Noche sin freno
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por JLF.
Bueno, como marco he de decir que desde los 11 años más o menos que me acuesto con hombres, sin declarar nada al respecto, decir que soy gay o nada, simplemente me calentaba y ni se me pasaba por la cabeza una mujer.
Eso cambió con la edad, hasta que finalmente me acostaba más con mujeres, esto hasta los 30 años, en los que volví a las andadas.
Un amigo ultra heterosexual, con la verga más grande del universo y el culito más apretado de chile me había invitado a tomar un whisky con él.
Nos conocemos desde sexto básico y habíamos culeado muchas veces, pero esta vez se le ocurrió darme un viagra u otro remedio similar.
El punto es que comenzamos a toquetearnos como siempre, él haciéndose le machito, yo le empiezo a chupar su enorme miembro, que a penas cabe en mi boca.
Yo quería que me lo metiera, cuando lo hace llego a ver estrellas, pero es una buena experiencia.
Pero en aquel tiempo la cosa siempre era al revés, así que empecé a chuparle el hoyito y se lo metí.
Siempre grita y con sus piernas trata de mantenerme lejos, pero esta vez no pudo, le di y le di, hasta que lo hice acabar.
Como todos los machitos después de que se van, ya no quieren saber nada de uno.
Me fui rumbo a mi casa, cuando me llama una amiga del sur.
A ella le gustaban algunas cosas que yo había hecho, así que quería verme.
Yo no quería nada con mujeres, aún no quiero, pero ella venía de muy lejos y arrendaba un departamento.
Así que, bueno entre en su depa, y como estaba duro, ni hablamos.
Me la tiré en el sofá, ella se fue muy bien, bebimos un montó.
Creo que un poco demasiado.
No me pude ir.
Así medio deprimido me fui a mi casa.
Quizás si me masturbaba, pensé, pero cuando llegué no había nadie, ni nada para tomar.
Agarré un abrigo y un lubricante, me puse un poco y me fui al parque.
Eran ya las tres de la mañana, me encontré con un chico, muy lindo.
Alto y vestido con un traje negro, con corbata y todo.
No hablamos mucho, él estaba más briago que yo.
Date vuelta me dijo: eso era lo que yo quería escuchar, me lo metió, no lo tenía enorme ni nada, pero bastaba para excitarme.
-Tienes rico el culo-dijo.
Luego se dio vuelta, se lo metí un poquito, le dolió mucho, así que me la chupo un poquito.
Luego me la volvió a meter.
Mientras me taladraba, pasaron dos chicas en bicicleta, nos vieron y se rieron.
-No vayas a parar-le dije.
No lo hizo me lo metió, hasta que por fin me fui.
Había pasado al menos 8 horas caliente y duro.
Aquel fin fue un alivio.
El chico me besó, dulce y suave.
Me dijo que él no hacía esas cosas, que había sido de caliente.
Le dije que no necesitaba contarme ningún cuento.
Así me fui a la casa, me duché y dormí hasta las dos de la tarde.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!