Mis inicios con mi abuelo

Mi nombre es David y tuve mi despertar sexual a muy temprana edad. A penas tenía ocho añitos cuando todo comenzó. Algo bueno fue que mi abuelo estuvo conmigo para guiarme en lo que sentía. Cabe recalcar que debido a mi corta edad algunas cosas solo recuerdo partes partes..
Desde que tengo memoria siempre me sentí y quería ser una niña. De hecho prefería los juguetes y juegos de niña antes que de los niños. Quizá se deba a qué a muy temprana edad mi papá falleció en un accidente de tránsito y me crié con mi mamá pero como ella trabajaba para mantenerme, yo solía pasar más tiempo en la casa de mi abuelo paterno. El me cuidaba, me daba de almorzar hasta que mi mamá salía de su trabajo y me iba a ver a la casa de mi abuelo.

Cuando empezó mi despertar sexual mi abuelo tenía 63 años, además era viudo y vivía solo. El era un hombre de carácter fuerte pues era policía retirado. A veces podía ser un poco gruñón y obstinado pero a pesar de su carácter fuerte yo tenía una relación muy cercana y de confianza con el. A diferencia del resto de las personas mi abuelo era muy bueno y cariñoso conmigo. También solía concentirme mucho en especial comprandome golosinas.

Mi despertar sexual fue gracias a dos compañeros de escuela que en los recreos me encerraban en el baño para que les chupe sus huevitos bien paraditos. También solían intentar penetrarme pero no podían pues ambos lo tenían muy pequeño para eso. Me gustaba mucho chuparles sus cositas bien paraditas.

Un día después de la escuela estaba con mi abuelo en su casa como era de costumbre. Recuerdo que estábamos en la sala de su casa, sentados en el sofá uno al lado del otro viendo la televisión cuando le confesé que sentía mucha curiosidad por el huevo (así yo le decía al pene). Le conté que sentía mucha curiosidad por mirar el huevo de un hombre, tocarlo y chuparlo.

Mi abuelo me preguntó cuando había empezado a sentir esa curiosidad, así que le confesé aquellas cosas que mis compañeritos de escuela me hacían en los recreos y como eso me gustaba mucho. Yo creo que contarle eso lo hizo exitar mucho porque recuerdo que en su pantalón se notaba un bulto.

Muy curioso yo le pregunté a mi abuelo si me podía dejar ver su huevo, a lo que el respondió que no. Pero yo le seguí preguntando cómo el niño que era queriendo que le cumplan un capricho. Finalmente mi abuelo acepto pero me puso la condición que ese debía ser un secreto y que no le podía contar a nadie, en especial a mi mamá. Yo le jure que no le iba contar a nadie con las esperanzas que me deje ver su pene.

Mi abuelo se bajo la bragueta de su pantalón y saco su verga que en efecto estaba bien parada. Esa era la primera vez que veía la verga parada de un adulto y era la de mi propio abuelo, el papá de mi papá. Me sorprendió muchísimo lo que ví, quizá porque apenas era un niño y su verga me parecía enorme. De repente sentí un calor con un hormigueo muy fuerte recorrer todo mi cuerpo que hizo que mi cosita se ponga durita.

Mi reacción fue tocar su pene y sentir lo duro que estaba con ambas manos. Empecé a jugar con el, lo movia de lado a lado fascinado por su tamaño. Mi abuelo dejaba que juegue con su verga, no me decía nada así que yo aproveche y me acerque más para darle un beso. Mi abuelo solo me dijo que ya estaba lista que ya quería verga a lo que relmente en ese momento no entendí el significado de esa frase pero quedó grabada en mi mente.

Entre beso y beso que le daba en su pene también empecé a darle lamidas. Al principio lamidas cortas pero luego lamidas más grandes. Me sentía nerviosito con miedo de que mi abuelo me diga que pare y no haga eso. Pero al contrario mi abuelo me pidió que me levanté del sofá y me ponga en frente de el que aún estaba sentado. Yo hice lo que me pidió. Mi abuelo me agarró mi cabecita con ambas manos me acerco a su verga y me puso la cabeza de su pene dentro de mi boquita.

Mi abuelo me decía que tenía que chuparlo como que si fuera una paleta. Yo empecé a chuparle como podía pues mi boquita era pequeña. Mi abuelo movía mi cabeza a su gusto mientras yo saboreaba la cabeza del pene de mi abuelo. Recuerdo que movía mi cabeza cada vez más rápido mientras me decía que tenía mucha lechita para mí y que debía tomarmela toda.

De repente el empezó con una mano a masturbar su pene mientras con la otra mano sostenía mi cabecita con la punta de su pene aún dentro de mi boquita hasta que salió toda su leche en mi boquita y carita. Se sentía muy caliente en mi boca y carita. Yo en mi inocencia de verdad creí que era leche y me trague lo más que pude. Obviamente sentí el sabor nuevo, extraño diferente a la leche pero ya había tragado gran parte.

Mi abuelo me acaricia a mi rostro, se veía el muy feliz. Me decía lo había hecho muy bien para ser la primera vez. Yo me sentía muy exitadito y feliz al mismo tiempo. Después de esta travesura senti más curiosidad y atracción por la verga de mi abuelo que dio paso a qué pasen muchas más cosas con el que quizá lo contaré en el futuro.