Niñero de Tavito (2)
Segundo día al cuidado de Tavito, ya nuestra rutina sexual comenzaba a tomar forma .
El segundo día como niñero de Tavito llegó, un martes bastante modesto en cuanto a la actividad en la escuela pero que poco o nada me preocupaba pues saliendo de ahí y llegando a casa tendría a Tavito para divertirme en demasía.
Salí de la universidad disparado rumbo a la escuela de Tavito y en cuanto me vió llegando su rostro se iluminó, se despidió de su maestra y corrió hacia mí, por mi parte saludé a la maestra desde el auto y Tavito entró con una enorme sonrisa. Nos pusimos en marcha, Tavito y yo platicábamos sobre como nos fué en la escuela hasta que ya pasados unos minutos cambié de tema,
– Hiciste lo que te dije ayer?- Pregunté,
– Sí – Dijo, y abriendo su mochila me enseñó. Le había dicho a Tavito y su mamá el día anterior que si que tal si Tavito traía un cambio de ropa cada día para que se pudiera cambiar y no anduviera en uniforme escolar todo el día. Su mamá dijo que era buena idea, sin imaginar que era también parte de mi plan, pues no quería accidentalmente dejar evidencia en la ropa de Tavito, el día anterior había sido necesario lavarle la cola para quitar el aroma a sexo y que trajera ropa limpia a diario era un gran plus para nuestro disfrute sexual.
Cuando llegamos a casa repetí el procedimiento del día anterior, revisé que no hubiera nadie y cuando me aseguré que era así inicié la acción,
– No hay nadie?- Preguntó Tavito sonriente, debía saber perfectamente lo que significaba que estuviéramos solos,
– No- Le dije acercándome a él, lo pagué a mí y empecé a tocarle el culo como maniático apretándole las nalgas aún con el pantalón puesto y pensando en lo que le iba a hacer, – Te voy a coger… Te voy a coger…- Le decía mientras olía su pelo y lo manoseaba aún sin quitarle la ropa,
– Sí…- Respondió bajito. Tavito debía estar un poco cohibido ante mi forma de actuar, pero él estaba igual de caliente que yo, su verguita estaba bien parada y la podía sentir mientras lo manoseaba a mi antojo, le levanté la camiseta deportiva que llevaba puesta y me arrodillé para lamerle los pezones mientras le acariciaba la piel de su espalda, no podía quedarme solo así por lo que me saqué la verga ahí arrodillado y me empecé a masturbar, abrí los ojos y Tavito me veía atento y con la cara sonrojada, deslicé la mano por su espalda y con total fluidez la pasé por debajo de su ropa, mi mano llegó al culo del niño y con la sola memoria muscular le separé las nalgas y empecé a hacer círculos en su ano, mi otra mano ya estaba húmeda de pre-seminal y me seguía masturbado duro, jugué un ratito más con el ano de Tavito sin penetrarlo y después saqué mi mano de entre su ropa para pronto sacarle su verguita y se la empecé a mamar, se la chupaba a Tavo y me masturbaba a la vez, no tardé mucho cuando sentí que iba a suceder,
-Agáchate – Le dije a Tavito poniéndome en pie, él como que no entendió al principio pero mientras se agachaba vió que le estaba poniendo la verga frente a la cara y supo qué hacer, se la metió a la boca y empecé a cogérmelo rápido, tres, cuatro, cinco meneos de cadera y le empecé a tirar la leche en la boca, – Mámala, Tavito, mámala- Le dije, y Tavito obediente empezó a succionar mi verga. Fué una deslechada riquísima, Tavito tuvo que sacarse la verga de la boca para pasarse la leche y después volteó a verme como buscando mi aprobación, yo le sonreí y él me sonrió en respuesta,
– Pensé que me la ibas a meter – Dijo, y se levantó del piso,
– Y quién dijo que no te la voy a meter?- Le dije, y me lo eché al hombro haciéndolo reír,
– Déjame agarrar la ropa- Dijo, entonces sin bajarlo de mi hombro fuí y tomé su ropa de la mochila, el calzón que Tavito había traído era un tipo bikini que se veía bastante pequeñito para él y me hacía desear vérselo puesto. Subí a mi habitación con Tavito al hombro y con cuidado lo arrojé a la cama, lo miré un momento ahí en la cama esperando por mi, le iba a poner un culeadón a Tavito que ni se imaginaba, me tendí hacia él y le arrebaté rápido la camiseta, me arrodillé en el piso y le quité los tenis y calcetines, Tavito ya estaba otra vez excitado, se le notaba la verguita parada, así que en otro movimiento rápido le saqué el short de deportes, buena fué la sorpresa al ver que Tavito ya traía puesto un calzoncito igual al que traía para cambiarse pero en color verde, se le notaba perfectamente su pajarito duro y la redondez de sus huevitos, me gustaba como se le vía la ropa interior a Tavo pero en ese momento era un obstáculo para mí así que me ví en la penosa necesidad de quitárselo dejándolo completamente desnudo, lo hice abrir las piernas y me llevé sus huevos a la boca chupándolos, los huevitos de mi Tavo tenían un sabor saladito, quizás por el sudor, de seguro mi pequeñito había jugado mucho en la escuela, mientras seguía chupándole los huevos me lo imaginaba corriendo con sus amiguitos y le acariciaba sus firmes piernas, su verguita dura me tocaba en la nariz y olía rico, un aroma tenue a pene transpirado, mamarlo también era necesario, así de una bocanada me lo metí entre los labios. Que rico sabo y la textura suavecita, me lo saqué de la boca y se lo pelé con los dedos descubriendo el glande, el pene de Tavito ya había crecido un poco a comparación de cuando lo conocí, era curioso ir viendo como se desarrollaba su cuerpo, esos huevitos y verguita lampiña en un par de años más se llenarían de bello y se harían mas grandes, pero mientras tanto meterse ambos a la boca y chuparlos no era ningún problema. Hice a Tavito levantar las piernas y con mis manos abrí sus ricas nalguitas dejando al descubierto ese maravilloso ano, la boca se me hacía agua al ver el rico hoyito que me iba a comer, el agujerito que ya me había dado tanto placer, Tavito me esperaba viéndome hasta que volví a meter mi cara entre sus piernas, pero esta vez para chuparle el ano, el mismo saborsito a sudor percibía en su culito al chuparle el hoyo y morderle las nalgas, Tavito y yo cruzábamos miradas mientras yo le mamaba el culo y en sus ojos se miraba toda la excitación que se cargaba,
– Quieres mi verga?- Le pregunté, él dijo que sí con la cabeza y tragó saliva. Me puse en pie y me saqué los tenis e hice lo debido con mis jeans, en mi boxer se marcaba la tremenda erección que traía y en la parte donde estaba la cabeza de mi pene se notaba un poco la humedad que de este ya había salido, Tavo me seguía observando mientras yo me desnudaba para él, sus ojos se hicieron mas grandes cuándo me quité la camiseta,
– Estás bien fuerte- Dijo, observando mi parte alta, el ejercicio al que me sometí durante mi encierro post-Rafita había dado frutos y sin tener gran musculatura, mi cuerpo estaba bastante más marcado que antes,
– Te gusta?-
– Sí- Dijo él, y se puso bien colorado, dándome un golpe de ternura. Me terminé de quitar la ropa y entonces me subí a la cama, Tavito se acomodó junto a mí, empecé besándole el cuello y acariciando su espalda, mi verga quedaba entre sus piernas y Tavito me abrazaba mientras yo lo escuchaba dando gemiditos y suspiros,
– Te gusto?- Le dije,
– Sí- Respondió, entonces me detuve un momento y lo ví a los ojos, él sonrió apenado y yo igual, lo abracé fuerte y le dí un beso en los labios haciéndo que se pusiera aún más apenado,
– Tú también me gustas mucho – Le dije al oído y empecé a tocarle el culo, inicié a picarle el ano con mis dedos y estaba ya que me quemaba por hacérselo así que previo a eso me posicioné rápido encima de él y le arrimé el pene a la boca, mi verga tenía una gota gorda de líquido en la punta que Tavito lamió comiéndosela haciendo que me calentará más, le dió otra lamidas a mi glande y entonces se llevó mi verga a la boca y empezó a mamar. Tavito ya era todo un experto mamando verga, con delicadeza se la deslizaba por los labios y la succionaba agarrándola del tallo, usaba su lengüita para envolver la parte inferior y por momentos me daba unas chupaditas en la punta que me hacían estremecer, sabía que me encantaba lo que me hacía porque alzaba la mirada cada que yo gemía y se metía más profundo mi verga, siguió así unos minutos para después bajar a mis huevos, con la misma delicadeza se metió mi huevo derecho en la boca y lo empezó a chupar, que rica era la sensación y el morbo de tener a un niño chupándome los huevos, era una cosa maravillosa que llegado a un límite solo pensaba en las ganas tan inmensas de penetrarlo,
– Ya te la quiero meter- Le dije a Tavito, él alzó la vista aún con mi testículo en labios y dijo que si con la cabeza, dejó salir mi huevo de su boca y apenado me sonrió, que lindo que era mi Tavito, entonces me acomodé encima de él entre sus piernas y lo volví a besar, – Tú quieres?- Pregunté acariciando su cara,
– Sí- Dijo él sonriendo,
– Vas a dejar que meta mi verga por esta colita?- Le dije mientras le metía dos dedos por el ano,
– Sí, méteme tu verga por la colita- Respondió Tavo con una risita pícara, estiró su mano sujetando mi pene y empezó a masturbarme. Ambos nos masturbábamos con vigorosidad, el ano de Tavito ya estaba bien relajado y suave y mi verga lubricada por sus caricias,
– Ya, te la voy a meter- Le dije, Tavito soltó mi pene y dijo que si con la cabeza. Me puse una buena cantidad de saliva en el pene, lo posicioné en la entrada de su hoyito y de una estocada le metí mi verga entera,
– Ay…- Soltó Tavito, yo no lo dejé que terminara de quejarse, lo volví a besar metiendo mi lengua a su boca y empecé a acariciarlo. Nuevamente el estar dentro de Tavito se sentía maravillosamente bien, lo apretado y caliente de su culito envolviendo mi verga y mis huevos descansando en sus nalguitas era lo mejor, lo besaba apasionadamente mientras él movía torpemente su lengüita, – Te dolió?- Le pregunté,
– Poquito, pero me gusta que me la metas – Dijo,
– A poco si te gusta tanto mi verga?-
– Sí, porque me da muchas cosquillitas en la pancita, cuando la metes y la sacas se siente bien rico- Respondió Tavito,
– Así?- Pregunté y comencé a moverme despacio cogiéndolo,
– Ay… Sí – Dijo Tavito cerrando los ojitos,
– También tu culito se siente bien rico- Le dije, Tavito abrió los ojos y sonrió,
– Si?-
– Sí, me encanta metértela, que mis huevos te peguen en las nalgas- Tavito soltó una risita, – Qué?-
– Si se sienten tus huevotes en mis nalgas- Dijo,
– Y te gusta?-
– Sí, porque entonces sé que me la metiste toda- Respondió Tavito, yo había dejado de cogerlo y en su lugar meneaba mi cadera con mi verga adentro sin sacarla, quería que Tavo sintiera mis huevos contra sus nalgas en ese momento,
– Los sientes?-
– Sí – Dijo, y entonces sentí que con su mano me tomaba de las bolas y las apretaba con delicadeza, – Tienes unos huevotes- Dijo y me los seguía acariciando mientras en su cara tenía esa sonrisita pícara que tanto me calentaba,
– Son tuyos, mi verga y huevos son tuyos- Le dije a Tavito, él inmediatamente se sonrojó y desvío la mirada, – Qué?- Le pregunté, y tomé su mentón para que me mirara,
– Nada- Dijo él y no dejaba de acariciar mis bolas,
– Dime- Le insistí
– Es que…-
– Si?-
– Es que si me gustan mucho tu verga y tus huevos, y tú, así, todo me gustas- Dijo Tavito, se había puesto más rojo que nunca, – Y …- Comenzó de nuevo a hablar,
– Qué?- De nuevo pregunté,
– Y mi cola también es tuya- Me dijo. Esas palabras de Tavito me hicieron enternecer en sobremanera, él niño realmente estaba enamorado de mí, de mi cuerpo y claramente debía amar mi verga y huevos, pero además de eso estaba entregado a mí, su culo me pertenecía y con sus propios labios lo acababa de decir,
– Tú eres mío, completito- Le dije y le dí un beso de piquito, Tavito sonrió y entonces me comencé a mover nuevamente cogiéndomelo, inicié despacio pero fuí tomando carrera hasta estarle dando con todo, ese culito estaba en su punto y me recibía adentro con suavidad, el momento tierno había pasado, ahora el sonido sordo de nuestros cuerpos chocando era lo único que se escuchaba, los dos gemíamos y nos veiamos a las caras, no había duda que eramos el uno para el otro, su culo había sido hecho para que yo me lo cogiera.
Mis huevos iban y venían por nalgas de Tavo, iba variando en la forma de cogerlo, por momentos lo cogía profundo, sacándosela casi entera y dejándome caer para volverla a meter, pero después cambiaba y me lo cogía rápido y sin sacársela tanto, el pequeño disfrutaba en su culo las metidas de verga que le daba, lo apretaba y cerraba los ojos, hubo un momento en el que me le separé un poco y comencé masturbarlo mientras me lo cogía, su verguita estaba bien dura y yo jugaba con ella mientras mi verga le entraba y salía por el ano, Tavito no soportó mucho ese tratamiento a su cuerpo, de repente abrió la boca y su culo empezó a temblar, su verguita palpitaba y su recto también, en mi pene sentía las contracciones de su culo y en mis dedos las de su verguita acompañado de unas gotitas de fluido, en cuanto los espasmos en Tavito pasaron lo tomé de los tobillos y volví a colocarme sobre él, le tenía la verga clavada a tope y mis huevos embarrados en sus nalguitas, miré detenidamente la reacción del niño, ya su orgasmo se le había pasado y empecé de nuevo a la carga culeándomelo con todo, los golpes de mis huevos contra sus nalgas hasta dolían un poquito a veces, pero no me detenía, empecé a besarle el cuello a Tavito y a chuparle la oreja,
– Que rico estás – Le decía con mi agitada voz hasta que no pude más, se la saqué y me dejé ir afuera, el primer chorro le cayó en la panza a Tavito a la altura del ombligo, el resto se los eché en el pubis y en su entrepierna, su verguita y huevos quedaron bañados de mi semen, Tavito parecía ido, seguía con las piernas abiertas y el semen le empezaba a bajar de los huevos al interior de sus nalgas, lo dejé un momento para ir al baño a limpiarme y orinar, ya en baño me ví por un momento en el espejo, era todo eso real? Tenía a un niño de 10 años desnudo en mi cama, recién cogido y escurriendo mi semen por su cuerpo, era maravilloso, era mío. Regresé a la habitación y Tavo aún seguía en la misma posición, volteó a verme al notar mi presencia y le sonreí, él me respondió sonriendo también,
– Quieres más?- Le pregunté,
– Sí – Respondió él con energía.
Animado, volví a la cama junto a Tavito, tomé su mano y lo hice ponerla en mi verga, él la tomó y empezó a acariciarla haciendo que se fuera parando en su mano, entonces Tavito soltó una risita,
– Qué?- Pregunté,
– Es que estaba chiquito y ahora otra vez está bien grande – Me dijo, y seguía masturbándome,
– Y te gusta más cuando está chiquito o cuando está grande?- Yo también había comenzado a tocar a Tavito y al igual que a mí su piquito se le empezó a parar,
– Grande, para chupártelo y que me lo metas en la cola- Dijo Tavito, entonces volteó a verme y sonrió,
– A tí también ya se te paró – Le dije, ambos mirábamos a la verga del otro y nos masturbábamos, hubo un momento en que me acerqué más a Tavo y tocaba su verga con la mía, incluso con mi prepucio envolví un poco su pene haciéndolo reír,
– Tu pajarote se comió mi pajarito- Dijo riendo,
– Mejor que tu culito se coma a mi pajarito- Le dije, él volteó a verme y sonrió, – Súbete – Lo invité, él se montó en mí y yo lo tomé de las nalgas, – métetelo – Le pedí, Tavito levantó un poco el culo, tomó mi pene y se lo puso en la entrada de su cola, bajó un poco metiéndose la cabeza y despacito fué bajando, a media verga volteó y me empezó a ver a los ojos mientras seguía despacio bajando hasta tragarse toda mi verga por su culo, entonces otra vez Tavito se comenzó a reir,
– Qué?- Le pregunté,
– Mi cola se comió todo tu pajarote- Dijo con una risita,
– Que cola tan tragona la tuya- Le dije riendo,
– Pues es que a mi colita le gusta mucho tu pajarote- Tavito sonreía de oreja a oreja,
– Y a mi pajarote le gusta mucho meterse en tu cola- Le respondí,
– Quiero que me cuides todos los días, y que todos los días me lo metas- Dijo Tavito mientras comenzaba a tocar con la punta de su dedo mi abdomen, el ejercicio al que me sometí durante mi encierro me había dejado unos muy sutiles abdominales marcados,
– Te gusta?- Le pregunté, Tavito dijo que si con la cabeza,
– Estás bien fuerte, tienes cuadritos en la panza – Me dijo, mientras seguía dibujando mis abdominales con su dedo, entonces le hice señas para que se acercara a decirle algo,
– Qué?- Me preguntó en voz baja,
– Mi pajarito quiere que brinques en él- Le dije, Tavito nuevamente sonrió de oreja a oreja,
– Así?- Preguntó, y comenzó a brincar torpemente encima de mi penetrándose, se sentía rico pero no era tan buena técnica,
– Mejor así, mira, subes y bajas la cola nada más- Le expliqué con mis manos en su cintura y marcándole el paso que debía tener,
– Así?- Repitió Tavito ahora dándome unos sentones más ricos,
– Así…- Atiné a decirle, y me dejé llevar, las suaves nalguitas de Tavo caían ligeramente sobre mí, mi pene estaba lubricando mucho y en conjunto con el suave y sedoso recto de Tavito hacía una deliciosura de sensaciones, me dedicaba a gozar simplemente, ya Tavito había dominado la montura de mi verga y apretaba el culito de vez en cuando mientras se lo metía y sacaba haciéndome temblar de lo rico, era tan buena la cogida que Tavito me estaba poniendo que me ví en la necesidad de atraerlo a mi pecho para que dejara de saltarme encima o me hiba a hacer terminar,
– Qué? Lo hice mal?- Me preguntó mientras yo internamente peleaba conmigo mismo por no venirme,
– No, lo hiciste muy bien- Le dije, acaricié su cabello y le dí un beso en la frente, – Es que casi me sacas la lechita con tu cola-,
– Y no quieres que te saque la leche con la cola?-
– Todavía no- Le dije, y le di un beso en la frente, – Te voy a coger más –
– Sí – Dijo Tavito, y sonrió, lo tomé de la nalgas, me acomodé de piernas y empecé a hacérselo rápido, el pam-pam del choque de cuerpos volvió a dejarse oir ahora más fuerte y Tavito se dejó caer sobre mí,
– Así le gusta a tu culito, eh?- Le pregunté al oído,
– Ay… Sí… – Respondió Tavo, – Se siente bien rico tu verga en la cola- Agregó, tenía los ojitos cerrados y respiraba por la boca, yo le apretaba las nalgas y le daba con todo, el culito de Tavo como si nada se bebía mi pene,
– Ponte de ladito- Le dije al oído, Tavito abrió los ojos y se deslizó sobre mí sacándose mi verga, se acomodó dándome la espalda y él solito alzó la pierna, lo tomé de ella y me puse en posición para penetrarlo, se la metí fuerte, duro, Tavito dió un saltito y apretó el culito haciéndome estremecer, sus nalgas de nuevo chocaron contra mí y nos quedamos un ratito sin hacer ni decir nada, solo gozando nuestro sexo, respiraba el cabello de Tavito y lentamente acerqué mi mano a su pene para masturbarlo, me excitaba bastante estar pajeando ese penesito mientras el mío estaba adentro de su culo, esto hasta que Tavito comenzó a moverse clavándose él solo, esa fué una invitación para mí, así que dejé mi jugueteo con sus partes íntimas y tomando de nuevo su pierna empecé a cogerlo, comencé uno poquito lento pero pronto se volvió más violenta la cosa y el splash de mis huevos en sus nalguitas se empezó a escuchar, Tavito comenzó a gemir mucho mas fuerte cada que se la volvía a meter completa,
– Te gusta mi verga?- Le pregunté,
– Sí…- Respondió como si estuviera en un trance,
– Dime, dime qué te gusta mi verga – Estaba extremadamente caliente,
– Me gusta tu verga- Dijo Tavito con un poco de dificultad,
– Dilo más fuerte-
– Me gusta tu verga! Me gusta mucho tu verga!- Dijo con un gritito. Nadie además de mi podía escuchar como tenía a ese niño gritando que le gustaba mi verga, ensartado y cogiéndomelo como a una puta, cacheteando sus nalguitas con mis huevos y con su culo chapoteando mis fluidos, el fuerte olor a sexo y los gemidos que ambos soltábamos.
Le estaba dando bien duro a Tavito, pero mi pierna izquierda se me estaba acalambrando, así que con mi peso lo hice girarse boca abajo y sin sacársela me lo seguí cogiendo, yo sabía bien que ese era el último tramo de nuestro sexo del día, asi que no paré, me quedé viendo esas nalguitas rebotar con mis embestidas hasta que el llamado del orgasmo llegó y clavado en lo mas profundo de Tavito dejé mi semen salir. Me quedé encima de Tavito hasta que mi pene regresó a la normalidad y salió por si solo, entonces me recosté junto a él y acaricié su cabello, él también se acomodó y serio me miraba a la cara,
– Qué?- Pregunté,
– Me gusta mucho tu verga- Dijo con una sonrisita tierna, le dí un beso en la frente y nos quedamos un par de minutos más así, como dos amantes cualquiera. Pasados unos minutos nos vimos en la necesidad de levantarnos, hacía hambre, así que nos bañamos rápidamente y el resto del día continuaría como un día normal de alguien más, con una ligera diferencia, ese culo perfecto era mío, de su propia voz Tavito lo había dicho, su culo me pertenecía.
Ya extrañaba esta historia.. No sabes como disfruto con ella.
Que delicia de relato… Te lo he dicho antes… pero gracias por hacerme disfrutar de una buena paja. Ojala subas pronto otra parte.
Como sigue? Necesito mas…
Excelente relato… me encanta tu forma de escribir y me encanta la historia de Tavito.
Uff… Menuda excitación… Me has puesto la polla dura, tanto con este relato, como con el de Martincito.
Como sigue..?? 😋💦
Ne encanta la inocencia de Tavito, me parece muy adorable y excitante a la vez. 😉
gran realto como sigue
Me encanta ver como Tavito disfruta contigo y con tu verga…. Y como se ha enamorado de ti..
Que rico… Tavito es muy adorable y esta totalmente enganchado a ti… Me encanta la conexión que tenéis entre los 2 y el dúo sexual que hacéis. 🔥😜
Uuff… Me encanta esta historia… Como sigue?
Ya te lo he dicho en el otro relato pero: Es una delicia como escribes…
Llevo leyendo esta historia desde que empezaste a escribirla y a día de hoy, todavía sigo disfrutando de ella. Ojala la sigas escribiendo por mucho mas tiempo.
Como sigue?
Que rico relato , sigue por favor.