Mis inicios en el exhibicionismo
Soy hijo y nieto único de una familia más o menos acomodada. En casa siempre había alguien trabajando en algo. Ya fuera la señora del aseo, el jardinero, el chofer, algún albañil, mi maestro de piano, etc. Con todos tuve algo que ver .
Tendría yo unos 11 años, iba en sexto de primaria y empezaba mi despertar sexual. Un poco de bello pubico empezaba a crecer y mi pene y nalgas iban formándose pasando de cuerpo de niño a adolescente. De niño fui bonito y empezaba a hacerme un adolescente atractivo que atrapaba la mirada las niñas de la escuela. Lástima porque yo solo tenía ojos en ese momento para el maestro Raúl, o eso pensaba yo.
El maestro Raúl era un tipo alto esbelto siempre impecable en su vestimenta, olía siempre a loción masculina y nos inculcaba eso, el ir siempre bien arreglados a la escuela. Yo vivía enamorado de ese profesor, me bañaba diario en la mañana para ir como el decía e iba perfumado y bien peinado, yo quería gustarle. En esos entonces ya me masturbaba pensando en el maestro y siendo un niño de esa edad el echo de que el agua corriera por mi cuerpo y mis pene mientras pensaba en el profesor ya era suficiente para estar full erecto.
Ese día recuerdo que regresaba de la escuela extasiado de ver todo el día al maestro, llegando a la casa, me di cuenta que no estaba nadie, solo Toña la sirvienta y un carpintero que de vez en cuando iba a arreglar cosas de madera de mi abuela, el señor López. Un viejillo de unos 50 años, medio güero, feo pero magro, cuerpo musculoso y venas saltonas en sus manos y brazos. Mal arreglado y sucio de acerrin todo el tiempo, nada que ver con mi profesor de ensueño.
La verdad el tipo me caía mal, así que llegué a la casa lo barrí de pies a cabeza y me fui a mi recámara. Me cambie y me puse en shorts, me encantaban mis piernas que recién empezaban a tener vellos, así que era mi ropa de diario. Salí al patio y empecé a jugar con una pelota.
El señor López estaba igual en el patio, lijado una puerta, y yo haciéndole ruido para molestarlo, pero él no se inmutaba. En eso vi que junto a su herramienta tenía un “Libro vaquero”. No recuerdo el título pero tenía a una mujer semidesnuda con un hombre rubio atrás sin playera. Cuando lo vi dejé de patear la pelota y el señor López lo notó.
“No es para niños esa revista” me dijo en voz alta, pero yo estaba con la mirada clavada en el librito. el señor se levantó, agarró la revista y se la guardó en la parte trasera del pantalón, pero yo que estaba acostumbrado a que todo se me concedía, me moleste y le grité “yo ya soy un adolescente, no soy un niño” a lo que él me respondió riendo
-Ni pelos has de tener en el pito y ya te crees adulto jajjss
-Ya tengo, quiere ver?
-jajajaja a ver
Se volteó y se sentó en un cubeta mirándome fijamente la entrepierna. En ese momento sentí un golpe de adrenalina que jamás había sentido, mi corazón palpitaba muy rápido y esa sensación me gustó. Además empecé a tener una erección y el señor López lo notó ya que mi short era de tela deportiva y ligera.
Yo sabía que sólo estaba Toña en la casa y que mi familia aún tardaría en llegar, así que en pleno patio me bajé el short y le mostré mi juvenil miembro ya erecto coronado por unos cuantos vellos pubicos.
-Mire, ya ve que ya no soy un niño?, apoco a los niños se les para?
Acto seguido me quité la camiseta y los shorts y los calzones los puse en la jardinera. Estaba yo totalmente desnudo, solo con tenis y calcetines frente a ese hombre maduro.
El señor tenía una cara de morbo que hasta salivaba. Estoy seguro que tenía unas ganas impresionantes de cogerme.
-Míralo, a ver enséñame tus nalguitas, apoco también las tienes peludas?
Me le acerqué a donde estaba sentado con toda la intención de que me tocara y lo logré. El señor López comenzó a pasar sus sucias y ásperas manos por todo mi cuerpo. Me volteó y me abrió las nalgas y me dijo.
-Mira, las nalguitas sin vello, y el culito igual lampiño y se ve bien apretadito.
Mientras hablaba me pasaba su áspero dedo por el ano, me acariciaba todo mi cuerpo pero en especial el ano y el perineo, y entonces me abrazó , parecía un pulpo tocándome por todos lados y me comenzó a chupar el cuello.
Yo estaba extasiado y me comencé a masturbar, no dure mucho y eyaculé mientras él se deleitaba con mi tersa piel y mi joven cuerpo.
Mientras yo eyaculaba, noté que Toña se nos quedaba viendo por la ventana y el señor Lopez también lo notó. Ella sólo se dio la vuelta y se fue rumbo a la cocina, pero la sensación de que alguien nos estuviera viendo me excito aún más así que aún, a pesar de haber eyaculado seguía erecto. En eso el señor Lopez me volteó hacia él con una facilidad impresionante y me comenzó a besar en la boca.
Yo tenía una sensación de asco y lujuria que no puedo explicar el roce de mi pene con su pantalón de mezclilla y estar totalmente rodeado de sus musculosos brazos, yo desnudo y él vestido, ambos en el patio con el riesgo que alguien viniera o que Toña abriera la bocota hizo que casi de inmediato volviera eyacular yo ahí desnudo en medio del patio, con ese hombre sucio, totalmente lo opuesto a mí. ideal, el profesor Raúl.
Después de la segunda eyaculación, entendí que pronto llegaría a mi familia, así que me separé del señor Lopez, que se le veía ya el bulto a punto de explotar y lo deje caliente. Le dije que ya iba a llegar mi tío y que me iba a bañar.
El señor Lopez me dijo que no le dijera a nadie que él necesitaba el trabajo y yo le dije que no había problema, pero Que fuera conmigo al baño a verme como me bañaba y accedió.
Llegamos al baño él con mi ropa en la mano, yo ya desnudo solo con tenis y los calcetines que me quité en ese momento. Entonces se me ocurrió levantar mi pierna para poner mi desnudo pie lo más alto que pudiera y que el señor López lo pudiera oler.
-Mira mi pie , no huele a nada, quieres oler?
De inmediato el señor me agarró la pierna y me levantó y olió mi pie y después de lenguetearlo un poco me dijo
-Ya báñate , no tardan en llegar los señores
Abrí la llave para bañarme me comencé a tallar mientras platicábamos de lo sucedido y del secreto que tendríamos de ahora en adelante. Mientras yo me bañaba, él sacó su verga y se comenzó a masturbar, pero no por mucho tiempo. Se escuchó la reja de afuera, señal de qué estaba llegando, mi tío, mi mamá o mi abuela así que el Sr rápido salió del baño y me dejó terminar solo.
Cuando salí del baño, Toña se me quedaba viendo con una mirada amenazadora A lo que le dije, si quiere seguir trabajando, aquí no vas a decir nada me di la vuelta y me fui a mi recámara.
Este es mi primera experiencia de muchas pronto publicaré más y como Lidia con el problema de Toña.


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