Negrito de 12 con rubio de 21 (2da parte)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por luzquiños.
El mismo día que tuve en mi boca un pene por primera vez, estaba destinado para que, en horas de la tarde, mi culito conociera el dolor y placer del sexo anal. Solo tenía 12 años y estaba por cumplir 13.
Después almorzar y dormir un poco en un mueble de la cocina, le dije a mamá que iba a hacer limpieza en el jardín, pero en realidad me dirigí al dormitorio del hijo de los patrones, el joven Yoni. Ya eran las tres de la tarde y él me había dicho que debía buscarlo allí para hacer algo con mi culito.
Entre a la mansión y atravesé la amplia sala que tenía muebles de lujo, cuadros y adornos que me dejaron absorto, llegué a la escalera alfombrada y subí al piso de arriba. Apenas llegué a la puerta de la habitación me detuve, vi que él estaba echado en la cama desnudo viendo una revista porno y con una gran erección. Al verme me dijo que pasará que me estaba esperando, se sentó en la cama y yo me acerque hasta estar frente a él, no podía dejar de ver su enorme pene erecto.
-Sabía que vendrías a cumplir tu castigo, además todos los chicos como tú, una vez que prueban la pinga no pueden dejarla…. (hubo un silencio). Ahora vamos a jugar con tu culito, quítate la ropa.
Estas últimas palabras sonaron a una orden del patrón, así que lo hice rápido ,desabotone y baje el zipper del shorcito,un pantalón corto jean o vaquero celeste desteñido por el uso que me quedaba muy corto,me lo quite rápido, la camiseta, aun manchada de su semen por lo ocurrido en la mañana, y mis sandalias hawaianas, mis prendas quedaron a mi costado sobre el piso de madera.
Totalmente desnudo quede parado como un soldadito en posición de firmes en espera de otra orden.
Me miro de pies a cabeza y en especial mi pijita, todavía pequeña por la edad que tenía, me hizo girar y dijo:
-Estás muy lindo nene, muy lindo y ahora le toca a tu culito probar mi pene, espero que este virgen, ¿no te lo han metido por atrás no?
-No joven–
-¡Qué bueno! entonces va a ser tu primera vez-
Se levantó y tomándome de un brazo me hizo subir a la cama colocándome en posición de cuatro patas, me agarró las nalgas las abrió y examino mi anito,
-Si, creo que dijiste la verdad, esta cerradito, pero está que pide pinga-
Se alejó hacia una mesita, yo giré la cabeza y vi que se echaba algo en el pene, mientras lo esperaba sentí bajo mis manos y piernas la suavidad del cubrecama fino, observé la habitación llena de afiches de deportes skates, de rockeros y mujeres desnudas, a un costado la ventana que daba al amplio jardín.
Yoni se me acercó y con un dedo toco mi anito, yo me sobresalte porque nunca me habían tocado allí , me comenzó a frotar suavemente con algún aceite o crema, Ohhhh sentí una sensación muy agradable que recorría mi cuerpo. Eso que me hacía me gustaba por lo que levante más el culito, me acomode mejor, levante la cabeza y cerré los ojos, sintiendo su dedo en mi ano tan sensible, mi respiración se hizo entrecortada. Luego de unos minutos dejó de tocar mi anito y comenzó a frotarme las nalgas con las manos untadas con ese aceite, pasó a mi espalda, luego mis piernas , y cuando una de sus manos frotó mi entrepierna me existe mucho mas, mi pijita se puso dura en respuesta inmediata y él se dio cuenta que había logrado lo que quería, despertar mi sexualidad, mi deseo de seguir sintiendo sus caricias por todo mi cuerpo.
-¿Que rico es no? Se ve que te gusta negrito, pero ahora vas a gozar más, porque te voy ameter la pinga.
Se alejó un momento, yo voltee la cabeza para ver que hacía, se echaba mas crema y regresó hacia mi con la pinga mas empalada apuntándome como un gran dedo, se arrodillo en la cama detrás mío,yo mire la pared frente a mi, me acomodo agarrándome de la cadera , mis nalgas temblaban trémulas adivinando lo que estaba por pasar, apoyo una de sus manos en mi espalda y dirigió con la otra su miembro viril al hoyito deseado. Sentí la punta presionando agudamente y luego sujeto mis caderas y dio un empujón, ¡Ayyyyyy! no pude evitar dar un gritito de dolor…
-¡Ayyyyyyy! Eso duele joven Ayyyy Ayyy!!! Sentía como si su cosa fuera un palo duro agudo punteando mi ano. Todavia había algo de resistencia pero su barra de carne dura estaba implacable en su objetivo de entrar en mi virginal recto.
La resistencia no iba a durar mucho, la crema hizo su efecto y sentí mi esfínter abrirse como un anillo cediendo a la persistencia del pene invasor. La cabeza del pene penetró en mi interior,donde nunca antes había estado el pene de un hombre, me dolia y estaba tenso, a cada centímetro que entraba yo gemía, sentía que me partian en dos ,sentía que me descoyuntaban todo el cuerpo.
Entonces me dijo:
-Te duele porque lo tienes apretadito nene, está cerradito mmhhh para mí eso es lo mas rico, pero es así duele comienzo-
Estaba claro que yo debía sufrír en mi desvirgue y él gozar la situación. Yoni disfrutaba el inagurar el culito a un chico de mi edad, tiempo después me contaría que yo no había sido el primero, pues había desflorado así otros chicos como yo, y que después lo buscaban por mas pinga.
Yoni estaba implacable en su deseo de meterla completa y yo todavía no me relajaba, quejándome en cada embestida, Tenia solo parte de la verga adentro y al embestirme sentía un gran dolor que me hacia apretar mis dientes y cerrar mis ojos con fuerza, mi gemido era lastímero y como me dolía mucho suplique lloroso:
– ¡Ya no joven, ya no, me duele mucho , sáqueme su cosa por favor ayyy ayy!!-
Me hizo caso y me la sacó, me sentí aliviado…. Entonces cambio su actitud, se puso cariñoso, comenzó a manosearme todo el cuerpo, a besarme el cuello ,los hombros , me mordia la oreja y me hablaba al oído y me decía cosas sexuales.
-Eres una negrita muy linda, toda una putita, esta noche vas a ser mi mujer-
Y continuaba: -Tu huequito es una vagina y esto (me agarro mi pijita) es tu clítoris, putita,
Mi pijita se erecto entre sus dedos y yo en lugar de molestarme por femenizarme, diciéndome esas cosas me sentí halagado y como un chico especial para el.
Sus palabras de seductor me calmaron entonces me comode mejor, levante el culito, me estaba entregando al hombre.
Yoni me sujetó de las ingles y dio un empujón, y otro mas , en el tercero algo cedió y entonces toda la pingota de mi primer marido se fue adentro entera, asi quede empalado a fondo. Abrí los ojos y la boca con un grito apagado.
Yoni había logrado lo que tanto buscaba y empezó el movimiento rítmico del coito coito anal.
De a pocos me fui acoistumbrando el placer iba reemplazado al dolor
-Mhhh ya te la metí toda, que delicioso….MMhhh muy rico ¡¡
El mete y saca era lento pero luego subió en intensidad hasta hacerse hasta violento sacudiéndome como un muñeco, la cama sonaba por las embestidas, peroi luego volvia a ser lento,entonces las estocadas eran fuertes como buscando una penetración ya imposible…
El dolor había cedido y una sensación placentera comenzó a recorrer mi cuerpo , desde mi ano, muy abierto al grosor de su pene , la sensación de placer subía por mi columna vertebral hasta mi cuello, me faltaba el aire, mis gemidos ya no eran de dolor sino de placer y se mezclaban con sus bramido de macho dominante
¡¡Ayy Ayyy Ayyyyyyy Ahhhh Ahhh Ahhhhh!!!!!
En pleno acto sexual escuche a lo lejos la voz de mi mamá que me llamaba:
– Lucas….Lucaaaas-
Pero tanto Yoni como yo sabíamos que nunca iba a subir a la habitación de los patrones asi que seguimos. El placer que sentía iba en aumento . ¿Qué era esto que me empezaba a gustar tanto? Me estaban dando por el culito, a mis 12 años y llevándome a la homosexualidad de manera placentera y nunca volvería al camino de ser hombre.
Yoni sabía que yo estaba entregado y sabía que mas hacerme, entonces paso su mano delante mio y me agarró mi pijita otra vez y comenzó a masturbarme,f entre sus dedos la tenía durita y él se esmeraba en mi goce total …y entonces ocurrió lo que tenia que ocurrir, sentí una explosión orgásmica, espasmos en mi pene y eyacule salpicando unas gotitas de semen transparente, mientras mi esfínter anal hacia contracciones apretando el grueso pene de Yoni, mis ojos estaban en blanco y mis brazos cedieron cayendo mi cabeza sobre la cama , estaba desfallecido por lo ocurrido, mirando a un costado, me abandone a su voluntad porque mi joven macho no había acabado todavía y seguia sus embestidas mientras me hablaba
-Eres una putita muy calentona ¿no? di que eres una puta y que te gusta la pinga –
-¡Ayy si, soy una puta y me gusta la pinga!-
– Di que te gustan los hombres y que te metan la pinga
-¡Siiii, me gustan los hombres y que me metan la pinga!
Me zarandeo a su gusto hasta que de pronto sentí su pinga palanquear y casi me levantaba. Se vino como un caballo semental dentro de mi …. Cuando termino de eyacular me la saco y sentí mi hoyito muy abierto y que me chorreaba por las piernas abundante semen, caí de costado desfalleciente. Yoni se incorporó y busco papel sanitario y comenzó a limpiarese la verga, de atrás su físico era espectacular rubio, espaldas anchas, musculos bronceados sus nalgas que hace un rato me habían bombeado sin piedad muy firmes. Giro hacia mi y se acerco con su verga todavía gruesa y palpitante. Me hizo incorporarme para darnos un baño, vimos el piso con semen y mas alla mi ropa tirada en el piso, me ordeno limpiar el piso, lo hice de cuclillas con mi mano, no había olvidado que yo era de la servidumbre y él el hijo del patrón, me dijo que era un tonto por limpiar con la mano y me alcanzó papel para terminar la limpieza, mientras lo hacía sentía que el culito me dolía un montón . Me incorpore me agarro de la mano y me llevo a la ducha donde nos bañamos juntos.
Despues de secarnos con una gran toalla, me vesti delante de el, me ayudo a subir el zipper del pantaloncito y abotonarme y mientras lo hacía me dijo:
-Qué rico te la he metido putito, tienes un culito fabuloso, ya sabes que no debes decirle nada a nadie y menos a tu mamá, además te he visto gozar como putica y no querrás que sepan que te gustan los hombres.
-No joven no diré nada a nadie.
-Está bien, ya te llamaré para seguir jugando, porque tu culito y mi verga se entienden de maravillas, ya puedes irte.
Me fui caminando en dirección al otro lado de la mansión, y en el camino vi mi camisa todavía con las manchas del semen de la mañana y sentí humedad atrás porque mi anito todavía drenaba semen mojando el short. Comprendí ese momento que debía lavarlos yo mismo porque no solo no debía decir nada, sino no dejar evidencias de lo que había hecho con el joven hijo de los patrones.
gran relato