necesito recordarlo
Los recuerdos de mi niñes son los que más atesoro, quisiera tener el poder de regresar el tiempo y aprovecharlos al máximo, estar nuevamente con mi viejo..
Recuerdo que cuando tenía 3 años mi madre murió atropellada por un conductor ebrio, me decían que solía tener pesadillas terribles, así que mi papá me dejó dormí en su cama, me sentí seguro cuando me abrazaba entre esos brazos peludos que envolvían.
Los recuerdos de mi niñes empiezan aproximadamente antes de los 5 años, recuerdo principalmente a papá, es del norte del país trigueño oscuro, tiene pelo negro por todo el cuerpo, unos hermosos ojos cafés claros, que podía derretirte el corazón o asustarte muchísimo; es alto de 1,93 m y en ese entonces pesaba alrededor de 113 kg, aunque tenía un poco de barriga era todo músculo, iba al gimnasio tres veces por semana después del trabajo y me llevaba los fines de semana para mantenerme en forma, aunque me gustaba más usar la piscina en el club al que pertenecía. Lo amaba con todo mi corazón y sólo quería hacerlo feliz.
Los abuelos por parte de papá vivían a la vuelta de la esquina de nuestra casa, así que después del jardín ellos me llevaban a casa y papá venía después del trabajo o del gimnasio, solíamos cenar todos juntos y luego papá y yo nos íbamos a casa. A veces después de llegar a casa, papá me mandaba a bañar. Papá prefería que yo me duchara solo, pero recuerdo que los prefería cuando estábamos juntos, me encantaba mirar su pecho peludo, sus brazos, sus piernas, su trasero, y por qué no decirlo su gran verga. Me fascinaba el cuerpo de mi viejo y a él no le daba vergüenza que lo vieran como cuando estábamos en las duchas de la piscina; su pene colgaba de su cuerpo unos 18 centímetros con una zona peluda, un par de bolas que colgaban muy bajas y parecían una pareja de huevos colgando, también cubiertos de pelo, su trasero era como un bosque, me encantaba cuando se inclinaba para lavarse las piernas, podía ver sus bolas colgando entre sus piernas y su trasero abriéndose un poco, a veces deseaba que no tuviera tanto pelo así que podía ver su ano si sería como el mío cuando me comparaba con él , aunque siempre a escondidas, creo que siempre fui morboso, y no sé cuándo empezó.
Por lo general, después de que estábamos limpios, mirábamos la televisión y papá tenía la costumbre de tomarse una o dos cervezas, o si era un mal día, tomaba una bebida más fuerte. También fumaba un cigarro por las noches, esa mezcla de olor a licor y humo de cigarro me afectaban mucho y me provocó una sensación que no sabía describirla más que necesidad de estar junto a papá, recuerdo tener la necesidad de que em abrace y sentir el cuerpo caliente de mi viejo, me comportaba como todo niño mimón hasta que papá me atraía a su cuerpo y me abrazaba sintiéndolo cerca mío y así hasta quedarme dormido junto a él.
A veces, por diversión, me cargaba sobre su hombro, me hacía avioncito y me tiraba a la cama, me cubría y se acostaba al lado durante unos minutos, yo decía mis oraciones, y luego papá me daba un beso de buenas noches en la frente, podía oler el cigarro y el licor en su aliento y esperaba con eso un beso en la frente y en la mejilla.
Una noche me desperté sobresaltado y asustado porque papá no estaba a mi lado, estaba obscuro y tenia que ir al jardín al día siguiente, era inusual que papá se quede despierto hasta tarde, me levanté de la cama con sólo mis calzoncillos ajustados, como los llamaba papá, y caminé por el pasillo, la casa estaba oscura, baje hacia la sala y noté una tenue luz, mire por la puerta entreabierta y ahí estaba mi viejo estirado en el sofá de dos plazas con las piernas sobre la posa manos mirando algo en la televisión, no podía ver lo que estaba pasando, y él tenía su verga suelta, se estaba masajeando, masturbando. Su mano acariciaba su pene de arriba a abajo, estaba duro.
En mi inquietud y curiosidad para ver su verga estornudé y papá gritó: «¡Mario, entra aquí ahora!».
Me asusté, pero entré con la cabeza gacha, me preguntó por qué estaba fuera de la cama. «Tuve una pesadilla y no estabas allí, así que te busqué», estaba al borde de las lágrimas, dijo: «Lo siento, bebe, ven aquí, sube a mi regazo».
Mi viejo tuvo que encontrar una posición cómoda ya que su pene aún estaba duro. Me abrazó y me acerqué a su pecho peludo, todavía podía oler fuertemente el olor a cigarro y pensé que papá debió haber fumado otro cigarro después de que me fui a la cama.
Eché un vistazo al televisor y vi a un hombre grande follándose a una mujer más joven y empecé a mirarlo fijamente. Papá dijo: «A veces veo esto y necesito algo de cariño y me masturbo. “¿Qué es masturbarse?»
«es cuando uno necesita cariñito, que me mimen y para eso juego con mi pene hasta que me sale lechita”; “y ya te salió lechita papi” viendo cómo se masajeaba su pene alternando con las imágenes de la televisión.
¿Te gusta?, «Sí, papi» y giré la cabeza hacia la tele. Papá debe
haber visto que estaba con el penecito parado o lo sintió mientras me masajeaba mi cuerpito porque me preguntó «¿Te gustaría masturbarte conmigo?”, “a mí también me sale lechita papi?”, “no bebe, pero si vas a saber que rico se siente cuando juguemos.
Solo asentí, me bajó de su regazo y me dijo que me quitara mi trucita, volví al sofá y me senté junto a papá. Él me rodeo con su brazo izquierdo y reanudó la masturbación con su mano derecha.
Empezó masajeando mi cuerpo con sus dedos gruesos y callosos por lo que sentía cosquillas en mi penecito parado recorría mi sentí la necesidad de querer orinar. Mi mirada se posó en la pantalla estaba mirando al hombre la mayor parte del tiempo, pero luego vi a papá masturbándose.
No podía apartar la vista de su gran verga y de su mano acariciándola de arriba a abajo.
El pene de mi viejo mide más de 20 cm (un día use mi regla de colegio, pero necesitaba más centímetros para poder abarcarla) pero a los 5 años para mí era gigantesco, oscura, gruesa y llena de venas por todos lados y sobresalía ese oscuro arbusto peludo. Pude ver sus bolas moviéndose mientras se masturbaba y me manoseaba el mío, tuve la sensación nuevamente de orinar y conteniéndome empecé a lagrimar mirando a papá, no me atrevía a decir nada, no quería romper la magia que tenia con mi papá, empecé a temblar por lo que la sensación no pasó desapercibida por mi viejo, porque soltó un gruñido fuerte y lo vi acelerando más el movimiento de sus manos, entonces lo vi, que de la verga de mi viejo empezó a salir un líquido la que dirigió hacia mí y salpicándolo por todo mi cuerpo, con su mano me lo esparció por mi pecho, mi penecito y piernas, entonces lo sentí, me oriné sobre papá manchando todo. Luego de eso siguió masajeando su pene que no perdía la dureza bajo sus dedos hasta sus testículos, a todo eso no perdía de vista sus movimientos.
Llevó sus dedos a la boca y empezó a lamerlo, lo miré y él recogió un poco de semen de sus pelos y me llevó los dedos a la boca. Me sonrió guiñándome un ojo y asintió. Hice lo mismo, empecé a lamerle los dedos.
El sabor no era desagradable y me pareció delicioso. Me sentí proactivo, pasé mis dedos por mi cuerpo reuniendo un poco de su semen y me lo llevé a la boca, lo lamí, hice lo mismo con su cuerpo, sentía la gloria para mis 5 años, seguí pasando los dedos sobre el pelaje de su pecho y vientre, sacando todo el semen que pude. Parecía que el semen se había terminado, papi me tomó por la parte de atrás de la cabeza y suave pero agresivamente empujé mi cabeza hacia su verga y sus bolas. «Lámelo hijo mío, límpiamelo bebe». Hice lo que papá me dijo.
Empecé a lamerlo a recorrer su gran pene mientras él temblaba, estoy seguro que muchas veces lo lastimé con los dientes, pero mi viejo siempre me dijo que fue el mejor día de su vida. Me dijo que mientras lo hacia sintió que tuvo de la necesidad de tenerme siempre a su lado.
Cuando estuvo limpio y satisfecho, dijo: «Vamos a tomar una ducha rápida para irnos a la cama bebe».
Apagamos la televisión y nos fuimos a la ducha, nos enjuagamos, mientras me daba tiernos besos y masajeaba todo mi cuerpito, yo hacía lo mismo con él, aunque cuando él estaba parado le llegaba a la altura de su pene, empezó mi adicción.
«Olvidé mi ropa interior abajo» — «Dormiremos desnudos esta noche» Me caí dormido envuelto en los brazos peludos de papá; las cosas entre mi viejo y yo iban a cambiar.
CONTINUARÁ……


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