Morenoso.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ariez96.
Salimos juntos y fuimos a un restaurante de la zona y el amigo pidió un par de chelas y brindamos por esta amistad q comenzaba. Hugo es su nombre, de 1.70, como 90kg, moreno, de rostro muy masculino pero no bonito, 52 años, mecánico de vacaciones, ese fin de semana estaba solo pues su familia había viajado al sur. El par de chelas llevó a otro par y a dos platos de rico cebiche, conversamos mucho y en determinado momento me preguntó si me atraían los traseros masculinos y sonrió, yo también sonreí y le dije -lo dices por lo q viste en mi pantalla? jeje, pues si, jeje, me gustaría probar como es comerse un hombre, hace tiempo tengo esa fantasía- le mentí pues no quize asustarlo. El me miró fijo y me dijo -pues me gustaría cumplir tu fantasía, ya te imaginas la fantasía q tengo yo pero nunca había encontrado alguien serio y q me guste-. Me dijo para ir a su casa y acepté, pagamos la cuenta a medias y salimos.
Primero busqué una farmacia para buscar preservativo y lubricante y luego caminamos como 7 cuadras y llegamos a su casa en el centro en una zona tranquila.La verdad yo me sentía nervioso pero también excitado, el amigo me gustaba, me atraía su cuerpo grueso, sus grandes nalgas. El sacó una chela de su refrigeradora y un par de vasos, la bebimos y me tranquilizé, pero luego le pedí el baño, y cuando estaba en plena micción él se paró a mi lado bajó su bragueta e hizo lo mismo. Terminamos y quedamos mudos, yo volteé hacia él y así con los pájaros al aire lo abrazé y besé su cuello, él me miró fijo y buscó mi boca y me besó, nuestros alientos a cerveza y sus labios gruesos me excitaron, nuestras vergas ya erectas se besaban también, jeje. Buen rato estuvimos así disfrutando nuestras bocas, luego fuimos a una habitación y nos desnudamos. Mi cuerpo de piel clara, definido, con vello de la cintura hacia abajo contrastaba con el suyo moreno de verga negra, gordo, velludo. El me abrazo y caí encima de él sobre la cama, besándonos mucho, otra vez nuestras vergas frotándose enmeladas. Su cuerpo estaba muy caliente y él me acariciaba mucho, mucho.Ya muy excitado besé y acaricié todo de él, lamí sus tetillas haciéndolo suspirar, besé su barriga, sus muslos, sus pies calientes, sus testes grandes, colgantes y peludos, su verga negra, por varios minutos así lo adoré, luego él se incorporó y empezó a devolverme cada beso y caricia q le hice, pero me sorprendió besando y lamiendo mucho mis pies, me chupo cada dedo de los pies y los frotó en su rostro de barba crecida, para el final dejó mi grueso pene q besó, lamió y chupo a su antojo mientras yo acariciaba extasiado su cabello ensortijado, mi verga era fierro y la sentía latir en su boca.
Deseando más le dije -ponte en cuatro al borde de la cama- y me ubiqué detrás de él y casi en cuclillas le besé sus grandes nalgas peludas mientras acariciaba las plantas de sus pies y sus muslos, luego le abrí las nalgas y observé su ano peludo y oscuro, al primer beso allí él gimió fuerte y su cuerpo tembló, después al lamerlo y saborearlo se desesperó y gritaba -q ricooooo!!!- yo felíz de darle placer me esmeraba más en llegar al centro de su esfínter y lamerlo y lamerlo, su sabor era delicioso y él gozaba y gozaba. Después llevé allí mi pene erecto y sin penetrarlo aún lo froté allí, uffff q rico sentir sus nalgas en contacto con mi verga, sentir su calor y enmelar su raja con mi abundante presemen, luego presioné mi verga contra su nalga izquierda y dirigí mi dedo medio a su ano en suaves círculos, él gemía. -Te penetro?- le pregunte bajito encimado sobre su espalda y me respondió -si papi, si por favor-. Saqué preservativo y lubricantes del bolsillo de mi pantalón y, mientras ubicaba mi muslo entre sus nalgas para no perder contacto con su cuerpo, me coloqué el preservativo, abrí un sobre de lubricante y abundante le eché en su ano y mi verga.
Ahora si me cuadré bien tras de él y suave empujé mi cabezón a su huequito mientras mis manos se regodeaban acariciando sus nalgas peludas, suave fui penetrando, él muy quieto solo repetía – q rico papi!-. Sentir su ano abrazando mi verga gruesa era lo máximo, poco a poco atraje sus nalgas mas hacia mi pubis y fui penetrándolo poco a poco hasta q mis pendejos púbicos tocaron sus nalgas. -Ahora muévete tú- le dije, y él muy suave se movía a su antojo gimiendo suave, poco a poco sus movimientos fueron mas impelentes y eso me hacía gozar mucho, mi placer es siempre dar placer y lo estaba logrando, nuestros cuerpos sudaban, y mi sudor goteaba a su espalda. Al rato sus movimientos ya eran mas seguros y ordeñaba a su gusto mi verga, de verdad era el cielo tener así empalado a este oso moreno y ser dueño de sus nalgas poderosas, de pronto su cuerpo tembló fuerte y gritó -me vengo!!!- me agarré fuerte a sus nalgas y me dejé llevar por sus movimientos espasmódicos q al rato me hicieron venir a mi en un orgasmo celestial sintiendo su ano, al eyacular él, latir fuerte en mi verga y eyaculé y eyaculé y eyaculé. Menos mal q él, previsor, había colocado una toalla bajo su cuerpo pues su vaceada fué poderosa y mojó mucho. Terminé pero no saqué mi verga de su culo, él poco a poco se incorporó y entonces asi lo abrazé fuerte, besé su nuca, acaricié su pecho, lo sentí mío, era mío. -Creo la realidad superó a la fantasía- me dijo cariñoso. De hecho q si amigos!
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