MIS EXPERIENCIAS ERÓTICAS |INFANCIA| MINI ANÉCDOTAS CALIENTES A LOS 7 AÑOS.

Los días pasaban y ya no había tenido la oportunidad de volver a jugar con Antonio, como la última vez, así que nuestra rutina de salir a la calle con los demás niños seguían con normalidad, aunque admito que cada que jugábamos escondidas, trataba de ocultarme con él, para ver si se podía repetir nuestro juego secreto, pero no se podía, ya que siempre había alguien más con nosotros. Lo que sí disfrutaba era verle alguno que otro niño, el pájaro, cuando hacían pipí en la calle, me daba curiosidad verlos y siempre me preguntaba si con uno de ellos se podía jugar como lo había hecho con Antonio.

En una ocasión se sumaron dos chicos nuevos a jugar con nosotros, ellos venían de visita y eran primos de Enrique, uno de los niños que vivían en mi calle, él tenía 10 años y sus primos entre 13 y 15, así que nos divertíamos con normalidad hasta que empezamos a jugar a las escondidas, cabe recalcar, que en esa ocasión, estaban pavimentando una calle de nuestra Colonia así que esa vía, estaba desbaratada y había un socavón en toda la calle, así que era el lugar perfecto para esconderse, nos había tocado ocultarnos, así que me metí a esa calle junto con Enrique y uno de sus primos, de momento, el primo de mi amigo, le dieron ganas de orinar y sin pudor alguno, se sacó su pilin, no pude evitarlo y bajé la mirada, quedé sorprendido, ya que el chico tenía como 15 años, su pene era de aproximadamente 16 cm, Moreno y con demasiado vello, Enrique también hizo lo mismo, a diferencia de su primo, el pene de él eran como de 8 cm, era clarito y la punta Hiba hacia arriba, nunca había visto algo así, así que no pude dejar de verlo, el primo de 15 se dio cuenta y me pregunto qué si me gustaba, todo esto mientras se la agarraba y la movía, Enrique solo reía, creo que los dos ya estaban acostumbrados a verse, no supe cómo reaccionar y solo me di la vuelta, el chico me decía que no me enojara y que no tuviera celos, que más adelante la tendría igual, todo esto con una voz picara, para después agarrarme la colita y manosearme el pájaro, mi reacción fue de sorpresa y rápidamente me fui de ahí, sentía miedo, pero a la vez no dejaba de pensar en el pene de ese chico. Ya no pasó algo más, ya que al siguiente día, los primos de Enrique se fueron y jamás los volví a ver.

La segunda anécdota, fue en unas maquinitas que había a unas casas de la mía, para ponerlos en contexto, las maquinitas estaban en un local rústico, eran 4 videojuegos, dos y dos estaban a los lados y había un espacio entre cada máquina para poderlas prender y a pagar, las maquinitas eran de una vecina que vivía junto, así que solamente habría el local y no estaba al pendiente, ya que los únicos que iban eran niños de la colonia y nunca hubo un problema, un domingo de febrero, le pedí dinero a mi mamá para ir a jugar así que cuando estaba saliendo de mi casa, me di cuenta de que había un chico como de 16 años, él cuál note que volteaba hacia los lados, esto me desconcertó por un momento, así que mientras me acercaba, note que solo una maquinita estaba encendida, pase sigilosamente y pude ver algo que me dio escalofríos en su momento, el niño que estaba ahí era Juan, de apenas 9 años, tenía el short y su trusa hasta los tobillos y el chico de 16 le estaba tocando el pilin y sus testículos, recuerdo que el pajarito de Juan estaba erecto, era morenito oscuro, pero con sus huevitos retraídos, un poco más grande que el de Antonio; Cuando me vieron, los dos se asustaron, yo no supe como reaccionar, así que Juan me dijo textualmente «Que votara paro» y que no dijera nada, el chico de 16 mencionó lo mismo y que me iba a dar dinero por no decir algo, Juan agregó que si no decía nada y jugaba con ellos, el chico me iba a dar dinero, yo les pregunté que como era eso, a lo que Juan más tranquilo, respondió que si le enseñaba el pito al vato, el chico me daría 5 varos y que si me dejaba tocarla me daría $10; En ese entonces, esa cantidad eran como $50 en la actualidad, que para un niño era muchísimo, así que podías comprar muchas cosas; Recordando lo que había hecho con Antonio, dije que estaba bien, a lo que Juan dijo que si se la enseñaba de una vez me daría $5, así que con un poco de miedo de que alguien nos viera, el chico me dijo que iba a checar que no llegará otro niño, se asomó a la calle y me dijo que lo hiciera rápido, Juan de una, me bajó todo y los dos empezaron a ver, me sentía extraño porque no había hecho algo así más que con Antonio, Juan dijo que me dejara tocarla para que me diera los $10, esta vez Juan fue a ver que no se acercará alguien, les confieso que sentir la mano rasposa de aquel chico, me excito tanto, que enseguida mi pajarito sé erecto, el chico me tocaba suavemente y me empezó a masturbar, esto era una sensación nueva que hacía que me retorciera, cerraba mis ojos y disfrutaba ese manoseo, tuvimos que parar porque Juan nos dijo que alguien venía, así que me subí el short y rápido me senté en una maquinita a jugar; El chico me dio el dinero y me dijo que no mencionara nada, se fue y me quedé a solas con Juan, así que aproveche para preguntarle si ya lleva rato haciendo eso, a lo que me respondió que sí, que por eso se la pasa todo el tiempo jugando ahí, que inclusive ya lleva rato haciendo eso con él y que ya le había propuesto que si se la chupaba al chico, le iba a dar $50, pero que eso le dio asco y no quiso, tan caliente seguía la cosa que yo seguía con el pene erecto, esto lo noto Juan, así que me la tocó y dijo que me había gustado y que se podía seguir repitiendo, me hizo burla y de momento lo fueron a buscar y se fue, admito que me quedé con ganas de tocarsela, pero no hubo tiempo. El tiempo pasó y ya no hubo continuación, ya que como era de esperarse, la mamá de Juan los descubrió, todos nos dimos cuenta porque su mamá le gritoneo al chico y a Juan le pegó en la calle, por esto mismo, mi mamá ya no me dejó ir por un tiempo.

La última anécdota tuvo pie, en una fiesta de cumpleaños de uno de mis compañeros del Salón, mi compañero se llama Saúl, cumplía en ese entonces 7 años y su fiesta fue en su casa, que estaba en una vecindad, esta cuartería era de 2 pisos, junto a ella, había un terreno baldío, que recién le habían cortado la maleza, dentro de ese terreno había un cuarto que no acabaron de tirar, era como lo último que quedaba de lo que había sido una casa, también se encontraba un árbol de mango, algo grande; Todos los niños estábamos jugando después de la fiesta y todos fuimos hacia el terreno, los mismos niños que vivían ahí, habían puesto una escalera vieja del otro lado para poder subir y bajar sin problemas, no era tan difícil, ya que solo dividía una pequeña pared como de 1 metro y medio la cuartería con el terreno, la ventaja era que la pared estaba pegada junto a las escaleras que daban al segundo piso, así que solo era dar un pequeño estirón y bajar por la escalera; En ese entonces ya tenía 7 años, así que jugábamos de todo, fútbol, quemados, etc.; Paso el rato y decidimos descansar, Así que todos regresamos a la casa de mi amigo, para poder tomar un poco de refresco, Ahí estuvimos platicando, hasta que me aburrí y decidí merodear por la vecindad la recorrí casi toda hasta que llegué a la parte del terreno, Así que decidí bajar y explorar como un niño curioso, llegue al árbol de mango y en mi inocencia traté de escalar el tronco de aquel árbol grande, pero no pude, me empezaron a dar ganas de hacer pipí Así que fui hacia aquel cuarto casi demolido, de momento me quedé quieto porque escuché ruido adentro de ese lugar, no sabía si podía ser algún vago o un maleante, pero de momento mi tranquilidad volvió cuando escuché unas risas y no parecían de alguien mayor, así que me fui acercando lentamente hasta que textualmente escuche lo siguiente» Ya wey, los morros ya se fueron a la fiesta y ya no hay nadie, corre, otra mamada y ya nos vamos» En ese momento me paralice y mi corazón latía demasiado, aunque también mi curiosidad me decía que investigara, así que me acerque lentamente y trate de asomarse, grande fue mi sorpresa, con aquella escena que aún recuerdo, había un chico como de 12 años, un poco gordo y un chavo como de 18, el joven grande le estaba practicando sexo oral al niño, el cual no tenía ropa, solo estaba en chanclas, el niño era de tez Morena clara, su pajarito bien erecto, pero chico y a pesar de que a mi corta edad no comprendía ese acto, por la manera en la que el niño reaccionaba me daba cuenta de que le estaba gustando, el chico de 18, le pasaba toda la lengua por sus genitales, se metía todo su pilin a la boca y le escupía, debido a esto, mi pajarito reaccionó y se paró, me empecé a tocar por encima del pantalón mientras veía como el chico grande le succionaba los huevitos al niño, en eso vi algo que me dejó marcado, ya que el chico grande se paró y le dio un beso en la boca al niño, esta acción me tomo por sorpresa y me llene de miedo, así que trate de alejarme de ahí y me regrese a la fiesta con mis demás compañeros, durante todo el rato, estuve pensando en lo que vi y me llene de preguntas, también me sentía raro ya que al ver eso se me había parado el pajarito y solo pasaba cuando me lo lavaba o con lo que había echo con Antonio.

Hasta aquí termina estas mini anécdotas que marcaron gran parte de mi infancia y me hicieron cuestionar todo lo que me decía mi mamá en esos tiempos, comprendí que era algo habitual que pasaba, pero a pesar de que era incorrecto, también tenía la curiosidad de hacer algo como la última anécdota; Me hubiera gustado atreverme y dejarme llevar en esa ocasión, pero la edad y el no comprender esas acciones del todo, hicieron que no me animará a participar, sé que les hubiera gustado como a mí que hubiera pasado más, pero de ser así, recurriría a inventar y no es mi objetivo, como ya lo mencionaba, son anécdotas que me fueron pasando y algunas pueden ser no tan sexuales, pero con gusto se las comparto, muchas gracias por tomarse el tiempo de leerme y esto aún continúa, les tengo mucho que contar Gracias.