Nuestra vida (continuación de Dudas, conflictos, la vida)II
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Durante la mañana jugábamos fútbol en el campito de la vuelta de mis casa, volvíamos a almorzar y para las tres de la tarde ya estábamos en la pileta del club otra vez para pasar la tarde.
Sergio y yo aprovechábamos cada momento que teníamos para manosearnos, en los vestuarios, bajo el agua en la pileta, pero siempre cuidando de no ser vistos, la verdad vivíamos empijados jajaja y eso nos encantaba, bajo el agua nos besábamos también.
Uno de esos días, pedimos permiso para ir a pasar el día a la playa del río que nos quedaba cerca porque nos aburría ir siempre a la pileta y así lo hicimos.
La playa aún hoy sigue como entonces, unos 200 metros de arena sobre el río, con un boyado del mismo largo, de aguas marrones por ser un río de llanura.
Temprano en la mañana nos fuimos los tres, con mi hermano y Sergio, había poca gente así que estábamos a nuestras anchas, arena, sol, agua.
Metidos en el agua, me quité el short por completo, lo até con el cordón que traen a la altura de mi rodilla y así andaba, hasta que Sergió se acercó me tocó la cola y ahí se dio cuenta que no tenía nada puesto.
– Nooo, estas en bolas jajajaja.
– dijo con los ojos como platos.
– Si, me lo saqué hace rato jajaja.
– Huuu, mirá si te lo lleva la correntada.
– No, bobi, lo tengo atado en el pìé, aparte traje otro por las dudas en la mochila.
– Entonces me lo saco también, queres???
– Dale, está buenísimo jajaja.
Sergio se los quitó también y así quedamos completamente en bolas, siempre cuidando de no salir del agua claro.
Estando así, se nos acercó un pibe a hablar con nosotros y jugar también ya que andaba solo.
Nosotros no tuvimos problemas con eso, así que al toque lo integramos.
Dijo llamarse Domingo y su apodo era Maui.
Estábamos hablando en el agua para conocernos y Sergio le arrojó arena, la cual le cayó parte en la cara y le entró en el ojo, al ver eso Sergio se disculpó y nos acercamos para ayudarlo.
Enjuagó su cara un poco ahí mismo y luego se fue a los baños para lavarse los ojos con agua limpia.
Ahí nosotros pudimos verlo al salir del agua y woooowwwww, que bello era.
De nuestra misma edad, 1.
40 mts.
Calculo, delgado pero no flaco huesudo, piel trigueña, cabello bien cortito y oscuro, un culito que daba ganas morderlo, las piernas estaban bien torneadas, en síntesis, una belleza, con un short negro algo suelto pero le marcaba bien la cola y el bultito al esta humedo.
– Te gusta no???.
– pregunté.
– Mmmm, y a vos??.
– respondió Sergio.
– Yo pregunté primero.
– Si, es re lindo.
– Si, a mi también me gusta, está para darle.
– dije yo y ambos nos reímos de manera cómplice.
– Cuando vuelva vemos que onda con el Maui, querés??- propuso Sergio.
– Ok, pero que no se avive Ale.
– Dale, aparte está en otra allá en la arena.
Pasaron unos minutos y regresó, al venir acercándose y notar que ambos lo mirábamos, se sonrió y a mi particularmente me derritió, creo que a Sergio también a juzgar por su cara.
Solo bastó una mirada entre nosotros para darnos cuenta que algo iba a pasar ahí jajajaja.
Al llegar junto a nosotros le pregunté si estaba bien y respondió que si que ya se le había pasado, así que se metió otra vez al agua con nosotros, se zambulló y al salir a espaldas de Sergio, tenia un puñado de arena en las manos y se la colocó sobre la cabeza a Sergio.
– Ahora estamos a mano.
– dijo entre carcajadas.
Los tres reímos y nos tiramos con agua, entre risas, chapuzones y juego, Sergio lo abrazo por detrás y se subió a su espalda, yo, sabiendo que estábamos en bolas, me imaginé que Maui, sintió al toque la pijita de Sergio en su espalda, ya que se quedó como petrificado, para ayudar un poco yo le hablé como si fuera una simple conversación para que pensara que yo no sabía nada de lo que pasaba bajo el agua y así resulto que el se quedó quieto hablando conmigo.
Sergio me miraba y se mordía los labios en clara señal que lo tenía bien apoyado y disfrutándolo.
El agua nos daba a la altura de las tetillas así que estábamos perfectamente cubiertos.
En un momento Sergio lo soltó y nadó unos metros, entonces Maui se me acercó y casi al oído, preguntó sonriendo.
– Che, tu primo está en bolas??
– Si, jajaja y yo también.
– En serio???
– Mas vale jajaja.
Tomé su mano y la puse sobre el costado de mi cadera y el solo la deslizó por el costado para comprobar que era verdad.
Se sonrió y preguntó.
– Che, y si los ven??
– No pasa nada, no se ve bajo el agua.
– Jajaja, siempre andan así ustedes??
– Siempre jajaja
– Woooow, tu primo está empijado jajaja.
– Obvio que si.
Sergio volvió junto a nosotros y “montó” otra vez a Maui quien agrandó los ojitos otra vez y se sonrió mirándome.
Tomé las manos de Maui y como si jugara con el, los arrastraba a ambos por el agua, cada tanto Sergio sin soltarlos bajaba por detrás y por los movimientos de su cabeza era clarísimo que lo cogia.
Me detuve, de manera casual giré y a estar tan cercanos, con toda intención rocé con el reverso de mi mano el frente de Maui y woooow, la tenía bien parada, el se dio cuenta y solo sonrió.
– Sacate el short.
– le dije.
– Naaaa, me da vergüenza.
– Pero dale si nadie ve.
Lo pensó unos instantes y se los sacó y le dije como atarlos a su pierna para no perderlos.
Listo, ya lo teníamos y le gustaba lo que hacíamos jajajaja.
Siempre en movimiento para no despertar sospechas, me puse a un costado de el y acerqué mi mano para tocarle la cola, pero el lugar estaba ocupado por la mano de mi primo que los manoseaba por el centro del culito.
Sentí el reverso de la mano de Maui rozar mi verguita, como con miedo pero con ansias, dejé que investigara lo que quisiera.
Primero la apoyó ahí, luego la giró y con las yemas de los dedos, rozó mis huevitos y toda la parte de abajo de mi verga, yo estaba a full.
Ahí noté en su carita un gesto de asombro primero y luego abrió grande su boca e inhaló una bocanada de aire, como cuando uno se ahoga con algo.
Miré a Sergio y si, era mas que obvio que lo había ensartado el guachín jajaja, le hice a mi primo un gesto sin que Maui viera, preguntando si lo estaba cogiendo y Sergio me lo confirmó con una sonrisa ya sintiendo con su cabeza.
Un instante quietos los tres hasta que Maui habló con palabras entrecortadas como cuando uno se pone tartamudo jajaja.
– Che, uste – des vienen sie- mpre??
– A veces venimos, la mayoría de las veces vamos al club a la pileta.
– Aaaa jejeje.
– dijo acompañado de un suspiro corto.
– Cuando quieras podes ir con nosotros si te dejan en tu casa.
– Pe – ro debe ser ca-ro ahí.
– No hay dramas, si querés ir te hago pasar por un primo y así podes entrar todos los días, pero siempre con nosotros.
– En se-rio??
– Claro.
Dicho esto, puse una de mis manos en la cadera de Sergio que se sacudía como poseso y sonreía.
Maui solo cerraba sus ojos y abría su boca, entonces tomé una de sus manos y la guié hasta mi verga, el la tomó mirando para todos lados y por las apretadas que le daba podía notar como lo cogía Sergio.
– Chupala ¡! Le ordené.
El metió su cabeza bajo el agua y se la metió en la boca, algo me raspó con los dientes pero no me importaba, se sentía muy bien igual.
Esa primera chupadita debe haber durado 10 o 15 segundos, tiempo suficiente para preguntarle a Sergio:
– Se la metiste o haces como si lo cojes nomás??
– Si si, enterita jajaja.
Maui salió de debajo del agua, entonces le pedí que siguiera chupandomela así me sacaba la leche, mientras yo lo pajeaba también, el obediente bajó nuevamente y siguió pero esta vez con mas ganas, parecía una ventosa su boca, su cabeza chocaba contra mi pelvis ante cada empujón de Sergio, lo que aumentaba mas el morbo, ya que no podía ver lo que pasaba bajo el agua, pero lo sentía y me encantaba.
Sergio paraba de a ratos ya que se cansaba, pero Maui, subía y bajaba y chupaba, yo estaba casi por acabar y se lo dije, ni le pregunté si quería mi leche en la boca, el solo bajó esa última vez y apenas llegó a mi verga, ¡zazzzzz!! Me saltaron dos chorros de leche justo dentro de su boca, lo apreté para no dejarlo salirse y no le quedó mas remedio que aguantarse y tragarla.
– Le acabé en la boca jajaja.
– dije.
– Yo en el culo.
– replicó Sergio.
Entonces solté a Maui y lo dejé subir, quien salió rojo como tomate, supongo que por la falta de aire y quizás también por vergüenza
Lo dejé recuperar el aire un toque y pregunté.
– Te gustó???.
– Si, está buena la playa.
– respondió dándome un poco la espalda.
Yo solté una risita.
– No te pregunté por la playa, bobi, jajajaja.
– Y entonces??
– Digo si te gustó.
que te coja Sergio.
El solo agacho su cabeza como enjuagándose la cara pero estaba morado de vergüenza, alcancé a ver un gesto de afirmación que hizo con la cabeza.
– Está bueno coger así, no tengas vergüenza, nosotros siempre lo hacemos.
– Son re putos ustedes entonces.
– dijo Maui.
– Jajaja mirá quien habla, Sergio te acabó en el culo y yo te llene la boca de leche.
– Ponete el short así salimos un rato del agua.
Así lo hizo y salimos a la arena y un poco mas atrás lo hizo Sergio, para sentarnos a la sombra.
Ya sentado en la sombra, saqué una botella de gaseosa que llevaba y los convidé, Maui fue quien rompió el silencio.
– Ustedes vienen mañana???
– No creo, mañana vamos a la pile, querés venir con nosotros?.
– respondí yo
– En serio puedo?
– Si te dejan en tu casa no hay drama, aparte somos amigos no?
– Buenísimo, a que hora van?
– Como a las 10 de la mañana vamos, después del campito.
– Che, ustedes no cuentan nada no??
– De la cogida decís??
Solo asintió con la cabeza como avergonzado.
– Nunca contamos nada y mas vale que vos tampoco tenés que contar, ok??
– No ni loco.
– Ok entonces, mañana vamos a la pile y a la tarde jugamos a algo en casa de Jorge si querés.
– Wooow, buenísimo.
– Si te dejan quedarte, a la noche hacemos una acampada en el fondo de mi casa, pedi permiso en tu casa – dije.
– Bueno.
– contestó.
Mientras decía esto, como estábamos tan cerca unos de otros, metía mi mano en ese culito por debajo lograba que se me pare otra vez.
Sin decir nada, me levanté y corrí hasta el agua, hice una seña a Maui para que me siguiera, el se levantó y tenia una terrible carpa delante también, entonces corrió hasta donde yo estaba, apenas se acercó, le tiré.
– Yo también te quiero coger, te dejás??.
– Ahora, acá??
– Si dale, estoy re empijado no viste??.
– Si vi, yo también, pero.
están mirando tu hermano y Sergio, me da vergüenza.
– Ok, tengo un lugar buenísimo, vos mirá donde voy y después venís, yo le voy a avisar a Sergio para que se quede cono mi hermanito, ok??.
– Ok.
Acomodé mi erección bajo el short, fui donde Sergio, le dije al oído que me lo iba a coger a Maui y me fui hacia la calle.
Voltee la mirada y allí venía el, crucé la calle y subía la barranca hasta un lugar bien cubierto por árboles y lo esperé, lo hice entrar por un desagüe pluvial, que nos permitía estar casi de pié por el tamaño.
Nos metimos mas adentro hasta donde ya casi no había luz de la calle, lo abracé y lo empecé a besar por la cara, el cuello, lamía su oreja, el solo se retorcía y sonreía, toqué su bultito y estaba durísimo y cabeceaba, bajé su short y me puse de rodillas y sin pensarlo me metí su pedacito en la boca.
Me gustaba, era un poco mas grande que la mía, con huevito bastante grandes y colgantes, eso si, tenía mas pelitos que yo y olía bien.
El solo gemía y se dejaba hacer.
Recorrí ese pedacito desde el tronco hasta la rosadita cabeza con la lengua, me metí sus huevitos de a uno en la boca y el se retorcía, al volver a la cabecita de la verga, sentí como palpitaba, uno, dos tres veces, y ¡¡¡¡ PUMMM!!! Soltó su lechita en mi boca, así nomás, era rica, algo saladita y abundante, sentí tres chorros y al hacerlo, el se aferró a mi cabeza y me la enterró hasta la garganta, haciéndome sentir arcadas, yo no tenia porque quejarme ya que el hacía un rato me había hecho el mismo “favor”.
Le saqué hasta la última gotita de leche y lo solté, me incorporé y sin pensarlo dos veces, lo abracé y le comí la boca, el correspondió de la misma manera y nuestras lenguas parecían dos serpientes en nuestras bocas.
Sin que le dijera nada, solo se fue dando vuelta, apoyando sus manos en la pared me ofreció su culito, el cual humedecí con mis dedos y mi saliva, luego hice lo mismo con mi verguita.
Le arrimé la cabecita en el centro, presioné un poquito y entró la punta, como vi que iba fácil, di un empujón seco y se la mandé hasta los huevos, el solo dio un quejido y un.
– Despacito !!!.
– Bueno, ya entró hasta el fondo, agachate bien.
– Bueno pero despacito que me haces doler.
Se agachó para quedar en cuatro patitas y le comencé a dar, despacio al principio pero pronto me gustó demás ese culito que me apretaba bien y le di mucho mas fuerte, Maui solo repetía.
– Despacito.
despacito.
!!!
Lo repetía todo el tiempo pero no hacía nada por frenarme, solo alzaba mas la cola, así que yo instintivamente lo sacudía mas y mas fuerte, hasta que no aguanté mas y dándole varios empujones mas violentos, al sentir que me venía la lechita, se la enterré hasta el fondo y dejé salir todos, cuatro chorritos de leche en el fondo de ese culito precioso.
Me quedé ahí, con mi verga dentro de el, recuperando el aire unos segundo, solo sonreíamos hasta que el solo fue acostándose en el piso y mi pedacito se salió, en la penumbra la veía y había salido limpita, dolorida pero limpita, subímos nuestras ropas y nos quedamos sentados unos instantes.
– Te gustó??.
– pregunté.
– Uuuhhhumm.
– respondió.
Y entre risitas cómplices, salimos hacia donde estaban los otros dos.
Llamé a mi hermano que estaba en el agua, comimos unos sandwichs y bebimos gaseosa y entre risas y juegos en el agua sin nada sexual ni tocando el tema, se nos fue la tarde.
Al caer el sol, caminamos juntos hasta el barrio y nos despedimos hasta el día siguiente.
Miré la ruta que tomaba Maui y para mi sorpresa vivía solo a una cuadra de las nuestras.
Como puede ser que nunca antes lo había visto o notado?? Nuestro nuevo “amiguito” me encantaba y por lo visto a Sergio también.
CONTINUARÁ.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!