MIS VACACIONES I – Mi iniciación y como me hicieron descubrir que me gusta la polla.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Putitox.
Ese año no me había ido bien en los estudios, tenia 18 añitos y estaba obligado a pasarme el verano estudiando para sacar adelante el curso en septiembre. El horizonte era bastante gris. Mi hermana y mi hermano se irían a veranear con sus amigos y las parejas de turno yo, el hermano pequeño me quedaría en Madrid aguantando el calor sofocante y estudiando el día entero bajo la vigilancia de mi padre.
Pero para mi sorpresa mis padres me dijeron que ellos no pensaban ni por un momento renunciar a sus vacaciones por mi culpa. Yo en ese momento me vi solo en casa con total libertad de movimientos para ir, venir, salir, invitar amigos a casa, etc. Pero entonces mi padre me comunicó que él había decidido que yo me tendría que ir con ellos al hotel que habían reservado en la playa, para asegurarse de que estudiaba y no me pasara el día en la calle con mis amigotes igual que había hecho el resto del año. Y también que me llevara los libros, que estudiaría en la habitación del hotel y que tan solo me daría permiso durante un rato por la mañana y otro por la tarde para ir a la playa o relajarme en la piscina del hotel. Puffff, vaya panorama me espera.
Llegó el día de irnos para el hotel, como a mi no me apetecía nada aquello que mi padre había planeado para mí no me preocupe de preparar nada, ni maleta, ni mi discman para escuchar música, nada. Solo cogí los libros porque mi padre me llevó hasta mi habitación y se quedó mirándome para asegurarse que los cogía. Nos metimos en el coche y nos fuimos.
Tras 8 horas de carretera llegamos a nuestro destino, mi padre me hizo cargar con la mayoría de nuestro equipaje mientras él y mi madre iban a la recepción. Cuando llegué haciendo equilibrismos con las maletas, el recepcionista ya les estaba dando las llaves de las habitaciones (al menos tendría una habitación para mi sola, pensé). Cuando mis padres se dieron la vuelta para ir hacia los ascensores, el recepcionista mi miró de arriba abajo como examinándome, me sentí un poco incómodo. Era un hombre alto y fuerte, como de 1,85metros de unos 30años, moreno de pelo y de piel, viviendo en aquella zona estaría acostumbrado a tomar el sol, también era bastante musculado, no se por qué un hombre como aquel tenia que mirarme de esa forma. Yo era un muchachito de 18 años, rubio, de 1,70 de altura, delgado, y como no suelo hacer ejercicio tenía menos musculatura que los chicos de mi edad.
Al llegar a la habitación, comprobé que como mi madre me había hecho la maleta, había metido lo que ella quiso, o sea, ropa que yo ya no me ponía porque no me gustaba o me quedaba pequeña, y como ella decía que aún estaba nueva pues tendría que ponérmela. Y encima encontré un solo bañador, era de hace un par de años cuando todavía no había dado el estirón, era de eso tipo slip, con el enfado de tener que ir al viaje no me di cuenta de que tenia que haber salido a comprarme uno nuevo, y ahora yo no tenía remedio.
Mi padre me dijo que por ser el primer día, podía ir con ellos a la playa toda la mañana, pero que tendría que volver antes para ducharme y quitarme la arena y la sal para comer los tres juntos y que luego ellos regresarían a la playa y yo me quedaría estudiando en mi habitación hasta que ellos regresaran, y bajáramos los tres a cenar.
Como el hotel estaba en primera línea de playa, me puse el bañador, una toalla alrededor de la cintura para que nadie me viera lo apretado que estaba y que casi no me cubría las nalgas enteras, y una camiseta y nos fuimos a la playa.
Mis padres se fueron a bañar. Yo no fui porque me daba vergüenza ponerme de pie y que todo el mundo pudiera verme con ese bañador, así que me quede debajo de la sombrilla tumbado en la toalla leyendo el periódico. Después del baño y un largo paseo de más de una hora mis padres regresaron, mi padre me pidió el periódico para leerlo y el sitio para estar a la sombra, me quede sin entretenimiento y encima tenía que estar al sol. Decidí regresar al hotel, aunque todavía quedaba más de 3horas para comer, por lo menos en la habitación podría ver la tele. Me levanté y dije que me iba y cuando fui a coger la toalla mi padre me dijo que luego me la llevaría él porque ellos la necesitaban para tomar el sol tumbados. Como ya había tomado la decisión ahora no me iba a volver atrás y menos delante de mí padre. Así me puse mi camiseta y me fui.
La camiseta también era algo vieja, aunque mi madre dijera que todavía me valía y estaba casi nueva. Me llevaba tan solo a mitad de mi culo, y por delante también dejaba ver que no había mucho que ver, todos los chicos de mi clase tenían más bulto que yo, por eso en lo vestuarios de gimnasia siempre procuraba taparme con algo y tener una pared enfrente para que nadie me viera por delante directamente.
Entré al hotel por la puesta que da a la piscina y me dirigí hacía los ascensores. Esperando que bajara el ascensor, vi reflejado en la puerta metálica, como una sombra se paraba detrás de mi, yo con toda le vergüenza de tener que ir por ahí con ese bañador no me atreví ni a darme la vuelta, solo pedía que el ascensor llegara ya. Debía ser un hombre más alto que yo, y más ancho porque su sombra reflejada cubría la mía. Entonces noté como se acercaba a mí, hasta el punto de notar en mi espalda el roce de su ropa y su respiración en la parte alta de mi cabeza. Me estaba empezando a poner nervioso, que mezclado con la vergüenza que ya traía yo hizo que me acalorara y un sofoco recorriera todo mi cuerpo, y de seguro mi cara se pondría roja, por suerte el extraño no podía vérmela. Entonces se abrieron las puertas del ascensor y entré rápidamente para separarme de aquel hombre. Entré hasta el fondo, me di la vuelta y pegué mi espalda contra la parte de atrás del ascensor, al levantar la vista vi que aquel hombre era el recepcionista que me había examinado con la mirada esa misma mañana.
Él entró y se quedó de pie en mitad del ascensor.
-Hola, tú eres el hijo de los Sánchez, ¿verdad? -Sí.-Contesté secamente mirando al suelo, porque ahora si que estaba avergonzado, no se porque aquel hombre me intimidaba, más aún recordando la mirada que me había echado por la mañana.
-Y… ¿qué tal?, de vacaciones con tus papis, ¿no?¿Papis? ¿De que iba este tío? ¿Por qué me hablaba como si fuera un crío? -Sí, de vacaciones.
-Tus padres deben estar muy contentos contigo, hoy los niños ya no quieren ir de vacaciones con sus padres. Además eres un chico muy obediente, he visto como ayudabas a tu padre con las maletas sin protestar ni quejarte.
-Yo no soy un niño, a finales de año voy a cumplir 19 años.- dije de forma rápida y firme dar más énfasis a lo que estaba diciendo – además, yo no quería venir.
El ascensor seguía sin moverse, el tío había entrado y no había pulsado ningún botón.
-Y ¿entonces por qué has venido? -Mi padre me obligó porque no me fue bien en los estudios este año -Jajaja, vaya castigo, obligarte a pasar diez días en la playa.
-¡No!, no es eso, mi padre me ha traído hasta aquí para tenerme vigilado y pretende que me pase el día estudiando en la habitación. – no se por qué pero había empezado a darle más explicaciones de las que yo quería darle, creo que así me desahogaba de la tortura de tener que esta allí.
-¿Estudiando? Claro igual que lo estas haciendo ahora -Es que hoy por ser el primer día me ha dejado que fuera a la playa, pero he preferido volver, no me gusta mucho la playa.
-O sea, que has vuelto tu solito sin obligación a ponerte a estudiar… -No! Jajaja- ya estaba mucho más relajado y empezaba a sentirme a gusto hablando con aquel hombre – he venido a ver un rato la tele en la habitación.
-Ahh! Ya entiendo, jajaja a ti te han dicho que en los hoteles hay canales de televisión más divertidos que otros sitios, ¿no es así? -¿Canales de televisión más divertidos? No entiendo eso – dije separándome de la pared para acercarme a pulsar el botón. Lo que él aprovecho para ponerse donde yo estaba.
-Si, más entretenidos, son para adultos, por eso no creo que tú los hayas visto antes.
-Que ya te he dicho que soy adulto – en ese momento las puertas se cerraron y empezamos a subir, yo me gire para volver a mi sitio y vi que ya no podía, él lo había ocupado, y encima estaba otra vez mirando de arriba abajo, pero esta vez yo llevaba menos ropa que la anterior y el maldito bañador que se me metía en la raja de mi culo.
Que vergüenza volví a pasar, tuve que darme la vuelta y ponerme mirando a la puerta para que no viera que me ponía colorado.
-Pues tengo una sorpresa para tiEncima el tío se andaba con jueguecitos, y ohhh! no había percatado que al darme la vuelta le estaba dejando verme todo el culo y mi bañador.
-¿Cómo que una sorpresa? -Sí, una sorpresa, ¿no te lo ha dicho tu padre? -¿Mi padre? – Ahora si que estaba confundido -Sí, esta mañana tu padre me ha dicho que cortáramos la señal de TV de tu habitación -¿¡Qué!? Pero no puede hacer eso, jo!, nunca me deja hacer lo que me gusta.
-Él lo hace por tu bien -¿Pero no comprende que no puede obligarme a hacer todo lo que el quiera? -¿y tú qué es lo que quieres hacer? -¿ahora? Pues yo ahora me gustaría ver la TV un rato tranquilo hasta la hora de comer.
-Pues eso tiene solución -¿tú puedes volver a conectar la TV de mi habitación? -No, yo no puedo hacer eso, pero te puedo invitar a mi habitación, además yo no tengo limitación de canales.
-¿Tú tienes habitación en el hotel? -Claro, en verano me vengo a vivir aquí porque hay mucho trabajo, en la última planta nos dejan usar habitaciones a los empleados del hotel, son en las que más calor hace.- y diciendo esto estiró el brazo y sin mover los pies pulsó el botón de la última planta, realmente era bastante más alto que yo.
-Pero es que casi no le conozco… -Me llamó Pedro y ¿tú? -Roberto, pero todos me llaman Rober -Bueno, pues ya nos conocemos, así te vienes a mi habitación y vemos a ver que ponen.
-Pero me gustaría pasar por mi habitación a ponerme unos pantalones.
-No hace falta, con el calor que hace yo ando todo el día en calzoncillos, y además llevas bañador.
-Ya pero….- no sabía como explicarle que llevar ese bañador me daba vergüenza -Pero así vas a estar más cómodo, además te queda muy bien, muy sexy.
Qué había querido decir con eso de sexy, que eso de que un hombre le diga a otro que está sexy, yo no sabia que hacer, irme a mi habitación a aburrirme, o irme con él a la suya, me sentía incomodo con él pero por otro lado, era un tipo agradable, y había conseguido que le contará cosas de mi padre que me habían hecho desahogarme un poco.
No me dio tiempo a tomar un decisión, las puertas del ascensor se abrieron y el me empujo con su cuerpo hacia fuera, me pegó todo su cuerpo en mi espalda, sentí sus músculos firmes, sus abdominales en mi espalda, y también su bulto por encima de mis nalgas, me dio la sensación que también estaba duro, pero no lo sabía bien, no sabia como se sentía el bulto duro otro tío, tan solo fue una sospecha.
-A la derecha y luego de frente,… ahora a la izquierda,….sigue – aquella planta era distinta a las demás, y todo parecía más sucio y gastado, parecía un laberinto y el me guiaba e iba todo el rato detrás de mí, seguramente mirando como se movía mi culo al andar, es lo que pensé – ya hemos llegado, aquí es.
Salimos del ascensor y nos dirigimos a su habitación. Yo en ese momento no lo sabía pero analizando la situación días después, me di cuenta de que ese macho era un experto en conseguir lo que quería y me manejó como una marioneta en sus manos. Al conseguir llevarme a su habitación el tío ya había conseguido andar gran parte del camino. Ya casi tenía lo que quería y con lo que yo disfrutaría como nunca antes había disfrutado, pero eso yo todavía no lo sabía.
Entramos en su habitación, no parecía la habitación de un hotel, más bien un apartamento de zona costera. Tenía un salón amplio, con una cocina americana en un lado, un ventanal amplio desde el que se veía la playa y la piscina del hotel, dos puertas a un lado del salón y en frente otra. Dos sofás, una mesa baja delante de ellos y enfrente una gran pantalla de televisión.
– Me voy a preparar una copa para relajarme de tanto trabajo, ves encendiendo la tele, ¿quieres un refresco? – (¿un refresco? Pero ¿por qué seguía tratándome como un niño pequeño?)
– No, mejor ponme lo mismo que tomes tú.
– Si no estás acostumbrado a beber alcohol lo mismo te sienta mal.
– Ya te he dicho que ya soy mayor, no pasa nada, lo aguantaré.
Trajo 2 whiskys con coca cola y los puso encima de la mesa baja. Se quita la camisa, ¡y vaya! se le marcaban todos los músculos, pectorales, abdominales, y estaba depilado. También se quitó los pantalones, en ese momento me sentí un poco incomodo porque no podía apartar la vista de su cuerpo, pero claro, yo era un machito y mi deber era admirar tías buenas, ¿Por qué esta mirando como se quitaba la ropa aquel tío que era más grande que yo, mayor que yo y tan musculoso? Él vio como le miraba, sonrió picadamente y me dijo:
-Ya te he dicho que en estas habitaciones hace mucho calor, a mi me gusta estar aquí en bóxer, quítate tu la camiseta y quédate en bañador, es mejor.
Su bóxer eran de esos sin costuras, muy ceñidos, se le pegaban a su cuerpo como una segunda piel, se le podía ver perfectamente su miembro y el contorno de sus bolas, su bulto era bastante mas grande que el mío, tenía unas piernas muy musculosas y también depiladas como el resto del cuerpo. Yo también me quite la camiseta para no parecer un crió aunque me daba mucha vergüenza dejar aún más a la vista mi bultito que comparado con el suyo parecía una copia a escala reducida. Nos sentamos en el sofá, bebimos unos tragos mientras él iba buscando canales con el mando de la tele. Mi bebida debía estar muy cargada, o a lo mejor era la falta de costumbre, pero empecé a tener un ligero mareo muy agradable. Entonces parece que él encontró el canal que quería.
En la pantalla aparecía un chica joven de rodillas delante de un hombre que le metía toda su polla en la boca, la muchacha tenía una mano alrededor de la cadera del tío y con la otra se agarraba a la base de la polla dejando los huevos peludos dentro de su mano. Ella movía la cabeza adelante y atrás y el tío también la embestía de tal manera que si ella no estuviese bien agarrada con las dos manos a su hombre se caería de espaldas.
Esa imagen fue muy fuerte para mi, lo más que yo había visto era alguna revista porno con los compañeros del instituto, pero ver una escena así en movimiento, ufff, hizo que mi pollita se pusiera más dura que nunca y encima con ese bañador tan pequeño y sin camiseta no tenia como esconder mi erección, solo espera que él no retira la vista de la pantalla.
– Jajaja, como se la traga, ¿eh? – comentó Pedro.
– Uff, la verdad es que sí – conteste lo más rápido que pude para que no se girara a verme.
Intentando que él no me viera le miré el bulto, se le estaba hinchando, se le notaba todo el contorno de su estaca, apuntaba hacia la derecha y hacia arriba y la punta casi le llegaba al elástico y ya estaba casi tan gorda como la de la peli. Y en la base podían adivinarse dos gordas bolas.
– Mira que cara pone la tía, como se nota que le gusta chupar, ¿a ti te la han chupado?
-…eh… ¿a mi?… pues…
– Si eres virgen, no pasa nada, es normal – me dijo mientras se giraba y me pilló mirándole el paquete.
Creo que él también vio el mío y se dio cuenta que tenia la pollita totalmente empalmada porque en sus labios se dibujo un gran sonrisa.
– Es que a mi no se me da muy bien ligar con tías, soy un poco tímido.
– Jajaja, tranquilo, no pasa nada. ¿Te gusta la escena de la peli?
– Viendo esto me he puesto muy caliente.
– Jajaja ya lo he visto-dijo señalando el bultito que se me hacía en al bañador-El tío tiene una buena polla, ¿eh?
– Joder que si tiene, no se como la tía se la puede tragar entera.
– Es cuestión de práctica, y claro, lo más importante, y es que a las putitas como ella les encanta comer pollas.
Entre lo que veía en la pantalla y la conversación me estaba poniendo más caliente de lo que lo había estado nunca.
– Pero aunque tenga mucha practica, tragarse esa polla no le tiene que ser nada fácil, el tío la tiene enorme, pero claro para estas pelis buscan actores que la tengan así.
– Jajaja, ¿enorme?, dices eso porque no has visto muchas pollas, es grandecita eso sí, pero no es para tanto.
– Claro que no he visto pollas, no soy gay, a mi no me gustan las pollas, pero conozco la mía y la de mis compañero de estudio que los veo en las duchas de la clase de gimnasia.
– ¿Y ninguno la tiene como el de la peli?
– Pues no, yo creo que los actores porno los buscan que la tengan así de grande, creo que lo normal es tenerla más pequeña.
En la pantalla apareció otro macho con la polla tiesa que empezó a restregarle su rabo por la cara de la muchachita que seguía con la boca llena de la polla de su primer macho.
– Pues mira, ese otro la tiene igual de grande, yo creo que un poco más, y veras como la tía también se la traga entera. Solo con mirarla a la cara se sabe que le encanta comer pollas.
– Claro que la tiene grande, también es actor – dije yo.
Entonces Pedro se levantó y se giró hacia mí, así que no me quedó otra que mirarle directamente al paquetón que se la marcaba en sus bóxer, esa visión me paralizó, no se por qué no podía despegar la mirada de aquel tremendo bulto, bajo la tela elástica se perfilaba un polla tan grande como las de la peli que estábamos viendo y dos huevos gordos y bastante firmes debajo.
– Yo creo que esas pollas no son tan grandes – y diciendo estoy se bajó los bóxer hasta las rodillas – si piensas que esas son grandes entonces pensaras que la mía también es grande, ¿no?
– Pues… – claro que me parecía grande, para mí aquel rabo que ahora estaba tieso y en 45grados era enorme, pero estaba paralizado, no sabía que decir, era la primera vez que veía una polla tan tiesa tan cerca de mí.
– Jejeje parece que te has quedado impresionado, vamos tío, contesta, ¿qué te parece mi polla?
– Pues… me parece… es una polla… la tienes tan grande como los tíos de la peli.
– Pero entonces, ¿crees que las pollas que se esta comiendo esa tía con tanto gusto son grandes o después de ver la mía ya piensas que son normales? – y se terminó de quitar el bóxer y se volvió a sentar en el sofá al lado mío.
– Creo que son grandes – dije volviendo a poner la mirada en la pantalla, aunque ver la polla de Pedro tan gorda y tiesa me estaba hipnotizando no me podía permitir a mí mismo seguir mirándola tan fijamente.
– ¿Son grandes? ¿Las que estás viendo ahora mismo o la que estabas viendo antes? – a la vez que decía esta se agarró la polla por la base y la empezó a mover como haciendo círculos en el aire.
– La tuya y la de ellos – dije yo.
– Eso lo dices porque has visto pocas pollas, ¿tú como la tienes? ¿Por qué no te quitas el bañadorcito ese que llevas?
– Estoy bien así – me daba mucha vergüenza quitarme el bañador y quedarme desnudo delante de un hombre que acababa de conocer y encima mi polla era mucho más pequeña que la suya.
– Tranquilo, no pasa nada, estamos entre hombres, es algo normal, es que con lo caliente que me ha puesto la peli yo voy a masturbarme y tú puedes hacer lo mismo pero con el bañador puesto te va a ser difícil – y empezó a menearse la polla delante de mí e incluso me pareció ver que giraba la cabeza para mirarme a mí en vez de la peli.
Yo necesitaba pensar, pero el no se callaba, no dejaba que pasáramos un solo minuto en silencio, luego me di cuenta que eso era parte de su estrategia y de su éxito, no dejarme pensar mucho.
– Vamos, quítate el bañador, ¿no me digas que te da vergüenza? ¿Nunca te has pajeado con tus amiguitos o tus compañeros de clase viendo revistas porno? – No, yo nunca me he pajeado… eh… delante de nadie, me da corte.
– Pero ¿por qué? Es algo natural, entre tíos es normal, yo en el instituto siempre me pajeaba con mis compañeros, no pasa nada.
No se por qué, pero el que aquel hombre tan musculoso, fuerte, seguro de sí mismo que a mis ojos era tan hombre, me dijera que pajearse delante de otros era normal me tranquilizaba.
– Venga chaval, a qué esperas, vamos a pajearnos que estoy muy caliente, mira como tengo la polla. – y se puso de pie.
– … – No podía hablar, solo mirarle aquel tronco de carne dura y tiesa, con sus venas, descapullada, brillante por el sudor, imponente, con ese par de bolas bien proporcionadas colgando como dos péndulos pesados.
– Venga ponte de pie y quítate ese bañador, si total casi no te tapa nada, ni por detrás ni por delante.
Me puse colorado, o sea que lo que yo pensaba era verdad, todo el rato en el ascensor y hasta que llegamos a la habitación me había estado mirando el culo. Me puse de pie como un autómata, sin despegar la vista de su herramienta, me fascinaba.
– Ven que te ayudo, que parece que te has quedado embobado, ¿no será que no aguantaste bien el whisky que te di? – y me atrajo hacia él rodeando mi cintura con uno de sus fuertes y músculos brazos. Casi pierdo el equilibrio de lo rápido que me acerco a él, me incline hacia delante para no caerme y sentí la punta de su polla dibujar una línea horizontal en mi espalda, justo por encima del elástico del bañador, una descarga eléctrica recorrió mi cuerpo y las piernas me empezaron a temblar a pesar del calor que hacia allí.
– Puedo quitármelo yo solo – pero ya era tarde, él había medito sus dedos por los laterales de mi bañadorcito y había tirado hacia abajo. Se agachó y lo llevó hasta mis tobillos. Yo levanté primero un pie y luego el otro para que me lo sacara. Luego lo tiró a un lado.
– Ves, así estaremos más cómodos – y al ponerse de pie me dio una nalgada con la mano abierta en el culo que me hizo dar un saltito hacia delante – venga date la vuelta.
– Es que… – puse mis dos manos delante tapándome mi bulto – yo no la tengo como tú.
– ¿Qué no la tienes empalmada? Venga si se te nota que estas tan caliente como yo.
– Es que la mía no es tan grande como la tuya, me da corte.
– Venga vamos a sentarnos que mira lo que están haciendo el la peli.
Ya se me había olvidado la peli. Habían puesto a la chica a cuatro patas y el que llego después le estaba dando de comer su pollón, y al que se la había estada mamando antes se la estaba metiendo desde atrás. La cámara se acercó y… ¡ohh! no se la estaba metiendo desde atrás, se la estaba metiendo por atrás. ¡La estaba enculando! Me giré para ver mejor la imagen, era primera vez que veía aquello, me agaché y me volví a sentar, la imagen de aquel rabo tan gordo entrando en el culito de la chica hizo que un placer nuevo naciera en mi estomago y se fuera contagiando al resto de mi cuerpo. ¿Cómo podía entrar aquella polla tan enorme en un agujerito tan pequeño? Y encima la tía movía sus caderas, ¡estaba disfrutando que se la metiesen por el culo!
– Parece que te gusta lo que ves – dijo Pedro.
– No sabía que a una tía se la podías meter también por ahí.
– Cuando alguien chupa pollas con el gusto y el vicio que ella lo hacia, también le gusta sentirlas por cualquier agujero. Con tal de sentir una polla les da igual por donde.
– Pero por ahí no tiene que ser fácil, es un agujero muy estrecho, y el tío tiene una buena polla.
– Dices eso porque no sabes lo que puede llegar a dilatar un culito tan rico como ese. Y además, no la tiene tan grande, créeme las ahí bastante más grandes.
– Ufff, lo que no se como puede gustarle a la tía, tiene que doler – el estaba ya meneándose la polla sin ningún pudor y girado hacía mí para que yo lo viera de cerca, y creo que estaba funcionando porque yo alternaba las imágenes de la enculada de la peli con su polla.
– Créeme, le gusta mucho, el ano puede recibir y también dar mucho placer, te lo aseguro. Será mejor que te pajees, mira como tienes la pollita, te tiene que doler y todo. ¿Te gusta hacerte pajas?
– Sí, de en vez en cuando, lo que pasa es que comparto cuarto con mi hermano y no tengo muchas oportunidades de estar solo.
– ¿Y en los baños del instituto? Yo me pajeaba un montón de veces allí, y con compañeros también, viendo revistas porno.
– Nooo, en el insistí, no, ¿y si me pillan? Yo también he visto revistas porno con mis compañeros, pero lo de la peli es la primera vez que lo veo.
– ¿No lo habías visto nunca? Pues lo mejor, a mi es lo que más me gusta, es lo que más placer da, al que da por culo y al que recibe.
Para hablar conmigo giraba su cuerpo hacia mí quedando la punta de su polla a escasos centímetro de mi muslo, y seguía pajeándose arriba y abajo, con ritmo pero no muy deprisa, el movimiento de su mano sobre su polla me estaba hipnotizando, como el péndulo de un reloj, cada vez que su mano subía o bajaba su polla parecía interminable hasta que llegaba la otro extremo. Y él disfrutaba viendo mi cara de bobo que se me estaba poniendo al ver su polla siendo pajeada por su mano.
– ¿Sabes lo que yo hacía con mis compañeros?
– …eh?… no… – parecía como si al hablar perdiera concentración en mi visión y algo dentro de mí no quería que eso pasara – ¿qué hacías?
– Nos pajeábamos unos a otros, es una gozada sentir otra mano que no es la tuya sobre tu polla. ¡Venga!, vamos a hacerlo – y sin darme tiempo agarró mi polla con su manaza, y empezó a meneármela.
Vaya comparación, su mano tardaba un rato en llegar de un extremo a otro de su tremendo rabo y sin embargo todo mi polla le cabía en la mano. Con esa mano podría haber agarrado dos o incluso tres pollas del grosor de la mía y en la suya la punta de sus dedos llegaban justo para tocarse. Cogió mi mano y se la lleva a su polla, uffff que sensación! Todo mi cuerpo empezó a temblar y tuve varios espasmos musculares en el abdomen y en los muslos. La tenía tan dura como una estaca, y la piel emanaba un calor tremendo. Con su mano sobre la mía, que la cubría en su totalidad, se empezó a masturbar, mmmm aquello era… no se como describirlo, los que hayan tenido una buena polla gorda entre sus manos sabrán lo que es. Podía notar todos sus músculos internos hinchados de tanta sangre.
Creo que hay mi cerebro y mi voluntad se desactivaron, porque en un momento él ya no tenia mi polla en su mano, pero yo tenia mis dos manos en la suya y aún así solo lograba cubrir un poco mas de la mitad de ese primer cipote que tocaban mis inocentes manos. Para eso yo me había recostado en el sofá y cabeza ya no miraba la tele, solo como mis manos subían y bajan por aquel tronco de carne. Él aprovecho para pasear su mano por mi espalda y llegar a mis nalgas para amasarlas, apretarlas, darles palmaditas, azotes y sobarlas bien.
No recuerdo como fue, si él puso su mano en mi nuca y empujó o yo voluntariamente al ver que no podía pajear todo su rabo con mis dos manos, me metí la cabeza, gorda, brillante y roja como un fresón maduro en mi boca. Él con su mano abarcaba por turnos mis nalgas, con toda su mano me agarraba una nalga, la sobaba, la apretaba con fuerza y la meneaba de tal forma que todo mi cuerpo notaba el movimiento y mi boca tragaba un poco más polla al moverse mi cabeza que estaba reposando sobre su musculoso muslo. Con una mano en mi cadera me empujó fuera del sofá para que me pusiera de rodillas entre sus fuertes piernas, tuve que sacar su estaca de mi boca pero en seguida me lancé con ambas manos a por ella para que no se me escapara y volví a meterme su capullo en la boca para mamarlo ahora en mejor posición. Quise comprobar cuanta polla me cabía en la boca, bajé una mano para jugar con sus pelotas, puse la otra en la base donde su rabo es aún más gordo y no pude cerrar la mano por completo y me dispuse a intentar llegar con mis labios hasta tocar mi mano pero… su capullo me hizo tope en la garganta cuando todavía quedaban varios centímetros de polla por entrarme.
– Mmmmm – mi macho gemía de gusto – ¿seguro que es la primera vez que lo haces?Con la boca llena de polla, afirmé moviendo la cabeza y levantando la vista para comprobar que él veía mi respuesta.
– Pues se te daaaaaa… muy bien. Mmmmm, siiiiiiiiiiiii
No podía hablar bien y todo era por lo que yo le hacia. Empecé a sacar y meter la su pollón de mi boca con más confianza sin poder evitar que hilos de saliva se formaran desde la punta de su nabo hasta la punta de mi lengua, y ríos de baba escurrieran por su tronco hasta sus huevos. Volví a engullir su capullo abrazándolo con mi lengua y haciendo círculos sobre él y mientras se lo mamaba mis dos manos subían y bajaban por su tronco pajeándolo.
– ¿Te gusta? – otra vez afirmé con la cabeza, a ver si conseguía de nuevo que se quedara sin habla. Esta vez aguanté más la mirada levantada para ver su reacción.
– Mmmmmmm siiiii, ya veo queeeee… te gustaaaaaa. Estas poniendo la misma cara que la chica de laaaaaa… peli.
Asíiii venga, mmmm que bien comes polla. Los días que estés aquí no te va a faltar una buena ración de polla.
Y es verdad, acaba de descubrir que llenarme la boca de polla me encantaba, y más aún aquel pedazo de rabo que calzaba mi macho. Sentirla tan dura, sintiendo en mi lengua y toda mi boca el calor que emanaba tanta carne, sentir como mi boca producía tanta saliva para poder mamar y mamar y comerme tanto rabo mmmmm, estaba disfrutando como nunca.
– Ven, ponte de pie – se puso de pie y yo me quede con la boca abierta deseosa de más polla para poder seguir mamando – súbete aquí en la mesita – me señalo la mesa baja que había delante de sofá, él se puso dándole la espalda al ventanal que daba a la playa.
Me subí a la mesa, y para que su cipote quedara a la altura de mi boca, tuve que ponerme a cuatro patas, como un perrito. Él se acercó hacia mí, al estar de pie, su polla se veía, totalmente empinada, en 45 grados hacia arriba, majestuosa, jugosa, tiesa, carnosa, brillante por mi saliva, deliciosa, yo empecé a relamerme de gusto por volver a sentir toda su virilidad llenándome la boca. Se puso delante de mí y… que mesa tan bien diseñada, mi boca y su pollón quedaban justo a la misma altura, listos para un ensamblaje perfecto, yo puse mis labios alrededor de su capullo y el fue avanzando hacia delante, haciéndonos disfrutar a los dos de cómo su polla se iba colando dentro de mi boca, resbalando por mis labios de tanta saliva.
– Come, come, ooohhh, siiiiii – me encantaba oír gemir a mi macho, sabía que lo estaba haciendo bien – vamos maricón, que yo vea lo mucho que te gusta tragar polla.
Mi respuesta era tragar y tragar más polla, masajear sus pelotas, pajear su tronco y como siempre levantar la vista para obtener su aprobación y ver su reacción a todo lo yo le hacia.
– Cuando te aburras de estudiar en tu habitación ya sabes lo que tienes que hacer, venir y yo te daré tu ración de rabo, ¿eh putita?
– Mmmmmmmm – no pensaba abrir la boca para hablar, solo la abría para que me entrará más trozo de carne, me gustaba tener su rabo llenándome la boca mientras le miró para que sepa que estoy atendiendo lo que me dice.
– Solo con verte aparecer por la recepción del hotel yo ya sabré lo que quieres, tu tranquila mi zorrita, que no va a ver día que te quedes sin tu ración de rabo de macho, te vas a hartar a comer polla estas vacaciones, te vas a ir de aquí hecha una experta mamona y adicta a las pollas, verás.
Mmmmmmm pero como podía ser tan caliente, además de estar dándome de mamar una polla jugosísima y deliciosa todavía el tío sabía como calentarme aún más, y es que cada palabra que me decía iba encaminada a ponerme más cachonda y encima cumplía su objetivo.
– Ahora no te muevas, que voy a por lubricante, que veras lo que vas a disfrutar mientras te doy por el culo – y se fue a rebuscar en un cajón.
– Pero…
– Pero nada, ¿tú has visto como comes polla? Lo haces con más vicio y con más ganas que la tía de la peli. Y cuando sientas esta polla – se giró se agarró su pollón y lo meneó para que yo lo viera – abriéndote y entrándote por el culo lo mismo hasta te corres de gusto.
– Es que a mí nunca… – Ya lo se putita, por eso es mejor que te lo hago yo, soy un experto en dar por el culo, a ti te va ha encantar y en cuanto encuentre el lubricante veras como te gusta sentir cada centímetro de mi polla resbalar dentro de tu ojete.
– Pero es que la tienes muy gorda… – Lo se, por eso estoy buscando el lubricante, pero veras como por ser gorda lo vas a disfrutar más, el ano dilata mucho y muy bien, veras como cuando la tengas toda dentro te va sorprender y no vas a querer otra cosa en todo el día.
– No se…
– Confía en tu macho, además cuando acostumbremos a tu culo a recibir polla, veras que luego te la tragaras entera por el culo y no te dolerá, lo que te puede pasar es que te corras de gusto solo con sentirla entrar, pero así mejor porque podrás concentrarte en todo el placer que te voy a dar enculándote. – buscaba y buscaba pero parecía que no encontraba nada – Te voy a dar todos los días para amoldar tu culo a mi polla y para adiestrarte, vas a ser una putita muy sumisa, lo supe cuando te vi entrar al hotel tan obediente llevando el equipaje de tus padres – se fue a la cocina y cogió algo y vino hasta donde yo estaba y se puso detrás de mí. Yo empecé a temblar y alcé la vista mirando por la ventana.
Dejó lo que llevaba en la mano encima de la mesa y vi que era mantequilla.
– Ahora ponte bien que te voy a dar por el culo y no tiembles, no te voy a hacer nada malo – y con un pegote de mantequilla empezó a embadurnarme el ano – ya te he dicho que a mi me gusta mucho encular y solo viendo como comes polla estoy seguro de que tu vas a disfrutar mucho poniendo el culo – en eso momento sentí como me introducía un dedo en mi ano y lo hacía girar presionando las paredes – mmmmm tienes un culito precioso, buenas nalgas – zas, me dio un azote con la mano abierta – y un hoyito virgen, estrechito y muy caliente que se acaba de tragar todo mi dedo, ¿lo sientes, eh zorrita? ¿A que no te ha dolido?
El anillo de carne de mi ano se intentaba cerrar pero no podía, era una sensación extraña, y la vez la yema de su dedo estaba unos 10cm más adentro acariciando mis paredes internas.
– Al ver tu culito con ese bañador mmmmmm se me puso dura en seguida – él no paraba de hablar, era parte de su plan, así a mí no me dejaba un momento para pensar – al verte esperando el ascensor y tu par de nalguitas tan bien puestas que tienes me dije que a ese culito le tenia que dar lo que se merecía – cuando su dedo entraba y salía sin problemas me metió otro, ahora eran dos los que me entraban y hacían la misma operación que antes – porque un culito como el tuyo debe recibir todo el placer que se le pueda dar, y tu deber es dárselo, no te puedes guardar un culito tan rico como el tuyo para ti solo, yo te voy a enseñar a poner el culo y dejar que te lo follen.
Giré un poco la cabeza para ver que pasaba en la peli, la tía seguía en la misma posición, pero ellos habían cambiado de lugar, ahora el que le había dado de mamar le estaba dando por el culo, y otro se estaba pajeando en la cara de ella y ella con la boca abierta esperaba que se la metiese para seguir comiendo polla (eso pensé yo hasta que el tío empezó a lanzar chorros de leche apuntando a su boca abierta). La tía recibía uno, dos, tres chorros de leche espesa en su boca, cuatro, cinco y hasta seis, con la boca abierta le enseño a su macho su corrida, este le metió el rabo todavía tieso y lo mojo en su propia leche y luego se lo restregó por la cara mientras ella se tragaba el resto de la corrida.
– ¿Ves como un buen culo dilata muy bien? Ya tienes tres dedos dentro y seguro que no te ha dolido, tienes un buen culo y tu mismo lo vas a ver cuando te este enculando con esta polla que tanto te gusta y sientas que es capaz de tragársela entera, vas a estar muy orgulloso de tu ojete, por ser capaz de tragarse más polla que tu boca y por darte más placer del que hayas imaginado, pero que puta que eres ya te esta gustando, mira como meneas el culito – era verdad, no se cuando pero yo ya estaba moviendo el culo en círculos para sentir como me entraban sus dedos.
Sus palabras, las imágenes que veía en la pantalla, sus dedos hurgando donde nunca antes había hurgado nadie, la posición en la que estaba, a 4 patas con el culito bien levantado, todo, todo eran factores que se sumaban para que yo me abandonara y me dejase hacer, y sí, me estaba gustando. Sentí como sus dedos salían de mí, sentí un vacío, tenía el culo abierto y el aire podía entrar en él, parecía que me faltaba algo. Entonces sentí como con su tremendo rabo embadurnado de mantequilla apoyaba la cabeza entre mis nalgas y empezó a pasearla de arriba a bajo. Cada vez que pasaba por mi hoyito, una descarga eléctrica recorría toda mi columna vertebral, parecía que su capullo se enganchaba con mi ojete abierto, parecía que iba a entrar pero continuaba su paseo arriba y a bajo. Yo estaba esperando el golpe final, que me la metiera, sentir su capullo avanzando dentro de mí, pero nada. Luego me volví a dar cuenta de que mi macho me estaba manejando como una marioneta, era un experto, estaba deseando darme bien dado por el culo, pero si hacía que yo se lo pidiese, se lo rogase, se convertiría en el dueño de mi culo y podría encularme cuando quisiera, donde quisiera y como quisiera.
– Ahora intenta relajarte y no te muevas – no se donde iba a ir, estaba claro que no me iba a mover – tienes el culo dilatado, lubricado y abierto, y mi polla también esta bien resbaladiza – y siguió pasándome la punta de su rabo entre mis nalgas – ¿notas lo dura que está?
– Sí, la tienes bien dura, ¿cuándo me la vas a meter?
– ¿Quieres que te la meta?
– Sí, no aguanto más
– Sabes que la tengo muy gorda ¿y si te duele?
– Tus dedos no me han dolido, métemela quiero sentirla y se me esta cerrado el culo
– Entonces ¿quieres que de por el culo?
– Sí, sí por favor, no puedo esperar más necesito que me des por el culo
– Entonces te voy a dar lo que te has ganado por ser una maricona tan sumisa y obediente – apoyó la punta de su cipote en mi ano y empezó a empujar – veras que bien te entra – su capullo era más gordo que sus tres dedos pero aún así resbalo dentro sin problemas – mmmmmmm yo tenia razón, cuando te vi la cara que ponías cuando estabas comiendo polla supe que te iba a entrar así de bien, las zorritas como tú con tal de sentir una buena polla os da igual por donde ¿a que sí?
– Sí, me da igual por donde, me gusta tu polla.
– A ti no te gusta mi polla, a ti te gusta la polla y si es tan gorda y dura como la mía te gusta más, ya me voy yo a encargar de adiéstrate y demostrártelo. Ya te ha entrado el capullo, ahora tienes que relajarte y disfrutar de cómo te desvirgo el culo haciendo resbalar todo mi rabo centímetro a centímetro dentro de tu culito. ¿Notas como te entra?
– Mmmmmmm – su polla se iba colando poco a poco dentro de mí y mi culo se la iba tragando.
– Contéstame putita, venga, o ¿es que ya no puedes hablar? Ahora no tienes una polla en boca y puedes contestarme.
– Siiiiiiiiií, laaaaaa… noto – Vaya, ahora la que no puede hablar eres tú, y eso que todavía no te ha entrado ni una tercera parte – ¡que! Yo sentía mi culo repleto de polla y ¡ni siquiera había llegado a la mitad! – pues cuando la tengas toda bien dentro y empiece a bombearte el culo, ¿qué va a pasar? – me la estaba metiendo muy despacio, así mi culo se acostumbraba al visitante y a mí me hacia desear con desesperación que me la calzase hasta el fondo de una vez – ya te ha entrado la mitad princesa, que ¿quieres que te la saque o…
– Noooo – ese no, me salió de lo más profundo de mi ser, el culo me estaba doliendo por lo gorda que tenía la polla, pero detrás del dolor había algo que me agradaba y prometía crecer hasta imponerse al dolor.
– O sea todavía no te has quedado muda. Trae una mano – me agarró una mano por la muñeca y me la llevó hasta atrás, puede notar como todavía quedaba por entrar la mitad de su rabo, la parte más gorda, me hubiese gustado verlo, porque con solo tocarlo mi poya que estaba totalmente relajada se empino al instante haciendo que mi ano se contrajera y le diese un apretón a su estaca.
Al poner la mano otra vez en la mesa para recuperar la posición de la enculada, se me resbaló por la mantequilla y mi codo fue a parar a la mesa, tuve que arquear la espalda y mi culito quedó totalmente expuesto para que mi macho siguiese con su tarea de desvirgarme por el culo.
– Mmmmm que bien, pero que zorrita estas hechas, quédate así que te va ha entrar mejor – y siguió empujando y su polla siguió resbalando lentamente abriéndome el hoyito – pero que buen culo tienes putita, que calentito esta y como me aprieta el cipote, cuando lo tengas acostumbrado a recibir polla veras como no hace falta metértela tan despacio.
Yo sentía mi culo lleno de carne, mi macho tenía el rabo tan duro y tieso que parecía que me estuviera metiendo una barra de hierro, estaba deseando que acabara ya, que hiciera tope, pero su polla seguía avanzando y daba bocanadas para respirar como si me faltara el aire.
– Es el mejor culito que me he follado nunca, puedes estar muy orgullosa, y encima virgen mmmmmmm te estás tragando mi polla como una campeona, ya queda muy poco tranquila – y paró de avanzar, yo iba a girar la cabeza para saber por qué y… zas de un golpe me ensartó la última cuarta parte de su pollón, la más gruesa.
– Aaaaaahhhhhgggggg, me duele – Lo se putita, relájate, era mejor así, tengo la polla muy gorda en la base y no te iba a entrar y yo no podía aguantarme las ganas de encularte con toda mi polla, y así tu culito va a tener el mejor estreno que le podíamos dar. Y ahora prepárate porque vas a empezar a disfrutar de verdad y vas a saber lo que es que un macho te de bien dado por el culo y vas a dar gracias por haber nacido con un culito tan rico y unas nalguitas tan bien puestas y firmes – y… zas, me dio una nalgada con la mano abierta que sirvió de pistoletazo de salida.
Empezó a sacarme la polla, y yo sentía como mi culo se vaciaba, era una sensación extraña, primero lo había tenido bien lleno con su rabo y ahora dejaba de sentir esa presión que parecía que me iba a reventar, y entonces volvía a metérmela entera. Empezó a hacerlo una y otra vez, y me di cuenta de que ya no sentía dolor y si un gran placer sintiendo mi culo bien ensartado por aquel pollon, o a lo mejor sentía tanto placer que no importaba el dolor.
– ¿Te gusta puta?
– Siiiiiiiií
– Sí ¿qué?
– Siiiiiiiií… meeeeee… aaaaa… me gusta
– Ves como yo tenía razón, sabía que te iba a gustar que te reventara el culo con mi polla, a todas las putitas como tu les gusta sentir a sus machos enculándolas, toma, mmmmmmm, ¡asiiiiií traga polla maricona! A mi también me esta gustando mucho darte por tu culo de puta, te estoy abriendo a pollazos y le estas dando mucho gusto a tu macho.
– Siiiiiiií… aaaaaahhh… siii… así… dame
– A partir de ahora tienes que confiar más en mí y hacer todo lo que yo te diga.
Entonces entre sus gritos, mis jadeos y el ruido de mis nalgas chocando contra su pelvis, puede oír la puerta de la habitación cerrarse.
– ¡Hey! Vaya fiesta tienes montada aquí – oí decir a un hombre detrás de mí – ¡noo! Ninguna fiesta, a la que estoy montando es a esta perra que me he encontrado – dijo mi macho mientras seguía fallándome
– Vaya que bien le entra, debe estar acostumbrada a poner el culo – al oír eso una sonrisa involuntaria se dibujo en mí rostro, mientras recibía las embestidas cada vez más fuertes de mi macho.
– Que va tío, ella no sabía que le gustan las pollas, pero yo nada más verla me he dado cuenta
– ¡Vaya! y tú te has ofrecido para demostrarle que en verdad si que le gusta recibir un buen rabo
– Claro, le estoy enseñando que es lo que le gusta, ¿crees que esta putita iba a estar mejor que ahora en su habitación estudiando como pretende su padre?
– Pues si la viera ahora su padre, menuda sorpresa verla a 4 patas encima de una mesa recibiendo polla por el culo – esa conversación como si yo no estuviera presente estaba haciendo que mi polla estuviese a punto de reventar, dándome latigazos en el abdomen por las embestidas que estaba recibiendo – Bueno ahora le estoy dando por el culo, pero antes la he puesto a comerme el rabo un buen rato, ¿a que sí putita?
– Siiiiiií, aaaaaaaahhhhhh…mmmmmmm
– Sí ¿qué?
– Siiií, aaa… he… estado… comiendo raaaaaaa… rabo
– Parece que la tienes muy bien enseñada
– Bueno, solo es el primer día, todavía la tengo que adiestrar
– ¿Y que tal es comiendo polla?
– Mmmmmm de lo mejorcito me ha comido el cipote con unas ganas y un vicio, no veas como se le nota que le gusta mamar polla – en verdad estaba empezando a sentirme orgullosa – pero, ¿por qué no pruebas a ver que tal y luego me cuentas?
¿Qué? ¿Mi macho estaba invitando a este otro tío a que me metiera la polla en la boca? Me tenia agarrado de las caderas y bien ensartado en su polla y era imposible moverme, pero no, yo no quería comerle la polla a ese tío, ni siquiera sabía quien era. Mi macho había sabido trabajarme, había sido amable conmigo y encima me estaba haciendo disfrutar de lo lindo. Pero ese tío no tenía ningún derecho.
– Vamos maricón, comete el rabo de mi colega veras como te gusta sentir como te petamos de rabo por la boca y por el culo a la vez, te vas a sentir toda una puta realizada – y su amigo que ya estaba desnudo se acerco a mi, puso su mano en mi nuca me hizo tragarme su cipote que no tenia nada que envidiar al de mi macho, parecían hechos con el mismo molde.
– Pedro dice que eres un buen mamón, venga que yo te vea como te comes mi polla. – yo ya tenia otra vez la boca llena de carne dura, su polla emanaba mucho calor dentro de mi boca, ahora tenia el miembro de dos hombres dentro de mi cuerpo y encima lo estaba disfrutando, me sentía bien, me sentía a gusto recibiendo las embestidas que me daban por el culo y por la boca, sincronizados, olas de placer empezaron a recorrer mi cuerpo desde mi ano abierto hasta mi boca llena. Sentía los pezones duros como piedras.
– ¿Qué pasa putita? – Dijo Pedro – a que te gusta, ya te he dicho que a partir de hoy tienes que hacer todo lo que yo te diga, yo se lo que os gusta a los mariquitas como tú, y ten por seguro que te lo voy a dar.
– Mmmmmm nadie diría que hoy es el primer día que chupas polla en tu vida, a juzgar la cara de gusto que pones estoy seguro que no va ha ser el último – ambos se rieron a la vez, pero a mi no me importaba, otra vez volvía a tener un buen rabo en la boca para deleitarme mamándolo -si te viera tu padre, espero que te estés aprendiendo bien la lección ¿eh?
Todo el placer que estaba recibiendo, las palabras que no paraban de llegar a mis oídos, darme cuenta de que tenia en la boca el rabo de hombre que ni siquiera sabía como se llamaba e imaginarme a mi padre sentado en el sofá contemplando lo zorrita que era su hijo… me corrí. Mi pollita no estaba tiesa del todo, pero aún así empezó a lanzar varios chorros de leche sobre la mesa. ¡Me había corrido sin ni siquiera tocarme! En mi corta experiencia haciéndome pajas jamás había imaginado que un tío pudiera correrse sin estimularse la polla.
– ¡Vaya, vaya! La putita se ha corrido
– Eso es porque le gusta lo que le estamos haciendo, porque la putita que lleva dentro es más fuerte que él y ha nacido para esto, para chupar pollas y ponerse a 4 patas para dejar que le den por el culo, ese es su deber – decía
Pedro mientras seguía clavándome su estaca hasta que sus huevos chocaba con la entrada de mi ojete, embistiéndome con fuerza, con virilidad, como todo un macho – y los días que este en este hotel va a cumplir con su deber muchas veces, ¿verdad que si putita? – yo asentí afirmativamente con la cabeza sin sacar aquel jugoso rabo que me entraba y salía de la boca con buen ritmo.
– Mmmmmmmmm, aaaaaaaah – Pedro cada vez gemía más fuerte – estate preparada princesa que te voy a llenar de leche – yo después de haberme corrido sentía con más intensidad como su polla arremetía una y otra vez en las profundidades de mi recto, abriéndolo, ensanchándolo, acostumbrándolo a recibir este tipo de visitas – siiiiiiiiiiiiiiií… aaaaaaahhh… ¡me estoy corriendo! – empecé a sentir los tiros de leche que disparaba su polla en lo más hondo de mi culo, en la última embestida, la más fuerte de todas, había conseguido enterrarme toda la longitud de su rabo bien dentro de mí. Me tenía bien clavado por mi culito, haciéndome sentir como su polla derramaba un río de espeso y caliente semen en mis entrañas.
– ¡Venga! Aaaaaahhhhhh, sssssssssiiiiii… Sigue chupando solo un poco más… mmmmmm… y tendrás tu premio, estoy a punto de correrme, aaaaaaahhh… mmmmmm – parece que el oír correrse a su a migo le había excitado en exceso porque su polla se puso todavía más dura y arremetía contra el cielo de mi boca, y en ese momento empezó a largar leche por el agujerito de su cabezota.
La boca se me llenaba más y más con cada trallazo de leche que escupía, al sentir el tercer chorro de semen yo ya tenía la boca llena de carne dura y leche caliente, no sabía que hacer, si seguía corriéndose me iba a inundar la boca de semen. Y cada vez que su polla escupía leche la cantidad era tan abundante como la vez anterior.
– ¡Traga putita! Traga, es leche de macho y te la has ganado, es tuya, trágatela, veras como te va a gustar su sabor, hazme caso que sabes que tengo razón, cuando te des cuenta de lo mucho que te gusta te vas a volver una adicta al semen – y con sus palabras de ánimo empecé a tragarme la leche de aquel macho, no sin dificultad porque seguía teniendo su cipote en mi boca y él seguía lanzando leche espesa el fondo de mi garganta.
Bueno amigos, aquí terminó la segunda parte de mí fantasía, creo que me he alargado bastante más que en mí primer relato. Espero que les guste mucho, y qué no sean muchos los que no puedan llegar al final sin hacer una pausa. Todavía queda más que contar, y como dije en mi primer relato, estoy en deuda con esta página por hacerme pasar muy buenos momentos y por hacer volar mi imaginación.
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