Mis primeras experiencias en el Jardín de niños. Historia Real.
Una historia 100% real, contado desde mi perspectiva, el cómo fueron mis primeras veces precoces aún sin saber nada del sexo. Ven, acompáñame y descubre cómo fue mi vida. .
Mis primeras experiencias en el Jardín de Niños
Una historia real. Por Joan Carlox
Heeey! un gusto. Me presento formalmente, yo soy Joan, un chico de Latinoamérica que vivió de todo, desde experiencias inocentes de curiosidad, el abuso normalizado de mi tío, juegos con mis vecinos, acercamientos con mis hermanastros y mucho más. Si algo de eso te interesó y te gustó lo que vas a leer, te recomiendo seguirme para estar atento a lo demás. Las historias se irán publicando cronológicamente.
He leído muchas historias aquí que prometen ser reales, aunque entre ustedes y yo bien sabemos que no lo son; nadie en su primera penetración sintió rico, claro que no señor, fue horrible. Y tampoco un niño se va a dejar tan fácil por tan solo casualidad. Y mucho menos resulta que mi vecina que trabaja de noche me dejó cuidar a su hijo y le hice de todo. No somos estúpidos, por favor más lecturas que tengan coherencia. Por lo que lo único que me queda pedirles, es que me crean, que imaginen todo y que lo disfruten, sin más dilación, así empezó mi vida.
Primero para aclarar, no recuerdo cómo comenzó, ni como nos pusimos de acuerdo, ni a quién se le ocurrió (aunque tengo una hipótesis que compartiré hasta el final). No recuerdo si era 2do o 3er año del Kinder. Es parte de los primeros recuerdos de mi vida y que simplemente sucedieron.
El compañerito se llamaba Ezequiel, y era mi mejor amigo. Ambos teníamos 4-5 años, morenos, llenitos, chiquitos, cabello lacio y negro, él estaba cachetón, ojos pequeños, nariz de periquito, estaba cute el niño.
A la hora del recreo íbamos al baño juntos. Entrábamos en los últimos cubículos, dejábamos nuestros Toppers de comida sobre el depósito del wc (donde se acumula el agua para después tirar se la cadena).
Empezamos haciendo pipí uno al lado del otro, como sabrán, la mayoría de infantes de esa edad se bajan el pantalón hasta los tobillos para orinar bien, por lo que nos vimos todo y muy bien.
Ya que terminamos de orinar, nos subimos la camisa hasta el pecho, sosteniéndola con la babilla, sobre los pezones, dejando así que el otro los lamiera, tan rositas y redondos como lunetas.
Después nos pegamos, pancita con pancita, haciendo pequeños espadazos, nos separamos un poco, sujetamos nuestros pilines, y les damos de piquitos y más espadazos. Después yo sujeto a su amiguito, le hago masaje, mientras que él hace lo mismo. Era tan pequeño, nuestros penes a lo mucho llegaban a los 4cm, con la característica fimosis infantil, suave y liso, tan rico.
Nos detenemos, ahora uno se da la media vuelta, dejando y sacando las nalguitas, mientras se recarga en la pared del cubículo, el otro, por detrás, le pone el pito entre las pompas, sujetándose de la cintura, y se empieza a mover, empujando de arriba a abajo. Tan rico sentir mi pollita entre sus nalguitas redondas. Pasados unos segundos, el turno cambia y le toca al otro ponerse contra la pared y sacar el culito. El recordar su pijita entre mis nalgas hace se me ponga dura de nuevo.
Otros segundos después, nuevamente quedamos frente a frente, ahora para que uno de los dos se ponga de rodillas, empezando a dar besitos y lenguetazos en el pubis, pelvis, pene y huevitos del otro. Tan delicioso aroma y sabor de orina infantil, piel, a pollita nueva y virgen.
(Si han tenido experiencias con niños sabrán que literal se siente, huele y sabe cuándo una polla está «nueva», es muy diferente a cuando uno ya está mayor)
Después de probar ese manjar que causó asco en ese momento, el que estaba de pie se da la media vuelta, nuevamente sacando el culito, en esta ocasión para besar y lamer las nalguitas y el culito, cosa que nos causaba más asquito por el sabor amargo que nos dió.
De nuevo cambiamos de lugar y ahora era el otro el que lo hacía. Esos besitos y lamidas solo causaban cosillas y furor en mi. Y cuando daba la espalda, era curioso y raro sentir el culo ensalivado.
Ese era el último paso, si nos quedaba tiempo decidíamos rápido cuál se repetía, si tocarnos, empujarnos o chuparnos, por lo general eran los besos en el pene.
Al terminar, volvíamos a orinar, agarramos nuestras cosas y nos salimos del baño como si nada.
Sé que fueron bastantes ocasiones, mínimo 10, aunque lamentablemente no recuerde con exactitud todas por la maldita amnesia infantil.
Las que recuerdo con mayor forma fueron las siguientes:
- Bombones: Un día lleve al kinder unos bombones viejos que teníamos en casa, con la intención de comerlos como postre después de comernos mutuamente jajaja. Lo que pasó, es que estaban duros y secos, incomibles, y mejor los tiramos por el retrete. (A este dulce también se le conoce como nubes).
- Los calzones del rayo McQueen: En un momento nos dimos cuenta que teníamos el mismo paquete de calzones de este personaje, eran de un color fijo; blancos, azules, rojos, negros y con el McQ en el centro, justo en el pito, por lo que un par de días intercambiamos la ropa interior, yo llevándome a casa los de él y viceversa. Desde peque ya generando erotismo y gusto por la ropa interior usada y ajena. Creo que al final yo me quedé con algunos de él y él con unos míos.
- «Ahí no que sabe feo»: Después de lamer en medio de las nalguitas, osea la rajita, el culo, ano, varias veces, (mínimo 5) decidimos que ya no lo haríamos, pues «ahí no que sabe feo» y nos daba asco la amargura. Vaya ironía, ahora daria todo por comer un anito.
- Haciendo popó: En otras varias ocasiones también hicimos popó frente al otro, pues si estábamos en el baño y teníamos ganas, lo hacíamos, uno se sentaba y el otro se quedaba de pie esperándolo y viéndolo.
- El día que nos descubrieron: El último día que lo hicimos (probablemente porque ya no recuerdo más) la última vez. Por idiotas nos pusimos en el primer cubículo, el cual estaba al lado de los mingitorios. Fue lógico que nos vieran (siempre nos metíamos en los últimos para evitar eso). Estábamos apenas agarrandonos cuando escuchamos un «iiiihhhh, van a ver con la maestra», era un niño de nuestro salón, que se había asomado por arriba, subiéndose al mingitorio. Rápidamente nos vestimos y salimos corriendo disimulados, viendo a lo lejos como el niño le decía a una maestra mientras señalaba el baño. Ese día regresando a clase la maestra dijo que tenía algo importante que decirnos, que otro compañerito había visto como 2 niños se bajaron los pantalones frente al otro, que era algo malo que no se debía hacer, y que si sabíamos quién había sido le dijeramos. Obviamente los dos sudamos frío, tragamos saliva, y con la mirada nos dijimos todo, el juego tenía que parar. Afortunadamente al parecer el otro estúpido ni vió quieres fueron los del baño, solo por molestar el estúpido ese, para mí que estaba celoso.
Pero bueno mis lectores, lamentablemente ya estamos llegando al final de este mi primer capítulo. Cómo plática general. Ya antes tenia escrito esto, en Wattpad para ser exacto. Había llegado hasta la primera parte de la secundaria, cuando eliminaron la historia, malditas nuevas políticas. Por lo que llegue a este glorioso lugar, aquí si puedo expresarme abiertamente sin miedo al ban.
Ahora sí, por último mis conclusiones. ¿Por qué hice eso en el kinder?
Tengo un par de hipótesis:
- Analizando eso psicológicamente, todos los niños tendemos a la experimentación y curiosidad. Ya sea por el exhibicionismo o por juegos. Si han convivido con niños, sabrán que siempre referirse a sus partes íntimas causará risas las querrán enseñar u ocultar. Es algo que tenemos impuesto por la crianza. Un niño tendrá curiosidad de su propio cuerpo, la tendrá con el género contrario, con el cuerpo de los demás, y de las diferencias con un adulto. Un niño descubrirá solo que habrá una respuesta sensorial al tocarse. Es completamente normal y parte del crecimiento. Si siendo niño jugaste al doctor, a los esposos, o también jugaste sexualmente, bienvenido al Club. Si te gustaría contar tu experiencia o recibir más información de esa investigación, búscame como Joan Carlox 369 en telegram, con gusto recibiré tu mensaje.
Ahora, está la siguiente situación, otro motivo que pudo derivar a hacer eso.
- Desde que tengo memoria, también hice esas cosas con mi tío, él es 5 años mayor que yo, por lo que en ese entonces tendría 10 años. Nos duchamos juntos, dormimos juntos. Y también tengo primeros recuerdos de mi vida haciendo lo mismo con él, los besitos, repegones, etc. Por lo que tengo la pequeña idea que pude haberlo hecho inconcientemente porque él me lo había enseñado.
¿Será esto cierto? No lo sé, mi mente no es capaz de recordar lo que pasó cuando apenas generaba conciencia.
A la vez negaría está teoría, talvez mi mente se equivoca un poco en el orden de los hechos, porque tiempo después fue cuando hice más cosas con él, y empezando de 0. Por lo que esto me deja con más dudas que respuestas.
Ahora queda hablar de todo lo que mi tío me enseñó, hasta mis 12 años. El porno, hentai, rule 34, el anal, oral, fue mi maestro. Pero eso queda para el siguiente capítulo.
Si nada más por decir, cuídense de todo y nos leemos hasta la próxima.
Como sigue?
Hola, en principio me cuesta creer tu historia ya que a esa edad que mencionas dos niños no van a jugar tan eroticamente o al menos no lamerse los culitos, en segundo lugar la credibilidad de los relatos es subjetivo. Pues yo de muy peque disfrutaba de recibir peces aunque me doliera. Es decir felicitaciones por escribir pero no tienes derecho cuestionar la veracidad de las experiencias ajenas. ( aunque yo si lo hice con el tuyo je je)
gran relato como sgue
Cuánto de lo que describes me refleja, la curiosidad hace que busquemos el placer. Entre los ,5 y 6 años tuve una experiencia con un hombre de unos18 años aprox el cual me dejaba verlo como se masturbaba, me pasaba su pene por el culo pero nunca me penetró, el recordar el olor de su pene eyaculando me excita como el olor de su culo. Si lo volviera a encontrar con gusto le correría una paja
Deberías escribir el relato de eso que viviste con el hombre que te dejaba verlo masturbarse
Y no me apareces en telegram
No me gusta tu relato, porque: 1- No es un relato, más bien es un resumen mal contado y sin detalle de tus supuestas vivencias, 2- Inicias quejándote del resto de relatos por la credibilidad y justamente lo que escribes es de bastante dudosa credibilidad, niños chupándose el año? En serio? Y cuánto tiempo pasaban chupándose y haciendo sus cosas, de verdad tardaron tanto en darse cuenta que dos niños entraban juntos a un baño y tardaban mucho en salir? Bastante cuestionable todo, 3- Al grano, a nadie le interesa si te borraron lo que escribiste en watpad, mejor ese detalle mételo a la historia que buena falta le hace, 4- la lista del casi final es infumable, esas cosas que pusiste ahí bien contadas habrían dado para un relato completo. 5- un relato mal contado sea real o no terminará siendo un relato mediocre, y para ejemplos este.