Mis hermanos, mis hijos, y yo (4)
Estaba muy confundido, mi conciencia estaba intranquila. No podía dejar de pensar en todo lo que había vivido recientemente. Me sentía sucio y una porquería de persona. Pero ya no había vuelta atrás….
(Relato ficticio)
Antes que nada les debo una disculpa por la demora en la continuidad de este relato, pero no había tenido tiempo.
= Este relato tiene contenido introductorio de Emiliano y José, por lo que se volverá un poco extenso =
Como les había descrito en relatos anteriores soy el hermano mayor de 3.
- Esteban (Yo) – 50 años (18cm), 1.73, mulato estilo chacal, rapado con barba, ojos color miel.
- Emiliano – 48 años (19cm), mulato, ojos verdes, 1.75. (Hubo un error en mi primer relato en cuanto a la edad, ustedes disculpen).
- José – 30 años (15/16cm), blanco apiñonado, 1.73, ojos color avellana.
Mis hermanos y yo crecimos en un pueblo de Toluca. Lleno de prejuicios, machismo y donde gobernaba la religión. Por tal motivo, nunca empaticé con las ideas de mi familia y del pueblo. Me fui cuando tuve las posibilidades para no regresar, solamente de visita.
Emiliano y José, tampoco compartían muchas de las ideas. Pero ellos no eran hombres de ciudad. Amaban el campo.
Emiliano, era un hombre divorciado. Su ex-mujer, era una zorra que le ponía el cuerno con medio pueblo. Un secreto a voces que terminó por descubrir y la corrió de la casa y le quitó la patria protestad de sus hijos, con la condición de no divulgar lo que habían visto en una de sus tantas infidelidades (la descubrió con el presidente municipal en su propia cama). Pero eso le vino como anillo al dedo ya que él le pasaba una mensualidad muy cómoda (no le convenía que se supiera, también tenía esposa y estaba en campaña de diputación). Mi hermano se dedicaba a la agricultura, tenía una carrera. Y le iba medianamente bien, no tenía problemas económicos, y con la “ayuda”, del presidente. Pues le terminó por dar una vida más cómoda. Quién diría que la infidelidad de su ex-zorra le vendría a dar tantas gratificaciones y no lo digo nada más por su estabilidad financiera, sino por la convivencia con sus hijos:
- Leonardo – 7 años. Apiñonado, delgado, nalguitas redonditas, ojos cafés.
- Jesús – 10 años. Apiñonado, robusto, ojos verdes.
Mi hermano, era un hombre bastante cariñoso con sus hijos. Los amaba intensamente, que nunca pensó en lo que iba a suceder tras el divorcio con su mujer. Y es que los niños adoraban a su madre.
El les explicó que las parejas tienden a separarse. Y que su madre siempre iba a serlo, que podrían seguirla viendo. Para ser tan pequeños lo digirieron bastante bien.
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Y hasta este punto ustedes se preguntarán, son de pueblo. Pero… ¿porque son tan condescendientes? Porqué a pesar de vivir en un pueblo machista, prejuicioso y religioso. Nuestros padres nos educaron muy diferente. No diría que fuera de esos valores con los que imperaba el pueblo, pero si en menor grado.
(Yo sé que la introducción de datos a veces suele ser aburrida, pero valdrá la pena. Tengan paciencia).
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Mis sobrinos se quedaron con mi hermano, su madre los podía ver cada 2 semanas. Ya era su decisión si llevárselos un fin o solo estar un rato con ellos. En fin… mi hermano estaba la gran parte del tiempo a cargo de ellos, y es que su rutina cambió muchísimo con la separación. Leo tenía 4 años y Jesús 10 en ese tiempo. Estaba vuelto loco porqué no sabía como tratar a 2 niños completamente solo. Así que invitó a José un tiempo a vivir con ellos, mientras trataba de adecuarse a su nueva vida. Y el aunque no estaba del todo de acuerdo, aceptó por apoyar a Emiliano.
José le ayudaba en lo que podía, ya que en ese tiempo eran épocas de pandemia y era muy difícil hacer todo solo. Yo había tenido a Mario, así que no podía hacer mucho.
La vida en el campo era más difícil que en cualquier otro lado, y afortunadamente tenían ese apoyo económico del presidente municipal jajaja
Un día, José le dijo a Emiliano que no iba a llegar, tenía que ayudar a mi mamá que se había puesto grave por el Covid. Yo tenía contactos y le dije a José que se la llevara inmediatamente a un hospital privado, y no le iban a cobrar mucho.
Emiliano se quedó solo con sus hijos, y como no iban a la escuela. Les dijo que si querían ver películas. Ellos muy emocionados respondieron que sí. Así que se acostaron en su recámara, uno a lado de Emiliano (el en medio). La película terminó y se quedaron dormidos encima de él, pero… Ambos quedaron recostados en sus piernas. Cuando de repente, Leo se movió y su mano rozó su verga. No hizo caso, creyó que fue un reflejo. No quiso despertarlos y siguió viendo la televisión. Pero, Jesús se movió de manera similar y su rostro quedó también casi en su verga. Fue ahí cuando decidió despertarlos porqué su verga se le estaba parando. Estaba un poco incómodo y quería darse una paja. Los despertó, y les dijo que se fueran a bañar. No podía con la calentura. El mínimo roce lo ponía bien cachondo. Claro que en ese momento no entendía porqué se había puesto tan caliente. Y el pensó que era por el tiempo de no tener sexo. Ya que desde el divorcio tenía meses sin coger.
En cuanto se fueron a bañar los niños, se desnudó y se empezó a masturbar olvidándose por un momento que ahí estaban sus hijos muy cerca de él, pero ya no podía con la arrechera, tenía meses sin coger, y sin jalársela que la tenía dura como piedra. Estaba en el éxtasis a nada de correrse, cuándo de pronto sonó un golpe y escuchó llorar a Leo. Se había caído cuando se estaba terminando de bañar con Jesús. Fue corriendo que se le olvidó que estaba desnudo, y con la verga bien tiesa.
L- papiiiiiiiiii me dueleeeeeeee
J- perdón papi, se me resbaló cuando íbamos a nuestro cuarto.
E- tranquilo chuy, no pasa nada fue un accidente. Anda vamos al cuarto y terminan de vestirse. (Ninguno se dió cuenta que estaba desnudo y erecto, jajaja ni él).
Los ayudó a vestir, le puso una pomada a Leo en la cabeza y los acostó, Jesús se quedó dormido y Leo seguía llorando por el chichón que se dió cuándo se cayó. Le dijo que si le leía un cuento, así que se estiró para alcanzar un libro del librero que estaba arriba de su cama. Y su verga quedó en la cara de Leo y el la tomó y se la comió pensando que era un biberón.
Emiliano, no reaccionó. Ni se enojó. Estaba en shock. Por su mente no pasó absolutamente nada, solo disfrutaba de la chupada que le daba Leo inconscientemente. Ahí se acordó que estaba desnudo y el sentir los labios de su hijo de 4 años en su verga lo hizo estremecer y volver en sí. Aunque era demasiado tarde, porqué ya había eyaculado en su boca de lo caliente que se encontraba.
L- Papi, el bibi sabe rico (sí, el pinche escuincle seguía tomando bibi a sus 4 años).
Emiliano, no supo que hacer. Tenía el libro en la mano y su hijo lleno de mecos. Aunque creo que eso lo calmó después del santo putazo que se dió, porqué se quedó dormido. Ni se acordó del cuento.
Emiliano dejó el libro, fue por una toalla y le limpió la cara. Se fue de la recámara de sus hijos y se dirigió a la cocina a tomar una cerveza para pensar y digerir lo que acababa de ocurrir.
Tanto Emiliano como yo, jamás pensamos que íbamos a caer en las redes de lo prohibido. Claro que cada uno tuvo experiencias diferentes que nos hicieron caer, pero ambos teníamos clara la idea de que las personas así debían ser castigadas, mutiladas, asesinadas o castigadas de por vida. Pero el viviendo en el pueblo aún, estaba más lleno de dudas que yo. Así que sin pensarlo fue a la iglesia al día siguiente a confesarse. Aunque al llegar pensó si iba a estar abierta la iglesia por lo del covid, pero sí… Llegó al concesionario:
Padre- Ave Maria purísima.
E- Sin pecado concebida
Padre – Hijo cuéntame tus pecados.
E- Padre, quisiera que esto que le voy a contar quede en secreto de confesión. Y se que si es así, no se sabrá lo que hice jamás.
Padre – Tranquilo hijo, para eso estamos los sacerdotes. Y es nuestro deber.
Emiliano le contó lo que había sucedido, pero nunca imaginó lo que el padre le iba a responder…
Padre – Hijo, se quién eres. El que estés detrás del confesionario. No te quita el anonimato. Pero tranquilo. Tu secreto está a salvo conmigo. Y no tienes porqué avergonzarte. La carne es débil, y mucho más cuando se es hombre. En éstos tiempos de pandemia y seguramente con tu divorcio.
E- padre, por favor… No quiero tener estos pensamientos. Castígueme, deme latigazos. Lo que sea para no pensar en lo que hice ayer con mi hijo.
Padre – Tranquilo hijo. Lo que pasó, pasó. Y va a volver a pasar.
E- ¿ Que me está diciendo padre? Vine con usted para tener paz, no para que me venga confundir más de lo que ya estoy. ¡Ayúdeme!
Padre – ya no hay vuelta atrás hijo, solo tienes que dejar que fluya, verás que después de que lo pruebes, te va a gustar más. Yo se que lo disfrutaste.
E- pinche puto, vine con usted porqué necesitaba consuelo.
Padre – tranquilo, no te enojes. Mira… No es un secreto lo que se dice de nosotros. Se perfecto por lo que estás pasando, yo pensaba como tú. Pero al llegar al sacerdocio la vida te cambia. Ve a casa con tus niños, y experimenta. Y regresas cuando tu mente esté más tranquila.
Emiliano estaba más confundido de lo que ya estaba antes de llegar a confesarse.
Pasaron días sin que pudiera dormir, y José se daba cuenta. El le preguntaba que que le ocurría y el decía que la pandemia y el tener a mamá en el hospital lo tenía muy preocupado. Pero José lo tranquilizaba diciéndole que ya estaba mejorando.
2 meses después… Emiliano seguía sin poder digerir lo que pasaba por sus pensamientos y cayó nuevamente en lo oscuro de sus deseos. José, no estaba. Y se había llevado a Jesús con la abuela, ya que la quería ver. Leo estaba un poco enfermo y no quiso que se lo llevara, así que fue más fácil llevar a cabo su plan.
En la noche… Se metió a bañar con el en la tina. Y se empezó a masturbar frotándose con el en la bañera, hasta correrse. Cómo tenía 4 años lo enseñó a jalarle la verga diciéndole que era parte de un juego. Leo se reía y eso le parecía morboso. También le hizo creer que su verga era una bibi muy especial y por eso le había gustado la leche que se tomó la otra ocasión. Aparte de que tenía una medicina que le iba a ayudar a curarse de la gripa que tenía. La chupaba delicioso, aunque no le cabía toda la verga esa sensación de labios pequeños y su lengua recorriéndola es un deleite sin igual. Que ya estaba cruzando los límites y quería más, debía tener también el placer de que Jesús también se la chupara. Quería saber que se sentía tener a sus 2 hijitos chupándole el pito, y ¿porqué no? Cogérselos también… Leo mamaba como un becerrito, que hizo correr a Emiliano. El disfrutaba y ya no sentía culpa. Tal y como lo dijo el padrecito, que dejara fluir sus deseos más obscuros. Terminó de bañarlo, lo vistió y le dió un beso en la boca que torpemente le respondió Leo. Le leyó un cuento, y se quedó dormido.
Al día siguiente, llegó José con Jesús. Le dijo que tenía que regresar con mamá a cuidarla, ya que estaba sola. Mi papá seguía trabajando, y no podía ayudar mucho mas que en lo económico y como José no trabajaba, se dedicaba a ayudarnos. La verdad. No tenía como reclamarle nada, a pesar de que muchos criticaban que siendo profesionista no trabajara. Las habladurías se daban mucho más siendo un pueblo, pero él era un hombre dedicado a su familia. Y la verdad, solo podríamos criticarlo si no fuese util. Y era un buen hermano y un buen hijo. Los demás que chinguen a su madre.
En fin… Emiliano quería más y más… Esa noche durmió a Leo y le dijo a Jesús que estaba listo el baño para bañarse juntos. Cosa que no le gustó, ya que el ya estaba grande y se podía bañar solito. Pero tuvo que obedecerlo ya que le dijo que no jugaría play una semana si no hacía caso, y a regañadientes tuvo que hacer caso.
Emiliano no podía de lo caliente que estaba al tener a su otro hijito y mientras lo enjabonaba, le metía los dedos en el culo diciéndole que tenía que lavarlo bien. Se quejaba, pero se dió cuenta que a Jesús le gustaba. Así que como premio le dijo que iban a jugar play. Prendí el videojuego e hicimos unas retas de carreras, apostamos que quién perdiera tenía que cumplir un castigo y terminó perdiendo Jesús.
Para Emiliano y sus hijos no era raro estar desnudos o en calzoncillos. Tampoco cuando estaba de visita José. Éramos hombres y no había inhibición, así que cuando perdió el juego desnudó a Jesús y le dijo que su castigo era que iban a jugar un juego de disfraz. Le puso una ropita de niña que vió en un mercado. Jesús se río porqué dijo que parecía princesa. Y eso antes que hacer enojar a Emiliano, lo puso mas cachondo, saber que su nene se sentía una nenita. El se puso una máscara del hombre araña y le empezó a hacer cosquillas, lo acostó boca abajo en su cama y acarició sus nalgas. Se quitó la máscara, lo volvió a voltear y lo besó. Agarraba sus nalgas, y le metió los dedos en su culo. Jesús, no hizo nada. Se dejó hacer, cosa que le extrañó a Emiliano. Pero, el estaba disfrutando.
J- Papi, siento cosquillas en mi pancita.
E- ¿En serio Chuy, te gusta?
J- Si papi, me gusta mucho.
E- Bueno mi niño, te voy a demostrar cuanto te amo. Este juego lo hacen los papis con sus hijos.
J- Me gusta jugar contigo papi.
Emiliano volvió a besar apasionadamente a Jesús, aunque el torpemente le correspondía. Se subió encima de él, y lo acomodó nuevamente boca abajo. Le comió el culo a su propio hijito, estaba fuera de sí, disfrutaba del olor y sabor de su nene. Jesús gemía, lo estaba disfrutando (creo que lo caliente viene en el ADN de la familia jaja). Fue ahí cuando se dió cuenta que estaba bien dilatado y se posó encima de él y le empezó a frotar la verga en el culo. Le metió la cabecita y gritó un poco… Pero poco a poco fue cediendo, hasta tener la mitad de la verga de su papi en su culito.
Emiliano estaba en las nubes que tanto placer estaba a punto de hacerlo correr, así que le dijo a Jesús que le iba a dar algo muy especial.
J- papi pero ese es tu pene, y por ahí hacemos pis.
E- Si bebé, pero… También sirve para que sientas rico así como sentiste hace ratito.
J- ¿ Eso que metiste en mi colita era tu pene?
E- si mi amor ¿ves como si te gustó?
J- si papi, se sintió bonito.
E- abre la boquita (se masturbó y se corrió en su boca)
J- que rico sabe papi, pero… ¿Es pis?
E- No mi amor, es leche. Una leche especial que hacemos los hombres cuando crecemos. Sirve para hacer muchas cosas que cuando crezcas te diré, pero ahorita solo tienes que saber que es para que crezcas grande y fuerte.
Emiliano, ya había cruzado los límites inimaginables… Durante 3 años se las ingenió para seguir cogiendo a Jesús y cuando Leo cumplió 6 también se lo cogió.
Solo que un día en el que José iría de visita a casa de Emiliano, a el se le olvidó por completo que iba a ir.
Emiliano estaba en su recámara con los niños y ambos los tenía chupándole la verga cuándo de repente;
J- ¡Que chingados estás haciendo Emiliano!
Emiliano se quedó petrificado, y se imaginó preso.
José reaccionó de manera muy impulsiva y se le fue a los golpes. Los niños estaban llorando, les dijo que fueran a vestirse y que los esperaba en la recámara.
Emiliano no tenía como defenderse y se puso a llorar, que por favor tuviera piedad. Que le daba la mensualidad que el presidente municipal de daba a él pero que no dijera nada. Y en eso… José le dijo; Ok, está bien. Pero también quiero que mis sobrinos me la chupen como a ti.
Emiliano no se había dado cuenta que José estaba completamente excitado, y es que desde que entró, se estaba masturbando. José, no tenía hijos. Ni novia, era gay de clóset. Pero no le gustaba tener relaciones estables, era un hombre muy solitario y le gustaba estar así. Pero el si sabía lo que el sentía, aunque sabía que era prohibido. El sentía atracción por menores, solo que en un pueblo y con su educación jamás imaginó que podría llegar a tener una experiencia así. Hasta que se dió la oportunidad. Lo cagado del asunto es que golpeó a Emiliano por celos, no por querer proteger a sus sobrinos (es un hijo de puta jajaja).
Emiliano se le fue a los golpes también al escucharlo decir que quería que sus hijos se la mamaran, pero le dijo José o me la maman y me los cojo o yo le cuento a todo mundo y al pueblo lo que haces cuándo estás solo con ellos. No le quedó más remedio, pero… Com la condición de que convenciera también a mis hijos y a mí de estar juntos en esta familia incestuosa y con los principales pervertidos. Nosotros…
Continuará…
Si les gusta, comenten y denme ideas para continuar con esta saga.
Hola, lo único que el hijo mayor dices que tiene 10, después años atrás también tiene 10 y creo que tendría 7, es decir 3 y 7, 6 y 10 o 3 y 10, 6 y 13
Todo lo demás riquísimo mijo, esperaba la continuación de este relato, espero que pronto puedas publicar la siguiente parte
Hola amigo, que bueno que te gustó. Pronto haré la continuación. Y sí, me equivoqué en la edad del hijo mayor tiene 10 años en la actualidad, pero cuándo comenzó la historia de Emiliano con sus hijos tenían 3 y 7. Justo cuando subí el relato me percaté de ese error pero que bueno que lo dices para tener más cuidado.
Saludos.
¿Ves? Me volví a equivocar jajaja los números y yo no somos buenos amigos tenían 4 y 7. Una disculpa.
Uffff… Para ser ficticio es bastante realista… Me gusta mucho como va… Sería interesante que los tres hermanos compartan juntos con los sobrinos, en la casa del hermano mayor… Y que los niños se cojan a la niña mientras los adultos los usan a ellos… Diossss… Eso sería genial. Incluso, ponerlos a crecer, que hasta el abuelo participe y sea él quien preñe a la nieta… Quien va a ser madre de morochos y los tíos y el padre de la niña se encarguen de ir amaestrando a los bebés recién nacidos dándoles a mamar sus vergas adultas. También sería un plus que el abuelo de los niños se coja a sus propios hijos…
Wow. Que buen relato. Espero pronto poder leer la continuación. Quisiera ver como los mayores disfrutan entre ellos y con sus hijos.
Saludos.