No era el favorito del tío

Esta es la historia de cómo un niño fue pervertido para nunca ser el amante de quien amaba….
Me disculpo si es un poco largo el relato.

En alguna parte de la costas latinoamericanas vivía la orgullosa familia de Jairo, un pequeño rubiecito de 6 años que solo sabía reír y jugar todo el día, sus padres admiraban esa felicidad que emitía mientras muchos imaginaban al pequeño desnudo exhibiendo sus curvas de piel clara, por encima de sus ropas se le marcaba un enorme culo y unos gorditos que parecían más unos senos a medio crecer, ya el barrio donde vivía había conocido lo más íntimo del pequeño cuando 2 años antes el pequeño por curioso rasgo su conjunto con una alambre de metal en medio de una construcción en medio de la urbanización, cayo sin la mitad de su pantalón en un montículo de arena que lo hizo abrirse de patas mostrando su rosadito ano a los espectadores, muchos de los obreros se quedaron inmóviles mientras carpas en sus pantalones se extendían, pero otros aprovecharon para “ayudarlo” y mientras lo sacudían restregaron sus nalguitas, rompieron más del pantalón, desabrocharon su camisa y hasta el ano le manosearon, Jairo solo rio como si le hicieran cosquillas y cuando pudo corrió a su casa con su culito y bolas al aire para que más tarde su madre regresara a agradecerles a su “ayuda” para sorpresa de todos.

Pero esta historia se trata de otro momento, el momento en que Jairo empezó a ser degenerado por alguien que llegaría a su vida para usarlo pero no como el niño quería, un sábado días después de su sexto cumpleaños llego un hombre a su casa, el niño como el curioso que era corrió a ver quién era y por primera vez su ser extrovertido quedo paralizado, era un hombre altísimo de 1’90 que para su metro y poco de altura lo cohibía, de piel clara pero bastante quemada por el sol, tenía tatuajes por todos lados hasta en la cara que se medió veía por lo tupida y larga de barba que traía aquel señor, su cabello negro desordenado y sucio junto con su ropa hacia parecer que era un vagabundo, Jairo pudo escuchar como Jaime, su padre, y ese hombre parecían discutir, Tirso, como su padre llamo a ese hombre, parecía reclamarle a su padre un “error” que aquel hombre asumió como suyo para que Jaime que apenas tenía 17 años no entrara a la cárcel, ese acto hizo a Tirso pagar 15 años de prisión, el hombre acababa de salir de la cárcel y vino a pedir su ayuda para volver a empezar, mientras Jairo solo quería esconder ese capítulo de su vida, pero ahí estaba Jairo, aquel hombre lo saludo mientras con timidez el niño se acercó hasta que escucho que era un “tío”, el niño se emocionó tanto que corrió a los brazos de ese hombre que lo elevo y con temor de caerse el niño lo abrazo tanto con los brazos como con las piernas mientras el hombre reía con una mano apretándole el culito al niño, su padre algo avergonzado finalmente accedió a la petición del que más tarde se supiera era su primo, pero más por la presión que su orgullo y mantener las apariencias, y termino dándole alojo.

Al principio todo iba bien, la primera semana ayudo a Rosa, la madre de Jairo, con las cosas de la casa mientras encontraba trabajo, aunque con recelo Jaime aceptaba pero a veces su subconsciente le pedía estar alerta puesto que no sabe cuántas malas mañas habría adquirido en la cárcel y protegía a su mujer de él, aunque no estaba alejado de la realidad con lo de “malas mañas” pero no con Rosa sino con Jairo, la cosa comenzó una noche que Jairo estaba inquieto, recordaba como la mano de su tío lo apretó en su culito y como esa acción le había acelerado el corazón, su pequeño pene empezó a pararse por primera vez en su vida, recordó cómo una vez un hombre en el centro comercial le enseño su pene parado desde un cubículo del baño y como lo movía de arriba para abajo antes de que se riera y saliera corriendo, intento hacer el mismo movimiento pero no sentía nada, resignado fue al baño y sin pensarlo mucho paso por el cuarto de Tirso y allí lo vio, estaba casi desnudo solo con una trusa gris, su cuerpo delgado pero marcado se entonaba con una erección gorda que poco cabía en esa tela, se veía dormido y como Jairo era muy curioso entro a hurtadillas al pequeño cuarto de depósito habilitado de mala gana para Tirso, con miedo intento agarrar la gruesa verga que poco le cabía en la mano, al poco tiempo intento moverla igual que aquel señor y poco duro el movimiento cuando la punta de aquella poronga empezó a lubricar mojando en abundancia la trusa y haciéndole pensar al niño a que sabrá ese líquido, cuando menos lo pensó ya había pasado la lengua y captado todo el sabor necesario, le había gustado, cuando abrió los ojos su tío lo estaba viendo y el niño se asustó, antes de salir corriendo el hombre lo tomo del brazo y en un movimiento lo había montado en su regazo abrazándolo, el niño empezó a sollozar hasta que lo sintió, la gruesa verga de su tío entre sus carnosas nalgas, el hombre empezó un movimiento lento pero placentero masturbándose con las nalgas del niño aun con ropa, en poco tiempo ya estaba por alcanzar el clímax mientras Jairo estaba sintiendo un placer extraño, el hombre bufo y mientras rebuscaba en su ingle le decía al niño que no podía contar nada a nadie y sin esperar respuesta alguna le introdujo 3 dedos llenos de leche espesa de hombre en la boca embragando al niño con su olor y sabor, esa noche Jairo se durmió tarde y despertó somnoliento para ir al kínder.

Jairo no podía sacar esa noche de su cabeza, los olores, sabores y las sensaciones, por primera vez ese niño fue consciente de las miradas de los adultos a su alrededor y tuvo una noción mínima de que significaban, el mismo ardor placentero se produjo en su culito cuando vio a un viejo que lo miraba lascivamente mientras iba de la mano con su mamá a clases, las noches en su casa se volvieron una rutina depravada, ya su tío se desnudaba enseñándole su verga peluda de 17 ctm y gruesa casi como una lata para restregársela entre los cachetes de su culo hasta llenarlo de bastante leche y mandarlo a dormir, semanas pasaban para que las capas de tela disminuyeran, primero lo restregaba sobre la pijama, después sobre sus infantiles trusas, luego la delgada manta que tenía Tirso, hasta que al fin pudo sentir su piel ardiente con la suya, luego de un par de meses Jaime tuvo un viaje de negocios pero solo podía llevar un acompañante, ante la duda y las ganas de no dejar sola a su mujer pidió a regañadientes pedirle a Tirso que cuidara a su hijo, el hombre que ya había empezado a trabajar en una barbería acepto con la condición de ver el juego de futbol con un amigo ese fin de semana, el trato se hizo y cuando llego esa noche la tv de la sala estaba apagada mientras que Jairo estaba en la cama de sus padres con 2 hombres desnudos, su tío siguió con su rutina de todas las noches pero Emilio usando el semen de su amigo restregó sus 20 ctms de verga sobre el culo y al intentar penetrar se decepciono ante la virginidad del niño, paso la noche dedeando ese ano pero le fue imposible y termino acabando en la cara del niño mientras este se retorcía de placer con 2 dedos enterrados en su ano.

Jairo pensó que así sería su nueva rutina pero nada más lejos de la realidad, su tío seguía usándolo para masturbarse mientras el niño en sus momentos de soledad buscaba que introducirse en el ano, pensaba que eso era todo lo placentero en la vida hasta que su tío rompió su corazón, era diciembre y en ese barrio se hacía una fiesta gigante ante las fiestas de navidad, los niño de vacaciones corrían libres entre las calles mientras los padres con botella en mano disfrutaban a su modo, Jairo tenia rato corriendo cuando mientras descansaba escucho un bufido familiar saliendo de una casa abandonada del barrio, entro a hurtadillas y ahí lo vio, su tío con su gruesa verga enterrada en el ano de Juan un niño de su clase y vecino del barrio, el niño lloraba mientras tapaba su cara y su ano empezaba a ser bombeado, Jairo empezó a llorar cuando su tío empezó a besar a aquel niño, un dolor en su pecho empezó a aparecer mientras el vientre del niño dibujaba la punta de aquella verga que tanto él deseaba, al rato vio como el ano de Juan empezó a escurrir leche y algo envidioso se retiró llorando, fue directo a su casa no quería que lo vieran llorar, esa noche recibió a su tío con su culo en popa sobre su cama, con ambas manos abriendo sus nalgas, su tío se limitó a volver a masturbarse entre sus cachetes, para su tristeza, los días pasaban pero su dolor seguía ahí, él quería que su tío le destrozara su culito como lo había hecho con Juan, entendía que le gustara Juan con su piel morena, pestañas largas y labios gruesos pero el sentía que a él lo veían mas, todos miraban su cuerpo con deseo excepto su tío.

Su mente quiso racionalizar la idea de que a lo mejor como eran familia no podría hacer eso con él, se volvía a equivocar, esas mismas fechas de festejo llego la hermana de mi papá junto a sus hijas Olivia de 5 y Catalina de 9, esa noche buscando a su tío lo encontró en la sala clavándole la verga a Cata en la vagina con las piernas al hombro y la mañana siguiente vio como Olivia tragaba su semen en el baño del patio antes que todos despertaran, Jairo se llenó de celos e ira y no trato a sus primas el resto de su visita, Jairo empezó a sentirse feo y empezó a deambular por las calles de su barrio pero esta vez sin su alegría habitual, sin saber cómo llego a la barbería donde trabajaba su tío que estaba libre, Emilio lo vio y lo invito a pasar, sin reparos le enseño su verga ya dura y le pidió que se la mamara, el niño no sabía cómo y Emilio le enseñó y mientras ya tenía media tranca clavada en su garganta sus dedos se deslizaban dentro del culo del niño, una campana en la puerta hizo separarse al asomarse noto a un niño de 12 años negro, el niño le pidió dinero y Emilio solo se lamio los labios y se agarró el bulto erecto, el niño asintió y el hombre se volvió a bajar el cierre mientras se sentaba en la silla de afeitar el niño se montaba ya sin pantalón y tomando la verga de Emilio la apunto a su ano y se dejó caer soltando un suspiro, Jairo veía con asombro como se la enterró toda y empezó a saltar mientras ambos gemían hasta que empezó a salirse la leche del culito del mendigo, Jairo escapo antes de que le dijeran algo más y sus noches procedieron a ser iguales, frotarse con su tío mientras a escondidas metía cosas en su ano.

En febrero llegando una feria cerca de su barrio por motivo de carnavales el pequeño rogo ir y aunque ya era cómplice de su tío nadie lo pudo acompañar, molesto y emocionado decidió escaparse y atravesando una valla metálica llego a la parte trasera del circo, caminando algo perdido entre las carpas lo encontró, el hombre que lo violaría esa tarde, Cosquillas, un hombre de casi 40 años, maquillado como payaso con peluca y todo, lo que no sabía nadie es que ese hombre su compañero de celda de Tirso por los primeros 5 años de cárcel, era el hombre que aprovecho la situación y había violado al tío de Jairo durante toda su estadía con él, era un pedófilo profesional pero lo habían encarcelado por evasión de impuestos, lo divertido es que detrás de la estantería de su casa donde encontraron las pruebas del delito estaban miles de VHS donde violaba a niños alrededor del mundo, Cosquillas estaba orinando cuando los ojos de Jairo lo encontraron y se posaron sobre sus 19 ctms de verga flácida, el hombre uso su mente rápida y poniendo voz divertida le recrimino en broma al niño estar ahí, no se había guardado el pene y amenazo al niño con que si lo atrapaba le iba a dar un “castigo” mientras azotaba su miembro que empezaba a reaccionar con una mano, Jairo rio y corrió pero al dar un par de pasos entendió las palabras del payaso y sin pensarlo empezó a desabrochar su pantalón y en una esquina paro en seco bajando tanto el pantalón como su trusita.

Imagínense la sorpresa del payaso que venía maquinando hacerle cosquillas al niño para acercarse lo suficiente para drogarlo y violarlo toda la tarde cuando se encontró el culito desnudo regalándose en una zona que solo él y el personal que estaba ocupado sabían que existía, Cosquillas sin mediar palabra acerco su verga babeante presionando el ano dejando un hilo de baba al separarse y volviendo a presionar, repitió 4 o 5 veces hasta que el propio Jairo termino de empujar suspirando al sentir aquella cabezota traspasar su primer esfínter, el payaso sintió su virginidad pero no pudo evitar que el propio niño se empalara solo, el pequeño de 6 años y medio se empujaba solo esa verga que le destrozaba el intestino sin que él lo supiera, Jairo sentía que estaba saciando un hambre que no sabía que tenía, su culo le pedía parar pero su deseo llevo a enterrarse semejante chorizo de una sola vez, el payaso sintió como las piernas del niño no aguantarían mucho luego de meterse todo aquello así que ni corto ni perezoso tomo su pequeña cadera y como si aquel niño no pesara nada lo empezó a subir y bajar de manera brutal, el grito de Jairo pidiendo a su madre no se escuchó por la música de feria mientras su consciencia se aferraba a él, varios chorros de orina salieron de su penecito con una fuerza antes vista, sus ojos se ponían en blanco cada vez que el niño visualizaba su vientre deformarse ante el empuje del payaso, la brutal cogida duro hora y media, en donde Jairo sintió la lengua del payaso vertiendo saliva caliente en su garganta, unos pellizcos deliciosos en sus pezones, cabalgo al payaso sobre el césped y fue puesto en 4 sobre una mesa vieja recibiendo en sus adentro la semilla de un catador de niños, el payaso no tuvo tiempo de limpiarlo o decirle que debía guardar el secreto cuando el niño ya estaba vestido y medio cojo se desapareció tras la malla metálica, esa noche volvió al cuarto de su tío cuando el hombre quiso frotarse un chorro de leche salió expulsado del ano del niño cosa que lo asusto, Jairo le sonrió y se fue a dormir.

Años pasaron, Jairo de 8 años estaba sentado en el regazo de su padre mientras sus familia se reían de lo afortunado que era Jaime al que su hijo lo amara tanto, al fondo Tirso veía fijamente al niño y cuando este encontró su mirada con una sonrisa aparentemente inocente empujo lo que quedaba de verga de su padre dentro de sus entrañas robándole un brinco de incomodidad, Jairo ya se había comido mitad del barrio con su culito, incluyendo a su padre, maestro y el amigo de su tío, pero a su tío lo dejo de visitar y como castigo jamás se dejaría coger por él, fin.