Mis inclinaciones
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Cuando mi pubertad estaba bien desarrollada me estaba saliendo el acné, aumentaban mis inquietudes sexuales por los chicos de mi sexo uno en particular me llamaba la atención su nombre es Gerardo, su hermana Claudia es de mi edad, por aquel entonces hacíamos los deberes del colegio en la sala de su casa, la mamá era costurera tenía un cuarto junto a la casa en donde atendía a las clientas.
Hice con Gerardo una gran amistad, tomábamos gaseosas o comíamos golosinas que le mandaba a comprar, nos sentábamos muy sonrientes en las escaleras de la casa, no paraba de verle sus deditos bien cuidaditos que estrujaban los bolos, esos labios tan rojitos que se hacían sensuales al pasarse el hielo, la lengua que tan delicadamente la hacia entrar y salir por sus labios o cuando rodeaba el pico de la botella de gaseosa, las piernitas lampiñas suavecitas que las hacía rozar con mi piernas de pelo lacio, una que otra vez me pasaba sus mejillas por mi brazo, algunas veces lo abrazaba haciendo que su carita quede junto a mi pecho bajaba mi cara a su pelo y con mi nariz le hacía sentir mi aliento producto de pegar también mi boca a su cuero cabelludo, ese sedoso pelo lo sentía pleno de gusto cuando topaba mis mejillas, hacía que mi pie se pusiera encima de su pie moviéndole los dedos y los tobillos, me daba gusto que se dejaba hacerlo, me calentaba mucho, siempre buscaba mirarle el pene moldeado por la pantaloneta; las veces que estábamos chupando chocobanana le hacía ademanes graciosos como el de metermela y sacármela de la boca haciendo movimientos sensuales con mis labios, nos reíamos, al caminar se podía ver sus pompis rellenitas en punta moldeadas por la tela de su pantaloneta, los dedos la estiraban haciendo un meneo que me hacía ilusionar cogerlo por ahí con mi pene pero me detenía por respeto y recelo con su mamá y a su hermana.
Una tarde estaba haciendo deberes con Claudia le pedí prestado el baño en el trayecto vi la puerta del cuarto entreabierta Gerardo estaba profundamente dormido con piernas y brazos abiertos sólo tenia puesto una pantolenta de tela ligera que una de sus mangas estaba recogida alcancé a ver parte de sus testículos salidos de la tela y también la punta de su pene, con mucha delicadeza le corrí un poquito más la tela para que quedara más expuesto ese lindo pene que tenía, lo contemplé por segundos mi pene estaba creciendo por la excitación, bajé mi cara en dirección a su pene, pasé suavemente mi nariz oliendo ese pene deseado, saqué la punta de mi lengua y se la pasé muy suavemente, salí de la habitación y fui al baño a masturbarme en su nombre, no me podía concentrar en los deberes tenia mi pene bien largo por debajo de la mesa me pasaba los dedos por el glande, deseaba estar nuevamente con Gerardo, fui camino al baño miré a ver a la sala y me metí rapidito en el cuarto, Gerardo seguía como lo había dejado hace rato, contemplé su pene me arriesgué a lamerlo y chuparlo despacito con mis labios fui con mis labios a sus mejillas para besarlo, mis labios le dieron un piquito a sus labios, mi nariz rozó sus orejas llegando a su pelo hermoso, me atreví a bajarme la cremallera de mi pantalón jean, saliendo por entre mi trusa mi pene caliente y jugoso de liquido preseminal, me incliné un poco poniendo mi pene sobre la mano de Gerardo, lo pase por su brazo y por la pierna suavecita, lo meti al pene y me subí la cremallera salí del cuarto a la sala, desde aquel momento Gerardo me gustaba más.
Una tarde entre semana recuerdo claramente que Claudia me invitó a estudiar los temas de exámenes, al rato llega mi mamá con Álvaro mi hermanito menor de cinco añitos que pasaban al taller de costura luego Gerardo y Álvaro salieron a jugar al jardín que daba a la calle, por la ventana veía los juegos que hacían, se revolcaban haciendo luchitas, al principio me llamaba la atención sólo los movimientos que hacía Gerardo sobre el cuerpito de mi hermanito a tal punto que se le montaba y le hacía movimientos con la cadera en el culo vestido de mi hermanito, Gerardo se ponía de caballito mi hermanito sentado sobre su espalda, se caían Gerardo se abrazaba sobre Álvaro, moviendole la cadera en el pene vestido de mi hermanito, después los vi que corrieron por la sala hacia el traspatio de la casa, con Claudia terminamos la discusión designamos a cada uno los ejercicios que resolver, dejé pasar unos minutos, le pedi permiso para ir a lavarme la cara, observé que Gerardo y Álvaro seguían jugando a las luchitas dentro de mi presentía algo sexual de Gerardo, esperé a que Gerardo y Álvaro me den la espalda para meterme al wáter y ver por la hendija de la puerta lo que hacían, al ratito Gerardo se puso de caballo lo tumbó a mi hermanito que la hacía de ginete le tomó las manos, le hacia mover la cadera culiandolo, Gerardo se puso de rodillas al lado de mi hermanito que seguía acostado trató de incorporarse pero Gerardo lo volvió a acostar, le desabrochó la correa, bajó la cremallera y le corrió el pantalón luego la trusa, su pene chiquito fue manoseado, mi hermanito estático veía lo que le hacía los dedos de Gerardo a su pene blanquito, después Gerardo se bajó la pantaloneta se acostó sobre Álvaro, pegó su pene al de mi hermanito, la cadera la movia rapidito alzándola y bajándola, lo estaba culiando a mi hermanito, mis ojos se abrieron más y mi pene creció con fuerza, no sé si en ese momento me dieron celos, venganza o rabia de verlos culiar, comprendía que mi hermanito era inocente porque se quedaba quieto por todo lo que Gerardo le hacía, desde ese instante se me fijó en la mente que el culito de Gerardo iba a ser mío por lo que estaba viendo, los chiquillos se acomodaron la ropa siguieron jugando a los caballitos, al rato Gerardo ponía en cuatro a mi hermanito y lo culiaba por detrás, Gerardo se bajaba la pantaloneta dejando salir su pene para ponerlo sobre el culo vestido de mi hermanito, lo tenia cogido de los hombros con sus manos y meneaba la cadera a los costados, se acostaba al piso llevándolo a mi hermanito a ponerlo encima suyo lo abrazaba de las costillas y desde abajo movia las caderas para arriba y para abajo enseñándole a mi hermanito cómo se culea, luego lo acostaba boca aabajo sobre el piso montándose sobre su cuerpo le culiaba el culo vestido de mi hermanito, Gerardo se subió la pantaloneta y lo llevó dentro de la casa, me masturbé y sali del wáter, al pasar por la cocina ambos tomaban agua.
Pasaron muchas semanas, en las que esas escenas de culeo de Gerardo y Álvaro se repetían en mi mente, crecía mi deseo por Gerardo en cada masturbe que me hacía en su nombre. Estaba de vacaciones, mi mamá nos lleva a la costurera para que nos tome medidas, el primero en hacerlo fui yo, al preguntarle por mi amiga la señoria dijo que Claudia estaba donde sus abuelos ayudándoles a vender ropa, que vendría después de un mes, mis otros hermanos se tomaron las medidas y se fueron, me quedé con mi mamá que charlaba con la costurera y con Álvaro que estaba jugando con Gerardo, se me vino a la mente que esta era la oportunidad de hacerlo mio, me hice de caballito recorriendo la sala con cada uno montado sobre mí, me jugué del todo cuando le dije que se ponga de caballito lo subí a mi hermanito y yo me bajé la pantaloneta que llevaba puesta, saqué mi pene pasándolo por el culo de Gerardo, hacíamos luchitas en la sala ambos caían sobre lo tomaba de las nalgas a Gerardo llevándolo a mi bulto su cara daba a mi garganta, me ateví meterle la mano a por dentro de su pantaloneta pasándole mis dedos por sus pompis le pasé el dedo corazón por entre las nalgas, a Gerardo le gustaba que se lo pasara porque se quedaba quietito, escuchamos la voz de mi mamá que lo llamaba a mi hermanito Álvaro para que se tome las medidas, Gerardo y yo seguimos jugando, para que me tenga confianza me acosté en el piso y le deje que se subiera sobre mi rapidito estuvo encima me dejé que moviera su cadera en mi culo puso su carita sobre mi cuello haciéndome excitar se me puso la piel de gallina, le propuse que fueramos a su cuarto a seguir jugando, sabía que allí iba a ser mío, dimos vueltas en la cama, me bajé mi pantaloneta mostrándole mi pene, la expresión de Gerardo era de risa, me puse a filo de cama exponiéndole mi culo, le hice señas para que me culiara el culo sonriente se me apegó por detrás con su pene vestido, le dije que se quitara la pantaloneta, al rato mi culo sintió ese pene de Gerardo que se iba endurando poco a poco al contacto de la piel, me gustaba sus sobada me apretaba de los hombros con las manos lo dejé que se empalague con mi culo, después lo senté a filo de cama le abrí un poquito las piernas me puse a oler su pene a pasarle mi lengua después a mamárle el pene, trataba que saliera el glande por el prepucio, chupé los testículos, su olor era delicioso, Gerardo cayó de espaldas sobre la cama, me acerqué a besarnos pasé mis manos por sus brazos hasta enredar nuestros dedos, besé su barbilla pasé mis labios y mi lengua por su pecho, pasé mi lengua por su ombligo, mi nariz pasaba por los tresticulos completaba mi lengua el paso por el prepucio de su pene que estaba bien erguido, seguia mamándosela, era un pene divino bien gruesito para su edad, lo viré rápido sobre el filo de la cama le chorrie saliva por entre las pompis mi glande estaba entre sus pompis, en la primera metida lo hice gemir, en la segunda gemir y pujar de allí vinieron unas cortas, me hacía ver que le dolía, me rogaba que lo suelte su culito estaba bien apretadito ya mi glande estaba colorado y sentía molestia, movi mi pene en sus pompis y ya después el semen quedaba chorreando en las pompis de Gerardo que se sentó a limpiarse, me miraba algo extrañado tenia fija su mirada en mi pene que ya lo vestía con mi ropa, seguimos jugando en la sala como si nada y al rato llega mi hermanito a decirme que es hora de ir a casa.
Gerardo fue invitado al primer cumpleaños de mi sobrinito Alex, hijo de mi hermana mayor, al estar solos aproveché en llevarlo al patio por entre unos zincs puestos parados a ver unos conejos que criabamos, se agachó a toparlos me púse detrás lo agarré de la cintura y lo culie vestido, no se resistía, al contrario quería que lo culiara, se comenzó a estirar su pene vestido, le hice señas indicándole un lugar apartado rodeado de cartones y zinc, bajé el pantalón hasta las rodillas lo acomodé entre los cartones a su voluntad se acostó empinando el culo al tiempo que me bajaba mi pantalón que me quedó en los tobillos, le bajé más los pantalones a Gerardo, mi glande se pegó a sus pompís después se movía lentamente, aumenté el ritmo despacito, Gerardo estaba quietito le gustaba ese ritmo de culeo, tomé con mi mano el pene con la otra abrí las pompis y se lo metí más tanto que botó un alarido, le dije que se estuviera quieto, me decia que lo dejara, ya había botado semen que chorreaba por su nalga y por las piernas, le dije que no se moviera, le pasé el dedo por las piernas quitando el semen para que no manchara su pantalón tomé una servilleta que tenia en el bolsillo y le limpié el culo, le dije que en premio a eso le iba a regalar un conejo y así fue.
Una tarde que pasaba con mi bicicleta lo vi jugando en el jardín de su casa, me detuve a conversar supe que estaba solo recibiendo trabajos de las clientas hasta la noche en que ya vendría sus mamá y su hermana trayendo telas, le pedí que me regalara agua, entre mi bicicleta a la sala, Gerardo veía emocionado mi bicicleta, lo abracé por detrás y le moví mi pene vestido en su espalda, se dejaba que le haga ese meneo delicioso de culeo, lo apoyé sobre el sofá le dije que le prestaba mi bicicleta por largo rato pero si íbamos a jugar a su cuarto aceptó de buena gana él sabia que esos juegos terminaban en culeos deliciosos por eso de antemano ya se masturbaba hasta dejar bien tieso el pene, después que le dejé pasar el pene por mis pompis, le mamé por largo rato el pene, lo puse a filo de cama le pasé saliva a ese culo esperaba mi glande que lo penetre cada vez más profundo al principio se lo pasaba despacio muy delicadamente pero llegó a mi mente a que este era el momento de hacerlo mío, penetré lo más que pude, pegó un grito desgarrador me quedé quietito lo saqué despacio y se lo volvi a meter, se la metí suavemente no sé cuantas veces pero Gerrado seguía llorando, se dio la vuelta lloroso y sudado por el ajetreo sexual, mi glande me dolía un poco dentro de él había sentido los latidos de su culo, estuvimos en silencio unos minutos me dijo que tenia deseos de defecar, me vestí para esperarlo en la sala le pregunté que si le dolía, me dijo llorando que en la caca había pintitas de sangre, le dije que no se preocupe que eso pasaba al rato pero no era así y me preocupé, corri a comprale un desinflamatorio, estuve con él un rato estaba pensativo yo un poco asustado, le supliqué que no dijera nada, Gerardo seguía pensativo, traté de animarlo contándole cosas, algo se reía, ya había pasado largpo rato con él y decidí irme a casa, los siguientes días no me asomé por la casa de Gerardo, mi mamá me ordenó que fuera a dejar un dinero a la mamá de Gerardo, con recelo entré, la primera persona que vi fue a Claudia que me recibía atenta, le estaba entregando el dinero y a lo lejos vi a Gerardo sentado jugando lo saludé, vi el recelo en su rostro mirándome con una leve sonrisa y se fue a su cuarto, había marcado una huella en Gerardo que no la olvidaría jamás, los recelos y las miradas distantes entre nosotros duraron mucho tiempo, de a poco me acerqué charlamos retomamos nuestra amistad con el tiempo nos hicimos el amor varias veces en secreto y ese es el recuerdo que juntos llevamos ahora en nuestra adultez cuando nos miramos a la cara.
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