No me dejes de coger
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
l acercarse las vacaciones me iba poniendo a tono ya que mi culito presentía todo lo que pasaría, ya que mis vacaciones, solía pasarla en lo de mi abuelo, y en los alrededores había muchos hombres los cuales ya me habían hecho feliz, ya con 16 años estaba más que ansioso por ser la putita de todos los que estuviesen dispuestos a darme verga.
El primero en aparecer fue Juan que tenía por aquel entonces unos 36 años morocho bien nalgón con un par de huevos que parecían naranjas y que si bien su pija no era tan larga la tenía bastante gorda me hacía sentir bien llenito cuando me lograba meter todo.
Yo solía salir a andar a la hora dela siesta y me gustaba mostrar mi culito apretadito en unos pantaloncitos de jeans cortados bien arriba cosa que mis cachetitos se vieran al caminar, sabía que eso a los machos los ponía nerviosos, el primero en aparecer fue Juan que ni bien me alcanzo en su caballo me invito a cabalgar, así que me subió adelante y me sentó en su pene al ir andando se le fue poniendo dura la verga así que me acomodo luego de salivar bien mi culito entre las aberturas del shorcito, no sin inconvenientes logro encajar la cabeza de su poronga en mi anito, el cual debido a que no se por qué se me había olvidado ponerme ropa interior ; ) cuando sentí el primer dolor ya tenía la cabeza adentro, así Miguelito así que rico te está entrando- dijo Juan con la voz contentona, le pego una tunda al caballo y comenzamos a cabalgar el en caballo y yo en pija para los que no lo han intentado es lo más placentero que existe ya que sin movernos llegamos a tener unos orgasmos muy fuertes al bajarnos en el monte se me chorreaban las piernas de lechita, a Juan le gustaba mucho sentarme en su pija , casi todas las cogidas que me daba eran yo sentadito bien encajado en la verga, le gustaba que se la mamará pero después de venirse unas tres veces, como para que yo pruebe la lechona y de paso le deje bien limpita la pija.
Lo que más me gustaba de Juan era la forma en que acababa me la metía bien al fondo y se quedaba bien quieto mientras se sentían los espasmos de la corrida.
Recuerdo que el sabor de su lechita era bastante fuerte con mucho olor muy rica, luego solíamos pasar por la acequia y desnudos nos aseábamos, para al ya ir cayendo el sol llevarme de nuevo a la casa.
Donde por la noche me tocaba dormir con Ernesto y Álvaro dos hombres bien guapos que mis abuelos habían criado uno de 40 años y otro de 42 los dos bien degenerados pero lo que me hacían cuando estábamos a solas se los cuento en la próxima.
Continuará….
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