Morbosos Pt2
violación incestuosa.
Curiosamente transcurrido una semana Samuel, nuestro hermano mayor no me volvió asaltar en la noche ni insinuó nada, tampoco hice nada con Manuel ya que como en el día andábamos jugando en la calle o haciendo otras cosas simplemente no había momento para morbo, pero ese descanso acabo un día lluvioso los tres aburridos en casa no sabíamos que hacer.
—¿y si vemos una película? —, propone Samuel.
—ay, no que fastidio—, dice Manuel.
—creí que ya había regresado el VHS—.
—¿no, ni la que tiene escondida papá? —, dice Samuel con la cinta en mano.
Manuel y yo como escaneadora miramos rápidamente la caratula al ver diversas imágenes eróticas a la vez que nos reíamos con cierta vergüenza. Una vez puesta la película apenas al iniciar la escena mi gemelo y yo nos quedamos pegado a la pantalla simplemente no podíamos dejar de ver como se devoraba la verga, la los tres se nos notaba nuestra carpa sobre todo a Samuel.
—saben que, yo no me aguanto—, Samuel se saca su verga erecta se la empuña, —¿a ver como la tienen ustedes? —. Así que también mostramos nuestras pequeñas pijas que obviamente que a pesar de ser pequeñas estaban más que duras y continuamos viendo el video, en ese instante fue que Manuel y yo oficialmente aprendimos a masturbarnos. Lo que no comprendíamos era el por qué Samuel se detenía al punto que incluso al punto que su verga se achicaba, pero apenas al tocaba se ponía al cien.
—¿a ver cómo están? —, Samuel que estaba en el medio nos acaricia la verga por ende también hicimos lo mismo.
—que grueso—, decíamos los dos mientras disfrutábamos el mutuo toqueteo que era mucho más placentero que hacerlo nosotros mismos. Poco después yo era el único que tenía empuñada la verga de Samuel masturbándolo lentamente casi como si le estuviera masajeando.
—¿me la mamas? —, le pregunta a Manuel.
—¿¡que!, por qué yo? —, responde Manuel algo sorprendido acompañado con la típica risita.
—ay no te hagas, sé muy bien lo que hacen ustedes. ¿y tú que me dices me la mamas? —, en esa desvía la mirada hacia la pantalla y miro a la mujer chupándose una verga mucho más grande que la de Samuel a la vez que la penetraban. Al no dar una respuesta sentí como Samuel con su mano en mi hombro me jalaba hacia su parte baja y yo miraba como su negra verga ligeramente lubricada me apuntaba a la cara, —anda, abre la boca—. Inerte dejo que use mi boca —uf…, si…, que bien la mamas—. Movía mi cabeza de arriba abajo dando ligeras chupadas, mamarle la verga no era algo que realmente quisiera hacer en ese momento ya que tanto como el aroma como el sabor preseminal fuera algo que disfrutara, pero las reacciones de Samuel y mi propia calentura le restaba importancia lo que me llevara a la boca en con tal de satisfacer mi lívido.
—Tómatelo—, expresa Samuel. Esta vez ya estaba al tanto de lo que sucedería y apenas siento el primer chorro me lo trago enseguida, no quería volver a saborearme eso.
—si… así es como se hace—, decía Samuel mientras eyaculaba, —eres toda una perrita, creo que le ganarías a cualquiera a las putas del liceo—.
—yo no lo veo difícil, solo es chupar y ya. Simplemente lo hago como me gustaría que me lo hicieran—, respondí mientras me limpiaba.
Luego como Manuel no le chupo la verga a Samuel lo puse a mamármela a mi algo que disfruté con cierta vergüenza hasta que acabó el video y a diferencia de Samuel, Manuel y yo teníamos que esperar que se nos bajara la verga por el hacho que aún no eyaculábamos.
Y con el pasar de los días ya había total confianza con Samuel, al punto que se estaba volviendo vicioso a que le mamaran la verga y ya no era solo yo, sino que Manuel ya había agarrado práctica convirtiéndonos en sus mamadores personales, sobre todo en las noches. A veces Manuel y yo nos cuestionábamos el motivo de que nos usaran tanto porque a diferencias de nosotros dos Samuel tenía novia porque de nosotros de tener novia no fuéramos caído en esto o esas amigas que se prestan para todo, definitivamente con una de esas ni se nos fuera pasado por la mente en hacer lo que ya hacemos. Manuel y yo no sentíamos ningún tipo de vergüenza hacia nosotros si algo estábamos solos y se nos ocurría algo lo hacíamos, incluso en medio de nuestro juego nocturno comenzamos a besarnos como “practica” ya que en la escuela llegamos a escuchar algo sobre el tema y me daba curiosidad el hecho que las parejas se metían las lenguas mutuamente y era algo más que confirmado cuando vimos porno así que para probar lo hice con Manuel, era algo raro y como siempre nos reíamos como idiotas, la primeras veces era como duelo entre lenguas no había ningún tipo de coordinación, pero con el pasar del tiempo entre escucha, películas y evidentemente practica se podría decir que ya sabíamos cómo dar un buen beso y en el caso con Samuel era distinto ya que solo se aprovechó de la situación para usarnos como su tragaleche.
Un año después seguíamos siendo los mismos, pero con más deseo de tener una novia para devorar, las ganas de enterrar la pija crecían y por ello Manuel y yo nos a veces “cogíamos”, que en realidad no llegábamos a tal punto por el tamaño de nuestra pija, era como tocarse el culo con el dedo. El principal culpable de todo esto fue Samuel en una de su desventura con nosotros al despertarnos con su verga en medio de nuestras nalgas con una eventual punzada por el culo mas no llegaba ni a penetrar un milímetro y con ello Manuel y yo lo empezamos a hacer, aunque la sensación era muy distinta me agradaba más como se sentía la de Samuel, las caricias ahí atrás se sentían bien, pero llegar a más daba cosa probé meterme el dedo, pero daba cosa, meterla verga por dónde defecas. Y con el pasar los meses la curiosidad aumenta ya que le había agarrado cierto gustito a meterme el dedo porque al ver esas mujeres ser penetradas por algún objeto o siendo cogidas analmente me hacía preguntarme con Manuel que tan bien se sentiría.
Un día Samuel nos escuchó: —¿quieren probar enserio?, yo ya lo he hecho —.
—¿Qué, ya te lo metieron? —, Manuel y yo casi al unísono.
—tontos, que ya se le he hecho a alguien más—.
—mujer, hombre…—.
—tengo novia, saben—.
—¿y fue con ella? —.
—no precisamente, pero me enseño muchas cosas—.
Ya en el cuarto nos hiso que le mamáramos la verga, luego me hicieron apoyarme en la cama mientras se unta aceite en la verga, me hecha un poquito en el ojete y comienza a pasármelo por la raja dándome algo de cosquilla cuando rozaba el culo: —se supone que debería usar condón, pero no creo que haya problemas con una sola vez, vamos aflójate—. Apenas relaje gradualmente siento como iba abriéndose paso. Me sentía ultra nervioso tenía la respiración irregular, sentía como todo el cuerpo me temblaba y mi mente solo estaba enfocada en la verga de mi hermano punzándome el culo, pero luego me volteo rápidamente sobándome el culo: —¡ay…, ya no… eso duele…! —.
—solo al principio—, dice Samuel casi riéndose, —ven ponte—.
—no… Ya no quiero—, ese dolor agudo que sentí me asustó.
—ay no seas cobarde—, Samuel me toma dl brazo y me pone en cuatro, —vamos, relájate—, a la vez que me da cuatro palmadas. De manera inevitable sentía imposible relajar el culo, —si no te relajas te va a doler más—, se le notaba más impaciente sobre todo en como su verga me punzaba y en cómo se había apoyado en mí, al principio tenía una mano sobre mi cadera, pero ahora tenía su mano sobre mi hombro.
—ya va, espera—, le digo con mi voz temblorosa.
Respiro un poco y apenas aflojo sentí su verga como un cuchillo por el culo. Al mismo tiempo en el que iba a gritar de dolor Samuel me entierra la cara contra la almohada.
—¡ay…, sácalo, sácalo! —, gritaba entre llanto.
Al principio trate de zafarme, pero Samuel era mucho más fuerte, no podía hacer nada solo pedirle que se quitara mientras continuaba llorando, pero este no se movía.
—oh…, esto es de lo mejor, siento que me va a aplastar la verga—, decía Samuel.
Entretanto yo continuaba llorando sintiendo su verga como un mojón atravesado que no quiere terminar de salir. El desgraciado de Samuel ya me tenía completamente a su merced estirado en la cama con las piernas ligeramente abiertas y comienza a dar ligeros movimientos que con el pasar de los segundos iba aumentando el movimiento hasta llegar al mete y saca.
En un punto ya yo estaba ido, me sentía sin fuerzas, al no ver salida simplemente me dejé ni siquiera Manuel intento ayudarme en vez de eso se acomodó frente de mi para que le mamara la verga y me tuvieron en ese estado por un buen rato para cuando por fin termino Samuel me había rellenado el culo dos veces.
—mira como chorrea—, le dice a Manuel mientras me limpiaba.
—¿y se le quedará así abierto? —.
—obvio que no—, le responde Samuel, —¿estás bien? —, me pregunta a mí.
Pero yo no tenía ganas de responder, no tenía ganas de nada. Luego de que haberse bañado me pide que también lo haga, aunque me sentía de igual manera a tal punto que ambos me llevaron hasta el baño y Manuel me comenzó a bañar entre tanto yo estaba allí apoyado en la pared como un muerto viviente, Manuel trataba de hablar conmigo, pero no me interesaba dado que éramos hermanos su morbosidad se abrió paso sin importarle como me sentía y se aprovechó de mí explorando mi culo con sus dedos en incluso me le acomodé para que me cogiera aunque su pija pasaba como si nada, había más estimulo con sus dedos. Ya sequito y en ropa interior me deja en la cama mientras mi mente procesaba todo lo sucedido hasta quedarme dormido.
Que buena historia, más hermanitos morbosos