Mis nuevos vecinos (Humbost)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Ya hacía varias semanas que el matrimonio que tenía de vecinos desde hacía ya 2 años había dejado vacio el apartamento al lado del mio y el dueño estaba preocupado ya que no había podido alquilarlo y ya lo había anunciado en internet y en periódicos de la ciudad varias veces, hasta que una tarde noté que lo estaban limpiando y quitaban el anuncio de: "Se Alquila".
Dos días después pude ver como tres muchachos ingresaban sus pertenencias al apartamento, eso fue porque en ese momento iba de salida a mis clases en la universidad. Cuando los muchachos me ven salir me dice uno de ellos:
– Hola, seremos vecinos ya que vamos a vivir desde hoy en este apartamento. Mi nombre es Daniel. Y al darme la mano sentí como electricidad.
Sus compañeros, me dan tambien la mano y se presentan:
– Yo soy Carlos
– Y yo Rodolfo y espero que nos llevemos bien como vecinos.
– Claro que si y bienvenidos a este edificio, yo soy Arián. Ya verán que se la van a pasar bien, es un lugar tranquilo y tenemos buenos vecinos en este piso y también en el piso de arriba, casi todos son parejas o solteros que estudian.
– Nosotros estudiamos ingeniería industrial y Daniel Administración de Empresas – anota Carlos
– Yo estudio Periodismo y ya debo irme porque mi clase empieza a las 3:00 p.m. y debo llegar a la universidad. Hasta más tarde.
– Hasta luego – dijeron al unísono.
A las 7:30 p.m. al llegar a mi apartamento me los encuentro que han terminado el proceso de acomodo y con la puerta del apartamento de ellos abierta aunque la entrada principal estaba cerrada.
– Buenas noches vecinos y una vez más bienvenidos
– Buenas noches Adrián y gracias por tu nueva bienvenida – contesta Rodolfo.
Compañeros, vengan a preguntarle a Adrián lo que habíamos pensado.
Me preguntaron algunas cosas sobre el edificio, reglas y otros elementos de convicencia ya que se habían enterado de que mi apartamento era propiedad de mis padres y que yo no era oriundo de la ciudad sino de otra ciudad (los otros vecinos siempre contado cosas,…)
– Adrián, te gustaría acompañarnos a tomarnos una copa en el bar de aqui cerca, si no tienes mucho que hacer para mañana.- anota Daniel.
Lo que si noté fue una mirada extraña de parte de Daniel como diciendo: acepta por fa, me encantaría que fueras con nosotros, en especial conmigo.
– Claro que si, en un momento vuelvo. Y fui a dejar a mi apartamento los útiles y a ducharme rápido y cambiarme por una ropa cómoda. Ya ellos estaban recién duchados y con atuendos bien deportivos.
Poco tiempo después íbamos camino al bar. Había muy poca gente y después de 3 copas decidimos volver. Al entrar al edificio Daniel me dice:
– Adrián, ¿crees que puedas responderme algunas preguntas sobre dudas que tengo de la convivencia en este edificio?
– Claro que si, vamos a mi apartamento.
– ya vuelvo muchachos – dice Daniel a sus compañeros.
Entramos a mi apartamento y empezamos a conversar sobre sus dudas que eran varias y de repente la conversación toma otro rumbo.
– Adrián, ¿te puedo hacer una pregunta personal?
– Dime, a ver ¿que será lo quieres saber?
– Primero, quiero que sepas que me ha parecido un poco extraño tu nerviosismo cuando estabamos sentados en el bar, sobretodo al momento en que te rocé la pierna sin querer y quitaste la tuya muy rápido. ¿eso por qué?
La verdad no supe que reponderle, porque el estar cerca de él me daba nerviosismo y es que ese chico me estaba moviendo el piso.
– Estas nervioso otra vez – me dice
– No es nervioso, es que la verdad no se que reponderte.
– Dime, ¿es que te gusto? eso me pareció. Adrián, dime la verdad.
Abrí mi boca para contestar pero me quedé mudo a lo que Daniel me dice:
– Veo que no me equivoco, estoy seguro y quiero que sepas que desde que te vi esta tarde me encantaste, eres un hombre muy guapo y creo que yo no estoy mal, ¿o si?
– Nnnnn no no Daniel, al contrario, estás muy guapo y tienes un cuerpo espectacular.
Ante esto Daniel se me acerca, me toma la mano y me dice:
– y ¿tienes pareja?
– No, nunca he tenido pareja
– Pero, ¿te gustan los hombres?
– La verdad me llaman mucho la atención, pero tu eres quien más me ha llegado a gustar, aunque es pronto para decirlo
– Je je je, eso es lo que quería oir.
Se me acerca y me planta un beso que casi me hace desfallecer de la emoción que estaba sintiendo y como tenía su cuerpo estaba tan pegado al mio me percaté de que su bulto estaba creciendo tanto como el mio. Y fue allí que empezamos nuestro primer encuentro sexual.
Daniel suavemente tocaba mi pene erecto que estaba acomodado hacia la izquierda de mi pantalón mientras que con su otra mano bajaba la cremallera para dejarlo salir. Lo hizo de una manera tan sensual que me puso a mil.
– Adrián, que buena verga te tienes. Es enorme y muy gruesa. Wow, me encanta.
– Quiero ver la tuya – y yo le hago a él lo mismo que él a mi para sacarle su verga que ya se notaba era enorme.
Tu también Daniel, estás muy bien dotado, je je je – sonreí nervioso
Y desde ese momento empezamos uno de los encuentros sexuales más delicioso que he tenido en mi vida. Daniel empezó a mamar mi verga de una manera tan deliciosa que por momentos creía que estaba en las nubes. Ya no teníamos nada de ropa encima. Y yo también le chupaba su pene grande y grueso en un 69 espectacular.
Aquel cuerpo precioso con un pecho velludo, aquella verga tan deliciosa que no me cansaba de chupar y meter casi completa a mi boca asi como lo esta haciendo él con la mía, era como que aunque nos conocíamos hace solo unas pocas horas, nos teníamos unas ganas de meses uno al otro.
– Adrián, quiero meter mi verga en tu culo ¿puedo?
– Si hazlo, quiero que me la metas ya
Daniel se colocó un condón, empezó a chuparme el hoyito del culo lo que me hacía desear que me llenara con su tranca, pronto. Me metía un dedo, dos, tres…
– Tienes poca experiencia en esto verdad?
– Eres el segundo hombre que me mete la verga en el culo. Hazlo ya, quiero tenerte dentro.
Me levantó las piernas y puso la cabeza de su tronco en la entrada de mi hoyo, el que estaba bien lubricado por la mamada que me había dado y por el gel que me había puesto.
Empezó a entrar suavemente. Me estaba doliendo bastante pero a la vez me estaba dando un placer inmenso. Era delicioso lo que estaba sintiendo. Pero pronto me había ensartado completamente y pude sentir como sus bolas chocaban contra mi, de una manera tan sensual y se escuchaba como entraba y salia de mi culo.
– Que rico culo, que apreto estás, parece que fueras virgen por lo dificil que entrara ¿te gusta mi verga?
– Me encanta, sigue, sigue (pero realmente me dolia un poco)
Durante unos 10 minutos o mas me metía y sacaba su vergota, ya no me dolía, solo me daba placer inmenso.
– Disfrutala papi, es toda tuya, solo para tí, que rico lo que me haces sentir, ya casi me vengo, falta muy poco.
Daniel no había terminado de decir esto cuando de mi verga van saliendo chorros de leche que caen en mi pecho
– Ahhhhhhh, dale mas , dale mas, me encanta, me encanta
Esto hizo que Daniel se asombrara de que sin estar masturbándome ni tocando mis genitales estuviera teniendo aquel orgasmo que hacía que le apretara la verga de una manera muy fuerte que lo hizo venirse en ese momento.
– Me vengo papi, te doy lechita, es para ti, ahhhhh. ahhhhhh, ahhhh
– Dámela toda, todita, ya, ya la quiero, toda papito
Y Daniel me ensartaba su verga de una manera feroz pero que me hacía sentir como me deseaba y como difrutaba conmigo.
Cuando terminó su orgasmo me besó tiernamente, nuestros pechos estaban mojados de mi semen. Sacó su verga de dentro de mi y al ver su condón manchado de sangre, no mucha, me dice.
– Adrián ¿por qué no me dijiste que era tu primera vez? Te hubiera tratado diferente.
– No te preocupes bebé, fuiste el hombre que me desvirgó el culo, ahora ya lo sabes. Al principio me dolió bastante pero tu pericia hizo que disfrutara de esa verga tan grande de una manera increíble.
– Si, me di cuenta por tu orgasmo que fue espectacular y mira la cantidad de lechita que me sacaste.
Me enseña y el condón tenía mucho semen y por supuesto las manchas de sangre. Me levanta las piernas para ver mi trasero y para constatar como me había desvirgado, me pasa el dedo por el hoyito y me lo enseña con una machita de sangra.
– Gracias por haberme dado el placer de ser tu primer hombre y si quieres que yo sea el primero en todo, puedes limpiar con tu boca mi verguita con rastros de leche.
– Ja ja ja Adrián si eso es verguita, ¿qué es entonces una vergota?
Y al chuparsela pudo saborear el delicioso sabor de su semen, calentito y agridulce, me encantó mucho.
De esta historia ya hace 2 años y Daniel sigue siendo mio, y ha sido el único hombre con el que he estado a la fecha. Nos hacemos el amor uno al otro y ahora ya no es mi vecino, vive conmigo y hasta mi familia lo quiere mucho y lo acepta como mi pareja. Nos amamos y en serio nos somos fieles, ya no utilizamos condones porque entendemos que solo somos él y yo y no necesitamos otros en nustras vidas y ojalá lo seamos por mucho tiempo.
El está aqui conmigo y los recuerdos lo han puesto tan excitado que ya debo dejar de escribir porque quiere repetir lo que hicimos ese día y yo encantado de hacerlo.
Hasta pronto, escriban para decirme que les pareció nuestro relato: humbost3@hotmail.com
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