Negrito de 12 años con rubio de 21 (3ra parte)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por luzquiños.
Como ya les conté en mis anteriores relatos, mi primera vez fue con el hijo de los patrones. En un solo día aprendí en forma práctica todo sobre el sexo homosexual.
Los días siguientes me dolía todo el cuerpo como si hubiera hecho mucho ejercicio o me hubiera caído de mi vieja bicicleta, me ardía y latía mucho el ano. De primera intención no quise volver a ese lugar y olvidarlo todo, me sentía avergonzado por haberme dejado manosear y penetrar por ese joven, pero en vez de olvidarlo, aparecían en mi mente a cada momento los hechos ocurridos ; En el colegio donde recién habían empezado las clases y cursaba el primero de secundaria, me decían los profesores que yo estaba muy distraído; es que tenía en mi mente una mezcla de pensamientos y sentimientos que no me abandonaban , siendo el más reiterativo el pensar que YO ERA MARICÓN, porque me había gustado lo que me hizo Yoni, y eso me llenaba de incertidumbre y confusión. También tenía algo muy en claro, no debía contárselo a nadie y menos a mamá porque solo me iba a traer problemas.
En casa me quedaba solo, ya no salía a jugar a la calle, echado en mi cama pensaba en los hechos, venían a mi mente imágenes de la tremenda mamada que le di a Yoni, también me veía a mí mismo en cuatro patas con su pene entre mis nalgas penetrándome y dándome salvajes embestidas. Tanto pensar en eso hacía que me agarrara el pajarito y me hiciera pajas, porque a pesar de la confusión en mi cabeza resulta que me excitaba recordar sus caricias y la cogida que me dio.
Me hacía pajas todos los días buscando repetir el orgasmo tan rico que sentí por primera vez, cuando en pleno acto sexual, Yoni agarro mi pijita para masturbame, y, parada entre sus dedos, mi pijita echo sus primeras gotitas de agüita de coco.
En otras pajas solitarias aparecían imágenes de los chicos grandes del barrio y del colegio que me atraían, Héctor, Manuel, Carlos. Yo alucinaba que se las mamaba y luego me penetraban uno tras otro. En otra paja, apareció la imagen de un hombre negro fuerte con un rostro algo borroso al que se la mamaba y que me la metía muy duro, todo a la fuerza , no sé por qué me vino la idea que era mi padre , un hombre que no conocía, al que solo tenía en la imaginación como un negro grande , siempre quise conocerlo pero nunca pensé que me lo iba imaginar cogiéndome y chupándosela, no comprendo hasta ahora por qué me vino esa imagen, ojala alguien me lo explique.
Mi actividad solitaria aumentaba y terminaba eyaculando. En una de esas, buscando más placer me metí un dedo en mi anito luego dos dedos, aumenté mi frenética paja, cerré los ojos me relamí los labios y llegué a eyacular, sintiendo simultáneamente las contracciones de mi esfínter anal apretando mis dedos en espasmos de placer. Ya relajado pensé que era así como mi anito le había apretado el grueso pene a Yoni, ahí entendí por qué gozaba tanto mi primer marido penetrando el tierno culito de un chico como yo de 12 años.
Pasaban los días y al irse el dolor mi anito se relajó y ahora estaba hambriento de pinga y pedía mas, fue entonces que decidí volver a la mansión a buscarlo. Habían pasado dos semanas y le dije le dije a mamá que iba a ayudarle en su trabajo el fin de semana, ella estuvo de acuerdo, así que ese día tomamos el bus de siempre, del barrio popular donde vivíamos hasta el barrio residencial. En el camino por la ventana veía a muchos chicos en la calle jugando futbol y otros que en grupo conversaban , me pregunte si alguno era mariconcito como yo y si ya había recibido la pinga de los más grandes, de esos hermosos morenos altos y con esos bultos que hacían resaltaban su masculinidad.
Apenas llegamos me dirigí al dormitorio, sabía que no estaban los patrones y que el joven dormía hasta media mañana. Ya eran las 10,00 am, entré y lo encontré dormido, me acerqué y susurre con bastante timidez:
– Joven Yoni, joven Yoni despierte soy Lucas –
El despertó volteo hacia mi y sonriendo me dijo:
-Ya sabía que volverías negrito, vienes por mas pinga ¿no?. Eres toda un putica y estas muy linda –
Yo estaba parado muy derecho, con las piernas un poco separadas, me paraba así como soldadito esperando órdenes.
Se desperezó estirando sus brazos, su mano derecha acarició la parte interna de mi pierna, acaricio mi muslo despacio subiendo muy arriba. Yo vestía el mismo shorcito de la primera vez , de tela jean, cortito que me hacía lucir por entero mis piernas morenas casi desde las ingles, su mano acarició y luego me bajo el zipper del pantalón sacando mi pijita que se paró al momento entre sus dedos, apretó suavemente y luego más fuerte jalándome hacia él, avancé un paso y estando más cerca su mano paso por entre mis piernas para agarrar mi apetecible culito, yo cerré los ojos y abrí la boca totalmente entregado a la sensación placentera que me estaba dando ese manoseo.
Me dijo que me quitara la ropa, lo que hice al momento quedando completamente desnudo, me miro de arriba abajo, me dijo que girara, y sentí que me devoraba con la mirada. Me tomo de la mano y me jaló hacia la cama echándome junto a él, se quitó el slip, única prenda con la que dormía y así quedamos los dos desnudos , listos para el sexo.
Me sentí excitado porque adivinaba el desborde de pasión sexual que estaba por empezar en esa cama. Saco una revista porno que tenía en su velador y me la mostro…¡Wowwww, lo que veía ahí! Hombres cogiendo en diversas poses a mujeres tetonas y culonas, unas rubias y otras negras, todas muy bellas, pero mi vista más se fijaba en la enormes vergas de los músculos hombres.
– Vamos a probar estas poses – dijo señalando varias, pero en especial la de un hombre rubio como él, muy musculoso, que estaba de pie levantando en vilo a una mujer negra menuda que le daba la espalda, sosteniéndola con sus manos de la piernas, las que estaban muy abiertas y metiéndole su descomunal pinga por el ano.
-Vamos a coger muy rico putita, tú serás la mujer y yo el macho, pero ya sabes que antes debes remojar con tu boquita a tu amigo-
Mientras lo decía movía su pinga erecta con la mano. Inmediatamente descendí hacia su miembro, mientras él miraba la revista yo se la comencé a mamar muy aplicadamente como un ternerito hambriento, sentí su mano acariciar mis nalgas y su dedo a tocar mi hoyito y entrar en él. Asi estuvimos largos minutos, le lamia el glande y luego lo mamaba, lo sacaba de mi boca, le daba besos y volvía a mamar, trate de metermela lo mas que pude hasta la garganta y lo logre, pues casi ya no tenia arcadas, mamando perdí la noción del tiempo.
De pronto Yoni dejo la revista, me sacó la pinga de la boca, un poco a la fuerza porque yo estaba totalmente conectado hasta la garganta esmerándome en darle placer. Me levanto con su gran fuerza y me puso de espaldas encima de él, lo primero que sentí me estremeció, mi piel estaba en contacto sobre su piel, sentía los músculos de sus pectorales en mi espalda y su respiración en mi oído. Su pinga salía entre mis piernas levantando mis huevitos y mi pija, incline mi cabeza y pude ver vi la diferencia de tamaños de su pene con el mio. Comenzó a acariciarme todo el cuerpo, mis piernas mis brazos mi pecho , yo recogí mis piernas y apoye mis pies sobre sus piernas un poco mas arriba de sus rodillas , sentí que con sus dedos me echó algo graso y luego coloco la punta del pene en mi orificio anal que pedía muy goloso ser penetrado.
Cerré mis ojos y me abandone al placer del coito anal, mi ano se abrió como una flor ante la presión aguda del glande, mi esfínter cedió y la pinga empezó a entrar. No encontró mucha resistencia y se metió entera, yo esperaba un gran placer pero resulta que me dolia mucho, mucho y comencé a gemir, porque Yoni se puso bruscote, me daba fuertes clavadas, por eso es que me estaba doliendo mucho. Me queje casi llorando.
-¡Ayyyy me duele, me duele Aaaaaaaaayyyy!!
-Relájate para que no te duela niño– me dijo
Me agarro los tobillos y puso mis piernas al costado de sus piernas, así estaba más abierto , me siguió dando estocadas fuertes , Yo quería el placer , pero como recién era la segunda cogida de mi vida, me dolía muy fuerte y sentía como que me arrancaban el culito, así que y le pedí con voz de niña adolorida:
-Yoni me duele mucho, sácame tu pinga un rato, ¿si? por favor ¡ Ayyyyyy ayyy ayyyy me duele¡¡
– Ni creas que te la voy a sacar negrita puta aguanta, aguanta, pinga querías, pinga tienes, así que deja de quejarte –
Me incorporé un poco apoyando mis manos en la cama quise salirme, pero me tenía abrazado de la cintura, entonces estire mi mano entre mis piernas y agarre la base de pinga que no había entrado tratando de sacarla, pero me aparto la mano con violencia, demostrando que el dominaba y yo estaba sometido, entonces volví a caer hacia atrás mi cabeza sobre su hombro, ya no intente sacármela, me resigne, abrí mis brazos en cruz y quede esperando poco a poco acostumbrarme a la cogida y que bajara el dolor ,y así fue.
Me fui relajando y comenzó a bajar el dolor y a asomar el placer, de a pocos aumentaba como una ola y entonces comencé a gozar y a gozar, me agarre la pijita y comencé a darme una paja, dale y dale hasta que con mucho placer orgásmico tire unas gotitas de semen mientras mi esfínter apretaba en sus contracciones la verga a mi marido. Yo había terminado pero él siguió la cogida.
De pronto se detuvo ,me hizo a un lado como a un muñeco, se fue al baño y al regresar me hizo poner de pie junto a él frente al enorme espejo, me agarraba con una mano de la cintura y bajaba a tocar mis nalgas. Observé su hermoso cuerpo gringo con músculos trabajados su vergota a medio erectar , a su lado me veía yo , un morenito de 12 años que le llegaba al hombro con una pijita todavía infantil. Me llevó de la mano hasta un sofá forrado de tela verde que estaba a un costado de la cama, se sentó allí la pinga se le empalo de nuevo moviéndose movía de lado a lado como llamándome, me agache y quise chuparla, acerque mi boca muy abierta para tragarme el glande , pero él me aparto cabeza con autoridad
-Solo me la vas a chupar cuando yo te lo pida negrito-
-Si señor –le dije
Entonces me hizo sentar sobre sobre él , mi espalda apoyada en su pecho la pijota salía entre mis piernas super dura ,me hizo levantarme un poco puse mis piernas al borde del sofá me levante y acomodé mi culito justo en el sitio para que me penetrará, entonces empezó a empalarme lentamente dirigiéndola con su mano mientras la otra me abría una nalgas, entonces se metió completa yo mire el techo, cerré los ojos y volvi a abandonarme a lo que él quisiera, luego de un buen rato de cogerme asi, me agarro debajo de las piernas y sin sacarme la pinga se puso de pie levantándome en vilo, iba a hacer la pose de la revista, yo pase mi brazo alrededor de su cuello estaba tan empalmado que seguramente me hubiera sostenido solo con su verga adentro.
Me llevo hacia el espejo enorme donde me vi como la mujer de la revista, levantada por el aire, mis piernas totalmente abiertas sostenidas por sus manos y toda la pinga metida en mi recto , entonces empezó a bombearme rítmicamente subiéndome y bajándome , mi propio peso hacia dolorosa empalada. A él le gusto verme ver mi cara en el espejo haciendo gestos de dolor y placer , mis pies y mi pijita se movian bailoteaban de arriba abajo por la cogida. Cerré mis ojos y me abandone buscando el placer.
Se detuvo un rato , abrí los ojos y solo veia sus huevotes pegados a mis nalgas , toda la pinga la tenía adentro. Volvió a sacudirme salvajemente era increíble ese hombre , con sus manos abría y cerraba las piernas y comenzó a decir con mucha pasión :
-¡Toma pinga puta , toma pinga….Ahhh , ahhh me vengo ahhh!!-
Sentí que me apretaba las piernas y me daba estocadas, fuertes y luego se quedó tenso. Comprendí claramente que estaba terminando en mi interior llenándome el intestino de mucho semen, de esperma, de miles de espermatozoides. Mi primer marido había terminado , se sentó en la cama y me echo a un lado, yo quede boca abajo al filo de la cama, con mis rodillas sobre el piso de madera. Lo primero que hice fue tocarme el anito, estaba totalmente anegado de semen, que comenzó a chorreaba por mis piernas has el piso.
El y prendió un cigarrillo para relajarse y me dijo:
-Que delicioso culito tienes Lucas, aprieta muy rico, así vas a hacer felices a los hombres que quieras. Te he metido toda la verga-¿te ha gustado?
-Si me ha gustado-
Comencé a limpiarme con papel sanitario y también limpie con el papel el suelo mojado de semen, al terminar me comencé a vestí, él no dejaba de mirarme fumando su segundo cigarrillo. Ya vestido recogí del suelo el abundante papel sanitario usado, estaba todo húmedo y lo eche al tacho de basura.
Antes de salir, me dio dinero dos billetes que no rechacé aceptándolo con gusto.
-Toma para que te compres lo que quieras, te has portado como una putita completa y te lo mereces –
Camine rumbo a la parte alejada de la mansión ,guarde los billetes humedos de semen en mi bolsillo, mi culito estaba adolorido pero contento.
Mi relación secreta con Yoni duró tres años, a los 14 cambió mi físico por el desarrollo, crecí y engorde un poco, pero a él le gusto el cambio, me decía que ya tenía tetas y en las cogidas me las apretaba apasionadamente con sus manos , también le gusto que me crecieran las nalgas y que me dejara crecer mi pelo en volumen, entonces ya no era el negrito de flaquito del inicio , ahora era su negrita culoncita.
En casa y en el barrio ya era manifiestamente amanerado mi madre acepto mi condición homosexual , pero nunca supo lo de mi primer amante.
Yoni se fue a estudiar a Canadá y yo para consolarme me relacione con varios hombres durante un año. Hoy varios años después estoy con un mostacero pingón que me hace feliz.
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