Niñero de Tavito (6)
Una larga jornada de sexo con Tavito que no podría haber terminado mejor. Disfrútenlo, el siguiente es el último .
Esta parte de la historia es meses después, Tavito ya estaba cercano a cumplir 11 años y estábamos en vacaciones de verano, al no haber escuela teníamos bastante menos sexo debido a que mi hermano estaba en casa casi siempre, así que todo el tiempo Tavito y yo estábamos bien calientes procurando aprovechar cada oportunidad para empinarlo y metérsela, hubieron varias ocasiones donde mi hermano casi nos descubrió pero afortunadamente nunca sucedió, y es que mi hermano era demasiado distraído, hubo una vez en la que literalmente tenía a Tavo con la verga hasta el fondo, mi hermano abrió la puerta de mi cuarto me dijo que iba a la tienda y se fué como si nada, yo me quedé helado, mi hermano me vió solamente de espaldas sin imaginarse que al frente tenia a Tavito con el culo en popa bien atravesado. Ese día terminamos de coger de forma apresurada y ni lo disfrutamos tanto, aunque si me llevé un buen susto, eso hasta que un viernes las cosas se alinearon, mi hermano se iría a casa de mi papá para pasar unos días allá y mi mamá saldría con sus amigas así que para poder dar rienda suelta a nuestro libido no se me ocurrió mejor idea que pedirle a Mayra que dejara a Tavito pasar un día para «jugar videojuegos». Tavito hizo su parte pidiendo permiso y chantajeando a su madre y yo por mi lado preparé también todo para que la casa estuviera sola.
Mayra llegó el viernes temprano a dejar a Tavito a mi casa como de costumbre, Tavo traía su mochila con ropa y se despidió de mami, yo estaba que temblaba de la ansiedad, le dije a Mayra que jugaríamos hasta tarde y cenaríamos pizza, ella se fué tranquila y entonces Tavo y yo solo tuvimos que esperar a que llegara la hora en que mi hermano y mi mamá se fueran pero para eso faltaba mucho, el día se me hizo eterno pero al mismo tiempo estaba tranquilo, pasadas las 7 de la tarde mi mamá y mi hermano ya iban de salida y ambos no regresarían por el resto de la noche,
– A qué hora vienes mañana?- Le pregunté a mí mamá antes de que se fueran,
– No sé, cómo a las 12- Me dijo, entonces supe que sería maravilloso, tendría todavía la mañana del sábado para hacer de todo con Tavito.
Mi mamá y mi hermano se fueron, tan pronto el auto salió de la casa y el portón se cerró, Tavito y yo volteamos a vernos uno al otro, Tavito sonreía y a mí inmediatamente se me paró la verga, sin embargo no podíamos aún iniciar con nuestro desenfreno pues ya habíamos pedido la cena y en cualquier momento el repartidor llegaría, sin embargo Tavito parecía no recordar este detalle, porque se dió la vuelta, se bajó la ropa y se inclinó ofreciéndome el culo,
– Métemela- Dijo, yo me acerqué y empecé a acariciarle al culo y a pasar mis dedos por su hoyito,
– Todavía no, acuérdate que pedimos la pizza y ni modo que nos encuentren cogiendo- Le dije,
– Ay, es que si se me antoja mucho que me metas tu vergota- Dijo Tavito, y se empezó a tocar el ano con un dedo,
– Espérate un rato y te voy coger toda la noche- Le dije,
– Bueno- Dijo Tavo, y justo entonces sonó el timbre. Me apresuré a ir a la puerta y como habría de esperarse era el repartidor, pagué por la comida y con normalidad Tavo y yo cenamos y vimos televisión. Veíamos una película animada juntos en el sofá, ya eran más de las nueve de la noche y ambos habíamos cenado, Tavito estaba sentado de ladito junto a mí y desde el ángulo que lo miraba, su culito sobresalía, así que estirando mi brazo se lo toqué, Tavo primero dió un brinquito para luego dejarse seguir tocando, seguimos así con mi mano tocando su culo hasta que él se recostó en el sofá dándome mayor acceso a su cola, continué con el manoseo a Tavito hasta que pareciendo que me leía la mente, él mismo se bajó la ropa dejando el trasero al descubierto, de esa manera me pude ir ya directamente a tocarme el ano y el niño continuaba viendo la película mientras yo me daba vuelo acariciando su sensible agujerito, palpé su ano por un largo rato sintiendo cada pliegue de este y metiendo solo la puntita de mi dedo en él hasta que sin más reparos me arrodillé en el piso junto al sofá y empecé a mamarle el culo a Tavo,
– Ya me vas a coger?- Pregunté Tavo mientras le tenía ya la punta de la lengua adentro de su hoyito,
– Ya, quiero meterte toda la verga en este culito- Le dije y regresé a chuparle el trasero,
– Sí, métela- Respondió Tavo, sacándose la ropa por completo para quedar desnudo de la cintura para abajo,
– Espérate tantito, vamos a mi cuarto- Le dije dándole un beso en el ano y levantándome para apagar la televisión y guardar el sobrante de comida, Tavo recogió su ropa y me esperaba al pie de la escalera,
– Apúrate- Me dijo, entonces apresurado lo alcancé en la escalera,
– Qué? Se te está haciendo agua el culo por qué te la meta?- Le pregunté al oído otra vez tocándole las nalgas,
– Sí,- Dijo Tavo bailando en su sitio como cuando quieres ir al baño,
– Vamos arriva- Le dije dándole una nalgada y lo levanté en mis brazos haciéndolo reir,
– Siento como cosquillas en la cola- Dijo Tavo viéndome a la cara mientras íbamos a mi habitación,
– Le hace falta mi verga a tu cola- Le respondí,
– Sí, es que hace rato que no me la metes- Respondió Tavo, entonces entramos a mi habitación y lo dejé en la cama,
– No te preocupes, vamos a coger hasta que nos cansemos- Le dije, me acosté junto a Tavito y empecé a besarlo, primero un piquito en los labios, después en la mejilla y terminé besando su cuello, Tavito gemía despacio y yo le acariciaba las piernas y las nalgas,
– Ay… Quiero chupartela- Dijo Tavito a mi oído, me alejé de su cuello para verlo, Tavito estaba excitado y con la respiración agitada, sin duda también él quería tener sexo conmigo, entonces puso su mano en mi entrepierna palpando mi erección,
– Me la quieres mamar, Tavito?- Le dije mientras seguíamos tocándonos,
– Sí- Respondió Tavo viéndome a los ojos y se notaba lo mucho que lo deseaba,
– Porqué te gusta tanto mi verga?-
– No sé, es que me gusta mucho cómo se siente y mamarla hasta que te sale la leche- Decía Tavito sin dejar de ver mis ojos y continuaba acariciando mi pene por encima de la ropa,
– Y cuando te la meto en el culo?-
– Sí, se siente bien rico, me gusta sentir cuando me pones la puntita en la cola y cuando se me va metiendo en el culo se siente bien rico pero más cuando me la metes toda, se siente como si me la metieras en la panza y me gusta mucho- Decía Tavito emocionado y caliente, entonces me acerqué a su oído,
– Acuérdate que mi verga es tuya- Le susurré,
– Sí, es mía tu vergona, ahh…- Respondía Tavito cundo le metí el dedo en el culo,
– Mamala- Le dije, Tavito se corrió en la cama y desabotonó mi pantalón, siguió bajando la cremallera y ayudándolo un poquito con la cadera me bajó el pantalón a media pierna, entonces lo ayudé una vez más y me terminé de sacar el pantalón quedando solo en un boxer corto que dejaba bien en claro mi erección, Tavito de nuevo me empezó a acariciar la verga sobre el boxer y parecía que se saboreaba, yo lo miraba con asombro, Tavito en verdad estaba bien caliente, me besaba el pene por encima y cuando llegó a la punta le dió un último beso y tomó el elástico bajándome el interior a media pierna y al instante volvió su vista arriba encontrándose con mi entrepierna al descubierto entonces la sorpresa invadió su rostro,
– Y los pelos de tus huevos?- Dijo mirando con los ojos bien abiertos, – Te quitaste los pelos!- Exclamó Tavito que tenía la vista clavada en mis partes íntimas. Cómo sopresa para Tavo me había rasurado la entrepierna completamente, tenía los huevos y la ingle como pompi de bebé, sin ni un pelo,
– Me los quité para tí, te gusta?- Le dije,
– Mmm, no sé, es que me gusta como se sienten tus pelitos en mis nalgas, me dan cosquillitas- Dijo Tavito con una risita, entonces con su mano empezó a tocarme los huevos, – Se te sienten bien suavecitos!- Dijo emocionado, y es que ciertamente sin pelos mis huevos se sentían súper sedosos. No me había depilado en años porque me picaba bastante cuando el bello volvía a crecer, pero lo había hecho para impresionar a mi novia y claro que también a Tavo, cosa que parecía hablar funcionado perfectamente porque Tavito jugueteaba con mis huevos como si a penas los hubiera conocido,
– Sí te gustó entonces?- Le pregunté, Tavito tomó mi verga con una mano y siguió acariciando mis huevos con la otra, masturbándome,
– Es que si me gusta como se sienten- Respondió, y siguió jugando con mi entrepierna,
– Oye- Le dije, él apartó un momento la vista de mi polla,
– Qué?-
– Quieres que nos las chupemos los dos?- Tavito sonrió,
– Sí!- Dijo Tavo sonriendo y sin que yo le dijera qué hacer, él solito se giró y acomodó pasando su pierna por encima de mí y a la vez acercó su cara a mi pene, roté un poco mi torso para estar más cómodo y entonces iniciamos con el 69, Tavito no dejaba de menearme los huevos mientras me la mamaba y yo le hacía lo mismo, los dos nos chupábamos rico las vergas pero Tavito se estaba luciendo, no se limitaba en los sonidos que hacía con sus mamadas, me sacaba suspiro tras suspiro con los ricos chupetones que le daba a mi pene,
– Me la estás chupando bien rico, bebé- Le dije, gozando con los ojos cerrados,
– Es que ya tenía mucho que quería chupartela, y también tus huevotes- Respondió Tavito y comenzó a lamer mi escroto, – Que suavecitos tus huevos- Dijo y empezó a chuparlos. Volví a abrir mis ojos y me encontré con el culo de Tavito, me sentía de nuevo como en un sueño, el niño seguía mamando con ganas mis huevos y verga y yo comencé a lamerle el ano, Tavito gimió en cuanto mi lengua tocó su hoyito y continuamos con el sexo oral, le daba largas lamidas desde los huevos hasta el ano a Tavo y él suspiraba, me metía su verguita a la boca y la mamaba con todo igual que él me lo hacía a mí y mientras tanto le apretaba las nalgas, ambos estábamos haciendo un muy trabajo con nuestros orales, el culo de Tavo iba dilatando y mi verga ya había lubricado bastante dentro de la boca de Tavito hasta que Tavo de pronto se la sacó de la boca, – Ay, ya, quiero que me la metas- Dijo Tavito y rápidamente se giró montándose y mí, me agarró el pene y sentí cómo se colocaba la cabeza en su agujerito, Tavito me miraba a los ojos con la boca abierta mientras empujaba contra mi verga clavándose él mismo, fué comiéndose mi verga con el culo hasta que tuvo aproximadamente la mitad dentro,
– Ya está contento tu culito?- Le dije, tomándolo de las nalgas,
– Sí…- Respondió sonriendo y entonces comencé a cogerlo despacito, Tavo se recostó en mí y lentamente fuí tomando impulso y profundidad hasta que le metí la verga entera, para ese entonces yo había re acomodado mi recamara y había puesto el espejo en dirección al pie de la cama, así podía voltear abajo y ver en el reflejo cuando me cogía a Tavito, miraba como mi verga se le iba por el culito y me animaba a azotarlo más duro, sus nalgas gordas temblaban en cada clavada y los dos gemíamos fuerte, Tavito también sabía ya lo del espejo y volteaba atrás para verse siendo follado, tenía su vista fija en mi verga entrando y saliendo de su culo y entonces de pronto nuestras miradas se cruzaron en el espejo,
– Te gusta cómo se ve?- Le pregunté,
– Sí…- Contestó y regresó la vista al frente para verme, – Tengo toda tu vergota en la cola- Me dijo, entonces un impulso por besar a Tavito me llegó, pegué mi boca a la suya y comencé a besarlo, Tavito respondía con torpeza el beso y al mismo tiempo me lo estaba cogiendo,
– Le encanta mi verga a tu culo, verdad?- Le pregunté a Tavito al oido,
– Sí… me gusta mucho tu vergota en mi cola- Respondió Tavito gimiendo,
– Quieres que te la llene de leche?- El sonido de mis huevos pegando en las nalgas de Tavo era más agudo ahora que me había rasurado,
– Sí, me voy a comer toda tu leche con la cola- Respondió Tavito y ambos nos venimos con los rostros reflejando lo calientes que estábamos,
– Tiene mucha hambre está colita, le voy a tener que dar mucha verga para que se llene- Le decía,
– Sí, mi cola quiere tu verga, ay… Quiere mucho tu verga…- El culo de Tavo palpitaba y eso solo podía significar que estaba por venirse, así que le puse las manos en la cadera y empecé a darle bien rápido, – Ah.. ah… ah…- Gemía Tavito, hasta que su culo convulsionó y un montón de ricos apretones se apoderaron de mi verga,
– Así… Así… Cómete mi verga- Le decía a Tavito al oido, su ano me apretaba la base del pene y yo le amasaba las nalgas, hasta que su culo dejó de palpitar, – Date la vuelta, ponte boca arriba- Le dije a Tavito, él se movió tambaleante, se sacó mi pene del culo y se recostó de nuevo encima de mí mirando al techo, me acomodé en posición y lo volví a penetrar hasta la base, lo tomé de las piernas para abrirlas en el aire y regresé a cogerlo, callado, Tavito se dejaba coger a mi gusto, parecía que después se haberse venido había caído en trance y yo me dedicaba a darle, mis lampiños huevos brincoteaban al compás de las clavadas de verga que le daba a Tavo y trataba de resistir para alargar la cogida, pero no había mucho que hacer, miraba de nuevo al espejo como mi pene entraba y salía del abierto ano de Tavito y el niño cuál muñeco seguía encima de mí casi sin reaccionar, su verguita parada y huevos se le movían también al ritmo en que me lo cogía y entonces me vine bien rico, cerrando los ojos empecé a soltarle los lechazos en el culo a Tavo pero en eso sentí que él me agarraba los huevos como apretándolos para que soltaran toda su leche, terminé de venirme y me saqué a Tavito de encima liberando mi pene de su cola, Tavito se acurrucó a un lado de mí y volvió a tomarme de los huevos acariciándolos mientras me miraba, así que yo también empecé a acariciar sus bolitas,
– Si me gusta como se sienten tus huevos sin pelos, no me hacen cosquillas en las nalgas cuando me metes tu pajarote, pero están bien suavecitos y me gustan- Dijo Tavito,
– Así también se sienten los tuyos- Le dije, y ambos seguíamos toqueteandonos las bolas,
– Pero los tuyos están bien grandotes- Respondió Tavo haciendo ademán de sujetar mis dos huevos a la vez,
– Bien que te cupieron los dos en la boca- Le dije, pasando mi pulgar por su labio, entonces sonrió,
– Ay, pero porque tú me hiciste que te chupara los dos- Dijo,
– Chúpamelos- Le dije, Tavito se quedó callado por un momento, mirándome con mis huevos en su mano, entonces los soltó y se arrodilló en la cama a la altura de mi entrepierna, yo me abrí de piernas dándole espacio y Tavito agachándose empezó a lamer mis huevos, pasó su lengüita por toda la piel de mi escroto y después comenzó a mamar uno de mis huevos, yo le empecé a acariciar el cabello, gozando el cariño con que Tavito chupaba mi testículo y entonces sin yo repetirselo, comenzó a querer meterse ambos a la boca, le costó un poquito, incluso me había dolido un poco pero finalmente sentí cómo mi par de huevos terminaron dentro de la boca de Tavito y empezó a mamarlos, era riquísimo como Tavo chupaba ambas bolas y con su manita izquierda me masturbaba la verga y durante todo eso yo lo observaba como tenia la carita clavada en mi entrepierna esmerándoce en complacerme. Tavito era un gran amante, jamás me habría imaginado que el niño curioso que había traído a casa un día para enseñarle a jugar, se convertiría en todo un putito dispuesto a muchas cosas. Tavito me había dado su culo, su virginidad, su intimidad, su inocencia, pero principalmente su amor y cariño, solo alguien con esos sentimientos podía dar una mamada tan rica como la que Tavo me estaba dando, -Ya, vamos a seguir culeando- Le dije a Tavito, entonces él se detuvo sacando mis huevos de su boca,
– Si- Respondió, tenía baba alrededor de la boca,
– Date la vuelta y métetela- Le dije, Tavito hizo lo que le pedí, se giró dándome vista de sus nalgas y tomando mi verga se la clavó en el culo, – Así, ya sabes qué hacer-
– Sí- Respondió Tavito y empezó a moverse, – Así?- Preguntó Tavito mientras seguía brincando encima de mí,
– Así, mueve el culito- Le dije,
– Ahh… Se siente bien rico tu verga en mi culo- Dijo Tavito, con una voz muy sexy,
– Cómetela toda- Le decía, y parecía que Tavito más se animaba y meneaba más el culito,
– Así te gusta?- Preguntó Tavito echándome una mirada hacia atrás,
– Sí, así, bebé- Le dije, estirando mi mano y apretándole una nalga, – Enséñame ese culito abierto- Le dije, Tavito se detuvo y se inclinó al frente sacando mi verga en el proceso y dejando su culito levantado enseñando su ano todo dilatado, me levanté de mi sitio y me arrodillé atrás de Tavito para verle su agujero abierto, – Sepárate las nalgas- Le dije, Tavito apoyó la cabeza en la cama y pasó sus manos por detrás para tomarse de las nalgas y separarlas enseñando su bien abierto y lubricado ano, – Todavía quiere verga este culito?- Le pregunté mientras la acaricia la verguita y los huevos,
– Ah… Sí, mi cola quiere tu verga, quiere que le metas toda tu vergona- Decía Tavito, entonces yo me incliné y le metí la lengua en el ano, – Ay…- Decía el niño mientras yo continuaba comiéndole el culo, incluso fruncía un poco el ano apretando mi lengua en su interior,
– Sígueme diciendo que quieres que te haga- Le dije y entonces regresé a mi labor de masturbarlo y mamarle el hoyito,
– Ay… Quiero que me metas tu vergota en el culito y que me cojas… Ah… Y tus huevotes en las nalgas, quiero sentirlos cuando me la metas toda, me gusta mucho cómo se sienten, bueno, aunque ya te quitaste los pelitos- Tavito soltó una risita y yo con él, – Pero de todos modos me gusta como se sienten tus huevos en mi cola, y agarrartelos cuando me culeas, ah…-
– Qué más quieres bebé?- Le dije, y ahora le había mandado dos dedos por el culo, estimulándolo
– Ay… Pues… Te la quiero chupar y que me des lechita, y que me vuelvas a coger y quiero sentir en la cola cuando se te hace grande tu pajarote y me echas la leche, siento que se me hace más grande la cola cuando me empiezas a echar la leche, y también…-
– Qué?-
– Te quiero coger yo a tí- Dijo Tavito, esa declaración si me dejó pensativo, pero después de todo lo que él estaba dispuesto a hacer no veía mal que él también diera vuelo a sus deseos,
– Vamos a hacer todo eso- Le dije, mandándole mis dedos hasta el fondo, entonces sin que Tavo tuviera tiempo de nada, así como estaba con el culo levantado me le monté metiéndosela de una,
– Ah…- Gimió Tavito y empecé a cogérmelo. De nueva cuenta miraba nuestro reflejo en el espejo y me excitaba en sobremanera verme montando a ese niño, su cuerpo pequeño con el culo en popa, dándomelo,
– Mira al frente- Le dije, Tavito levantó la mirada y observó lo mismo que yo, con su vista al frente me gustaba aún más la imagen en el espejo, la cara de Tavito expresaba perfectamente lo que debía estar sintiendo, – Te gusta cómo se ve?- Le pregunté y seguía dándole sin parar,
– Sí…- Respondió Tavito y apretó mi pene con su culo,
– Que rico lo aprietas- Le dije, mirando su cara en el espejo, Tavito encontró su mirada con la mía en el reflejo y volvió a apretarme, -Ahh… Así, que rico- Le dije,
– Así te gusta?- Preguntó Tavito, sosteniendo mi mirada,
– Me encanta, me encanta tu culo- Le dije y empecé a cogérmelo más fuerte,
– Y a mí me gusta tu verga…- Respondió Tavito y en el mismo momento comenzamos ambos a venirnos, dejé mi pene bien adentro de Tavito y de nuevo busqué su mirada en el espejo, Tavito continuaba viéndome a la cara mientras le soltaba en su recto el jugo de mi verga, – Te hace así- Dijo Tavito, haciendo un gesto de palpitaciones con su mano,
– A ti también te hace así la cola- Le dije, entonces Tavito soltó un risita,
– Y siento tus huevones suavecitos en mis nalgas- Dijo Tavito tomándome de los huevos y acariciándolos, – Siento bien rico la cola, – Me respondió Tavito dando otra apretadita con su recto,
– Quieres seguir cogiendo?-
– Sí, pero quiero hacer pipí- Me dijo Tavito liberando mis bolas de su manita,
– Yo también- Le dije y le terminé sacando el pene dejando su ano bien abierto. Tavito se levantó bien sonriente,
– Vamos al baño- Preguntó Tavo,
– Vamos – Le dije y ambos salimos desnudos de mi habitación. Tavito y yo nos paramos juntos frente al retrete y ambos comenzamos a orinar, Tavito riendo cruzó su chorro con el mío y yo apuntaba a diferente punto jugando con nuestra orina,
– No se vale, tu vergota tira más pipí- Me dijo Tavito riendo,
– Y más leche- Le dije girándome y golpeándolo con mi pene cuando dejé de orinar,
– Hey!…- Dijo Tavito y me dió un manotazo en el pene, entonces repetí mi travesura golpeándolo, – Nooo!- Dijo Tavito riendo mientras a mi ya se me empezaba a parar de nuevo y lo volvía a golpear, – Ya!- Me dijo Tavito y en el siguiente intento de golpearlo con mi pene este lo atrapó en su mano, – Ya se te paró- Dijo Tavito con una risa aun mas fuerte, – No te voy a dejar que me vuelvas a pegar- Me decía, y me tenía bien agarrado de la verga,
– Y me vas a dejar que te la meta?- La sonrisa burlona de Tavito cambió a una traviesa, me coloqué detrás de él y lo tomé de los muslos alzándolo, él me tomó del cuello y como si su culo llamara a mi pene, esté entró a la primera por su ano,
– Ay …- Exclamó Tavito y entonces suavemente comencé a subirlo y bajarlo y sentía la lubricación de mi propio semen que le acababa de depositar hace unos pocos minutos, tenía a Tavito abierto de piernas en el aire ambos viendo en dirección al inodoro y con delicadeza me lo cogía,
– Que ganas tenía de cogerte, ya me hacía falta tu culito- Le decía al oído y Tavito simplemente gemía, – Tú también extrañabas mi verga? Quería tu culito que te la metiera?- Y continuaba subiendo y bajando a Tavito en mis brazos,
– Sí.. Me daban cosquillas en la cola cuando pensaba en tí, un día me metí un cepillo de mi mamá por la cola y me imaginaba que era tu verga- Me dijo Tavito, sorprendiéndome,
– Y qué te imaginabas, bebé?-
– Pues… Ay… Me imaginaba que te subías encima de mí y me cogías, y me imaginaba tus huevotes en las nalgas pero que todavía tenías pelos- Dijo Tavito riendo y yo con él,
– Tanto extrañabas mi verga, bebé?-
– Sí, es que me ya tenía mucho que no me la metías- Dijo, entonces me lo empecé a coger más rápido,
– Ya no te la tienes que imaginar, te voy a coger mucho para que se te quede bien grabado cómo se siente- Le dije a Tavito y entonces me dispuse a salir del baño con él en brazos, ensartado, entré de nuevo a mi habitación y me ubiqué frente al espejo, a la distancia más cercana que nos permitía a Tavo y a mí vernos juntos, quería que Tavito no perdiera detalle de mi verga dentro de su culo, que memorizara las sensaciones y la imagen de nuestro acto sexual, – Te gusta cómo se ve?- Le pregunté,
– No sé cómo me cabe toda en el culo- Respondió Tavito con la mirada fija en nuestra unión carnal,
– Porque tu culito la quiere adentro- Le respondí y seguí culeándomelo,
– Ay… Sí, mi culito quiere toda tu verga adentro siempre- Dijo, ambos seguíamos atentos a la imagen de mi pene moviéndose a través de su ano, – La siento en la panza… Ay… Ahí- Dijo Tavito en un momento en que se la metí entera,
– Ahí te gusta?- Le pregunté y comencé a meterla y sacarla muy poquito para estimularlo en el mismo punto,
– Ay… Ay…- Se quejaba Martino mientras yo seguía acariciando su interior con mi verga,
– Te gusta, bebé? Te gusta mi verga?- Le preguntaba a Tavito, pero la realidad era que yo ya había detectado la profundidad exacta para estimular su infantil punto g,
– Sí… Ay…- Tavito tenía los ojos cerrados y apretaba el culo con sabrosura, – Ay, mi culo… Ay…- Tavito se comenzó a venir y en cuanto sentí el primer apretón que su recto le daba a mi verga, se la saqué y lo incliné en mis brazos frente al espejo, abierto de patas para que viera como su hoyito temblaba, – Ay… Ay…- Decía Tavito y un chorrito salió de su pequeña verguita manchando el espejo, atentos los dos observábamos su ano en éxtasis hasta que unos segundos después dejó de palpitar, – Tengo la cola bien abierta- Dijo finalmente Tavito, ya con su voz relajada y se seguía mirando el ano,
– Para que la quieres cerrada, si vamos a seguir culeando- Le pregunté y al mismo tiempo le volvía a acomodar la cabeza de mi pene en su agujerito,
– No, si quiero que me sigas culeando- Respondió Tavito y con el ano me dió un besito en el glande, – Es que mi culo está bien abierto por tu vergota. Me acuerdo que antes me dolía que me la metieras y eso que nada más me la metías poquito, pero ahora me cabe todita y ni me duele nada- No sabía si era solo idea mía, pero parecía que Tavito hablaba con orgullo de como ahora podía sin problema mi verga entera en el culo, – Bueno, nada más si me la metes de una si me duele, pero si no, me gusta mucho-,
– Así?- Le dije, y entonces lo bajé un poquito clavándosela completa,
– Sí… Y también me gusta como se ve así, tus huevos afuera y todo tu pajarote adentro, parece que mi cola se lo está comiendo- Dijo Tavito con una expresión de diversión en la cara, todo esto aún viendo la unión de nuestros cuerpos,
– Pues es que si se lo está comiendo, bebé, tu colita tiene hambre de mi verga, no deja nada afuera- Y es que Tavito tenía razón, la vista de mi verga entera adentro de su culo y solo los huevos de fuera era magnífica, mi verga se perdía de vista por su ano mientras más arriba los huevos y verguita de Tavo se veían diminutos comparados con la hinchada barra de carne que tenía atravesada por el culo, obviamente que era muy erótico todo eso, quien no querría tener un culito así a su disposición? En piloto automático me fui con Tavito en brazos a la cama y poniéndonos a ambos en posición de cucharita me lo empecé a coger fuerte, el chapoteo de mis huevos chocando con las nalgas del niño se escuchaba muy claro, los dos hacíamos sonidos de placer muy pronunciados y profundos, lo estábamos gozando como era debido, después de todo era el sexo más rudo que habiamos tenido nunca, tenía a Tavito agarrado de las piernas pegándolas a su pecho y estaba usando su culo en toda regla, mi verga entraba y salía al instante por su hoyito apretado, me estaba culeando a Tavo como todo un salvaje, habíamos llegado al límite donde ya no eran gemidos lo que yo soltaba, si no puros gruñidos y en el caso de Tavito quejidos, no supe si le estaba gustando, doliendo o ambos, lo que si sabía es que en ningún momento me pidió que parara, fuí yo quien se preocupó de preguntar,
– Te duele?-
– No…-
– Quieres más?-
– Sí…- Respondió Tavito, interrumpido por un gemido que se le salió,
– Dímelo –
– Quiero más…- El olor a sexo ya era bastante fuerte, aún cuando le olía el cabello a Tavo, el aroma a fluidos sexuales era más grande,
– Dime qué quieres-
– Que me cojas… Que me metas tu verga- Decía Tavito y el estruendoso sonido de los azotes que le daba acompañaban sus palabras,
– Qué más?-
– Tus huevones en mis nalgas y tu vergona en mi culito- Seguía el niño sacando su lado más putito mientras yo se la metía lo más fuerte que podía, – Quiero sentirla en la panza, y que me eches tu leche- Tavito estaba más desatado que nunca, ambos lo estábamos, el sexo era rudo, más si consideras como ese hoyito recibía como campeón mi re dura verga, sentía como el semen que le había echado antes se había todo embarrado en mi pene entero y como un foam denso hacia resbaladizo y fluido el ir y venir, casi sin previo aviso me comencé de nuevo a venir deteniendo con lentitud mi movimiento de cadera mientras de nueva cuenta volvía a llenar el recto de Tavo con mi caliente leche y sentía también como las tripas de Tavito palpitaban como ordeñando mi verga.
Pasaron unos minutos en lo que se me pasó el éxtasis y dejé que mi pene volviera a su estado dormido, Tavo y yo permanecíamos en silencio y con el aire, sentía la humedad en mi pene, le solté las piernas a Tavo pero el permaneció en su posición fetal en la que me lo había estado cogiendo, hasta que se estiró despacio y después rodó en su sitio mirándome de lado, entonces hizo algo que jamás había hecho antes, sosteniendo mi mirada soltó un pedo que hizo resonar los mecos que tenía en el culo y ambos soltamos la risa,
– Tengo mucha leche en la cola- Dijo Tavito con alegría,
– Y muchos pedos- Le dije riendo,
– Es por tu leche- Se excusó Tavito,
– No, es que te entró aire cuando te la metía- Le expliqué,
– Ahh- Dijo y de acurrucó en mi brazo,
– Todavía me lo quieres hacer tu a mí?- Pregunté sin muchos ánimos, Tavito me vió a los ojos y sonrió,
– Sí- Dijo, entonces, con resignación me di vuelta y me puse a cuatro patas, era la primera vez que me ponía así para Tavito, pero es que quería que él también lo disfrutara al máximo, Tavito se colocó detrás de mí y me tomó de la cadera,
– No te quitaste los pelos de la cola- Dijo, tocando mi agujero mientras reía y yo con él,
– No, ahí si no…- Le respondía, pero sin avisar sentí cómo el niño me metió su dedo,
– Todavía siento tu verga en la cola, y ahora yo te voy a meter la mía – Dijo, mientras yo paciente esperaba que acabara rápido, sentí cómo metía ahora dos dedos y los movía dentro de mí y entonces de pronto sentí algo un poco más gordo,
– Ya la metiste?- Pregunté,
– Sí – Respondió Tavito con una risita, – Te gusta?-
-… Sí- Respondí.
A lo largo de nuestro viaje, no había tenido oportunidad en notarlo tan bien como en ese momento. Claro, Tavito había crecido mucho en esos casi dos años que tenía de conocerlo, de la primera vez que me había cogido él a mí, a esta, mucho había crecido su pene y por primera vez sentí un gustito raro al ser cogido por él, así que también para regresarle el favor, estiré mi mano para acariciarle los huevos cómo él hacía conmigo. Tavito gemía diferente que cuando me lo culeaba yo a él, no aguantó mucho, a penas unos minutos después sentí las palpitaciones de su ya no tan pequeño penesito, Tavito hizo como yo, y agarrado de mi como un koala a un árbol, seguía sujeto a mí con su verga dentro hasta que simplemente se achicó y se salió,
– Ya?- Pregunté,
– Sí- Dijo, y ambos regresamos a recostarnos como antes,
– Te gustó?-
– Sí… Ya sé porqué te gusta tanto metérmela, se siente bien rico- Me dijo, entonces le sonreí,
– Sí, y más un culito tan rico como el que tienes tú, se siente más rico metérsela- Le dije mientras le volvía a tocar las nalgas, – Me vas a dejar que te siga cogiendo cuando estés más grande?- Le dije con un tono de voz más serio,
– Y porqué no? Yo siempre me voy a dejar que me cojas- Respondió Tavo,
– Es que vas a crecer, y a lo mejor ya no te va a gustar- Tenía melancolía en mis palabras, pues sabía que lo mío con Tavito no duraría por siempre,
– No, a mí siempre me va a gustar tu verga y tus huevos- Dijo siendo él ahora quién me manoseaba, – Son míos, que no?-
– Sí – Le dije con alegría,
– Y mi cola es tuya, para que me cojas siempre – Respondió, entonces lo besé. Me daba alegría lo que Tavito decía, en el fondo yo sabía que eso no se cumpliría, pero no me quitaba la alegría de haber encontrado a ese niño tan lindo y caliente, terminó nuestro beso y ambos nos vimos a los ojos, parecía haber cierto brillo entre los dos, – Cógeme- Dijo Tavito, yo no dije nada, solo me puse encima de él, Tavito abrió las piernas y lo penetré, muy suave y marcado el movimiento de cadera comencé a cogérmelo, el culo de Tavo tenía ahora aún más semen dentro y hacia que como cuchillo caliente en mantequilla, mi pene se deslizara por su recto muy satisfactoriamente, se la metía al completo y despacio volvía atrás, mis huevos se encontraban con las nalgas de Tavo y al mismo tiempo mi abdomen tocaba su verguita parada, se la agarré para masturbarlo al mismo tiempo que me lo culeaba y nos mirábamos a los ojos mientras compartíamos ese momento. Nuestro amor era prohibido, un hombre cogiendo con un niño, pero ese niño también estaba gozando en su pequeño y delicado cuerpo todo lo que hacíamos, su ano era a mi verga como el agua al mar, su interior suave y apretado me recibía y me dejaba estar, mantenía sus piernas abiertas para que mi verga adulta pudiera ingresar en su aún no completamente desarrollado culo, y sus nalguitas suaves esperaban por mis huevos cargados de espermas chocaran en ellas, quizás si Tavito no me hubiera conocido no habría sido tan promiscuo, o quizás simplemente alguien más se lo habría cogido, no lo sé, lo que si sabía es que él estaba entregado a mí, dispuesto para mí, toda su terza y suave piel a mi disposición y cada parte de su cuerpo llevaba mi nombre grabada, no había un rincón de ese cuerpo que no hubiera sido tocada, besada, lamida o chupada por mí, pero para garantizar que todo tuviera mi esencia fué que me dejé llevar, se la saqué y comencé restregar verga y huevos por todo su cuerpo, inicié con su pie izquierdo, luego el derecho, colocaba la cabeza de mi pene entre sus dedos, avancé por sus tobillos, las pantorrillas, sus muslos y luego en su ingle, hacía movimientos copulativos con el espacio de su pierna y sus huevos, avancé a su abdomen, la panza, hacía círculos con mis huevos en ella, a Tavito le gustaba la sensación de «tener mi verga dentro en la panza», pues también parecía gustarle sentirla rozando por fuera porque gemía y miraba en silencio como de forma pervertida marcaba su cuerpo, lo hice sujetar mi verga en una mano y los huevos en otra, me masturbé con ellas un poco para después seguir con su brazos hasta llegar a su cuello, le puse los huevos en la barbilla y mi verga quedó reposada en su rostro, Tavito tenía la vista clavada en la verga que tenía en la cara, parecía curioso pero principalmente se veía muy excitado, así fué como finalmente le puse toda la entrepierna en la cara y comencé a restregar mi hombría en el rostro de ese lindo niño, fueron varios minutos de estar profanando esa carita dulce, Tavo quería chupar, pero no sé lo permití, no, en su lugar le dije que se girara boca abajo y repetí el recorrido, con mucho cuidado, claro está, ahora sí estaba seguro de que no había rincón de ese niño sin mi nombre, hasta en la oreja metí mi glande superficialmente,
– Eres mío- Le dije con mi pene en su oído, Tavito suspiró y entonces me puse en posición y de nuevo se lo metí, Tavito gimió fuerte cuando se la enterré toda y de nueva cuenta comenzamos a coger. Me cogí a Tavo un total de tres veces más, una de ellas por la boca terminándole adentro para darle un poquito de leche a probar, otra de misionero haciéndolo que dijera una y otra vez que su culo era mío, él también me cogió de nuevo a mí en misionero y finalmente una yo a él, de nuevo él boca abajo y yo encima,
– Ya me duelen los huevos, Tavito – Le decía y continuaba dándole a su culo,
– Y a mí ya me arde la cola- Respondió,
– Pero que rico, verdad?-
– Sí…- Dijo, y nuevamente me empecé a correr dentro de él, ya casi no saqué nada, fué la pura sensación de terminar en ese culito casi onceañero, pero que más podía pedir? Ese culo me había dejado seco, cualquiera en mi lugar lo habría hecho también,
– Quieres volver a coger?- Le pregunté, estaba más que satisfecho, pero una última vez rápido, podía ser,
– Sí…- Respondió Tavito,
– Déjame voy al baño y lo hacemos una última vez le dije, y me fuí a hacer mis necesidades.
– Estás listo?- Le dije al regresar pero Tavito no respondió, seguía en la misma posición que cuando me fuí al baño, -Que si estás lis…- Tavito se había quedado dormido, lo ví de arriba a abajo, se le podía ver el ano bien abierto, enrojecido y escurriendo leche, miré al reloj y ya había pasado de las 11, era normal que el pequeño haya caído presa del sueño y el cansancio, así que le dí un beso en la mejilla y me acosté junto a él para dormir.
Al día siguiente me desperté por la luz que se fugaba a través de la ventana y me di cuenta que Tavito no estaba en la cama,
– Tavo- Lo llamé, pero no respondió, así que salí a buscarlo, abrí la puerta del baño y ahí estaba él con cara de recién levantado, haciendo popó, volteó a verme,
– Me arde la cola- Dijo, y sonrió.
Nos bañamos, le quité la ropa a la cama para lavarla y eché aromatizante en mi cuarto porque aún olía mucho a sexo y continuamos el día con normalidad, según yo tendríamos sexo tambien ese día, pero la realidad es que ni siquiera me lo propuse, yo también tenía el pene un poco irritado y la realidad es que no se nos antojó a ninguno de los dos, le pregunté a Tavo si él quería antes que llegara mi mamá y solo dijo que no y bromeó acerca de que todavía le ardía la cola y hasta le había puesto un poco de crema para bebé en el ano, así que no hubo más sexo, mamá llegó, yo llevé a Tavo a su casa y así terminó la primera de otras jornadas de sexo maratónico que nos aventamos, pues con el pasar del tiempo la frecuencia de vernos a solas a veces escaseaba y cada tanto nos pasábamos horas cogiendo para compensarlo, además que también era raro que un adulto joven como yo pasara mucho tiempo a solas con un niño muy seguido, así fué como se fué dando, hasta que un día ya no, pero aún me quedaban un par de añitos con Tavito antes de que eso sucediera.
Ya estaba esperando la continuación, por lo que entiendo tu y Tavito estuvieron juntos hasta cumplio 13 años? Tienes que darle final a esta historia por favor.
Entendiste bien, porque justamente esa fue la edad dónde terminó la relación
Ojalá algún día escribas un relato con Brian el primo rafita
Que gran relato nos acabas de regalar! 👏👏👏👏👏
Qué bonita relación tienen Tavito y tú, es una muy linda historia 🥹
Uuff… estaba deseando que subieras otra parte… No sabes como disfruto con esta historia, menudas pajas me hago leyéndola.
Excelente relato… me encanta la historia de Joel y tavito.
Necesito conocer el final de esta historia… ojala continúes contándonosla.
Como sigue?? Necesito más
Uufff… Asi da gusto masturbarse, me tienes enganchado a la historia.
Gran historia, me encanta tu forma de narrar.
Como sigue?
Te felicito me trajo recuerdos pues me paso algo parecido espero la continuación pues faltan 2 años con el para que tenga un excelente final espero con ansias 🤩