No importan las clases
Ignacio, joven atlético de 25 años, de buena clase social y privilegios, termina volviéndose loco por el hijo de la empleada.
Ignacio es un chico privilegiado, 25 años recién cumplidos, terminando la carrera de Economía y finanzas, alto 1,82, rubio oscuro, de ojos celestes, cara de hombre pero con una sonrisa que conquistaba a todos. Deportista desde los 12 años, su padre lo había inscripto en el club de rugby del cuál él y su padre también había sido parte, y aún son miembros. Ignacio no podía ser la excepción. Compitió en varios torneos locales, regionales e internacionales habiendo traído la copa del club varias veces bajo el brazo.
Criado en una familia de buena posición social, Padre y abuelo ingenieros, madre diseñadora, todos de buena cuna y que no han conocido el hecho de contar las monedas. Todos con sus propios autos y viviendo en una de las zonas mas exclusivas de la parte norte del Gran Buenos Aires, casa de Planta baja y dos pisos, parque, pileta, privilegios. Ignacio tiene una hermana de 23 que se encuentra en el exterior estudiando y un hermano de 28 que ya vive solo.
Ignacio es un seductor nato, con varias novias en su haber, todas ellas una mas linda que la otra. Nunca le duraron mucho las relaciones. Algo muy interno en él no lo hacía estar conforme del todo con sus relaciones, siempre buscaba algo más. Según lo que se han contado varias amigas y ex novias, es un chico no solo de «buen lomo», sino que es bastante bien dotado, y con muy buen desempeño en la cama.
Era una tarde de fines de Enero de un día sábado, después de haber almorzado en familia y haber lavado el auto, Ignacio decidió ir a tomar sol al lado de la pileta. Su madre junto con su tía se irían a visitar a unos amigos en común, su padre salió con el velero a dar vueltas por el río, y en la casa no quedaría nadie. Elsa, la mucama de toda la vida de la familia a quien querían como un miembro mas de la familia, ya que los había ayudado siempre en todo y se había ganado el corazón de todos, tenía una hija de 15 y un hijo de 19 años. Ambos también habían formado parte varias veces de eventos que la familia de Ignacio organizaba. La madre de Ignacio fue madrina de confirmación de la hija de Elsa e Ignacio había movido influencias en el club para que Leonel, el hijo mayor de Elsa, entre a su club a jugar Rugby, pero Leonel no estaba muy contento con ese deporte, lo que llevo que a los 3 meses se vaya. Y a su vez, conllevo que Ignacio se enoje y hayan perdido un poco la relación, pero estaba como dicen «todo bien».
Elsa se retiró a las 14hs y hasta el lunes no volvería. Ignacio ya estando solo en la casa, con una temperatura exterior de 36 grados y un sol que quemaba, decide ponerse una sunga color negra, su bronceador, y sale hacia el parque donde se encuentra la piscina. Prepara la reposera, se pone los airpods y selecciona su playlist en spotify. Sin darse cuenta, se queda dormido. A la media hora, lo despierta el calor abrasador del sol y se saca un auricular, escuchando de fondo el ruido del timbre. A las puteadas, entra a la casa y desde la cocina contesta el portero:
I:Quien es?
L: Hola, Ignacio? Soy Leonel.
I: Que haces? que pasó?
L: Me mandó mi vieja a buscar algo que dejó acá.
I: a ver, pasa! Y con el interruptor le permite entrar a Leonel.
Leonel queda algo sorprendido al verlo a Ignacio, un cuerpo musculoso y trabajado, alto cual Adonis, y brilloso por el bronceador, en una sunga negra que dejaba marcar una dotación importante…. Leo! Euuu … estas bien¡?
L: Si, disculpa, vengo medio abombado por el calor. Disculpame, mi vieja me dijo que dejó acá un anotador con las cosas que necesita comprar el lunes antes de empezar a laburar y me pidió que lo pase a buscar, vos q contas? tomado sol?
I: Si. Mientras tomaba de la botella de agua fría unos sorbos. Esta re linda la tarde para tomar sol y para la pile. Vení, tomemos sol.
L: no, deja, no traje malla, y le tengo que llevar esto a mi vieja.
I: te presto yo algo, no te preocupes. Llamala y decile que en un rato se lo llevas.
L: bueno dale.
I: Vamos a la habitación a ver que encuentro.
Leonel seguía estupefacto mirando el cuerpaso de Ignacio. A decir verdad hacía mas de 5 meses que no se veían, solo se enteraban de sus vidas por redes sociales, y Leonel siempre estuvo enamorado de Ignacio, pero por vergüenza, nunca le dijo a nadie de su elección sexual.
Leonel siempre un chico de contextura baja comparado con Ignacio. 1.71, de piel trigueño, ojos marrones, cuerpo delgado, pero con una cola muy redonda tipo burbuja por haber hecho patin varios años con su hermana, lo que le ayudó a moldear las piernas y la cola. Piel super lampiña, de espalda chica y una linda sonrisa, buenos labios. Siempre admirando la casa y el estilo de vida de Ignacio. Lo sentía su referente, todo lo que quería ser algún día pero, él sabía que era difícil sin los ingresos económicos de su familia. De todos modos, siempre se sintió cercano.
I: Che, no tengo nada de tu talle, tengo solo esta sunga celeste que era mia de hace unos años que me queda chica. te parece?
L: Nunca me puse una sunga.
I: bueno, es la primera vez. Dale, cambiate y vení a la pile.
Ignacio sale de la habitación rumbo a la reposera, y Leonel desde la ventana de la habitación de Ignacio en el primer piso, mira hacía la reposera, y comienza a tocarse lentamente mirando el cuerpo de Ignacio. No entendía lo excitado que estaba con solo verlo así. Termina de ponerse la sunga que le prestaron y baja a la pileta.
I: dale, sin miedo, metete.
L: Está fría?
I: Está tibia, dale! … Se acerca a la orilla y lo empuja al agua a Leonel. Provocando la risa en conjunto.
L: para boludo! jaj.. La verdad, que linda está el agua, no daba mas de calor.
Ignacio se mete en el agua sacudiéndose el pelo cuál imagen de modelo, y los ojos de Leonel se depositan en su torso, e indirectamente en su bulto.
Ambos empezaron a hablar de sus vidas, de gente en común que conocían, de video juegos, hasta que Ignacio tocó el tema que Leonel no quería mencionar:
I: que onda? estas saliendo con alguien?
L: no, ando solo. Vos?
I: también, soltero.
L: que raro vos, siempre con una diferente pero solo nunca. Q pasó?
I: Por ahora quiero estar tranca.
Leonel se inclina por el borde la piscina para ver la hora en su celular y hace que destaque su cola prominente y redonda que se marcaba aún mas en esa sunga, a lo que Ignacio expresa:
I: che, que cola que Tenes querido! mejor que una mina. jajaj
L: jajaj, cállate, ya me lo han dicho varios. Hasta mi hermana quiere tener mi cola.
I: bueno, guarda eh..
L: guarda que?
I: no, nada.
Ignacio se tapa la nariz y se zambulle hacía abajo del agua. Leonel lo mira como pensativo de como hacer que pase algo, ya que le gustó que Ignacio le admire la cola.
Leonel se tira hacia atrás y comienza a hacer la plancha. Ignacio saca su cabeza y cuerpo del agua y le comenta:
I: vos sabes que nunca me salió hacer la plancha, siempre me voy para abajo, soy pesado.
L: se sobre pone y le dice: inténtalo que yo te sostengo por debajo. Efecto declarativo. La partición es declarativa y no traslativa de derechos. En razón de ella, se juzga que cada heredero sucede solo e inmediatamente al causante en los bienes comprendidos en su hijuela y en los que se le atribuyen por licitación, y que no tuvo derecho alguno en los que corresponden a sus coherederos.
Igual solución se entiende respecto de los bienes atribuidos por cualquier otro acto que ha tenido por efecto hacer cesar la indivisión totalmente, o de manera parcial sólo respecto a ciertos bienes o ciertos herederos.
Los actos válidamente otorgados respecto de algún bien de la masa hereditaria conservan sus efectos a consecuencia de la partición, sea quien sea el adjudicatario de los bienes que fueron objeto de esos actos. que llenar los pulmones de aire, dejarte llevar y cerrar los ojos para mantener el equilibrio.
I: jajaja.. Que difícil! a ver? bueno, vos sosteneme.
Ignacio se recuesta intentando mantener la plancha, sus piernas se iban hacía abajo empujándolo y en eso, a la altura de sus lumbares y coxis siente las manos de Leonel que lo empujan hacia arriba. Ignacio riéndose le dice: ves, me voy para abajo.
L: Tranca, respira, llena los pulmones, yo te sostengo, cerrá los ojos y flota.
Leonel no podía creer estar tocando el cuerpazo de Ignacio, y viéndolo tan de cerca. Debajo del agua se había excitado, y trataba de no pensar en eso. Tenia prácticamente a la altura de su cara el bulto de la sunga de Ignacio. Leoenel aprovechó para que Ignacio se relaje, diciéndole:
L: Eso, respira, concéntrate, relájate, cerrá los ojos, flota. Te sostengo. Ignacio con los ojos cerrados se dejó guiar.
Leonel sacó una mano de abajo del agua, se mojó la cara, y volvió a sumergirla para juntar agua, la cuál fue tirando de a gotas por encima del cuerpo de Ignacio.
I: guau, esto es muy relajante. ! Sigamos.
L: aprovéchalo! Estirate, abrí los brazos, Abrí las piernas.
Leonel con una mano por debajo del agua sostenía el cuerpo de Ignacio, y con la otra le arrojaba agua. Cuando sin darse cuenta, Ignacio ya flotaba solo. Decidió sacar la otra mano de abajo de su cuerpo y acomodarse el miembro ya que seguía excitado. Se moja la cara, se da vueltas, y ve que había quedado entre las piernas de Ignacio. Decidió quedarse quieto y ver como todo ese cuerpo se acercaba hacía él.
L: como te sentís? estas bien? estas flotando solo si no te diste cuenta?
I: Guau, estoy muy relajado.
Leonel se pone de pie, ya no le interesa que se note su erección, con una mano lo sostiene por debajo y pone su mano sobre el abdomen de Ignacio. Sshhhh, yo te guío.
Tocar el abdomen de Ignacio hizo que se ponga peor su erección pero cuantas veces tendría la oportunidad de tocar esos abdominales perfectos? sacaba la mano con la excusa de mojarse la cara, y cada vez que la volvía a apoyar, la apoyaba mas cerca de la Ingle de Ignacio. Hasta que algunos de sus dedos quedaban apoyados sobre la sunga negra. Su corazón latía a mil por minuto, pero no podía creer lo que estaba viviendo. Muy despacio y de a poco fue llevando esa mano cada vez mas sobre la sunga hasta sentir de a poco la verga de Ignacio. Mira su cara y sigue con los ojos cerrados, con expresión de relajado. Y decide ir por mas y muy despacio decide tocar definitivamente esa verga, ese bulto que lo estaba volviendo loco. Apoya muy despacio la mano, cuando empieza a notar que Ignacio no decía nada y la verga empezaba a crecer y ponerse dura.
Leonel estaba mas que impresionado, por el momento que estaba viviendo que era su sueño hace tiempo, por tener al hombre de sus fantasías en sus manos, y por ver crecer de manera descomunal eso que ya se veía enorme. Empieza a ver como la cabeza de la verga de Ignacio empieza a asomar por el costado de la sunga que para todo eso ya estaba quedando chica, y él decide ir por todo, y con su lengua, recorrer todo eso.
Ignacio se incorpora, con cara de enojado y a su vez preocupado, lo agarra de la cara sin darle tiempo a Leonel a Reaccionar y lo besa apasionadamente como nunca nadie lo había besado. Leonel estaba como en un sueño. Comienza a pasar sus manos por esa espalda enorme y a recorrer su cuerpo. La verga de Ignacio lo presionaba, y había que ir por mas. Ignacio se sienta sobre el borde de la piscina y le hace gesto a Leonel que se acerque. Él le saca la sunga y comienza a chuparle la verga de una manera salvaje. De hecho solo le entraba en la boca hasta la mitad. Nunca había tenido en la boca algo tan grande y delicioso, hermoso. Ignacio se retorcía de placer y Leonel estaba dispuesto a complacerlo en todo.
Ignacio lo toma de la mano, y lo saca de la piscina. Le alcanza una toalla y lo lleva hasta su habitación. Ahí los dos desnudos comienzan a besarse como si no hubiera un mañana. Ignacio lo da vuelta a Leonel y lo arroja sobre su cama. Ignacio se agacha y comienza a darle una chupada de orto que no olvidaría. Le amasaba esas nalgas y las apretaba hasta dejarle los dedos marcados. Leonel se retorcía de placer. Le pedía mas e Ignacio le mordía las nalgas, le pasaba bien la lengua por el ano y le ejercía presión para que se le vaya abriendo. Leonel no daba mas del placer. Ignacio comenzó a recorrerle la espalda con la lengua, hasta llegar a su cuello y orejas y dejar la punta de su verga en la entreda del orto de Leonel, y a lo que Ignacio le pregunta: La queres? L: Si, toda.
De a poco y suavemente Ignacio se la fue metiendo a Leonel, mientras le chupaba el cuello, las orejas, lo besaba, hasta que de pronto, la pija de Ignacio estaba por completo adentro del culo de Leonel. Empezó despacio, para que se vaya dilatando ya que Leonel estaba dolorido y con una de sus manos le sujetaba la cadera para que se moviera despacio.
Con una mano Ignacio le sujetó el pelo, y con la otra le abrió una de las nalgas de Leonel para ver como estaba toda adentro, y comenzó con las embestidas. Leonel no la aguantaba, era un cuerpo enorme para su tamaño, pero era el momento que quería estar viviendo con el hombre del que estaba enamorado, pero no imaginó nunca el tamaño de esa verga. Ignacio rodeo el cuello del leonel con su brazo, con el otro brazo lo paso por debajo del torso del Leonel, lo tenía fuertemente sujetado, y lo empotraba firme y salvajemente, Leonel trataba de concentrarse que no le duela y pedía mas. Ignacio le besaba el cuello y le decía al oído: Increíble tu orto! Quiero que repitamos esto. Eso volvió loco a Leonel y le pidió más.
Ignacio lo puso boca arriba, le abrió las piernas y volvió a metérsela sin piedad, lo cogía con unos movimientos de cadera que nunca vio y entendió porque sus ex novias estaban locas por él. Ignacio se le tiraba encima mientras lo empernaba con toda la calentura bestial que tenía y leonel se sujetaba las piernas para que Ignacio hiciera su trabajo como solo él sabía hacerlo. Se besaban con locura, hasta que Ignacio decide agarrar a Leonel por la espalda y sentarlo encima suyo. Tenía la pija de Ignacio totalmente metida en su orto y Leonel estaba enloquecido de dolor y de placer. Ignacio siguió con las embestidas, mientras Leonel lo abrazaba y se besaban, hasta que Leonel dijo: No no, ayy para, y acabó como hacía mucho tiempo no acababa. Ignacio seguía, empapado en sudor, lo miraba con calentura y deseo hasta que le dice: ahí voy, ahí voy!! Y Leonel siente como la verga de Ignacio se hincha dentro de él y siente los chorros calientes de semen estallar dentro de él. Los gemidos de Ignacio se escuchaban en toda la casa. Los dos se quedan abrazados y sobre excitados. Se besaban y se reían juntos.
Ignacio saca su pija de adentro de Leonel, y se deja caer en la cama totalmente agitado. Leonel, le costaba moverse y también nota como la leche de Ignacio comenzaba a escaparse y se va al baño. Se mete en la ducha.
A los minutos entra Ignacio a la ducha junto con él. Se matan a besos y Leonel le dice: quédate tranquilo que no voy a contar nada. Ignacio le dice: Como vos quieras, yo quiero que lo repitamos seguido!
Esa es la primer parte de una nueva historia..
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