Niñero de Tavito (1)
Después de la tormenta viene la calma, o en este caso, el Tavito .
Cuándo sucedió lo de Rafita mi vida se vió forzosamente alterada, tenía miedo de que de alguna manera se supiera que yo también me había cogido a Rafita, no salía, me pasaba en mi cuarto pensando y había reducido mis visitas a mi novia Flor a solo una vez a la semana. Vivía con el temor de que un día tocaran a la casa y vinieran por mí, esto se alargó un par de meses hasta que el temor comenzó a bajar y no fué hasta que mi mamá me contó que la familia de Rafita se había mudado lejos que me sentí realmente seguro.
Retomé mi vida social y regresé a salir con amigos, incluso había bajado un poco de peso y había mejorado mi físico haciendo ejercicio, estando encerrado era una de las cosas que me mantenía cuerdo y distraído, así fué cómo lentamente mi vida regresó a la normalidad.
Un día cuando regresaba de casa de mi amigo el que vivía cerca de la casa de Tavito, llegué a la misma fonda donde hacía tiempo me había encontrado a Tavito y Mayra comprando cena, hacía tanto tiempo de no verlos que me llenó de alegría encontralos comiendo en el sitio acompañados de la abuela,
– Hola! Cuánto tiempo sin verte- Me dijo Mayra,
– Joel!- Dijo Tavito emocionado y saltó de la silla donde estaba para abrazarme,
– Déjalo en paz – Lo regañó su mamá,
– Cómo estás Tavito?- Le pregunté,
– Bien- Dijo el niño,
– Buenas noches – Les dije a Mayra y a su mamá,
– Desde que pasó lo de…- Mayra volteó a los lados, – Lo de Rafita ya no te veía- Dijo hablando más bajo,
– Ah, sí, es que tenía muchos pendientes en la escuela – Mentí,
– Ahh, ok, pues que bueno que te vemos, ya había pensado que te había pasado algo- Me dijo Mayra,
– Mami, que me cuide Joel – Le dijo de pronto Tavito y yo me le quedé viendo sin entender,
– Estás loco tú, no ves que dice que está ocupado con la escuela – Le dijo Mayra a Tavito,
– Ay …- Exclamó el niño,
– Porqué? Ocupas que lo cuide un día?- Le pregunté, Tavito seguía pegado a mí,
– No, es que mi mamá se va a ir a vivir con mi hermana un tiempo y voy a ocupar ver con quién dejo a Tavito. Lucia me iba a hacer el favor, ya lo habíamos platicado hace tiempo, pero como pasó – De nuevo Mayra bajó la voz, – Lo de Rafita, entonces pues me quedé sin quien cuide a Tavito-
Mi mente comenzó a maquinar, lejos el peligro de Rafita nada me detenía a retomar mi amorío carnal con Tavito, meses de casi cero sexo me hacían desear ensartarle mi verga aunque fuera un ratito,
– Pues yo si lo puedo cuidar, ya estoy más libre en la escuela, por mí no hay problema-
– Ay… Es que me da mucha pena-
– Déjalo, a Tavito le cae muy bien el muchacho, que lo cuide mientras encuentras con quién dejarlo- Habló la abuela haciéndome emocionar internamente,
– Si mami?- Preguntó Tavito con su sonrisita chantajeadora. Toda la atención estaba en Mayra quien simplemente aceptó y me platicó los planes. La abuela se iría uno o dos meses cuando mucho y yo cuidaría a Tavito mientras, ella había negociado en su trabajo turno fijo y pasaría a recoger a Tavito a eso de las 5 de la tarde, en cuanto a mi yo debía pasar por Tavito a la escuela, como quedaba cerca de la universidad no era inconveniente, salíamos a la misma hora y él solo debía esperarme en la escuela máximo 10 minutos en lo que yo llegaba y todo eso comenzaría en a penas tres días, mi hermano pasaba más tiempo que nunca en casa de mi papá y mi mamá como siempre no era común que estuviera en casa, solo tres días me separaban de la vuelta a mis revolcones calientes con Tavito.
Así fué cómo el lunes llegó, mi semblante había cambiado, incluso mis amigos de la escuela bromeaban sobre «si mi novia ya me había dado» pero nadie habría de imaginarse el motivo. Me apresuré y llegué a la escuela de Tavito, él saltó en cuanto me vió y entonces bajé, platiqué un segundo con su maestra y me comentó que la mamá de Tavito ya le había platicado la situación, así que no pasó mucho más cuando Tavito se despidió de su maestra y nos montamos en el auto, no lo podía creer, estaba ansioso, Tavito estaba sentado junto a mí y él también no dejaba de sonreír,
– Quiero que me cojas!- Dijo cuando ya habíamos dejado bien atrás la escuela,
– Yo también – Le dije, entonces me empezó a tocar el pene sobre el pantalón,
– No, espérate, no hagas eso, en la casa me la agarras todo lo que quieras- Le dije, aunque yo también deseaba sus caricias, mi verga dura no dejaba duda.
Tan pronto llegamos, Tavito y yo entramos a la casa,
– Hay alguien?- Pregunté a voz alta solo para confirmar que estábamos solos, – Hay alguien?- Repetí esta vez desde la escaleras con voz alta pero nadie respondió, – Estamos solos- Le dije a Tavito con emoción acercándome a él,
– Que bueno- Me respondió con una sonrisa grande mientras yo lo alcanzaba junto al sofá, tenía ya una perfecta erección y sin pensar lo abracé fuerte apretándolo del culo,
– Te voy a meter toda la verga por este culito- Le dije manoseando su trasero por encima de la ropa.
– Yo también quiero tu verga en mi colita- Respondió Tavo con voz enérgica, me le quede viendo tratando de asimilar lo afortunado que era y le planté un beso en los labios, Tavito se sonrojó y entonces lo hice dejar la mochila que aún llevaba puesta en el piso junto al sofá. Empecé desabotonando su camisa de colegio, lentamente safé cada botón hasta quitarle la camisa mientras Tavito me miraba con una sonrisa de oreja a oreja y yo contenía las ansias por ponerlo de espaldas y dejársela ir por el culo, tomé la playera interior y comencé a deslizarla, Tavito alzó los brazos para ayudar y pronto estaba ya desnudo del torso para arriba, me acerqué a su cuello y aspiré su aroma suave, le dí un besito y despacio bajé rozando mis labios contra su piel hasta llegar a su pecho, besé y lamí uno de sus pezones y Tavito solo se reía con respiración estre cortada, repetí con su otro pezón y entonces bajé a su pancita y luego a su vientre, su piel era tan suave que me provocaba placer con el tacto en mis labios. Levanté la vista y Tavito aún sonreía, le sonreí de vuelta y le pedí sentarse en el sofá, entonces comencé a quitarle los zapatos, primero el derecho y después el izquierdo para continuar con los calcetines, jamás le había prestado especial atención a los pies de Tavo, habían otras partes de su cuerpo que me interesan más, pero esa ocasión me detuve un momento para apreciarlos, pequeños, con unos deditos cortos y piel muy clara, por algún motivo acerqué mi nariz para olerlos, no tenían un mal aroma pero claramente había una pequeña huella de aroma a sudor suave, Tavito me seguía viendo para ahora su cara era más de curiosidad. Comencé a pasar mi manos por sus piernas aún con el pantalón puesto, desde los tobillos y subiendo despacio alcanzando sus muslos internos, está de más decir que era obvia la erección que Tavito se cargaba, pero yo quería ir lento y hacerlo disfrutar, acaricié más sus piernas y finalmente mi mano fué a parar dónde su pequeño pene erecto se encontraba y comencé a darle suaves caricias sobre la tela. Desabotoné el pantalón de Tavito y comencé a bajarlo, Tavito ayudó una vez más levantando la cadera y pronto el pantalón de uniforme estaba en el piso mientras que Tavito seguía medio recostado en el sofá cubierto solo por una tipica trusa blanca infantil y volví a comenzar a acariciar sus piernas, desde abajo y avanzando hasta el borde de su ropa interior abajito de los huevos, Tavo respiraba lento mientras yo comenzaba a pasarle los labios por las piernas y besaba sus carnosos muslos, seguí así hasta estar con mi cara encima de su entre pierna respirando directamente encima de sus huevos, Tavito me miraba claramente excitado esperando mi siguiente movimiento el cual fué darle unas pequeñas mordiditas a su pene por sobre la ropa, podía sentir lo duro y a la vez suave de esa pequeña verguita así que no lo hice desesperar más y tomando su trusa la comencé a bajar lento, muy lento viendo milímetro a milímetro de su piel quedaba descubierto, primero su ingle y después su pequeño pene saltó a la vista para continuar más abajo dejando sus arrugados huevitos a la vista y terminando de bajar la prenda íntima me encontré con el borde de las nalguitas de Tavo. Volví a poner mi cara entre las piernas de Tavo y nuevamente olí sus huevos pero está vez directamente sobre su piel, la sedosa piel de su escroto se pegaba con la de mi nariz y yo lo olía como si de fragancia fina se tratara, todo para finalmente llevarme esas bolas a la boca que comencé a chupar. Le chupaba los huevos a Tavo moviendolos en mi boca mientras mi nariz topaba con su verguita, abrí los ojos y vi como Tavito exitado me observaba como le mamaba las bolas, me saqué sus ensalivados huevos de la boca y engullí su verga, empecé a mamarsela con enjundia, era sin dudar la mejor mamada que le había dado a Tavo, él gemía y movía las piernas mientras yo no dejaba de chuparle su pequeño apéndice jugando con sus huevos en mi mano o intercambiando y mamandole los huevos mientras lo masturbaba, debía tener unos diez minutos chupándole la verga a Tavo cuando sentí algo totalmente nuevo para mí, Tavito se había venido y yo me había tragado el chorrito de su corrida. Era la primera vez que Tavo se venía sin mi verga en su culo, solo con mi boca le había hecho soltar sus gotitas de leche que tenían un gusto muy suave y un poquito dulce, Tavito respiraba más agitado y tenía los ojos apretados, yo me levanté de donde estaba arrodillado y empecé a sacarme la ropa, me quité los tenis, los jeans y finalmente el boxer dejando mi verga completamente dura a la vista, Tavito abrió de nuevo los ojos y fijó su mirada en mi estaca de carne, me subí de pie en el sofá y pasándole los pies por los costados a Tavo, apunté mi pene a su cara, Tavito sabía lo que venía y al acercarle mi verga él solito abrió la boca listo para comenzar a mamar, lo dejé que él tomara el control y me la chupara a su gusto, pero tanto tiempo sin hacerlo mío surtió su efecto y pronto tomé yo las riendas follandole literalmente la boca a Tavo meneando mi cadera mientras veía como mi verga entraba y salía por entre sus labios. Enterraba casi completa mi verga en la boca de Tavo, él daba respingos cuando iba muy profundo y con sus manos me alejaba pero yo no dejaba de darle carne en barra por la boca a menos que fuera para ponerle los huevos en los labios que Tavito se encargaba de la misma forma de chupar. Tavito se pasaba uno de mis huevos por dentro de su boca mientras yo me dedicaba a gozar,
– Que rico me chupas los huevos- Le dije viéndolo a los ojos, él me respondió con lo que parecía una sonrisa pero sin sacarse mis bolas de la boca, estaba alucinado sintiendo la lengua de Tavo moviéndose por mi escroto y sabía que estaba a punto de venirme, así que alejé mis huevos de la boca de Tavo y le volví a dar a chupar mi pene, Tavito continúo mamando con sabrosura hasta que comencé a sentir que la leche ya me venía, le tomé de nuevo de la cabeza y comencé a cogerle la boca hasta que me empecé a vaciar soltando mi leche en su garganta, apretaba a Tavo contra mí mientras él oponía resistencia y yo lo sujetaba sintiendo su cabello en mis dedos hasta que todo mi semen acabó estando en su boca. Se la saqué a Tavito de la boca y me acomodé recostandome en el sofá mientras él se relamía los labios pasándose mi semen, Tavito me hizo espacio y quedamos recostados de lado con él enfrente de mi dándome la espalda, yo lo abracé y lo pegué a mi cuerpo y de forma natural mi pene le quedó en las nalgas,
– Me gusta mucho cuando me la chupas- Le dije al oído acariciando su suave piel, sintiendo su respiración pausada.
– Tú también me chupaste bien rico mi pajarito- Me respondió Tavito volteando a verme de reojo, su carita lucía reluciente, nadie se habría imaginado que ese niño me acaba de dar una mamada de impacto.
– Si te gustó?- Le dije estirando mi mano, pasando desde su pancita a su entrepierna comenzado a masajear su pequeño penecito con mucha delicadeza.
– Sí- Dijo Tavito soltando un gemido mientras yo estimulaba su paqueño miembro. Entonces él estiró igual su mano alcanzando mi verga e imitandome comenzó a masturbarme. Nuestras masturbaciones comenzaron muy despacio, subiendo y bajando el prepucio de nuestros penes con suavidad, pero progresivamente se iba tornando más candente, mis dedos se deslizaban repetidamente por la verguita de Tavo y él igual deslizaba su mano por la mía, ayudado por el líquido que esta desprendía e intercalando con unas ricas estrujadas de huevos, – Ya metemela- Dijo Tavito, apretando fuerte mi pene,
– Qué? Ya quiere verga ese culito?- Pregunté, Tavito soltó mi pene y yo empecé a pasárselo por encima de sus huevitos y verga meneandome como si lo cogiera, me gustaba mucho sentir la comparación de tamaño, como con mi pene podía cubrir completamente el suyo con todo y huevos y saber que aún así se lo metería completo por el culo.
– Si, mételo- Dijo Tavito, agarrando mi verga con su mano y poniéndosela entre las nalgas. Yo estaba muy excitado, me prendía que Tavito tomara la iniciativa, su vocesita linda con ese toque de excitación pidiéndome penetrarlo era maravilloso, movía mi pene entre sus nalgas punteando su ano, ejercía un poco de presión y retrocedía una y otra vez, el líquido pre seminal hacía su trabajo y en un va y ven la cabeza de mi pene entró en Tavito, continúe el balanceo hasta llegar a meterle la mitad de mi dura palanca y empecé a besarle el cuello mientras con mi mano libre acariciaba su pecho,
– Que rico estás, bebé, te extrañaba mucho, mi verga extrañaba tu culito- Le dije, Tavito volteó a verme, tenía las mejillas sonrojadas y su respiración era lenta, junté sus labios con los míos y comenzamos a besarnos mientras yo retomaba el meneo. Pasaba mis manos por las piernas de Tavo y ocasionalmente acariciaba sus partes íntimas cuando llegaba a ellas, su pene duro me recordaba cuánto le gustaba que me lo cogiera, – Ya te la metí toda- Le dije a Tavito rosando su mejilla con mi mano, él volteó a verme a los ojos y después llevó su mirada abajo viendo cómo le tenía toda atravesada mi verga por su agujero, estiró su mano y comenzó a acariciarme los huevos,
– Que rico se siente- Me respondió mientras yo le chupaba la oreja. Me volvía loco poder estar de esa manera, tendidos en el sofá de la sala cogiendo sin preocupaciones, mi hermano pasaba más tiempo que nunca en casa de mi papá y mamá no regresaba del trabajo hasta la noche, podría estar casi todas las tardes cogiendome a Tavo si quería y eso me emocionaba tanto, me imaginaba como me lo cogería en cada rincón de la casa mientras me tocara hacerla de su niñero, miraba su carita, como apretaba los ojos gozando las metidas de verga que le daba, la perfecta iluminación natural que entraba por el ventanal de la sala bañaba nuestros cuerpos y me dejaba apreciar cada centímetro cuadrado de la piel de mi Tavito, miraba su verguita cómo se tambaleaba con cada embestida que le daba, el culo de Tavo se sentía ligero como mantequilla y me provocaba mucho placer, placer que se incrementó cuando sentí la palpitación de su intestino ante su evidente orgasmo, lo que me hizo bajar drásticamente la velocidad con que me lo cogía, pues no quería venirme tan pronto, sin embargo se me estaba complicando porque el culito de Tavo me daba unos apretones que me mataban de lo rico. Tan pronto terminó el orgasmo de Tavito, este me buscó el rostro con la mirada y sonrió,
– Me vas a coger todos los días que me cuides?- Preguntó sonriente.
– Si tú quieres, sí, bebé- Le respondí, y le dí un besito en los labios.
– Si quiero- Me confirmó Tavito sonriendo a dentadura completa.
– Te voy a dejar el culo llenito de leche todos los días- Le dije con malicia a mi Tavito, que había cambiado su carita de tierna felicidad a excitación, me levanté del sofá mientras le decía como acomodarse, y en dos segundos ahora tenía a mi niño caliente de rodillas en el sofá viendo hacia el respaldo, me calentaba mucho verlo así, con su culito en popa apuntando a mí y su hoyito abierto esperando por mi verga, me puse un poquito de saliba en la punta y doblando un poco las rodillas se la enterré entera a Tavo quién arqueó más la espalda al introducirse mi pene por su culito tierno. Me maravillaba mi suerte, tener a ese niño a mi disposición para darle por el culo todo lo que quisiera, me prendía tanto verle sus nalguitas paraditas bien levantadas y con mi verga en medio entrando y saliendo por su ano, lo tomaba fuerte de la cintura y le daba duro, Tavito tenía el mentón recargado en el borde del sofá y gemía despacio , me aseguraba de impactar fuerte contra sus nalgas para ver cómo estas temblaban al chocar en mi pelvis, me llenaba de lujuria ver qué culito más rico me estaba cogiendo, levanté alto la mano derecha y rápidamente la bajé dándole a Tavito una sonora nalgada,
– Ayyy- Exclamó Tavito, pero no dejó de levantar el culo mientras me lo seguía cogiendo.
– Que rico culito tienes- Le decía mientras ahora agarraba cada una de sus nalgas con mis manos y las apretaba, le sacaba la verga por momentos solo para ver su hoyo abierto esperando por más rabo, Tavito volteaba cada que sentía su ano vacío de mi pene y volvía a voltear la cara gimiendo tan pronto se la volvía a meter, – Así te voy a estar cogiendo todos los días, verdad que vas a querer verga por el culito a diario, bebé?- Le dije a Tavo.
– Si- Respondió Tavo solamente.
– Si qué, bebé?- Pregunté
– Si voy a querer tu verga por mi culito todos lo días, todos, todos lo días- Respondió, y arqueó más la espada dejando el culo bien arriba, yo sonreía para mí mismo imaginando todo lo que habría por venir, ese era solo el primer día, tendría muchos más para cogerme a Tavo todo lo que quisiera, limitado solo por las excepciones de cuando tuviera mucha carga de tarea en la escuela o hubiera alguien en casa, pero fuera de eso tendría hasta 5 horas de lunes a viernes para darle verga a ese culito precioso. Estaba fantaseando con el mundo de posibilidades sexuales que tendría a partir de ese día en adelante que no me percaté de que estaba por venirme, fué el gusto de mi casi orgasmo el que me hizo regresar a la realidad dónde comencé a dejar fluir mi leche bien dentro de Tavito, estaba prácticamente sobre él con mi pene bien clavado en su culo, tenía una ligera capa de sudor en mi cuerpo y la sala entera olía al culito de Tavo mezclado con mi semen, había sido una corrida realmente deliciosa, me esperé un rato aún dentro de Tavo y después me separé de él, su ano emanaba los fluidos que le había dejado dentro, sus huevitos colgaban abajo y podía ver también su penesito aún parado,
– Ya, Tavito, hay que limpiarnos para comer- Le dije dándole una nalgada, Tavito parecía distante, tardó unos segundos en levantarse y finalmente me siguió al baño, yo solo cargaba encima la playera como vestimenta, Tavo en su lugar iba completamente desnudo, entramos al baño y Tavito fué directo por el papel higiénico para limpiarse el trasero, por mi parte me limpié el pene un poco con un poco de agua y jabón, Tavito y yo reíamos en complicidad pero finalmente regresamos a la sala a recoger nuestras ropas y después comer como era debido. Hicimos nuestra tarea juntos con total normalidad, yo le ayudaba a Tavo con sus dudas y pronto estábamos ya libres para hacer lo que se nos antojara, no era difícil imaginarse que sería, Tavito sobre la mesa pecho abajo y yo detrás de él cogiéndomelo de pie, solo las paredes de la casa eran testigos de todo el sexo que ese niño y yo teníamos.
Buen relato. Ya echaba de menos a Tavito.
Me encanta la historia de Tavito… siempre que la leo me ponga muy cachondo.
Buen relato… como sigue?
Uff.. como siempre el pequeño Tavito nunca decepciona… ya se le echaba de menos.
Que delicia de verdad… esta historia con Tavito es de lo mejor que hay… me encanta la complicidad que tenéis entre los dos.
Me encanta la historia que tienes de escribir y como relatas todo… Ya que siempre consigues ponerme a 1000 🔥🔥
Uff… no sabe como disfruto de esta historia y lo caliente que me pone… cada vez que subes un capitulo lo disfruto como ninguno.
Que buen relato… me encanta esta historia.
Emocionante historia… y muy caliente.
Como sigue? necesito mas de esta historia… 😋😋
Realmente de entre todos los relatos que he leído aquí, los tuyos son lejos los mejores.
Tavito es el niño más lindo y suertudo del mundo
Tu historia con Tavito es de lo mejor, me pone super caliente, seria bueno que en la proxima contaras algo de lo que paso con Rafita aunque me imagino que descubrieron que el primo se lo cogia o algo asi..
El tema de Rafita se contó ya en un relato dedicado. Búscalo.