Mis noches con Tomás
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Bueno, soy Dylan -¿Cómo han estado?-
Como les prometí, les voy a contar como hice gritar de placer a Tomás. Seria la tercer parte de mi relato. les dejo el link de los otros dos:
1°http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-28895.html
2°http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-29116.html
Comienzo:
Tuve una noche inolvidable con Denim, mi sobrino, y necesitaba sacarlo de mi cabeza. Comencé a buscar a algún chico, cualquiera, pero soy muy tímido, y muy bonito no soy tampoco, por lo que mis probabilidades se reducen.
En internet encontré a un usuario, que según su información de perfil vivía cerca de casa. Agendé su Whatsapp y cuando me armé de valor, le escribí.
Pasaron un par de días, en los que me escribía el –yo no me animaba a hacerlo– y de pronto salto el tema del sexo. Me pregunto que roll era, como me gustaba, etc, y como estábamos en confianza, decidí contestar. Pasaron dos días y me pidió una foto. Eso me dio miedo, ya que soy tímido, pero acepte. –Me costó mucho pero pude sacarme una foto decente– y la envié.
Al día siguiente Tomás me respondió, me dijo que era lindo, y adjunto una foto de el sin remera. La foto no mostraba mucho, en realidad, no se ve su cara, pero veía su cuerpo, blanco, delgado, con un poco de pansa y con una cintura casi de mujer pero hermosa. Le respondí que me gustaba e inmediatamente me pregunto si quería que nos encontremos, lo dude mucho, y le dije que lo pensaría.
Los siguientes días fueron largos, pensando en Denim, incluso lo había ido a visitar, pero me propuse no volver a tocarlo. Tomás escribió, remarcando que la propuesta seguía en pie. Después de mucho meditar, me arme de valor y respondí.
Tomás se alegro, y me dijo que el día jueves, sus padres no iban a estar, que saldrían y su casa estaría a mi disposición. Quedamos en vernos en el centro, ya que quería verle el rostro primero, no me importa la belleza, pero si soy desconfiado.
El jueves a las 3 estaba en una banca pensando si irme o no. La verdad me había costado mucho salir de casa, pero hace casi tres semanas no cogía, y quería descargarme, además de que quería conocer a alguien nuevo.
Estaba mirando las palomas cuando me llega un mensaje : "¿tenés una remera azul?" inmediatamente comencé a mirar hacia todos lados, buscando a un chico con celular, pero no vi a nadie. "Si, ¿donde estas? no te veo" me comencé a desesperar, una especie de terror me había invadido, estaba apunto de levantarme e irme cunado un chico se sentó junto a mi.
–¿Dylan?– pregunto el chico, pude ver su cara, era hermosa, no de modelo, pero tenia un gran atractivo. Su mentón era cuadrado, sus labios con una forma sensual, sus ojos color miel y su pelo rizado, castaño oscuro le caía en hermosos rizos en la frente. No era más alto que yo, de hecho, me llegaba a los hombros.
–¿Tomás?– pregunte impresionado.
–Si– contesto apoyando su mano sobre mi rodilla. Eso me puso incomodo, pero me gusto el hecho de que vaya al grano.
El camino a su casa fue agradable, además, varios chicos y chicas lo miraban, aunque trate de que no se note que íbamos juntos <"como gays"> me gusto el hecho de que era yo quien iba con el, me daba un sentimiento de superioridad y posesión. Era yo quien iba con el bombón de Tomás.
Su casa no era ni grande ni chica, pero tenia un gran patio. Entramos y una horrible sensación me invadió. Estaba a punto de tener sexo con un extraño, con alguien que había conocido por whatsapp, y no voy a mentir, tenia miedo.
Tomás se sentó en un sillón negro, de terciopelo. Y paso su mano en señal de invitación para sentarme. Me senté, y nos miramos unos segundos.
–Bueno, tenemos hasta las 7, ¿qué querés hacer?– Pregunto Tomás arqueando una ceja.
–No, no sé. Lo que vos quieras que hagamos– después de unos milisegundos me di cuenta de como sonó la respuesta, era una respuesta inocente en mi cabeza, pero tubo cierto tono que daba señal de que yo quería sexo. No voy a mentir, si quería sexo, pero no quería que quede tan expuesto.
Tomás se acerco un poco, casi oliendo mi cuello, eso me hizo excitarme y una erección comenzó a tomar forma en mi pantalón.
–Me gusta tu perfume, es muy rico– contesto pasando su nariz por mi cuello.
–Es one million– conteste nervioso y firme como una estatua. Sentí su mano en mis muslos, casi cerca de la zona en erección, y la agitación llego. Sus dedos subieron muy lentamente hasta tal punto de estar a muy pocos milímetros de mi bulto. Estaba observando su mano cuando sentí algo caliente y mojado pasar por mi cuello. ¡Era su lengua! Lo mire a los ojos, y como una película, nos acercamos poco a poco. No perdí de vista sus labios, eran rojos por naturaleza, y tenían una forma muy sensual. Abrió su boca y metí mi lengua para besarnos, primero lento, pero cada vez la respiración se agitaba más e íbamos más rápido.
Su mano jugaba con mi bulto, que amenazaba con romper el botón en cualquier momento. Su mano libre pasaba por mis pezones, los cuales tocaba para excitarme. Me beso el cuello, y supe que iba en dirección a mi verga. Me acomode mientras tocaba mi pecho, cuando llegó al fin a mi bulto jugo un rato, tocando y besando por encima del pantalón. Sentí mi verga mojada por el presemen, pero era la primera vez que alguien hacia algo así y quería disfrutarlo.
Cuando paró, me apresure a abrirme yo mismo el pantalón y sacar mi verga morena. Tomás la olió, la paso por su cara, y estiro la capa de piel dejando al descubierto mi glande rosado que brillaba por el presemen. Dio un lengüetazo que me hizo cerrar los ojos y pegar un gemido que casi pareció un grito.
Abrió su boca y metió la mitad en un santiamén. Al llegar a arriba abrió más su boca y llego casi hasta mi pubis, la tenia toda adentro, adentro de esa hermosa y caliente boca.
–Qué rica pija– dijo mientras me masturbaba y tragaba la saliva que caía. Abrió su boca y se la metió de nuevo, pero esta vez no paro, lo hizo rápidamente, metiéndosela lo más adentro que podía. No tengo una verga grande, pero mi grosor le dan puntos, y el hecho de no ser tan grande, da ventaja de que todos pueden meterla en su boca.
Bajo mi pantalón y boxer y siguió su trabajo. Mientras yo me desvestía. Le ayude a sacarse la remera y se desvistió frente a mi. Tenia una verga de 15cm (la cual medimos en un momento de aburrimiento XD) y le colgaba entre sus piernas con exceso de pelo. Su pubis tenia pequeños pelos que comenzaban a crecer después de una afeitada, y sus lunares que había visto en la foto se encontraban en su hermosa cintura.
Lo besé apasionadamente y acomode en el sillón. Abrí sus nalgas y vi su ano, con un poco de pelo. Pasé la lengua y después me dedique a meterla para lubricar. –Ay si, dale– me decía Tomás. Tenia unas nalgas blancas y redondas, que daba gusto apretarlas. Cada lengüetazo daba un sabor increíble.
–Que buen culo que tenés–
–¿te gusta?– respondió con voz de placer
–si me encanta–
Me ensalive dos dedos y los metí, los cuales empecé a mover, Tomás comenzó a mover su culo, para que mis dedos lo penetren.
Ese era el momento, saqué el preservativo de mi pantalón y me lo puse. Tire un poco de saliva y me prepare para empezar.
–Toda, métela toda, de un tirón– me impresiono, pero le hice caso. En cuanto el glande entro, metí todo de un tirón como dijo. –Ah– lanzó un pequeño grito, luego otro y luego otro. -ah-, -ahhh- -ahhhh- cada vez lo disfrutaba más.
Tome su hermosa cintura y lo apretaba contra mi. Tomás era todo un gritón, y no me molestaba.
Sentía una sensación asombrosa, jamás nadie había gritado tanto, y me gustaba en verdad.
Me pidió que me estire, y eso hice, saque mi verga y me senté. Tomás se acomodo para poder mirarme y poco a poco fue metiendo mi verga en su culo. Cuando al fin se sentó comenzó a moverse, lo hacia tan rápido y fuerte que me dolían mis muslos. El lo disfrutaba mucho –Si si, dámela toda ahh- gritaba de placer, y yo le daba lo que quería: mi verga. Después de unos minutos, se cansó, y yo quería tener el control de nuevo. Así que lo estire de pecho al sillón, y metí mi verga, para embestirlo. Tomás se descargaba contra el sillón. Lo golpeaba y mordía, incluso me dijo una que otra mala palabra del dolor que sentía, pero me gusto. Mis huevos dolían del impacto con su culo, pero me la aguante.
Sabia que tenia más para dar, así que lo tome del cuello, me acomode mejor, poniéndome en cuclillas, y le di con todo. Ahí si que Tomás gritaba fuerte. No paro por un segundo, jamás dejo de gritar. MI verga me dolía demasiado, quería parar, pero no me venia todavía. Mis muslos estaban rojos, mi verga igual, además de que ya me dolían los oídos por sus gritos (de verdad gritaba fuerte)
En un momento, le tape la boca con la mano para parar sus gritos. Juro que jamás había tardado tanto, ya debimos estar 30 minutos y aun no me venia. Ya no sentía placer alguno, sentía dolor, mucho.
–¡Seguí seguí!– gritaba Tomás. De pronto, el sillón se mancho del semen de Tomás. Sus contracciones eran raras, y apretaba su ano.
–Ya no puedo más– le dije casi muerto. Tomás se aparto y comenzó a chuparla. Después de un rato deje de sentir dolor, y su boca comenzó a hacerme sentir el cosquilleo antes de venirme.
–ahí viene– grite y el semen salio disparado, Tomás no pudo agarrar casi nada, sin embargo se las arreglo para tragar lo poco que había quedado en el glande.
Miré la hora fugazmente y eran las 5:30 de la tarde.Habíamos estado una hora y media teniendo sexo. Me sorprendió lo mucho que tarde, era un récord.
–Nunca me había gustado tanto– dijo Tomás mientras se vestía. Observe su culo enrojecido y me causo un poco de gracia. Aunque yo opinaba lo mismo, jamas había disfrutado tanto.
(Esa fue la primera vez) perdón, pero trate de resumirlo lo más posible, ya que sino era muy largo.
SI quieren les cuento las otras veces, …..
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