Nuestro amor (Parte II)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por WriterD.
A la mañana siguiente, desperté solo en la cama.
No encontraba mi ropa interior y me debatía entre levantarme desnudo o tapándome con algo.
Luego de un rato me di por vencido y me levante con las bolas al aire.
Patrick estaba en el baño.
Tomaba una ducha, iba gastarle una broma pero simplemente entré a orinar.
-¿Cómo dormiste?-.
Preguntó él asomando la cabeza por la cortina de baño.
Instintivamente intente taparme con las manos pero me di cuenta que no tenía sentido, me sonrojo un poco.
-Creo que sabes muy bien como dormir-.
Dije en medio de una risa.
– Vamos a comer, cerraran pronto el restaurante.
-Cierto, ya termino acá.
Te espero allá, iré a preguntarle a los demás que haremos hoy.
– Corrió toda la cortina a un lado, y dejo todo su cuerpo a mi vista.
No pude evitar verlo, me parecía muy sexy la forma en como se secaba con la toalla.
Creo que él lo notó porque vio mi semi-erección.
Pasó a un lado y me dio un golpe suave en un brazo.
– Supongo que ahora tardaras en la ducha-.
Salió del baño y yo entre me metí a bañarme.
Me bañé y me alisté los más rápido que pude, ya faltaba muy poco para cerrar el restaurante y tenía mucha hambre.
Además, quería estar con Patrick tanto como pudiese.
No me los vas a creer pero me sentía muy feliz, nunca había compartido algo tan bonito y ahora que sucedía sentía la necesidad de aprovecharlo al máximo.
Cuándo me senté en la mesa con mi comida, Patrick me comentó que los demás tenían planeado alquilar un bote e ir a una zona cercana a la costa donde van a nadar y a saltar de un risco.
Mientras comíamos nos debatimos si ir y no, a mi no me llamaba mucho la atención y él quería pasar más tiempo conmigo aunque no lo dijera directamente.
A la final, decidimos inventarnos una excusa para no ir.
Luego de una larga discusión y evitar que se notara que queríamos pasar tiempos juntos solo nosotros dos, nuestros amigos partieron sin más que decir.
En la noche iríamos a cenar en un restaurante temático en el que habían hecho reservación y luego la disco del hotel para pasar la última noche.
-¿Qué haremos entonces?-.
Pregunté, cerca de la piscina un organizador de eventos ofrecía una caminata por el bosque aledaño al hotel luego del almuerzo, así que nos anotamos sin muchos peros.
Mientras se hacía la hora, fuimos a la playa y nos metimos al mar.
Había un oleaje lo que hizo que nuestro rato ahí fuese muy divertido.
Un pequeño grupo de extranjero jugaba con las olas y nos cagábamos de risa cuando revolcaba alguno.
Poco a poco, nos fuimos alejando.
Salimos del agua y nos adentramos a una pequeña piscina de arena oculta entre unos arboles.
Nos sentamos ahí y empezamos a charlar.
Patrick vestía un short azul algo ceñido al cuerpo.
Se le marcaba un poco el trasero y el paquete.
Me gustaba tanto admirarlo, detallar su cuerpo semi-desnudo.
Más allá de la excitación que producía, era el placer de tenerlo ahí para mi.
Había momento en los que deseaba ser más atrevido y lanzarme encima, besarle por todas partes.
Tocarlo, abrazarlo, rozarme con su cuerpo.
en fin, no lo hacía porque nos podían ver y no quería pasar todo el tiempo con una erección.
Estábamos relativamente cerca, por momento mis pies rozaban los suyos o el devolvía el gesto.
Sin más, me acerqué hasta que nuestros brazos se juntaban.
Con vergüenza, cogí su mano y lo mire a la cara.
El se giró hacia mi.
-Me gustas, me gustas mucho.
– Acerqué mi rostro al de él.
– En serio-.
Me acerqué aún más.
Él me besó, fue un beso largo y con pasión.
Bueno, quizá más que pasión, fue ternura.
Se sintió muy agradable.
Me recosté en su hombro y el me rodeó con un brazo.
No hablábamos, tan solo pasábamos el rato ahí, había momentos en el que me besaba él o yo a él.
Pasamos un largo rato ahí, nos fuimos cuando escuchamos un ruido cerca, nunca supimos que fue, pero nos alertamos un poco.
Nos secamos y vestimos, fuimos al restaurante y tuvimos un buen almuerzo.
Creo que ha sido una de las mejores charlas que hemos tenido nunca, pero eso es otro cuento.
A la final, no fuimos a la camina, reposamos a la orilla de la piscina y luego nos metimos a jugar voleibol con otros huéspedes del hotel.
Cuando todo acabó, nos estuvimos un rato más acostados en la sillas de la piscina.
Luego, nos fuimos al cuarto, como aun quedaba tiempo antes de que llegaran los demás, decidí tomar un baño llenando la bañera y no en la ducha.
Patrick quería tomar una siesta en la hamaca del balcón.
Me quedé un poco dormido ahí entre el agua tibia.
Me despertó un beso de Patrick en el cuello.
-¡Mierda! Me asustaste, no hagas eso nunca más-.
Replique molesto.
Se levantó del suelo y estaba desnudo.
-Ah, bueno-.
Se giro un poco en dirección a la puerta.
– ¿Me voy entonces?, porque iba a meterme ahí contigo.
-Venga ya, tampoco es para tanto-.
Sonreía mientras se metía.
– Pero en serio, no hagas eso jamás.
– Charlamos (sí, ya sé, charlamos mucho jaja) un poco, su pene estaba ahí a simple vista, tenia muchas ganas tocarlo otra vez.
Estaba decidido a perder un poco el pudor y la timidez.
Me incline hacia él un poco y lo agarré de los hombros para cercarlo a mi y besarle.
Empecé con suavidad, luego nuestros beso se tornaron más violentos.
Ya no solo besaba sus labios, ahora era su cuello también.
Con una mano, empecé a acariciarle los testículos, luego cogí el pene semi-erecto de Patrick y empecé a masturbarlo entre la faena que sucedía en ese momento.
Con la otra mano le rasguñaba la espalda, acariciaba su cuello a ratos.
Besaba su cuello y pecho, estábamos muy excitados.
Me separé de él, le pedí que se sentara en él su orillo de la bañera.
-¿Qué vas hacer?-.
Preguntó por pura cortesía.
-Sabes que voy a hacer imbécil-.
Cogí con ambas manos su pene.
-¿Estas seguro? A ver, si me gustaría pero no tiene porque si no estas seguro.
Lo ignoré, sus palabras se esfumaron en el momento en que introducía su pene erecto a mi boca.
Era una mezcla de sensaciones, más para él supongo.
Podía sentí la calidez de su pene en mi boca, la húmeda de mi lengua rozando con aquel trozo de carne.
Era tan excitante, en serio.
Él recostaba su cabeza a la pared y miraba con los ojos cerrados hacia arriba.
Su respiración estaba agitada, sus manos estabas en la parte trasera de mi cabeza e iban al ritmo.
Saboreaba y lamía su glande, era mi primera felación.
Seguro no fue perfecta pero sabía que a él le estaba encantando.
Sentía un poco salada la boca, seguro había sido liquido pre-seminal.
Me separó el mismo, y se inclino un poco.
Un hilo de semen salto a mi pecho, el seguía masturbándose para terminar de sacarlo todo.
Con un dedo esparcí un poco de su semen en mi pecho, se sentía cálido y viscoso.
Me empujó con sus pies y volvió a echarse en la bañera.
Nos volvimos a abrazar, sus manos no paraban de tocarme por todos lados con aquella delicadeza.
Me excitaba tanto.
Rosaba mi pene con sus pies, a ratos me masturba un poco.
Nos seguimos besando y yo mismo me masturbe hasta que acabé, quería el también se cundiera de mi semen.
Con la misma curiosidad que yo, también lo toco y se lo restregó un poco por el estomago.
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