Nuestra Vida (continuación de Dudas, conflictos, la vida) III
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Tinchoxxx.
Al llegar a mi casa, nos despedimos para vernos en una media hora, apenas hubiéremos tomado la merienda.
Terminado de merendar, mi hermano se quedó viendo no se que cosa en la tele y yo me fui para la calle, apenas salí vi a Sergio sentado en una escalera de una casa abandonada que había casi frente a la nuestra.
Desde allí me hizo señas de que cruzara y así lo hice para volver a saludarlo y sentarme con el.
– Che, lo ensartaste de veras al Maui ese o era de broma nomás??
– Mas vale que lo pinché jajaja, tenía una ganas terribles jajaja ¡!!.
– Jajaja que afrechudo .!!
– Que. vos no le tenias ganas seguro jajaja.
– Y siii, le pegué una cogida hermosa también.
– Yo también jajaja
– Mañana lo cojo yo a el y después te la pongo a vos también.
– Mmmm ya veremos.
– Che Sergio, hoy ni un beso me diste.
El me miró, sonrió y con un gesto con la cabeza y la mano me hizo señas de meternos a la casa abandonada.
Miramos para todos lados para ver si nadie nos veía y nos metimos por un pasillo angosto hasta el fondo.
Al fondo del patio de la casa había una casucha, escondida entre los matorrales, ahí fuimos.
Apenas entramos nos abrazamos y nos comimos la boca, al estar abrazados frente a frente, ambos en shorts, las pijitas enseguida se encontraron, mano viene mano va, nos manoseábamos las espaldas, la cola, el dejaba mi boca y me besaba el cuello.
Mientras yo le había metido la mano en su culo, el me agarraba la verga por delante.
Estábamos bien escondidos ahí y escuchamos ruidos, el espió por un agujerito entre las tablas de la pared y se dio vuelta colocando su dedo en la boca señalándome que hiciera silencio.
– Un viejo choto está meando.
– me dijo al oído.
Sergio estaba agachado apenas delante mío así que su culito me quedaba justo a la altura de mi verga, me arrimé tomando por la cintura y le afirme la punta en la cola, el se acomodó un poco y le baje el short, me salivé la cabecita y le pase saliva por el culito, mientras el se apoyaba mejor sobre las tablas de la pared.
Busque el agujerito despacio y se la mandé hasta los huevos, solo le salió un ¡!Huyy!! entre dientes, tirando la cabeza hacia atrás.
Lo empecé a bombear despacio y ni se quejaba, solo hacia un pequeño gemidito cuando se la enterraba hasta el fondo.
– Ya está, ahí se fue.
– dijo Sergio.
Yo estaba en las nubes bombeándolo y el poco a poco fue bajándose hasta quedar de rodillas y yo sin sacársela detrás de el, apoyé mas mi cuerpo sobre el y lo fui obligando a quedar en cuatro patas.
Así lo tuve unos cinco minutos hasta que le acabé adentro, otra cojida a mi amorcito y me gustaba cada vez mas.
Terminado eso, se la saqué despacio porque me gustaba ver esa imagen de mi verga saliendo de su culito.
Me la limpié y el se limpió la cola y siempre riéndonos los dos, no dejé que se suba los shorts, solo me arrodillé para chupársela como loco, los huevitos mas que nada ya que eso lo enloquecía, hasta que me presionaba la cabeza como si quisiera enterrármela hasta el fondo de la garganta, gimió fuerte y sus piernas temblaban pero sin sacármela de la boca hasta que muy lento se despegó de mi.
Nos chorreaba el agua por la cara por el calor que allí hacía.
– Te gustó??.
– le pregunté.
– Siii y a vos???
– Las dos cosas jajaja.
– conteste
– A mi también.
Ya estaba bajando el sol así que nos acomodamos lo mejor que pudimos y enfilamos para la calle, pero al ir casi saliendo escuchamos las voces de los chicos del barrio y nos quedamos helados.
Claro, como íbamos a explicar si nos veían saliendo a escondidas de ahí.
Lo agarré del brazo y lo metí otra vez para el fondo.
Nos quedamos ahí unos diez minutos mas hasta que se fueron y ya pudimos salir.
Obviamente aprovechamos para manosearnos y besarnos mas tiempo, calentándonos otra vez, pero como se hacia tarde nos fuimos cada quien para su casa.
Cuando entré a casa, mi mamá estaba en el comedor con una vecina hablando no se de que cosas y yo solo saludé y seguí para mi habitación.
Allí estaba Alejandro, tirado sobre mi cama durmiendo culito para arriba con la ropa puesta y era tal mi calentura que me subí encima de el despacito y lo cogí así nomás con ropa, como se quejó un poquito, lo dejé y me fui a bañar y cambiarme la ropa.
Al salir del baño, venía solo con los boxer puestos y la pijita dura porque no me quise hacer la paja, Ale seguía en la cama pero estaba de costado y las piernas encogidas, me terminé de secar el cabello, llevé mi ropa sucia y la toalla al lavadero y regresé para ver que el seguía en la misma posición.
Ya me lo quería coger, así que fui despacito a ver si mi madre seguía en el comedor con su amiga, al ver que estaba ocupada, volví al dormitorio, colocándome sobre la cama junto a mi hermanito, detrás de el en posición de cucharita, lo abrasé muy despacio y le dije al oido.
– Ale, querés coger???
– Mmmm. no. – dijo entre sueños.
No me iba a quedar con las ganas así nomás, así que lo fui girando despacito para dejarlo boca abajo, como solo tenía puesto el boxer me resultó fácil bajárselos enseguida, coloqué una sábana para taparnos por si venía mi mamá, busqué una crema Hinds que había en el baño, me coloqué bastante en la mano y se la unté en la cola, puse otro poco en la cabecita de mi verga y la sobé un poco, con la crema y lo relajado que estaba el, le metí mi dedo medio hasta el fondo para encremarlo bien, una vez que hice esto volví a preguntarle y esta vez ni respondió.
Me monté suavemente sobre el, pasé mi verga por su culito hasta que fui encontrando el agujerito y al hallarlo, solo bastó un poquito de presión para que entrara casi entera, despacito pero firme logré meterla de un solo movimiento.
Una vez que se la metí, lo atraje hacia mi para quedar ambos de costado en cucharita, apenas había terminado de acomodarnos, cuando se abre la puerta y era mi madre que me hablaba en voz baja, como pidiéndome algo o no se que, yo me quedé petrificado, tenía ensartado a mi hermanito y mi madre en la puerta, la sábana que nos cubría me salvó de una golpiza asegurada.
Solo alcancé a escuchar que le decía a su amiga que no había problemas en salir, ya que mi padre vendría en un par de horas y ella le dejaría una nota sobre la mesa.
Me volvió el alma al cuerpo cuando escuché la puerta del dormitorio cerrarse, ahí comencé a moverme muy despacito, metiendo y sacando mi verga del culito de mi hermano dormido.
Un par de minutos mas y la puerta de calle se cerró, así que podía cogermelo tranquilo.
Quité la sábana me monté como loco sobre ese culo otra vez, se la volví a meter y el ruidito que hacía mi verga en la fricción con su cola producto de la lubricación con la crema me detonaba la cabeza.
, nunca lo había hecho con eso y me encantaba.
Ale solo se quejaba un poquito y cada tanto balbuceaba algo como.
Jor.
pará.
tengo sueño.
– Ya va, ya va, esperá que ya acabo.
– le decia yo.
Y le daba mas y mas, sentía tan caliente la cabecita de mi verga que pensaba que se me iba a prender fuego.
Es que ese culito estaba por demás caliente, quizás producto de haber estado todo el día en el sol o que se yo.
Era tanta la fuerza que le hacía a mi hermano que terminó por prenderse también, levantando la cola y quitándose por completo los boxers, se puso en cuatro patitas y se abrió la cola mas con ambas manos.
Mis 14 cmts.
Se perdían dentro de ese agujerito rosado y tierno, mis bolas golpeaban contra las de el y con mi mano derecha lo pajeaba como podía.
Los dos sin dudas estábamos en las nubes.
– Ya me viene, ya me viene ¡!!.
– Dale, metela mas.
– replicaba Alejandro.
Unos cuanto bombazos mas y sentí venir mi orgasmo por todo mi cuerpo, parecía que me acalambraba pero se sentía tan bien, empujé fuerte al final, hasta el fondo, y ahí sentí mi lechita recorrer cada centímetro de mi verga y salir escupida por la punta, dentro de las tripitas de Alejandro, uno, dos, tres, golpes y al final esa hermosa caída al precipicio, cuando todo se termina, ese final precioso donde todo el cuerpo se me derretía, para caer sobre su espalda, agotado, agotados, feliz, felices ambos.
Sin sacarla aún lo hice poner otra vez en cuatro conmigo pegado a el con mi arponcito clavado dentro, quería verlo salir de esa cuevita donde tan bien lo había pasado.
Poquito a poco se la fui sacando y podía comprobar que me costaba mas sacársela que al Sergio o a Maui, era mucho mas ajustadito, pero por la crema había entrado re fácil.
Estaba maravillado.
Al fin salió por completo, seca de lechita, roja de pasión, agotada pero feliz.
Me fundí en un beso con mi hermanito mientras el solo repetía.
– Te amo Jor, te amo.
!!!
– Yo también Ale, te amo.
Nos quedamos así abrazados los dos en mi cama, lo ayudé a colocarse los boxers y yo me coloqué los míos, lo besé otra vez con lengua y el no se quedaba atrás porque mientras lo besaba me revolvía su lengua en mi boca y me apretaba el paquetito como pidiendo mas.
– Para Ale, mas tarde si querés te cojo otra vez cuando papi y mami estén durmiendo, querés??
– Bueno, pero yo tambien quiero coger como vos.
– Bueno, después me dejo yo primero entonces.
– Está bien, mas tarde entonces.
– Ale, no se te vaya a escapar que hacemos esto delante de nadie sabés??
– No, no le digo a nadie.
– Pero a nadie nadie eh !!
– Si ya se, a nadie nadie.
– Bueno, mas tarde la seguimos si tenés ganas.
Me di vuelta y me dormité, lo mismo hizo mi hermanito.
CONTINUARÁ.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!