Mis primeras experiencias 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Garupas.
Tenía cerca de 17 años y salí temprano de una fiesta en el centro de la ciudad, a pocas cuadras me apresure a cruzar la calle para llegar a una plaza cuando un coche se detiene y el conductor me dice "te llevo?" en un segundo recordé mis pocas experiencias homosexuales y lo exitado que me ponían así que no dudé y subí.
Estaba con unos nervios que me por momentos me ponían a temblar, la situación, el lugar y sobretodo saber que si acepté subir fue para tener sexo, me hizo dos o tres preguntas tontas y puso su mano en mi muslo izquierdo acariciándome, me preguntó si quería dar una vuelta o ir a algún lugar tranquilo, le dije que preferiría un poco de tranquilidad, bueno me dice, vamos a casa. Llegamos y al abrir el portal vi una casa grande al frente, pasó hacia atrás y al fondo dónde había una casita más chica con su propio garage.
Bajé y me hizo pasar a la sala que tenía pocas cosas acomodadas, un sillón grande y un colchón tirado en el piso. Sin perder tiempo y con las luces que iluminaban la habitación desde afuera me sacó la ropa tirando todo sobre el sillón, se desnudo y me acomodó sobre el colchón, me acariciaba por todos lados, me agarró la pija que ya estaba durisima y la chupaba endemoniado, yo al principio solo disfrutaba lo que sentía, pero tenía su pija a 20 cm de mi cara, así que pensé, "lo chupo para no ser menos" y me la metí en la boca, fue lo más rico que probé hasta ese momento, el líquido preseminal que despedía era sabroso, cuando me di cuenta, el tipo me tenía con una pierna al aire trabada con uno de sus codos, me chupaba el culo metiendo y sacando la lengua profundamente, hacía círculos en la entrada y me volvió loco de placer, empecé a gemir sin control, no podía creer que estaba disfrutando eso, de pronto tomó una crema y me puso generosamente en la entrada, metía y sacaba dos dedos de mi interior dilatándome, además del placer yo sentía como poco a poco mi ano se abría, fue increíble sentir el dolor como si fuera un elástico rompiéndose, pequeñas y permanentes puntadas en la zona indicaban la rendición de mi virginidad anal.
Me detuve exclusivamente a disfrutar y tratar de evitar el dolor respirando profundamente y exhalando con ritmo, me puso boca abajo y levanté mis caderas de modo que quedé en cuatro patas pero con el pecho sobre el colchón, se tomó 2 o 3 minutos para jugar con mi cola metiendo dos dedos, los doblaba en el interior y así los sacaba, cuando apoyó la cabeza de su verga en la entrada, mi culo ya no ponía resistencia, al contrario, deseaba ser penetrado, me tomó de las caderas y en el primer empujón entró sin problemas la cabeza, pero ciertamente era lo más fino de ese pedazo de pija de unos 16×4 cm, cuando volvió a empujar sentí que me abrió literalmente el culo, me la enterró de una vez dejándome sin aire, empalado sentía que esa verga llegaba al estómago, mientras yo trataba de expulsarlo el tipo me decía "aflojate para que no te duela, hace fuerza como para ir de cuerpo", todo eso no parecía servir hasta que logré distender completamente los músculos de la zona, no sé cómo pero fue un cambio total, inmediatamente lo sentí cm a cm ese entrar y salir, la sensación de tener el culo lleno
Parecía tener ganas de ir al baño pero no, no era eso, lo disfrute muchísimo pero había más, cuando me lleno los intestinos de leche fue otro reconocimiento que perdura hasta hoy, sentir ese calorcito y humedad tan dentro mío fue lo mejor de la noche.
Casi no hablamos mas, mientras me vestía sentía como el líquido buscaba la salida que aún me ardía, así me dejó a dos cuadras de mi casa…
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