Neverland 4
Un amor parental..
Estos son los otros relatos de esta saga. Para que agarren el hilo y vayan sabiendo de que va. Saludos.
Después de haber descubierto aquel lugar me volví un cliente asiduo. Mi hijo se volvió más cariñoso conmigo y yo con él. Cada fin de semana se volvió nuestro momento para ir y disfrutar de nuestro amor de padre e hijo. Caminar por las instalaciones en completa desnudez me abrió la mente y a mi pequeño David le ayudo con su timidez pues con tal de estar cerca de él los otros padres animaban a sus hijos a jugar con él.
Mi amigo Rafa se volvió íntimo de mi hijo, le gustaba hacerle cosquillas con la lengua en su colita y a mi hijo le encanta.
-cuando Rafa mete su lengua en mi colita siento muchas cosquillas en mi estómago y muchas veces me hecho pipí sobre Rafa pero a él no le importa, papi- me dice mi hijo mientras cenamos con una sonrisa pícara en su rostro.
Casi siempre llegamos el sábado temprano y volvemos el Domingo al atardecer para yo ir al trabajo y él acuda a la escuela. Por las noches nos gusta dormir juntos en la misma cama, yo lo abrazo y él al ser más pequeño se acomoda de tal forma que mi pene queda justamente en la entrada de su pequeño orto.
Con saliva y paciencia lo penetró de a poco, mi niño, su respiración se corta en el momento en que entró justo ahí me detengo para no lastimarlo. También he descubierto que le gusta que retuerza sus pequeños pezones, delicado, suave. Él se estremece con eso y al sentir otro pedazo de mi que se entierra en él hace que pequeñas gotas de orina salgas de su uretra. Así estamos un rato, beso su dulce cuello, chupó sus orejas y él me dice cuánto me quiere y yo no puedo hacer otra cosa más que amarlo.
Cuando él me lo permite, después de platicarlo mucho jejeje, hago que me monte. Lo tomo de la cintura y lo coloco de frente, sus pies quedan justamente a cada lado de mis caderas. Mi pene duro e hinchado queda en medio de él. Primero me gusta que juegue con mi pene, sentir sus suaves nalgas en mi dureza. Ya hemos pasado el límite en que él solito lo toma y se lo lleva a la boca sin que yo tenga que pedírselo. Cómo aún es pequeño no lo traga todo pero ya se aventura a tragar se más de la mitad. Sus ojitos se llenan de agua pero no es llanto, le sonrió y él me devuelve la sonrisa mientras que con su mano sostiene mi pene.
-papi, lo hago bien? El papá de Irving me dice que que ya soy todo un experto!-
-Si mi niño, eres todo un experto y yo por eso te amo- se lo digo mientras empujó su cabeza hacia mi glande y él abre sus labios húmedos y lo traga.
Cuando hay bastante saliva en mi, mi hijo se va sentando poco a poco llevando las riendas de la penetración, lo sostengo de sus nalgas, él bajá y yo tácticamente llevo mis caderas hacia arriba para entrar más de lo que él creé.
Cuando siento sus frías nalgas en mi pubis se detiene y se sostiene con sus manos en mis rodillas. -listo?- le preguntó
-si papi. Pero despacio-
Poco a poco muevo mis caderas de arriba a abajo haciendo que mi pene se deslice dentro de mi hijo.
Mi cuerpo se tensa, mis pupilas se llenan con la visión de mi hijo desnudo por completo mientras salta a un ritmo cadencioso sobre mi pene, más bien mi pene lo penetra y él por reacción salta.
La penetración y el ritmo es lento para no lastimarlo, pero otras veces pierdo la compostura y le doy tan fuerte que mi hijo grita lo que hace que vuelva en mi y me detiene.
Mis manos aferradas a su diminuta cintura lo invitan a que baje aún más para sentir todo su interior. Interior que yo amo, interior que yo he esculpido.
Llegando al orgasmo respiro lo más hondo que puedo y dejo mi leche lo más profundo que puedo. Ahora que lo pienso con esa misma leche lo hice.
-Siento como tú pipi se mueve dentro de mí papi- me lo dice con una sonrisa pícara que me hace amarlo aún más. -Es por lo mucho que te quiero, mi amor- y termino la frase besándolo. Un beso amoroso entre un padre y su pequeño hijo
Que buenos relatos espero la sigas.
Me gustó. Espero puedas continuar con mas relatos de lo que sucede en el club. Gracias x escribir.
Claro que lo haré.