Mis experiencias sexuales – Prólogo 1: A los 10 años
John tenía el cuerpo apoyado en el árbol y su culo parado hacia nosotros. Sin saber que hacer nosotros, él tomó la iniciativa y se abrió las nalgas dejando ver ese ano rosadito que disfrutaría varias veces después..
Todos los nombres en los siguientes relatos incluyendo el mío han sido cambiados por privacidad.
Hoy comenzaré a contarles acerca de mis experiencias sexuales. Me considero bisexual aunque he tenido más experiencias con hombres que con mujeres. En este primer relato les contaré acerca de las primeras experiencias que tuve a los 10 años con los vecinos de mi barrio de la misma edad.
Todo comenzó una tarde como cualquier otra. En las tardes los papás del barrio salían a jugar fútbol en una cancha mientras los niños jugábamos, andábamos en bicicleta y pasábamos el tiempo haciendo travesuras. Una de esas travesuras sería el despertar sexual de muchos de nosotros.
En esa tarde estábamos solo 3 de nosotros. John de mi edad y Hernan de un par de años menos. De repente a la pregunta de «qué hacemos ahora?» John sugirió que jugáramos a hacer el amor. Nosotros no sabíamos cómo hacerlo así que nos dijo que fuéramos detrás de un árbol (La cancha de los adultos estaba rodeada de un pequeño bosque por lo que habían bastantes árboles.) una vez ahí nadie nos veía y John se bajó los pantalones y nos dijo que hiciéramos lo mismo. Comenzó a agarrarnos el pene a Hernan y a mí hasta que se nos paró. Luego se puso contra el árbol mostrando sus nalgas blancas y redonditas.
Creo que aquí conviene dar una pequeña descripción de mis nuevos cómplices. John era un chico blanco y rubio, de cabello lacio y ojos claros. Por lo que tenia su ano rosadito y hasta entonces bien cerradito. Mientras que Hernan era un poco más moreno, de cabello oscuro y con un culo redondo y más cerrado aún debido a su edad.
De vuelta al árbol, John tenía el cuerpo apoyado en el árbol y su culo parado hacia nosotros. Sin saber que hacer nosotros, él tomó la iniciativa y se abrió las nalgas dejando ver ese ano rosadito que disfrutaría varias veces después. Y pidió que le metieramos el pene. Yo lo tenía bien parado, por lo que me animé a intentarlo pero debido a lo cerrado que estaba no fue posible penetrarlo bien. No queríamos que Hernan se quedara viendo así que lo pusimos hasta adelante y John qué tenia el pene más pequeño logró penetrarlo bien. Yo por mi parte ese día me quedaría con las ganas. Pero mientras John se la metía a Hernan hacia movimientos de adelante hacia atrás y yo me frotaba con su culo hasta que los dos nos vinimos al tiempo. Él en el culo de Hernan y yo en sus nalgas. Debido a nuestra edad no salió nada de semen. Pero la sensación del orgasmo fue espectacular.
Las tardes pasaban y siempre hacíamos lo mismo. Después de cansarnos de jugar nos íbamos detrás del árbol a hacer lo nuestro. Cambiabamos de lugar en la fila, pero siempre lo que mejor funcionaba era Hernan adelante, John en medio y yo atrás. John intentó penetrarme varias veces pero su pene era pequeño y no llegaba a hacerlo. Y Hernan aun más. Así que terminaba yo intentando penetrarlos a ambos aunque realmente nunca pude hacerlo bien en el árbol. Lo divertido era cuando estábamos en alguna casa y podíamos disfrutar sin prisas y sin miedo a ser descubiertos.
Los encuentros en casa eran más tranquilos y ahí pude penetrarlos a ambos por completo. Eso sí, eran por separado. Muy pocas veces nos reuníamos a la vez en alguna casa. Y era mejor así ya que podíamos concentrarnos el uno en el otro. Debido a que John tenía mi edad e íbamos en el mismo curso nos juntábamos más. Y siempre que nos quedábamos solos nos íbamos al cuarto y él era el primero en bajarse los pantalones. Estando en ropa interior se frotaba contra mi con su culo en mi pene. La primera vez que lo penetré me dijo que le pusiera crema de manos de su mamá y así lo hice. Se acostó boca abajo y abrió sus ricas nalgas exhibiendo ese hermoso anito rosado y le metí un dedo con crema. Después me puse un poco en el pene e intenté penetrarlo en esa posición. Increíblemente mi pene se deslizó suavemente hasta que lo tenia todo adentro mientras él gemia despacio y me decía «Dame por el culo». Siempre durabamos como media hora en la misma posición hasta que yo me venía y él intentaba hacérmelo a mí. Pero nunca lo lograba.
Con Hernan era algo diferente. Los encuentros eran más esporádicos pero me gustaba más porque su culo era más redondo y parado y obvio más apretado. La primera vez que lo penetré me contó que había estado practicando con John y que ya le entraba más fácil. Yo le dije que me dejara ver y rápidamente se bajó el pantalón y la rola interior dejando ver ese ano delicioso. Yo le metí un dedo y me dijo que no. Que él quería algo más grande y yo le dije que le iba a doler. Me dijo que no importaba con tal de tener algo más grande adentro. Así que lo acosté boca abajo. Le puse crema y se la metí. Sin querer me resbalé y se la dejé ir de golpe a lo que soltó un gemido pero de placer en vez de dolor. «AAAY QUÉ RICO» dijo mientras me ponía en posición para penetrarlo en forma. Después de eso. A veces cogia con John y ocasionalmente con Hernan. Eso duró aproximadamente un año ya que al tiempo Hernan se fue a otra ciudad y con John nos distanciamos un poco.
Sin embargo ese no sería el final con John ya que un par de años después tendríamos un reencuentro a lo grande. El cual duraría varios años más. Pero eso será en la segunda parte del prólogo de mis experiencias. Espero les guste y comenten.
con ganas de leer la siguiente parte
Muy delicioso el relato ya quiero seguir leyendo los demás 👌