados lectores, en esta ocasión, quiero relatarles una anécdota que provocó por completo mi despertar sexual, ya tenía 11 años y fue con el hermano de un amigo, el cual tenía 8 años. .
Quiero agradecer, el tiempo que se han tomado para leer esta serie de anécdotas y valoro que más de uno se sienta identificado, como ya lo mencionaba, puede que algunas vivencias no sean tan sexuales, pero son experiencias personales y no es mi objetivo inventar algo más.

Continuando con mi historia, después de todo lo que había pasado con mis anteriores experiencias, todo eso conllevó que tuviera otro tipo de mentalidad en el tema sexual, poco a poco, empezaba a ver a los otros niños con morbo y anhelaba que volviera a pasar, algo como lo que había hecho con Antonio, pero me conformaba con seguirle viendo el pilin a mis amigos de la cuadra.

En esos 4 años que transcurrieron, no pasó algo interesante, pero mi cuerpo empezaba a cambiar, obviamente mi pene había crecido, mis testículos se habían hecho un poco más grandes y mis erecciones eran más frecuentes, siempre aprovechaba para tocarme mientras recordaba mis vivencias pasadas; Recuerdo que hubo una temporada en la que mis papás salían por las tardes a caminar y habían veces que prefería quedarme solo en casa, ya que había agarrado una mañana de andar por la casa encuerado; Todo esto comenzó gracias a mi papá, ya que empezó a salir del trabajo por las tardes, así que después de ese tiempo, él tenía toda la tarde libre, mis papás lo utilizaban para salir a comprar una que otra cosa y así mismo dar la vuelta, no todo el tiempo lo hacíamos, pero con el pasar de las semanas, me aburría de salir con ellos y prefería quedarme en casa, siempre quería estar en la calle cuando mis papás no estaban, pero mi mamá nunca quiso y como todo niño, eso me molestaba, así que después de hacer berrinches y una serie de chanclazos, cada que mis padres salían, me quedaba en casa jugando mis carritos y haciendo caminos improvisados en mi patio trasero; En una ocasión que me quede solo, me la pase jugando en mi patio, como de costumbre, estaba más que entretenido, jugando carritos, como toda familia mexicana, teníamos un lavadero y junto a el, un tanque de aproximadamente 100 litros de agua, donde frecuentemente me gustaba meterme a jugar, era como mi alberca, obviamente después de jugar con el agua, se tenía que tirar, sí, era un desperdicio de agua, lo aceptó; Frecuentemente me bañaba en el patio trasero y más cuando eran temporadas de calor, mi patio era parecido al de Antonio, solo que el mío era un poco más grande, había un pequeño árbol, honestamente no recuerdo de que era, había un poco de arena y grava; Volviendo a lo que les relataba, una tarde de julio, me encontraba solo, ya llevaba tiempo jugando en mi patio, recuerdo que mi mamá me había dicho que cuando llegaran, ya tenía que estar bañado, así que como ya estaba por caer la noche, me dispuse a bañarme, me desnudé y me metí a la casa por mi champú y mi toalla, el hecho de andar así, me encanto, al grado de que mi pajarito reacciono y sé erecto, esta acción me hacía sentir libre y comenzaba a bailar desnudo y hacer movimientos eróticos, me tocaba todo el cuerpo y veía por la ventana a mis amigos jugar, era una excitación enorme sobar mi pene y pensar en ellos, obviamente no me veían, ya que había una cortina blanca que hacía que no se distinguiera de la calle para adentro de la casa; Comencé a bañarme, recuerdo que mientras lavaba mi colita, sentí un extraño placer, así que trate de meter un dedo, confieso que me dolió un poco, pero esa sensación me comenzó a llamar la atención, así que explore esa área y me hacía masajes en círculos, se sentía un placer extraño; Ya que me había bañado, aproveche que estaba solo para seguir tocándome el pene, trate de repetir lo que me había hecho el chico de las maquinitas, obviamente no sabía que me estaba masturbando; Cerraba los ojos y disfrutaba de esa sensación tan placentera, que hacía que mi pilín se pusiera muy tieso, eso me agradaba, así que empecé a hacerlo más rápido, hasta que de pronto paré, ya que sentí algo extraño en mi pene, una tormenta de sensaciones indescriptibles, las cuales recorrían todo mi cuerpo y a la vez, unas ganas de hacer pipí, dejé de hacerlo porque me asuste, ya que a los pocos segundos, salió una gotita transparente y a la vez blancuzca; Sentí escalofríos, creí que me había lastimado mi pajarito y qué eso era pus; Quizá algunos les esté dando risa, pero en esos tiempos no era muy habitual hablar de la masturbación; Así que procedí a secarme y ponerme ropa, para después quedarme sentado viendo televisión, mientras pensaba en lo que me había pasado.

La anécdota principal comienza en vacaciones de Semana Santa, una temporada en la cual, la mayoría de niños de la colonia, la pasábamos jugando en la calle, en esos años llego una nueva familia, la cual tenía 2 hijos, uno de 8 años y el menor de 4; El hermano mayor se llama Adrián y el menor Jesús, La amistad surgió rápidamente con Adrián, ya que rondaba nuestra edad, él era igual que Antonio, nada pudoroso así que cuando estábamos en la calle y le daban ganas de orinar, se sacaba su pene y lo hacía sin problema, cabe mencionar, que su pilin estaba muy delicioso, ya que ambos hermanos eran de tez clara, así que su pene era claro, pero sin llegar a Güero, sus huevos eran claritos y le colgaban, lo cual se me hacía gracioso; Jesús por su parte, es el que más curiosidad me daba, ya que por su edad, tenía el pilin muy pequeño, sus huevitos retraídos, pero se le veía bonito, el tamaño era lo que me daba curiosidad, siempre pensaba en como se le vería parado, además de que Jesús tenía unas nalguitas lindas, eran más claras que su tono de piel, él tenía la costumbre de cualquier niño, hacer pipi y bajarse el short hasta las rodillas, aunque con el tiempo, le fueron quitando esa mañana y solo lo hacía como los demás, sacando solo su pajarito.

El tiempo pasó y crecimos, Adrián ya tenía 12 y Jesús 8 años, él seguía siendo un niño dulce, muy risueño, pero tranquilo; A pesar de que yo tenía 11 años, seguía jugando con carritos, tenía una colección de todo tipo, aunque mis favoritos eran los camioncitos de Bimbo; Para aquellos lectores de antaño, sabrán de esa preciada colección; Los otros niños ya no les llamaba la atención jugar así y con el único que podía jugar cochecitos era con Jesús, así que poco a poco los dos empezamos a conectar más y la mayoría del tiempo me la pasaba jugando en casa de Jesús, porque él tenía pistas de Hot Wheels y varios tipos de carritos, así que poco a poco me fui llevando más con él; La mamá de los hermanos y la mía se hicieron buenas amigas, así que todo fluía muy bien. Debo confesar que los dos hermanos me daban mucho morbo, ya que al igual que a mí, ellos seguido se quedaban solos, siempre imaginaba que hicieran lo mismo que yo, andar por su casa desnudos o en trusa o, mejor aún, que los dos jugaran el juego secreto que me había enseñado Antonio. Jesús y yo, hacíamos todo tipo de pistas nos la pasábamos riendo, rápidamente me gané la confianza de su mamá, ya que su papá era trailero así que no todo el tiempo estaba con ellos, había veces en las cuales su mamá salía por algún mandado y nos dejaba solos, así que me daba curiosidad de intentar algo, aunque no sabía cómo, ya que la oportunidad no se daba; Jesús era muy inocente, no tenía malicia, solo era un niño travieso, así que no quería intentar algo y que perdiera su amistad o peor aún, que mi mamá supiera mis intenciones y terminará todo moreteado.

Un día por la tarde, algunos niños empezaron hacer bromas pesadas, el típico juego tonto de bajarse los pantalones, así que la mayoría se cuidaba y lo tomábamos como un juego gracioso; Ahí fue donde nació uno de mis fetiches, las trusas, el hecho de poder ver los calzoncillos de varios amigos de la colonia, hacía que mi pilín se pusiera erecto, uno que otro niño las lucia sexy, más de un niño se pasó con el juego y llegaron a bajarles el short con todo y calzones; Así fue como pude ver las nalguitas de algunos amigos del barrio; Sin imaginarlo, ese juego me había caído como anillo al dedo y sabía que sería un parte aguas para una aventura con Jesús, ya que él también se sumó al juego.

Días después, me encontraba jugando con Jesús en su casa, su hogar estaba bonito, la casa era chica, pero bien arreglada, su casa tenían un característico olor, entre café de hoya y un ambientador de manzana-canela; Nosotros nos encontrábamos en su sala, ya llevamos desde la mañana jugando, así que su mamá me había invitado a comer con ellos, así que sabía que estaría hasta la noche con el, paso un rato y su mamá nos dijo que regresaba en un momento, ya que iba a comprar unas cosas para la comida y que no hiciéramos travesuras, Adrián, el hermano mayor, estaba en las maquinitas, así que aproveche para intentar algo con Jesús, de una ves por todas, así que se me ocurrió jugar a bajarnos los pantalones y así poder meterlo en el juego secreto; Él traía una camisa negra de rey misterio y pans azul, por mi parte, traía puesto una playera gris y un short blanco; Sabía que no íbamos a durar mucho tiempo solos, así que tuve ser rápido, le dije a Jesús que sí me podía traer agua, él con toda la inocencia se levantó y ahí fue donde aproveché y le baje el pans hasta los tobillos, quedé muy encantado cuando vi esa trucita negra con la imagen de un balón de fútbol enfrente, me empecé a reír y a burlarme de él, así que Jesús me respondió y me dijo que se iba a vengar, con todas sus fuerzas empezó a bajarme el short mientras yo estaba sentado, ambos forcejeábamos y todo era carcajadas, hasta que decidí dejarme para ver qué hacía, él logró bajarme el short hasta las rodillas, y me dijo con un tono gracioso, que los míos eran cafeses, yo le dije que los de él parecían de bebe, siguiendo con el afán de molestarlo, intencionalmente, le dije que casi no se le notaba su pilin y que parecía niña, él me respondió que no, que él sí tenía pichilin, así que agarró y sé bajo la trusa, entre risa y risa, yo estaba emocionado y excitado de verle él pene flácido de Jesús y le comente que no creí que me lo enseñaría; No podía creer que después de pensarlo, al fin había logrado tener un acercamiento íntimo con él; Juguetonamente, le pregunté a Jesús si quería ver la mía y el me respondió que si, para este punto ya tenía el pene erecto, Así que cuando me la saque, Jesús te sorprendió al ver mi pene rígido; mi corazón latía rápido, sabía que podía ser el inicio del juego secreto entre Jesús y yo, tenía entre miedo y nervios de saber lo que vendría después, el textualmente me dijo «Órale nunca había visto uno así», esto me extrañó mucho, ya que al tener un hermano mayor, imaginaba que de alguna manera, ambos compartían su intimidad, en el sentido de verse sin ropa; Un poco extrañado le pregunté que si nunca había visto el pilin de Adrián, a lo que él me contestó que sí, pero que nunca se le ha visto así de parada, yo le pregunté que si a él no se le pone así y me dijo que casi no; Por mi cuerpo pasaba un sinfín de sensaciones, tome la decisión y me anime a preguntarle a Jesús que sí le gustaría sentir mi pilin, él con un poco de duda me dijo que sí, así que fue acercando su manita a mi penecito y al principio solo la apretó con sus deditos, él me dijo que estaba calientito y se sentía durito, le dije que si le gustaría que yo se la tocara y me dijo que si, aun con semblante dudoso; Me imaginaba que era porque fue algo nuevo para él; Cabe mencionar que los dos seguíamos con el short y el pans abajo, así que podrán imaginar esa escena; Comencé a tocar su penecito por encima de la trusa y esto le empezó a dar risa, trataba de sentir sus huevitos y vaya que eso se sentía bien, al grado de que Jesús empezó a carcajear, me imagino que le producía cosquillas, baje su trusa y empecé a tocarle su penecito, él me decía que le daba cosquillas, pero se sentía raro, enseguida su pajarito se paró y se veía lindo, estaba delgadito, sus 6 cm aproximadamente si los tenía, él rápidamente se sorprendió, ya que esos tocamientos le habían provocado eso, el me pregunto qué si se había hecho grande porque se lo toque y le respondí que si, así que le pregunté que si le había gustado, él me dijo que sí, solo que era raro; para este punto estaba en la cima de la calentura, así que le dije que le iba a enseñar algo que iba a sentir chido, él aún con él pilin erecto y con un poco de curiosidad me dijo que estaba bien, así que empecé a hacerle lo mismo que me hizo el chico de las maquinitas, con mis dedos empecé a subir y bajar rápidamente su pajarito, mientras yo me acariciaba el mío, los dos estábamos muy erectos, quise seguir, pero Jesús me detuvo y me dijo que ya porque estaba por llegar su mamá, así que páramos y nos subimos todo, le pregunté que si le había gustado, el me dijo que sí aunque se sintió extraño, pero lo que mas le había gustado es como se sentía su pichilin cuando se la empecé a tocar, le dije que también había sentido chido y que sí el quería, podíamos jugar cuando estuviéramos solos, el me dijo que estaba bien; Le pregunté que sí alguna vez había visto a su hermano con el pajarito así de parado, pero el me dijo que no, solo se lo habían visto normal, esta plática me seguía manteniendo hot, así que le pregunté que sí le gustaría jugar así con su hermano, pero al parecer lo había incomodado, ya que me dio un rotundo no, y respondió evasivamente que fuéramos con Adrián a las maquinitas, esto me desconcertó así que creí que se había enojado, pero al parecer no fue así, ya que estuvimos jugando con total normalidad con Adrián.

Hasta aquí terminó esta parte de la anécdota, aún falta un poco más por relatarles, ya que fue una de las vivencias con las que más cosas experimenté. También quiero disculparme, si tardó en escribir, pero he tenido unos días ocupados, pero siempre trataré de contarles hasta el último detalle y todo bien redactado para que tengan un contexto y se den una idea del ambiente de cada anécdota.

39 Lecturas/4 octubre, 2025/0 Comentarios/por MauriVillaNew
Etiquetas: amigo, amigos, chica, chico, hermano, hermanos, mayor, vacaciones
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