Mis vecinos me chantajean
Después de que mi vecino le contará a otro, me sorprenden .
Aquel fin de semana marchaba como cualquier otro… Era casi fin de curso por lo que yo tenía tareas y tareas por hacer, era sábado y yo me limitaba a estar acostado escribiendo y escribiendo… Mi cuerpesito de niño de 15 añitos, bajito, rellenito y blanquito, con las nalgas parecidas a las de mi hermana (me lo decían mucho) … Mi familia al verme tan concentrado, tuvieron que dejarme en lo mío, mientras ellos salían a con sus compadres. No sin antes decirme que me portara bien.
Mis hermanas al ser ya mayores, no pasaban tanto tiempo en la casa.
Al ver que mis padres se preparaban para irse mi cerebro empezó a imaginar todo un plan para volver a ver a mi vecino Adrián… Mi macho, mi dueño…
Después de despedirse mis padres, dejé la tarea de lado y me diriji al teléfono, mientras poco a poco me quitaba la ropa (solo mi short y camisa) mientras me miraba en el espejo el culo que se me notaba cada vez más de nena.
+¿Bueno?
-Bueno ¿que pasa Adrián?
+Hola putita ¿que hace la nena que tanta leche me ha sacado?
(Me sonrojaba cada vez que me hablaba así).
-Estoy en casa… Y hace mucho que no me visitas…
+Si no te visito es porque no disimulas nada que te gusta la verga, no quiero que empiecen los chismes; mi mamá ha empezado a sospechar de porque te quedas tanto en casa…
*Lo interrumpí:
-Pero estoy solo…
+¿sola? ¿Cuanto tiempo?
-Mmm, de aquí hasta mañana al parecer.
+Vale mi putito, me convenciste, además te debo una, por contarle a Gabriel…
-Me lo debes!!
+Voy saliendo para allá, tu metete a duchar y deja la puerta abierta.
Me encamine hacia el baño así sin nada.
Empecé a recorrerme todo mi cuerpo con mis manitas, parando el culito, simulando que estaba bailandole a Adrián y porque no… A Gabriel, el cómplice de nuestro secreto… Lubrique uno de mis dedos y lo fui empujando. Abrí la regadera y me fui empapando, y empujando mi culito hacia el dedo, cada vez me gustaba más, pero no había comparación con Adrián y ni siquiera con Gabriel… Hasta que escuche la puerta de la entrada, era mi dueño, mi vecino, mi amigo de pene adictivo…
Salí en toalla, aun goteando, lo vi sentado en el sillón de la sala, a lo lejos… Me acerqué…
+Te tengo una sorpresa putita, pero únicamente te la daré si a cambio haces algo por mi…
-Sabes que todo lo que pides te lo cumplo…
+Quiero que te vistas con ropa de tus hermanas, que te disfraces de putita, a cambio te daré una sorpresa que querras repetir…
-Esta bien, pero no me sé vestir…
+Solo trata de ponerte la ropa mas sexy que ellas tengan. Cuando estés lista me gritas.
En verdad ya me había intentado vestir con la ropita de mi hermana de 20… A mi parecer todo se me veía muy bien, solo que a veces no me quedaban sus faldas… Pero hubo una que si, la de su colegio; la muy puta la había echo tan pequeña que incluso a mi se me salían las nalgas por debajo… Me coloqué esa faldita de cuadros tipo colegiala… Y una panti tipo cachetero … en mi culo parecía una tanguita. Me coloque un bra blanco también, pero de mi otra hermana, poco a poco me iba transformando en una putita… Me puse las calcetas mientras estiraba hacia arriba lo más que se pudiera… Cuando descubrí una especie de liguero blanco también… Me lo intenté poner con dificultad hasta que al fin entendí como se usaba.
Me mire al espejo tan putito ya transformado en una putita, mi cuerpo parecía el de una nenita, solo me faltaba la peluca y el maquillaje…
-¡Adrián ven!
Cuál fue mi sorpresa que entraba Adrián por la puerta pero no solo… Atrás de él estaba Gabriel, el mismo chico que sabia mi secreto, el mismo que quería tanto follarse a mi hermana y yo era su premio de consolación…
G- Pero mira que putito te ves Josue… Ese culo que te cargas será mio…
Gabriel me cargo con sus grandes brazos… Yo lo abracé con mis piernas y el me sostenía de las nalgas, mientras que mi vecino miraba sentado en un sillón individual con un bulto entre las piernas.
Yo estaba en el cielo mientras Gabriel me cargaba, me daba nalgadas y me mordía mi cuello… Hasta que porfin me bajó y me dijo que me pusiera de rodillas… Yo babeaba por tener su grande pene dentro mío otra vez.
Gabriel se fue bajando su bermuda, le ayude mientras mi mirada se quedaba fija en su bóxer… Tan gruesa y dura se notaba… De reojo vi a Adrián que ya tenía afuera esa pinga que tanto me gusta, estaba disfrutando el show… Baje el bóxer de mi segunda verga favorita, saltando automáticamente y golpeando mi mejilla al tiempo que me embarraba algo de líquido en mi carita…
+¡Mamasela putita!
Hipnotizado por ese trozo de carne tan grande y jugoso, comencé a mover mi mano, mastubandolo… Pasé la lengua por sus bolas hasta llegar al glande…
G-¡así putita! ¡Que culo se te ve mi amor!
+ Para el culo putita, luce bien esa ropita,
Adrián se incorporó del sillón dejándole el lugar a Gabriel, el cual me estiraba del cabello para que lo siguiera,…
Adrián se puso detrás mío mientras yo saciaba mis antojos de verga, me empezó a dar nalgadas y me acomodaba la tanga de lado… Empezó a escupir en mi culito, mientras sentía como metía un dedo…
Estaba en el cielo de los putitos… A merced de mis dos amos, uno frente a mi en el sillón con su verga en mi boca y la mirada en blanco, el otro metiendo sus dedos y dándome nalgadas que me sacaban gemidos.
+Si que tus hermanas son putas Josue, pero aún así no te superan…
-¡Damela toda ya por favor!
+A partir de hoy nos vas a dar ese culo cuando te lo pidamos… ¿Entendido?
-¡si papi pero ya damelaaaa!
+ Te queremos siempre vestida de putita así como hoy…
Mientras Adrián decia ésto, Gabriel me daba cachetadas con su verga mojada en la cara (con eso me volvía loca)… Sentí la gruesa verga de Adrián empujando hacia adentro de mi culito… Me agache un poco mas y levante las nalgas (sus nalgas)… De una embestida estaba toda dentro, aunque aún dolía un poco…
Me retorsi un poco y apreté la almohada del sillón… Mientras Gabriel me controlaba sujetandome de mi cabello y se incorporaba un poco para ver como me culeaban.
Durante 10 min me tuvieron así, yo seguía en el cielo, recibiendo y recibiendo, por la boca y por el culo, me excitaba tanto escucharlos gemir como machos, me encantaba que me trataban de puta y de zorrita.
Sentí las embestidas cada vez más fuertes. Ambos estaban durisimos, me tenían a su merced y yo feliz de entregarme a ellos. Sentí como Adrián me agarraba más fuerte de los ligueros y la falda, como me embestía cada vez más intenso y veía a Gabriel con los ojos en blanco… Adrián soltó un gruñido de macho y sentí todo aquel líquido adictivo en mi interior; aún así me seguía empujando su miembro dentro mío… Gabriel se limitó a ponerse de pie:
G: ¡lameme las bolas putita!
Dejó caer toda su leche en mi espalda y procedí a succionar cada gota de su leche.
Continuará…
comos igue