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Gays, Incestos en Familia, Masturbacion Masculina

necesito recordarlo 3

más sumiso y complaciente con mi viejo.
Desperté como siempre rodeado de los brazos grandes y peludos de papá rodeándome. Podía sentir a mi viejo, un pene grande y duro justo contra mi trasero y entonces me di cuenta de que yo también estaba con el penecito duro. Empecé a frotar mi trasero contra la pinga de papá hasta que lo oí empezar a hacer ruidos de alegría, sentí que su brazo bajaba y su mano se posaba en mi penecito, me dio la vuelta y me empezó a besar, me encantaba la sensación de su barba incipiente en mi cara mientras sus manos me apretaban el culito. Se giró sobre su espalda y arrastrándome con él y su pecho peludo frotándose contra mi pecho desnudo, sentí de nuevo la pinga de mi viejo rozando mi culito.

Quería hacer sentir feliz a papá, bajé para tomar su pene en mi boca, aunque todavía no podía meter mucho, pero metí lo que pude en mi boca y sé que le gustó porque empezó a gemir, mientras yo repetía lo que mi viejo siempre hacía, meterme los dedos en el culito para dilatarme, me metí un dedo en el culo para que entrara bien profundo, su pene ya estaba húmedo, volví a ponerme encima de él y decidí probar a sentarme sobre su pinga como la chica se la hizo al hombre en la película porno de la otra noche. Retrocedí mi trasero hacia su dura verga y sentí la gran cabeza en mi agujerito. Me empujé hacia abajo y sentí la cabeza de su pene entrar poco a poco, me detuve para acostumbrarme de nuevo, empujé con más fuerza y ​​bajé más sobre su pinga, m movía poco a poco sobre su pene, haciéndolo gemir más fuerte, y más fuerte. Pronto tuve esa gran verga de mi viejo hasta el fondo de mi culito y yo estaba gimiendo tan fuerte como mi viejo metiéndose dentro de mí y me zarandeaba como si estuviera montando un potro salvaje, me di cuenta por su respiración que papá se acercaba y empezó a gruñir y yo podía sentirlo temblar y su semen eyaculando dentro de mí, llenándome por completo.

Cuando papá se calmó, aparté mi traserito maltrecho de su pinga y caí rendido a su lado, acercó su rostro y dijo: «Buenos días, bebe». —«Muy buenos días, en verdad mi dulce niño».

Los dos teníamos que ir al baño, papá y yo teníamos que orinar, me senté y me tiré un pedo bastante fuerte sintiendo que el líquido comenzaba a filtrarse. Papá se rió y dijo: «Pronto podrás controlar eso y no expulsarás gases y podrás aguantar mi semen en tu hermoso culito por mucho más tiempo”.

Todo el día hicimos el amor y nos besamos, me la metió por el culo y también me dio de beber un montón de semen, fue un día maravilloso.

Después de la última vez que me hizo el amor, sentí cómo se retiraba y entonces algo más me estaba tocando el trasero, me puso un tapón anal en mi trasero. Tendrá dos propósitos: uno, contener mi semen en tu culo.

durante la noche, y dos, ayudará a mantener tu orificio abierto y más suelto para que te acostumbres a estar abiertito y a tener algo en el culito, mañana por la mañana puedes sacártelo, será el tiempo suficiente para ir al baño, pero antes de ir al jardín, lo volveremos a guardar y lo conservarás todo el día ¿Entiendes? —Sí, papá.

Durante todo el día en el jardín, podía sentir el tapón anal y durante las primeras horas fueron un poco incómodas, pero cumplí mi promesa a mi viejo y no lo saqué y pronto me acostumbré y el resto del día transcurrió despacio porque solo quería estar con papá.

Llegué a casa de mis abuelos después de la escuela y me puse a hacer la tarea mientras la abuela preparaba la cena y el abuelo veía la noticia en la televisión antes de que llegaran las 5:00 entró papá, le dio una palmada en el hombro a su padre y me besó en la frente y a su madre en la mejilla, me preguntó cómo estaba y si tenía que hacer la tarea y le dije que me quedaba unos dibujos de la bandera, mientras terminaba como todo niño aplicado, mi viejo ayudó a la abuela a poner la mesa para la cena.

Después de cenar, el abuelo y papá se fueron nuevamente a ver las noticias, mientras ayudaba a la abuela con los platos, terminándolos besé a la abuela y al abuelo para despedirme y papá besó a la abuela abrazó al abuelo y nos fuimos a casa.

Cuando llegamos a casa, papá me abrazó y me besó muy fuerte. «Te extrañé».

«Mucho, bebe»—«Yo también te extrañé, papá.» Me puse un poco triste y mi viejo preguntó qué pasaba. «¿Fuiste al gimnasio o viste a tu amigo?»

¿Antes? —Fui al gimnasio. No necesito verlo cuando te tengo a ti. «te esperaba ver con ansias bebe.» Estaba tan feliz que lo abracé fuerte. «¿Guardaste el tapón anal puesto todo el día? —Sí, papi. Al principio fue difícil, pero luego se sintió normal.»—«Hora de ducharnos.»

Fuimos al dormitorio, nos desnudamos y cuando entramos en la ducha, papá me quitó el tapón anal y me sentí tan vacío. Papá y yo nos lavamos cada uno, conectó la manguera y la boquilla y nos limpiamos a ambos. Me llevó dos veces y a papá tres. Después de la ducha, papá me secó, se secó él mismo, lo cual, por supuesto, llevó más tiempo debido a todo su cuerpo y pelaje, cuando nos secamos, papá me alzó y nos llevó a la cama. Se acostó y me dijo que me pusiera encima de él en la posición 69. Tomé su

verga en mi boca y me metí un poco más en la boca que ayer considerando todo el sexo oral del fin de semana, disfruté mucho del pene de mi viejo

cuando sentí su boca en mi trasero, sus labios besando mis nalguitas y luego su lengua bien adentro de mi agujerito. Cuando sintió que estaba lo suficientemente húmedo y yo tenía su pinga lo suficientemente húmedo, dijo: «Ahora es el momento de mostrarte lo útil que fue usar todo el día el tapón anal».

Me giró sobre mi espalda, me levantó las piernas y se colocó detrás de mí, empujó lentamente su pinga hasta que la cabeza se deslizó dentro de mi culito, apenas sentí dolor mientras mi viejo inclinó con su pinga todavía dentro de mi culito y me besó me dijo cuánto me quería. Entraba y salía con suavidad, fácilmente, al poco rato, puso esa cara y gruñó, y yo sentí su semen llenando mi trasero, se inclinó y me besó mientras se corría. Tras su orgasmo, se retiró y me puso el tapón anal inmediatamente para retener todo su semen dentro, se giró sobre su espalda y me dijo que era hora de regresar el favor, levantó las piernas para mí, revelando aquel gran bosque de pelaje me metió la cara sin siquiera buscarle el agujero primero, me encantaba vagar con mi lengua buscando ese punto dulce que deseaba. Después de encontrar su agujero, metí la lengua y empecé a lamerle el culo y a mojarlo para que yo le metiera mi penecito por el culo. Emitió un extraño sonido de deseo en

su voz dijo: «Necesito tu pinguita en mi culo ahora mismo, bebe. Te quiero tanto.»

Me puse detrás de él y alineé mi penecito recordando todo lo que papá me enseñó y le di todo lo que yo podría hice mi mejor esfuerzo y a mi viejo definitivamente le gustaba lo que estaba haciendo. Por fin sentí esa sensación e introduje lo más profundo que pude y empecé a temblaren un orgasmo seco tumbándome sobre papá, me alzó hacia él y me besó con más pasión que antes. «Gracias, hijo. Lo estuve esperando todo el día y no pude evitarlo.» Papá entró al baño y cogió un paño caliente y la llevó a la habitación envuelta en una toalla. Dobló la toalla por la mitad y me hizo tumbarme boca abajo con el trasero sobre la toalla, lentamente me quitó el tapón anal y sentí la ráfaga de aire en mi orificio abierto y también sentí cómo un líquido (el semen de mi viejo) salía de mi traserito, papá me limpió el trasero y luego me lamió un par de veces y me besó cada nalga, después limpió el tapón anal y me lo volvió a meter en el culito. Nos fuimos a la cama con papá, abrazándome como siempre.

Esa semana, cada mañana le hice una mamada a papá y me tomaba todo su semen, todos los días llevaba el tapón anal puesto todo el día y ya casi ni lo notaba, cada noche después de ducharnos, papá nos limpiaba los agujeros y hacíamos el amor. ¡Qué ganas tenía de que llegara el fin de semana!

CONTINUARÁ……

 

 

34 Lecturas/11 noviembre, 2025/0 Comentarios/por cstr
Etiquetas: anal, baño, hijo, madre, orgasmo, padre, semen, sexo
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