Mis primeras relaciones
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi tio es dueño de un complejo turístico cerca de un rio que por esa época era muy vistado por mi familia, el negocio era bueno por temporadas, me gustaba jugar con mi primo Daniel que tiene mi misma edad, teníamos carácter diferente, a veces me tocaba el cuerpo en señal de alegría pero al pasar el tiempo esos toques los hacia en el orto o topeteaba mi guebo, una vez me llevó de la mano a los vestidores que se encontraban en un lugar discreto, al no haber gente nos metimos en un vestidor, se bajó el bikini me dijo que mirara su guebo parado haciéndose pajilla, me llamó la atención que su cabeza de guebo estaba totalmente descubierta.
Me quedé sorprendido cuando Daniel me bajó mi bikini, estábamos completamente desnudos, me dejé estirar de él mi guebo sentí sensaciones agradables parándose muy rápido, se pegó a mi, nos abrazamos, las manos de Daniel descendieron a mis nalgas haciéndome frotes mi primo tenia los ojos entreabiertos, labios estirados su aliento demostraba lujuria yo también lo abracé mire hacia abajo y vi nuestros guebos estirados topando nuestras piernas queriendolos unir, nos sentamos en el borde de cemento Daniel me dijo: Ignacio ven para acá, me hizo abrir las piernas, me inclinó contra la pared se acercó su y pegamos nuestros guebos que se rozaron mucho me dio la vuelta también con las piernas abiertas, su guebo actuaba sobre mi orto sentí placer pero la fiesta duró poco porque oímos gente nos quedamos calladitos él salió primero y yo salí minutos después.
Nos tumbamamos sobre el césped nos dejábamos mutuamente montar el guebo sobre el orto haciéndose una costumbre que estaba en secreto. Cuando teníamos la oportunidad de hacerlo simplemente me acostaba sobre el piso a la orden de Daniel que me decía: Ignacio acuéstate y bajate la pantaloneta le dejaba descubierto mi orto me montaba moviendo el guebo parado, me daba vuelta empujábamos los guebos hasta sentir el gusto por orinar.
Una noche en que celebrabamos la fiesta intima de quinceaños de mi prima todo era alegría Daniel y yo por ser los mas chicos nos dedicamos a jugar con los globos y hacer bolas rizadas de cerpentinas para quemarlas y lanzarlas con palos a las primas, me dice que en el balde de la camioneta de mi tio hay más cerpentinas y corrimos hacia el lugar apartado semioscuro del patio donde estaba la camioneta de carrocería de madera yo subi primero y cual es mi sorpresa que no había nada no tuve tiempo a reaccionar porque Daniel estaba con su pecho sobre mi espalda recuerdo claro lo que me dijo: Te voy a culiar Ignacio
Simplemente mi cara se posó sobre la madera del piso de la camioneta recién lavada, se montó encima mio moviéndose sobre mi orto, después regresé a ver hacia arriba a Daniel que se levantaba estaba parado con sus piernas abiertas y sus pies a los costados de mis rodillas y se estaba bajando la cremallera, desajustó su correa se bajó la ropa hasta la rodilla quedando al descubierto su guebo haciéndose pajilla, viré la cara apoyándola sobre la madera cerre los ojos luego al instante vi a mi primo levantarme un poquito diciéndome: Ignacio bájate el pantalón
Al quedar mi orto al descubierto ni corto ni perezoso pegó su guebo a mi espalda recorriéndola torpemente hacia mi orto estaba tan caliente mi primo que su respiración movia mi pelo lacio negro sentí la punta de su guebo queriendo entrar sentí un poco de molestia y le pedi que me dejara, pasaron segundos cuando escuchamos un golpe suave en la lata de la camioneta y un —ajajajá ya los vi— nos levantamos y como pudimos nos subimos los interiores y los pantalones, entre lo semioscuro del lugar vimos el rosto libidonoso sonriente de Cristian, un chico empleado que vivía con la familia de mi tio en un cuarto distante junto al cerramiento de la casa.
Daniel lo miró y agachó su cara, para mi el mundo se me venia debajo de tanta vergüenza, sentí angustia, desesperación pero de la sorpresa me quedé inmóvil, mi primo salió de prisa sin regresar a ver atrás, yo quise hacer lo mismo pero Cristian con su mirada me insinuaba que viera mi ropa desarreglada y que me la acomodara, algo me ayudó a arreglármela, pasó la mano por mi guebo dándome una estiradita, Cristian no dejaba de sonreir maliciosamente, me sostuvo de mis caderas para bajarme, me soba el orto pensé que me iba a dejar correr pero me sostuvo y lo que hizo fue pegarme contra la carrocería se bajó la ropa su guebote se movia sobre mi espalda me dijo que no dijera nada de esto porque lo que vio que hice con mi primo Daniel le iba a contar a mi papá y a mi tio, me quedé callado no me movi permitiendo que me lo hiciera, vio que mi primo y la gente no estaba cerca y rapidito me bajó la ropa se agachó un poquito poniendo su guebo a la altura de mi orto sentí una molestia mucho mayor cuando la cabeza del guebo me punteaba queriendome penetrar, Cristian se movia muy rápido haciendo que me pegue y me resbale parado a la carrocería dijo que era incómodo nos subimos la ropa me tenia abrazado por detrás que me punteba conduciéndome hasta su cuartito.
El lugar era pequeño, tenia una camita y un velador con un ropero pequeño de donde sacó una especie de pasta, me hizo desvestir y yo le decía que saliéramos porque nos podrían ver, no me decía nada, se desnudó pude ver con claridad su guebote estirado me amenazó nuevamente y me desvestí con temor, le pregunté qué me iba a hacer, que me dejara, sólo me dijo que íbamos a hacer el amor rico.
Me senté en su silla estiró mi guebo, estaba aguado por los nervios se tardó un ratito en ponerlo duro porque me lo estiraba con los dedos suyos. Apretaba mis labios mirando la escena, cerraba mis ojos de placer, abrió su boca y chupó mi guebo, mamó un rato, de repente undió el pellejo hacia abajo quedando a medias descubierto mi glande eso me dolió mucho a pesar de todo me mamó el guebo, sentía dolor y placer por la saliva que recorría mi tuco.
Me dijo: Ignacio acuéstate en la cama, lo hice con temor, abri mis piernas la lengua de Cristian pasaba por mi orto, el guebote recorre mi orto, al ratito botó semen que lo vi caer por un lado de la cama al suelo, se limpió con papel, siguió mamandome el guebo, me puso la crema en la cabeza de mi guebo , me dijo que me vistiera y con gestos me dijo que saliera corriendo del cuarto, di unos cuantos trancos y me senté en las escaleras, estaba pensativo por todo lo que me había pasado no podía dejar de tocarme el guebo lubricado con la crema que me puso, sentía placer.
Pasaron unos meses luego del invierno me volvi a encontrar con Cristian cuando jugábamos en la piscina, con un gesto me hizo salir de la piscina y me dijo que me esperaba a jugar por los vestidores, yo le dije que no porque iba a comer, al rato vi salir corriendo de los vestidores a Cristian con Daniel, me imaginé lo que estuvieron haciendo a solas.
Daniel se acercó a mi mesa estirándose el guebo se sentó abriendo sus piernas metiendo sus manos en el bikini diciéndome con su mirada que le mire lo que él se hacía, me gustaba ver la cabeza de su guebo brotar por el bikini.
Daniel y Cristian, fueron descubiertos casualmente por mi hermano por la ventana del cuarto de Cristian, según el comentario de mi hermano a mis padres dijo que Daniel estaba desnudo con el orto abierto y el guebo de Cristian penetrandolo, Al tiempo Cristian fue despedido.
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